Las 5 diferencias entre lava y magma (explicadas)

La lava y el magma son términos que normalmente confundimos y usamos como sinónimos. Pero en realidad tienen unas características geológicas y físicas muy distintas que analizaremos con todo lujo de detalles.

Diferencias lava magma

Considerándolos como tal a aquellos que han erupcionado en los últimos 30.000 - 40.000 años, en la Tierra hay un total de 1.356 volcanes activos. Cada año se producen unas 70 erupciones volcánicas que, en ocasiones, pueden ser devastadoras para las poblaciones cercanas al volcán, como fue el caso de la erupción del volcán de La Palma en septiembre de 2021.

Momentos como este convierten la vulcanología en un tema de interés social. Una rama de la Geología muy compleja que la población general no conocemos bien y, por tanto, puede surgir no solo temor a estas estructuras geológicas, sino confusión entre los difíciles conceptos y terminología que se trata en ella.

Y en este contexto, uno de los errores más comunes es el de creer que la lava y el magma son lo mismo o que, al menos, pueden usarse como sinónimos, pues designan una misma realidad. Aquello que emana de un volcán en erupción. Pero esto es incorrecto. La lava y el magma son conceptos que, si bien están estrechamente relacionados, son distintos entre ellos.

Y en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas y con el objetivo de terminar con todas las dudas referentes a estos dos términos tan importantes en el área de la vulcanología, además de entender individualmente qué es la lava y qué es el magma, presentaremos sus principales diferencias físicas y geológicas en forma de puntos clave.

¿Qué es el magma? ¿Y la lava?

Antes de entrar en profundidad y analizar sus diferencias principales de manera esquemática, es interesante (e importante) ponernos en contexto y definir, de forma individual, qué es la lava y qué es el magma. De este modo, entenderemos su relación (y el porqué de la confusión de términos) y por qué son distintos. Vamos allá.

Magma: ¿qué es?

El magma son las masas de rocas semifundidas y sustancias volátiles presentes en el interior de la Tierra y de otros planetas. Es la sustancia que compone principalmente el manto terrestre, la capa por debajo de la corteza terrestre y la cual, representando el 84% del volumen de la Tierra y el 65% de su masa, es la capa más grande de todas.

Pero en su papel en lo que a vulcanología se refiere, nos interesa el magma del manto superior, una de las dos capas en las que se divide el manto. Este manto superior consiste en una capa que se prolonga desde los 35 km (de media, porque el espesor de la corteza terrestre varía) por debajo de la superficie terrestre hasta los 660 km de profundidad.

Debido a las altísimas presiones (237.000 veces mayores que en la atmósfera) y temperaturas (de entre 200 °C y 900 °C), sus materiales, que consisten principalmente en olivina, piroxeno, óxido de aluminio y óxido de calcio, se encuentran en un estado semifundido (no es líquido porque, pese a la temperatura, la alta presión impide que pasen al estado líquido) que recibe el nombre de magma.

Así pues, el magma es un estado semisólido que constituye el manto terrestre y que fluye muy lentamente, pero lo suficiente como para ser el responsable de que las placas tectónicas se muevan a una velocidad de 2,5 centímetros por año. Pero, ¿qué tiene que ver esto con los volcanes y con la lava? Ahora vamos a ello.

Los volcanes disponen, entre 1 y 10 km por debajo de la superficie terrestre, de lo que se conoce como cámara magmática. Un gran repositorio subterráneo de este magma que compone el manto. Cuando, por procesos geológicos, se acumula demasiado magma en esta cámara, se produce una sobrepresión.

La excesiva presión en la cámara magmática empuja al magma al ascender a través de la chimenea de la estructura volcánica camino hacia el exterior. Y la fuerza es tan inmensa que las rocas del volcán se abren, permitiendo así la expulsión violenta de miles de toneladas de magma y gases (como el dióxido de azufre, al vapor de agua, el sulfuro de hidrógeno o el dióxido de carbono) procedentes del interior de la Tierra. Y en el momento que este magma alcanza la superficie terrestre, dejamos de hablar de magma y pasamos a hablar de lava. Aquí está su relación.

Magma

Lava: ¿qué es?

La lava es el magma procedente de una erupción volcánica que ha alcanzado la superficie terrestre. Cuando esto sucede, la lava tiene temperaturas que oscilan entre los 850 °C y los 1.200 °C. Y debido al cambio brusco de presión y temperatura por las condiciones atmosféricas, esta empieza a perder los gases que el magma contenía y, sobre todo, a enfriarse.

Durante este proceso de enfriamiento, la lava va fluyendo por la superficie terrestre a favor de la gravedad y gracias a su altísima viscosidad (es unas 100.000 veces más viscosa que el agua), formando lo que se conoce como colada. Un manto de lava fluida que discurre por la ladera de un volcán tras una erupción del mismo.

Este flujo de lava que desciende por la pendiente del volcán mientras se enfría va arrasando con todo lo que se encuentra a su paso. En el caso que mencionábamos de la erupción del volcán de La Palma, su colada principal alcanzó los 6 metros de altura y, en sus primeras etapas, una velocidad de hasta 700 metros por hora.

Cabe destacar que la lava también se considera como tal cuando la erupción de magma se produce en los volcanes presentes en el fondo oceánico, los cuales representan el 75% de la actividad volcánica de la Tierra. Sea como sea, lo importante es que la lava es el término por el que se conoce el magma cuando este ha emanado desde el interior de la Tierra.

Lava

¿En qué se diferencian el magma y la lava?

Tras definir extensamente ambos términos, seguro que la relación y las diferencias entre ellos han quedado más que claras. De todos modos, por si necesitas (o simplemente quieres) tener la información de manera más visual, hemos preparado la siguiente selección de las principales diferencias entre magma y lava en forma de puntos clave.

1. El magma está en el interior de la Tierra; la lava, fuera

La diferencia más importante y con la que te tienes que quedar para siempre. Y es que mientras que el magma es el concepto que designa la materia semifluida que compone el manto terrestre; la lava es este material que, a través de una erupción volcánica, ha sido expulsado a la superficie terrestre. Así pues, podemos entender la lava como el magma que ha “escapado” del interior de la Tierra.

En una erupción volcánica, el magma, que ha sido acumulado en exceso en la cámara magmática que comunica con el manto superior, debido a la sobrepresión, empieza a ascender por la chimenea del volcán hasta, cuando llega al cráter, romper las rocas y ser expulsado al exterior. En el momento que cruza la frontera de la corteza terrestre y es liberado al exterior, dejamos de hablar de magma y empezamos a hablar de lava. Esta es la diferencia clave y también la base de su relación.

2. El magma está más caliente que la lava

El magma es el material que compone el manto terrestre, encontrándose en unas condiciones extremas tanto de presión (es 230.000 veces superior a la atmosférica) como de temperatura, por lo que es lógico que este magma, que todavía se encuentra en el interior de la Tierra, esté más caliente que la lava.

Pero en este caso, la diferencia notoria no es tan grande como cabría esperar. De hecho, lo que cambia es la temperatura máxima que pueden alcanzar el uno y el otro. Y es que mientras que el rango de temperatura de la lava oscila entre los 850 °C y los 1.200 °C, el rango de temperatura del magma oscila entre los 700 °C y los 1.600 °C.

3. La composición química es distinta

A pesar de que la lava procede del magma, la composición química es ligeramente distinta. Mientras que el magma consiste en minerales en estado semifluido (principalmente olivina, piroxeno, óxido de aluminio y óxido de calcio) y gases disueltos (principalmente el dióxido de azufre, al vapor de agua, el sulfuro de hidrógeno o el dióxido de carbono), la lava, además de que habría que añadir cristales (por el enfriamiento) y líquidos, empieza a presentar un estado en el que se liberan los gases por efecto de la presión y temperatura atmosférica.

Lava magma

4. La lava se enfría más deprisa que el magma

La lava se enfría a una velocidad mucho más alta que el magma ya que esta se encuentra en contacto con la presión y temperatura de la atmósfera, que acelera el enfriamiento. El magma, al encontrarse bajo la corteza terrestre, pese a que se enfría (dando lugar a la corteza terrestre), lo hace a una velocidad mucho más lenta.

5. La lava es un peligro; el magma, no

Terminamos con una diferencia también importante. Y es que el magma, de por sí, no representa ningún peligro para nosotros. Pese a que evidentemente en una erupción volcánica se pueda convertir en lava, está “encerrado” en el interior de la Tierra. Es la lava la que, al fluir por la corteza terrestre en forma de colada, provoca los desastres naturales vinculados a los volcanes que todos conocemos.

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