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Del latón apis (abeja) y phobos (miedo), la apifobia, también conocida como melisofobia, es un trastorno de ansiedad que cursa con miedo extremo, malestar emocional y estrés ante la exposición cercano a las abejas, avispas y abejorros. Es el miedo irracional y excesivo a cualquiera de estos insectos.
Y de entre estos tres, las avispas son, sin duda, las que más miedo nos generan. Son las “malas” de la familia ya que no polinizan las flores (aunque hay excepciones), son depredadoras de insectos, tienen una picadura dolorosa y, seamos sinceros, tienen un aspecto que no induce a la confianza en ellas.
Pero a pesar de su mala fama, las avispas ya no solo es que sean organismos importantísimos en los ecosistemas para el control de plagas y de parásitos, sino que, a nivel biológico, son animales impresionantes. Existen más de 5.000 especies diferentes y cada una de ellas es única.
Así pues, en el artículo de hoy y con la voluntad de quitar esta mala fama que rodea a las avispas, exploraremos los datos más asombrosos sobre su naturaleza y analizaremos algunos de los tipos más importantes de avispa que existen. Vamos allá.
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¿Qué son las avispas?
“Avispa” es un término que se aplica a diferentes taxones de insectos dentro del orden de los himenópteros, aquellos artrópodos con dos pares de alas membranosas, piezas bucales masticadoras, antenas relativamente largas, presencia (en las hembras) de una estructura al final del abdomen conocida como ovipositor que en algunos grupos se ha transformado en un aguijón venenoso y una reproducción por haplodiploidía, es decir, el sexo está determinado por el número de juegos de cromosomas que un individuo recibe.
Sea como sea, la definición es un poco complicada. Y es que las avispas se consideran todos aquellos himenópteros que no son clasificados ni como abejas ni como hormigas. Son insectos de la familia Vespidae que, como las abejas, proceden de la evolución de los himenópteros aculeados que desarrollaron un aguijón que les permite inyectar veneno.
Como hemos dicho, existen más de 5.000 especies distintas de avispas. Y aunque muchas son depredadoras y se alimentan de insectos, hay algunas que se alimentan de polen, siendo, al igual que las abejas, esenciales para el proceso de polinización.
Las avispas son insectos sociales que habitan nidos hechos de barro en el suelo o en las ramas de los árboles. Y algunas especies del género Vespa (que incluye unas 22 especies) suelen hacerlo en huecos de los árboles e incluso en las paredes de los edificios. Es decir, a diferencia de las abejas, que viven en enjambres, las avispas viven en nidos. Y evidentemente, no dan miel. Aunque hay alguna sorpresa que veremos más adelante.
Tienen un aguijón perfectamente liso a través del cual inyectan un veneno de naturaleza alcalina (a diferencia del de las abejas, que es ácido) que hace que la picadura suela ser más dolorosa y duradera que la de la abeja. Suele ser un dolor de grado 2 (el de las abejas, de grado 1) que dura unos 5 minutos (el de las abejas, unos 2 minutos). Además, a diferencia de estas abejas, al tener un aguijón liso, pueden clavarlo y sacarlo varias veces seguidas. De ahí que no mueran después de picar.
Además, con la llegada del frío, las avispas obreras mueren, pero la reina se queda en el nido e hiberna hasta la llegada de la primavera para así crear una nueva colonia. Este comportamiento no se observa en las abejas. Cabe también destacar que, si bien muchas especies tienen el papel de una avispa reina que es la única encargada de poner huevos, hay especies en las que todas las hembras pueden poner huevos.
Las avispas son insectos con una figura más delgada y sin una superficie corporal cubierta de pelos como sí presentan las abejas, sino que su superficie es brillante, presentando su tradicional cintura y una longitud que va desde los 1,7 cm de la Vespula vulgaris (la avispa común) hasta los 5,5 cm de la Vespa mandarinia, más conocida como avispón gigante asiático. Su color es amarillo y negro, con franjas de un color amarillo brillante que, en la naturaleza, es sinónimo de agresividad. Y es que como hemos dicho, las avispas son insectos eminentemente depredadores de otros insectos. Sin duda, unos animales asombrosos a nivel biológico.
¿Qué clases de avispas existen?
Tras analizar su naturaleza, ha quedado más que claro que las avispas son mucho más que “insectos que pican”, pues tienen una ecología, un pasado evolutivo y una diversidad enorme. Y es el momento de detenernos a estudiar esta diversidad. Veamos, pues, los principales (todos es absolutamente imposible) tipos de avispas que existen.
1. Avispas vespino
Las avispas vespino son las que todos tenemos en la cabeza cuando pensamos en avispas. Se trata de los insectos de la subfamilia Vespinae, que incluye cuatro géneros: Vespula (donde se encuentra la avispa común), Vespa (donde se encuentra, por ejemplo, el avispón gigante japonés), Provespa y Dolichovespula.
Excepto en la Antártida, se encuentran en todos los continentes de la Tierra. Algunas especies, al ser introducidas en territorios más allá de su clima natural, se han convertido en peligrosas especies invasoras. Se trata de avispas eusociales y, dentro de estas, las que tienen más desarrollado el sentido de la socialización. Se alimentan de insectos y, en algunos casos, de carne de animales muertos.
Forman sus nidos con fibras de madera masticadas en ramas de los árboles o en cavidades, tanto en troncos huecos como en lugares subterráneos. Incluso hay especies parásitas que invaden los nidos de otras especies de avispas, matan a la reina y obligan a las obreras a cuidar de sus crías.
2. Avispas alfareras
Las avispas alfareras son aquellas que pertenecen a la subfamilia Eumeninae y, siendo conocidas también eumeninos, incluyen más de 200 géneros diferentes. Tienen la particularidad de ser avispas solitarias (no son insectos sociales) o con comportamientos sociales muy primitivos y no tan desarrollados como las vespinas. Forman nidos en forma de olla utilizando barro.
Además de orugas y larvas, pueden alimentarse también de néctar, ayudándose de una “lengua” que llega a medir hasta 4 mm. Suelen ser de color marrón o negro con patrones amarillos o anaranjados. A modo de curiosidad, destaca el hecho de que algunas especies establecen una relación mutualista con los ácaros, teniendo una cavidad en su abdomen para alojarlos. El significado de esta relación es, de momento, desconocida.
3. Avispas Euparagiinae
La subfamilia Euparagiinae es un grupo de avispas muy poco común que, si bien hubo un tiempo en el que tuvieron una distribución amplia por el mundo, ahora solo quedan algunas poblaciones en zonas desérticas de los Estados Unidos y el noroeste de México.
Se consideran, en realidad, “primos” del resto de avispas, pues su venación alar es única y distinta a las de todas las otras subfamilias y tienen una pequeña mancha pálida en el borde posterior del mesotórax. Incluye un solo género (Euparagia), pero se sabe poco de su biología.
4. Avispas Stenogastrinae
La subfamilia Stenogastrinae es un grupo de avispas que se distribuyen desde Nueva Guinea (la segunda mayor isla del mundo), en Oceanía, hasta la región indomalaya, que abarca la mayor parte de Asia del sur y sudeste. Se conocen como avispas flotantes debido a su particular forma de volar, que parece que leviten.
Tienen una particular silueta donde el pecíolo (lo que vendría a ser la tradicional cintura de las avispas) es especialmente largo, cosa que les permite tocar el extremo del abdomen con las partes de la boca, algo importante para la puesta de los huevos, pues en este proceso los recoge con la boca para colocarlos en la celda y pegarlos al fondo.
5. Avispas tropicales y subtropicales
La subfamilia Polistinae es un grupo de avispas también conocido como polistinos donde se encuentra cinco géneros diferentes: Brachygastra, Mischocyttauros, Ropalidia, Polistes y Polybia. Son avispas eusociales que viven en climas tropicales (aquel presente en la región que rodea el ecuador terrestre desde los 29º latitud sur hasta los 23º latitud norte) y subtropicales.
Tienen la particularidad de que las avispas reina son muy similares morfológicamente a las obreras, algo extraño en esta familia de himenópteros. Los machos, además, presentan antenas curvas que facilitan su detección. A modo de curiosidad, las avispas tropicales y subtropicales de los géneros Polybia y Brachygastra (en mayor medida) son las únicas avispas capaces de producir miel. Pero cuidado, pese a que es apta para el consumo humano, hay ocasiones en las que, dependiendo de las flores con las que haya sido elaborada por parte de estas avispas melíferas, puede ser tóxica.
6. Avispas del polen
Terminamos nuestro viaje con las conocidas como avispas del polen. La subfamilia Masarinae son un grupo de avispas que, siendo conocidas también como masarinos, son las únicas avispas que se alimentan exclusivamente de polen y de néctar. No hay ninguna especie, dentro de sus dos géneros (Masarini y Gayellini), depredadora.
Habitan zonas desérticas en América del Sur, América del Norte y Sudáfrica, donde alcanzan su mayor abundancia y diversidad. Son buenos polinizadores, de ahí que, al menos a nivel ecológico, sean muy similares a las abejas. Construyen sus nidos generalmente en lugares escondidos, como grietas o bajo las rocas. A nivel morfológico, su característica distintiva son las antenas en forma de maza.
