Recaída en la Depresión: ¿cómo actuar ante ella?

Los trastornos psicopatológicos constituyen problemas de salud muy extendidos en la población. Su gravedad es variable, aunque en algunos casos pueden llegar a ser incapacitantes. Añadido a esto, debemos tener en cuenta que son condiciones rodeadas de altos niveles de estigma. Por ello, las personas que las padecen pueden llegar a sufrir mucha incomprensión y falta de apoyo.

La depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes y nadie está exento de sufrirla en algún momento de su vida. Lidiar con este trastorno puede ser difícil, ya que muchas veces el proceso de recuperación es largo y atraviesa subidas y bajadas. Con mucha frecuencia no hay un progreso lineal, lo que hace que a veces se produzcan recaídas.

Experimentar una recaída tras haber salido de un episodio depresivo puede resultar devastador y frustrante, aunque es posible prevenir las recaídas o, al menos, identificar los síntomas más precoces para tomar medidas a tiempo y encauzar de nuevo la situación. En este artículo hablaremos acerca de cómo actuar ante una recaída en la depresión.

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¿Qué sucede cuando una persona tiene depresión?

En primer lugar, es importante señalar que la depresión no es un capricho ni una característica de personalidad, sino un problema de salud mental que puede llegar a ser muy severo e incapacitante. Las personas que se encuentran deprimidas manifiestan alteraciones en el estado anímico y en la conducta, con una tristeza y apatía persistentes, así como una notable reducción de la vitalidad y la motivación debido a la pérdida de interés por las cosas.

Todo ello lleva a que el paciente deje de realizar sus actividades cotidianas, como ir a trabajar, socializar, realizar actividades lúdicas, mantener relaciones sexuales e incluso asearse. Progresivamente, la persona deprimida va reduciendo sus interacciones con otras personas, produciéndose un aislamiento cada vez más acusado.

En algunas personas toda la sintomatología emocional y conductual puede ir acompañada de síntomas físicos, como por ejemplo dolores corporales. En los casos más severos, pueden aparecer ideas suicidas e intentos de suicidio. En resumen, podríamos decir que los signos más comunes que nos indican que alguien sufre depresión son los siguientes:

• La persona no disfruta de los placeres y alegrías de la vida: Existe una apatía e indiferencia total hacia las cosas, que en psicología se conoce como anhedonia. No se trata solo de sentirse triste, sino de experimentar una total incapacidad para sentir felicidad y disfrute hacia la vida misma.

• Problemas cognitivos: Las personas con depresión suelen mostrar problemas para concentrarse y razonar, incluso cuando se trata de tareas sencillas y rutinarias. Pueden experimentar dificultades para pensar de manera lúcida y percibir los sucesos que ocurren a su alrededor. Se podría decir que sufren una especie de neblina mental.

• Desesperanza: Las personas deprimidas no sólo sienten tristeza, sino que van un paso más allá y pueden experimentar desesperanza. Esta emoción es mucho más devastadora, pues el paciente vive percibiendo la vida con una visión túnel muy limitada. El futuro se presenta como algo desconocido y oscuro, sin un sólo resquicio de luz.

• Insomnio: Es frecuente que las personas con depresión vean mermada la calidad de su sueño. Pueden aparecer despertares nocturnos o una sensación de no haber alcanzado el sueño profundo a pesar de haber dormido durante muchas horas. Todo ello produce un enorme desgaste y agotamiento.

• Problemas físicos: Muchas personas con depresión tienden a experimentar síntomas somáticos. Así, pueden manifestar dolores en el cuerpo, náuseas, dolores de cabeza, etc.

Señales de que puedes estar sufriendo una recaída en la depresión

Si has padecido depresión en el pasado y crees estar recayendo, puede que te identifiques con algunas de las siguientes señales.

1. Apatía

Una de las primeras señales que pueden aparecer ante una recaída por depresión tiene que ver con el sentimiento de apatía o, lo que es lo mismo, no sentir nada. En las depresiones más graves la persona ni siquiera siente emociones como la tristeza o la culpa, simplemente está plana a nivel afectivo. Todo ello es la base de otros problemas como la pérdida de motivación e interés en la vida social.

2. Evitar las salidas

Cuando una persona recae en su depresión puede empezar a encerrarse en sí misma, de manera que rechaza participar en planes y actividades de ocio que requieran salir de casa. Poco a poco, siente menos ganas y disposición para hacer hasta las tareas más básicas de su rutina, como asearse, ir a hacer la compra o ir a recoger a los hijos al colegio.

3. Alteraciones del sueño

Otra de las señales de alarma se refiere a las alteraciones del sueño. Ante una recaída inminente la persona puede empezar a mostrar insomnio, ya sea a la hora de conciliar el sueño, mostrando despertar precoz un sueño demasiado superficial y poco reparador. En algunos casos, aunque es menos frecuente, la persona también puede mostrar hipersomnia y dormir una cantidad de horas excesiva.

4. Hipersensibilidad o irritabilidad

También puede suceder que la persona que está empezando a recaer se muestre más sensible o irritable de lo normal. Su comportamiento empieza a ser desgastante para los demás, pues todo parece molestarle o preocuparle en exceso.

5. Autocrítica

La autocrítica es otra de las señales que pueden alertar de que la depresión está regresando. La persona puede ser más dura consigo misma de lo normal, adoptando una actitud de enorme autoexigencia y escasa autocompasión.

6. Niebla mental

La persona puede sentir que su mente está embotada, de manera que cualquier mínimo esfuerzo cognitivo se le hace un mundo. Pueden aparecer dificultades para pensar, recordar cosas, tomar decisiones, planificar la jornada, etc.

7. Alteraciones en el apetito

Al igual que sucede con el sueño, el apetito de la persona también puede verse afectado. En algunos casos esto puede provocar una pérdida de la sensación de hambre que lleva a comer de forma insuficiente. Esto puede retroalimentar e intensificar los síntomas emocionales de la depresión, pues la persona no está obteniendo el aporte nutricional necesario. En las depresiones más atípicas también se puede observar hiperfagia, es decir, un incremento notable del apetito que lleva a ingerir grandes cantidades de comida.

Prevención de recaídas en depresión

Cuando se produce una recaída en la depresión, la persona puede sentirse muy frustrada consigo misma al sentir que está regresando a la casilla de salida. Sin embargo, la realidad es que esto no es del todo así. Recaer no necesariamente implica volver al principio, pues la recaída no tiene por qué anular todos los progresos realizados hasta entonces.

Cuando alguien recae en su depresión, lo hace de manera distinta a cuando empezó, pues posee myor autoconocimiento y herramientas o recursos para manejar la situación. Las recaídas son, de hecho, una parte más del proceso de recuperación. Como ya comentamos, el progreso no suele ser lineal, sino que implica altos y bajos. Por eso, siempre es lo ideal estar preparado para identificar cuanto antes una recaída y actuar en consecuencia. Algunas claves son las siguientes:

• Aségurate de seguir las indicaciones del profesional que esté llevando tu tratamiento.

• No restes importancia a posibles síntomas depresivos: Si sientes que estás volviendo a experimentar síntomas depresivos como los ya mencionados, es esencial que no los minimices o restes importancia. Negar que están ahí no te ayudará, pero reconocer que han vuelto te permitirá tomar acciones cuanto antes.

• Pide ayuda a tu familia y amigos: Contar con apoyo social de calidad es clave cuando se ha sufrido depresión. Si crees que estás recayendo, no dudes en contarlo a tus personas de confianza, ya que ellas podrán ayudarte y también transmitirte su impresión acerca de cómo te ven.

• Identifica tus desencadenantes: Lo cierto es que cada persona que sufre depresión experimenta su enfermedad de manera distinta. Es importante que identifiques esas situaciones que más perjudican a tu estado de ánimo y pueden favorecer la recaída. Aunque por supuesto hay factores que no podemos controlar, hay otros muchos que sí. Por ejemplo: dormir poco o mal, afrontar conflictos sin estrategias para ello, someterse a grandes dosis de trabajo o esfuerzo académico, consumo de sustancias y tóxicos, etc.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de las recaídas en la depresión y si es posible prevenirlas. La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes, aunque puede llegar a ser muy grave e incluso resultar incapacitante. Lo cierto es que el abordaje de la depresión puede requerir un proceso terapéutico más o menos largo, donde el progreso no suele ser lineal. Se trata de un camino en el que pueden darse subidas y bajadas, de manera que es esperable que se den recaídas.

Las recaídas no anulan el progreso logrado hasta la fecha ni tampoco son sinónimo de volver a la casilla de salida. En una recaída la persona se conoce mucho mejor que cuando comenzó el tratamiento y dispone de más herramientas y estrategias para hacer frente a su malestar. Es importante que cada persona identifique los síntomas que avisan de que la depresión está regresando lo antes posible, pues esto permite actuar de forma más eficaz. Prevenir la recaída también implica seguir el tratamiento tal y como el profesional de salud mental indica y contar con el apoyo de la familia y los amigos.