Flebitis (trombosis venosa superficial): causas, síntomas y tratamiento

La flebitis consiste en una inflamación por irritación o trombosis de las paredes de las venas superficiales, generalmente en brazos y piernas, que cursa con dolor y aparición de un edema. Veamos sus bases clínicas.

Flebitis

El sistema cardiovascular es esencial para mantenernos con vida. No es de extrañar que, cada día, el corazón bombee más de 7.000 litros de sangre, el tejido líquido con las células que hacen posible la coagulación sanguínea, el transporte de oxígeno y de nutrientes y la acción del sistema inmunitario.

En este contexto, los vasos sanguíneos son el componente vascular de esta sistema cardiovascular, consistiendo en conductos musculares con capacidad de dilatación y contracción que, ramificándose en tubos cada vez más estrechos, cubren la práctica totalidad del organismo, siendo las tuberías por donde circula la sangre.

Y las venas son, junto a las arterias, uno de los grandes tipos de vasos sanguíneos. Recogen la sangre sin oxígeno y cargada de sustancias de desecho y la envían, por un lado, a los riñones para que sea filtrada y, por otro lado, al corazón para que este se encargue de su oxigenación. Y, evidentemente, estas venas pueden sufrir alteraciones.

La flebitis es una de las alteraciones venosas más relevantes en el ámbito clínico, consistiendo en una trombosis venosa superficial, es decir, una inflamación de las paredes de las venas más superficiales, generalmente en piernas y brazos. Y en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, exploraremos las causas, síntomas y tratamiento de esta flebitis.

¿Qué es la flebitis o trombosis venosa superficial?

La flebitis es una entidad clínica caracterizada por una inflamación por irritación o trombosis de las paredes de las venas superficiales, aquellas que están más cerca del exterior, generalmente las de piernas, brazos e ingle. Suele surgir por una formación de un trombo, es decir, un coágulo que se ha formado en la pared de un vaso sanguíneo sano. De ahí que se conozca también como tromboflebitis o trombosis venosa superficial.

De hecho, desde hace unos años, los médicos prefieren el término de “trombosis venosa superficial”, pues el de “flebitis”, al poder ser también una trombosis profunda (una situación más grave que puede provocar la formación de un émbolo que viaje y tapone un vaso sanguíneo), puede inducir cierta confusión.

En la tromboflebitis, el riesgo de que el trombo se desprenda de la pared de la vena es muy bajo, por lo que las probabilidades de que esta condición derive en un problema grave de salud como lo es una embolia pulmonar resultan casi nulas. Y es que a diferencia de las profundas, las venas superficiales no tienen músculos a su alrededor que las compriman y que puedan provocar la liberación de este coágulo.

Sea como sea, la flebitis es básicamente un estado patológico que consiste en la inflamación de una vena, generalmente a causa de la formación de un trombo en las paredes de la misma. Puede aparecer en cualquier persona, pero es más común en personas mayores debido al envejecimiento del propio sistema cardiovascular.

Se trata de una situación que, si bien por los síntomas que comentaremos pueda parecer alarmante, no suele ser grave. Es más, tiende a desaparecer por sí sola en cuanto el propio cuerpo ha desintegrado el coágulo. En este sentido, más allá de tratamientos para controlar su progreso en casos más serios, no hay de qué preocuparse.

Qué es flebitis

¿Cuál es la causa de la flebitis?

Como hemos visto, la flebitis es una inflamación con o sin trombos de las venas del sistema venoso superficial, por donde fluye entre el 15% y el 20% de la sangre. Pero, ¿por qué se inflaman las paredes de las venas? Bueno, las causas son muy variadas y no siempre es sencillo encontrar el origen exacto en un paciente.

De todos modos, todo parece indicar que los traumatismos sobre las venas superficiales, fijación inadecuada de catéteres (u otros problemas vinculados con catéteres), sufrir lupus, administración de medicamentos que, como efecto secundario, ocasionan irritación de las venas y las infecciones bacterianas de la sangre (poco frecuente, pero muy grave) son las principales causas de flebitis sin que haya también una trombosis. Es decir, inflamación de una vena sin formación de un trombo.

Veamos ahora las causas de flebitis que sí que están asociadas a la trombosis. Un trombo es un coágulo sanguíneo, una agregación plaquetaria y proteica, que se ha formado en las paredes de un vaso sanguíneo (en este caso, una vena) sano. Normalmente, los coágulos se forman cuando debe cerrarse una herida. Pero cuando este se forma sin que haya daños en las paredes, hablamos de trombo.

La presencia de estas masas de sangre coaguladas dificulta la circulación sanguínea, momento en el que la persona desarrolla una trombosis que, si va ligada a un proceso de inflamación de la pared venosa de las venas superficiales, se conoce como tromboflebitis.

En este contexto, el tabaquismo, la edad avanzada, la hipercolesterolemia (niveles demasiado altos de colesterol, las enfermedades genéticas que alteran los mecanismos de coagulación de la sangre y la obesidad son los principales factores de riesgo para el desarrollo de trombos y, por tanto, flebitis.

Los trombos por sí solos no son peligrosos. El verdadero riesgo viene cuando estos coágulos se desprenden de la pared y se convierten en émbolos que se desplazan a través de la sangre y que pueden provocar oclusión de un vaso sanguíneo, situación potencialmente mortal conocida como embolia.

Aun así, como la flebitis se desarrolla en venas superficiales donde no hay la musculatura necesaria como para provocar una presión en las paredes venosas suficiente como para provocar el desprendimiento del trombo, no hay riesgo (casi) de que esto ocurra. Como vemos, todas las situaciones que puedan provocar irritación de las venas y las que incrementan el riesgo de sufrir un trombo son causas de aparición de esta flebitis.

Causas flebitis

¿Qué síntomas tiene la flebitis?

La flebitis es una inflamación de las paredes de las venas superficiales por trombosis o por irritación de las mismas con una prevalencia global de hasta el 12%. Como hemos visto, la mayor complicación podría ser, en el caso de las asociadas a un proceso de trombosis, el desprendimiento del coágulo y consecuente formación de un émbolo. Pero ya hemos explicado por qué esto, en las venas superficiales, es muy poco común.

En la flebitis, las venas afectadas se encuentran en la piel, cerca del exterior, por lo que no hay una musculatura cuyas contracción pueda ocasionar la liberación del trombo. Eso sí, se trata de una situación que cursa con una reacción inflamatoria aguda. Es decir, la aparición de la flebitis suele ser súbita. Como hemos dicho, es especialmente común en piernas, pero también en brazos y la zona de la ingle.

En ese momento, el dolor, edema e hinchazón en el área afectada aparece con rapidez. La piel por encima de la vena que ha sufrido una inflamación (por irritación o por trombosis) se ve visiblemente inflamada, de coloración rojiza, caliente al tacto y muy sensible. Además, la vena, por su inflamación, no se percibe como un vaso sanguíneo normal, sino como una especie de cuerda tensa. La vena puede percibirse también como abultada y, en ocasiones, por la reacción inflamatoria, puede darse algo de fiebre, pero siempre leve. Puede sentirse algo de dolor, especialmente si se presiona la zona.

Los signos clínicos no suelen ir mucho más allá (evidentemente, hay casos excepcionales que derivan en complicaciones, pero no es habitual) y, de hecho, muchas personas con flebitis leve pueden no experimentar ningún síntoma.

Síntomas flebitis

¿Cómo se trata la flebitis?

La flebitis debe tratarse pero no porque sea una situación potencialmente peligrosa, sino porque puede ser molesta debido a sus síntomas de inflamación, dolor y enrojecimiento. En este sentido, el principal tratamiento consiste en aplicar compresas calientes sobre la zona para aliviar el dolor y, en caso de que la inflamación sea muy molesta, administración de fármacos antiinflamatorios de venta libre, siendo el ibuprofeno o el paracetamol las mejores opciones.

En ciertos casos, es posible que un médico recete algún medicamento anticoagulante, especialmente si los episodios de flebitis son demasiado habituales y/o haya riesgo, en caso de que sea asociada a trombosis, se produzca en venas más profundas, una circunstancia que, como hemos visto, sí que puede derivar en complicaciones que ponen en peligro la vida a causa del desprendimiento del coágulo y formación de un émbolo que puede taponar los vasos sanguíneos de los pulmones o el cerebro.

En casos muy excepcionales y en pacientes de alto riesgo (y con probabilidad de desprendimiento del coágulo), se puede optar por hacer un bypass de la vena dañada o una extirpación quirúrgica de la misma. Pero esto es solo en contadas ocasiones.

Es más, al fin y al cabo, la mejor estrategia es la prevención. Las causas irritantes de la flebitis quizás no sean demasiado prevenibles, pero las asociadas a trombosis, sí. El riesgo de desarrollar trombos, si bien hay un componente genético importante, puede reducirse haciendo ejercicio de forma regular, evitando estar de pie (o sentado) durante mucho tiempo seguido, evitando la ropa muy ajustada, siguiendo una alimentación equilibrada, durmiendo con los pies algo elevados y llevando calzado que no sea demasiado plano.

Ya sea previniendo su aparición o tratando su sintomatología, la flebitis no tiene por qué ser una situación grave más allá de las molestias que ocasiona. Pero, eso sí, su aparición debe servirnos para darnos cuenta de que nuestro sistema cardiovascular no está en perfecto estado y que debemos trabajar para prevenir el desarrollo de trastornos venosos que sí que pueden ser graves.

Tratamiento flebitis
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