Los 10 pasos del método científico (y sus objetivos)

El método científico es el conjunto de procedimientos que permiten obtener nuevos conocimientos y es el pilar donde se fundamenta todo el progreso de la ciencia. Veamos sus pasos.

Pasos método científico

Lo que hemos sido, somos y seremos se lo debemos, en gran parte, a la ciencia. Y es que el progreso científico no solo ha permitido que nuestra esperanza de vida haya pasado de ser de unos 30 años en siglo XV a, hoy en día, ser de unos 80 años, sino que nos ha permitido entender la naturaleza de lo que nos rodea y de lo que nos constituye.

La ciencia lo es todo. Y siempre que hay algún progreso, alguna disciplina científica está detrás del mismo. Los avances solo son posible a través de la ciencia. Y es que es solo a través de ella que podemos adquirir conocimientos fundamentados y de la mayor objetividad posible.

Y si algo tienen en común todas las distintas ciencias, desde la física hasta la biología, pasando por la química, la astronomía, la medicina, la psicología o la geología es que comparten una misma forma de plantear la adquisición de conocimiento. Todas las ciencias fundamentan su desarrollo en unos pasos bien marcados que conforman el método científico.

En el artículo de hoy, pues, además de entender exactamente qué es el método científico y cuál es su origen, analizaremos de una forma muy completa y clara los pasos que conforman esta metodología en la que se fundamentan todas las disciplinas científicas. Vamos allá.

¿Qué es el método científico?

A grandes rasgos, el método científico es la metodología que permite adquirir conocimientos contrastados con la realidad. Es el pilar fundamental de la ciencia moderna y consiste en una serie de pasos basados en el reconocimiento de un problema, formulación de hipótesis, predicciones, experimentación, análisis y hallazgos. Es la única forma de conocimiento que nos permite lograr el avance científico.

Para que una ciencia pueda considerarse como tal, debe fundamentarse en esta metodología. La ciencia, pues, es todo aquel conocimiento estructurado y formulado en base a la observación de fenómenos naturales y a la aplicación del método científico como guía a seguir para dar respuestas a las preguntas sobre la naturaleza que nos rodea y que nos compone.

El método científico se instaura en el siglo XVII gracias a Galielo Galilei, la primera persona en aplicar esta metodología de observación de la realidad para asentar la teoría heliocéntrica y provocar el divorcio definitivo entre Ciencia y Religión. El nacimiento del método científico marca el inicio de la revolución científica y la instauración de la ciencia moderna.

Gracias a él ha sido, es y seguirá siendo posible el progreso de la humanidad a través de avances en disciplinas que siguen la metodología marcada, desde la Astronomía hasta la Medicina, y que nos han permitido responder a preguntas sobre el Cosmos y a encontrar nuestro lugar en el mismo.

En este sentido, el método científico es la metodología propia de la ciencia que necesariamente debe fundamentarse en un razonamiento hipotético-deductivo. Pero, ¿en qué consiste este razonamiento? En mezclar dos componentes: las hipótesis y las deducciones.

La parte “hipotética” del método científico constituye la primera fase del mismo y consiste en analizar casos específicos (nos hacemos preguntas muy concretas) para llegar a unas conclusiones potencialmente universales (lograr unas respuestas que puedan aplicarse de forma general) que nos servirán como hipótesis.

Pero estas hipótesis son eso: hipótesis. Necesitamos una segunda fase para confirmarlas o rechazarlas. Y aquí entra en juego la segunda parte del razonamiento científico: la deducción. Después de llegar a la hipótesis en cuestión, un científico debe usarla como premisa universal para ver si, a partir de ese momento, todos los casos específicos que se analicen cumplen con dicha hipótesis.

Solo entonces, cuando la hipótesis se cumpla siempre, un científico puede deducir que es válida y que la conclusión a la que había llegado es universal. Toda ciencia debe basarse y fundamentarse en este tipo de razonamiento basado en la formulación de hipótesis y las deducciones.

En resumen, el método científico es una metodología basada en el razonamiento hipotético-deductivo y que dan a toda forma de conocimiento unas propiedades necesarias para que dicho conocimiento pueda catalogarse como científico: falsabilidad (la hipótesis puede ser refutada en el futuro) y reproducibilidad (el ensayo puede ser repetido siempre con los mismos resultados). Sin método científico, no hay ciencia. Y sin ciencia, no hay método científico.

Método científico qué es

¿Cuáles son los pasos de la metodología científica?

Ahora que ya hemos entendido los fundamentos del método científico, podemos analizar en qué pasos se divide. Toda metodología científica debe seguir sí o sí todos estos pasos de forma ordenada. Solo entonces, respetándolos, podemos garantizar que la investigación en cuestión es de carácter científico. Veámoslos.

1. Observación

El primer paso de todo método científico es observar la realidad. La ciencia se fundamenta precisamente en esto, en abrir los ojos a todo aquello que nos rodea. En mantener una mentalidad curiosa y estar atento a los detalles, en búsqueda de algo que no podamos explicar o que se escape de nuestro entendimiento. Y cuando observamos detenidamente la realidad, nos encontraremos con cosas que no encajan. Y entramos así en la segunda etapa.

2. Reconocimiento de un problema

Después de observar la realidad que nos rodea, nos topamos con un problema. Hay algo que no podemos explicar. Este reconocimiento de que hay algo que no encaja es, realmente, lo que abre las puertas a la metodología científica. Y es que cuando nos encontramos con un suceso que se escapa de nuestro conocimiento ya que no lo podemos explicar, nos haremos preguntas.

3. Hacerse una pregunta

El método científico empieza cuando nos formulamos una pregunta. Es decir, después de observar la realidad y toparnos con un problema inexplicable, nos preguntamos el cómo, el cuándo, el por qué o el dónde de ese suceso.

En la ciencia, se valora mucho que la respuesta a esta pregunta que nos formulamos sea medible, es decir, que podamos llegar a resultados cuantificables de forma numérica. Un científico, antes de descubrir, tiene que hacerse preguntas. Y después de preguntarse cosas para las que no tiene respuesta pero antes de formular hipótesis, debe pasar por un paso intermedio.

4. Inspección de bibliografía previa

La inspección de bibliografía previa es el paso intermedio. Un buen científico es perfectamente consciente de que no puede saberlo todo. Por ello, aunque no encuentre respuestas a las preguntas que se ha hecho, quizás ha habido alguien que sí que las ha encontrado.

En este sentido, nutrirse de toda la información acerca de la realidad que hemos observado es imprescindible, pues no solo nos da mayores conocimientos sobre la temática (que nos permitirá que el resto de la metodología sea más fiable), sino que podemos encontrar respuestas a las inquietudes que teníamos. Si las preguntas no han sido nunca respondidas, es hora de seguir y no cometer los mismos errores del pasado.

5. Formulación de una hipótesis

Si sus inquietudes no han sido respondidas, es momento de que el científico pase a ser una figura activa y se lance a plantear sus propias hipótesis. En ese momento, tras la observación de la realidad y de los conocimientos que ha ido adquiriendo de la asimilación de otros estudios científicos, puede aventurarse a dar una posible explicación al porqué de ese fenómeno que no entiende. Una hipótesis es un intento de dar explicación a aquello que no entendemos. Una hipótesis buena es aquella que nos permite establecer predicciones. Y entramos así en la siguiente fase.

6. Establecimiento de predicciones

Después de establecer una o varias hipótesis que puedan ser la respuesta al fenómeno de la realidad que no comprendemos, es el momento de establecer predicciones. Este paso del método científico es muy importante ya que nos permite predecir que, en caso de que nuestra hipótesis sea válida, observaremos determinado fenómeno en la realidad.

De este modo, establecemos un protocolo que nos permitirá saber si nuestra hipótesis es buena o no. Pero ahora llega el momento de ver si nuestras predicciones se cumplen o no. Y la única manera de hacerlo es a través de la experimentación.

7. Experimentación

La experimentación es una de las claves del método científico. Después de formular una hipótesis y establecer unas predicciones que se desprenden del cumplimiento de la misma, es hora de poner a prueba dicha hipótesis. La ciencia se basa en experimentar. Un experimento es un proceso bien regulado y estructurado que nos permite determinar si nuestras predicciones son acertadas o no y, por lo tanto, si nuestra hipótesis se sostiene o no.

Toda experimentación debe seguir unos muy rigurosos protocolos que nos permitan asegurar que los resultados obtenidos son un fiel espejo de la realidad. Y cuando tenemos estos resultados, es momento de analizarlos.

8. Análisis de resultados

Una vez se ha completado el experimento, es hora de analizar los resultados obtenidos. Si el experimento ha sido construido con el fin de llegar a unos resultados cuantificables y objetivos, bastará con recoger dichos resultados y ver si son los esperados o no. Y en cuanto hemos hecho esto, llegamos al punto final: las conclusiones.

9. Conclusiones

Después de analizar los resultados obtenidos, el científico ya puede ver si sus predicciones se cumplen o no. Si los resultados concuerdan con las predicciones, se puede llegar a la conclusión de que su hipótesis es válida y que, por lo tanto, puede (la ciencia tiene un carácter de falsabilidad intrínseco que ya hemos comentado) ser la respuesta universal a la pregunta formulada al inicio. Si, por el contrario, los resultados no concuerdan, se llega a la conclusión de que la hipótesis no era acertada. Pero sea como sea, es importante comunicar dichas conclusiones.

10. Comunicación de resultados

Tanto si la hipótesis se confirma como si se rechaza, es importante que el científico comunique los resultados y conclusiones a la comunidad científica. Si la hipótesis se ha cumplido, genial, porque así obtenemos una visión más completa de una realidad específica.

Y si no se ha cumplido, también, pues permite acotar la cantidad de hipótesis que puedan explicar dicho fenómeno. Y es que llegar a una hipótesis rechazada es, realmente, una oportunidad para el mismo u otro científico a volver a dar una nueva explicación a aquello que la ciencia, de momento, no puede explicar.

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