Los 10 tipos de varices (causas, síntomas y tratamiento)

Las varices son venas hinchadas e inflamadas, unas dilataciones venosas que surgen por un incorrecto flujo de sangre en estos vasos sanguíneos. Veamos cómo se clasifican según sus manifestaciones clínicas.

Tipos varices

El sistema cardiovascular nace de la unión de distintas estructuras que, trabajando de forma coordinada, permiten el transporte, a través de la sangre, de todas las sustancias necesarias para que nuestro organismo se mantenga en vida y funcional. Garantizar un correcto flujo sanguíneo es totalmente esencial para la vida.

Así pues, este sistema circulatorio está compuesto no solo por el corazón, la sangre y las células sanguíneas, sino por unos protagonistas importantísimos: los vasos sanguíneos. Unos conductos de naturaleza muscular que, ramificándose en “tubos” cada vez más pequeños, abarcan la práctica totalidad del cuerpo, son las tuberías por las que fluye la sangre.

Divididos en arterias, venas y capilares, los vasos sanguíneos son esenciales para garantizar un correcto flujo sanguíneo. Pero, como sucede con cualquier región de nuestra fisionomía, son susceptibles de sufrir daños. Y en este sentido, uno de los problemas más comunes son las famosas varices. Unas dilataciones venosas que surgen por un incorrecto flujo sanguíneo y que dan lugar a la observación de venas hinchadas y retorcidas.

Y en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a explorar las bases clínicas de las varices, analizando sus causas, síntomas y tratamiento y viendo en qué clases y grados se clasifican según su naturaleza. Empecemos.

¿Qué son las varices?

Las varices son venas hinchadas y retorcidas a causa de la acumulación anómala de sangre en ellas por debilidades en las válvulas de estos vasos sanguíneos superficiales. Conocida también como insuficiencia venosa crónica, es una dilatación de las venas que puede verse justo por debajo de la piel, ocurriendo generalmente en las piernas.

Así pues, una variz es un ensanchamiento del tramo de una vena o de un grupo de venas que impide que la sangre fluya con normalidad de vuelta al corazón, por lo que esta se acumula y provoca la dilatación del vaso sanguíneo. Son venas inusualmente hinchadas y retorcidas.

Pero, ¿por qué solo ocurre en las venas y no en las arterias? Muy sencillo. Porque en su aparición entran en juego las válvulas de los vasos sanguíneos, presentes en las venas pero no en las arterias. Dichas válvulas ayudan a impulsar la sangre y evitar su retroceso ya que como esta tiene poca fuerza, necesita la participación de estas membranas. En cambio, las arterias, como reciben la sangre del corazón, no necesitan estas válvulas ya que la sangre tiene suficiente fuerza.

Por tanto, si estas válvulas están dañadas o son demasiado débiles, es posible que el flujo sanguíneo se detenga y que la sangre se acumule en esta región de la vena donde existe el problema. Esta acumulación es lo que lleva al ensanchamiento venoso y, por tanto, a la aparición de una variz.

Se estima que el 10% de la población tiene varices, siendo la incidencia cinco veces más alta en las mujeres que en los hombres. Y aunque las causas de su aparición siguen sin estar del todo claras, sí que hay algunas descritas, como por ejemplo malformaciones congénitas en las válvulas (por genética, las válvulas de determinadas venas pueden ser defectuosas), el embarazo (aunque desaparecen 3-12 meses después de dar a luz) o la tromboflebitis (la formación de trombos dificultan la circulación y llevan al ensanchamiento venoso). Del mismo modo, existen factores de riesgo: obesidad, antecedentes familiares, edad avanzada, tendencia a estar de pie o sentado mucho tiempo, etc.

qué son varices

Sea como sea, estas venas varicosas, si bien son más frecuentes en las piernas ya que es la región donde, debido al incremento de la presión por caminar y estar de pie, es más probable que las venas se vean afectadas, pueden aparecer en cualquier vena superficial del cuerpo. Para muchas personas, las varices, más allá de un problema estético en el que se observan venas retorcidas que se perciben como cordones de un color azul oscuro o púrpura, no representan ningún riesgo para la salud.

Pero hay otras veces en las que su aparición viene acompañada de síntomas tales como dolor, ardor, pulsaciones, calambres musculares, picazón en la zona hinchada, decoloración de la piel, hinchazón de las extremidades inferiores (si aparecen en las piernas), pesadez de piernas, empeoramiento del dolor después de estar de pie o sentado mucho tiempo, etc.

Las complicaciones asociadas a las varices son poco frecuentes, pero posibles. E incluyen la formación de úlceras en la piel cerca de la variz, sangrados por explosión de la vena hinchada (aunque el sangrado es leve normalmente) y desarrollo de coágulos sanguíneos. De ahí que sea muy importante que, cuando el aspecto o la sensación molesta de la variz empeore, solicitemos atención médica.

Aun así, es cierto que hay una serie de medidas tanto para prevenir como para tratar desde casa estas varices, como por ejemplo mantener las piernas elevadas cuando dormimos, seguir una dieta rica en fibras, reducir la ingesta de sal, hacer ejercicio regularmente, controlar el peso corporal, ir cambiando de posición de pie a sentado periódicamente, usar medias compresivas, evitar ropa demasiado ceñida, hidratar la piel, usar protector solar en la zona, usar geles de efecto frío, evitar tacones altos… Todo esto ayuda a tratar las varices y a prevenir su aparición.

De todos modos, aunque este cuidado personal sea, en la inmensa mayoría de casos, suficiente, si el paciente no responde correctamente y las varices son graves y/o hay riesgo de que deriven en complicaciones, se puede optar por un tratamiento médico, que puede incluir, según la situación, escleroterapia (inyección de una solución que cicatriza y cierra las venas), tratamiento con láser (para cerrar venas pequeñas), flebectomía (extraer la vena dañada) o la cirugía endoscópica (mediante la introducción de una pequeña videocámara, planteada solo cuando la variz está avanzada, se han formado úlceras y las otras técnicas no son viables). La mayoría de varices pueden tratarse de forma ambulatoria, con un pronóstico, por lo general, muy bueno.

Varices

¿Cómo se clasifican las varices?

Después de definir extensamente qué son las varices y de conocer su naturaleza, causas, síntomas, complicaciones y tratamiento, ha llegado el momento de profundizar en el tema que nos ha reunido hoy aquí: los tipos de varices que existen. Y es que en función de sus características clínicas, se han diferenciado distintas clases de varices, con una clasificación muy importante para determinar el tratamiento necesario. Veámoslas.

1. Varices reticulares

Las varices reticulares son aquellas que tienen entre 1 y 3 mm de diámetro y adoptan un color azulado que, en ocasiones, puede parecer verdoso. Tienden a desarrollarse en las piernas, tanto por debajo como por encima de la rodilla, generalmente en la cara lateral de la extremidad. Suelen asociarse con las superficiales y a menudo incluso son su causa. Se trata de varices subcutáneas o intradérmicas.

2. Varices tronculares

Las varices tronculares son aquellas que visualmente se perciben con un relieve (que se hace más evidente cuando la persona está de pie) y se observan como venas dilatadas e hinchadas, siendo más o menos visibles. Se trata de varices subcutáneas de gran calibre que se desarrollan en las venas grandes de las extremidades inferiores.

Varices tronculares

3. Varices superficiales

Las varices superficiales son el tipo de variz más común. Se trata de varices de pequeño tamaño pero muy visibles que, por tanto, tienden a generar temor. Pero lo cierto es que más allá del impacto estético, al tratarse de venas pequeñas, no hay (excepto en casos muy concretos) problemas de salud asociados ni complicaciones. Conocida también como telangiectasia, son vénulas que están permanentemente dilatadas que se perciben como azules, violetas o rojas.

4. Varices perineales

Las varices perineales son aquellas asociadas al embarazo. Muchas mujeres desarrollan varices en las piernas durante la gestación debido a la congestión pélvica. Y aunque permanecen después de dar a luz, lo cierto es que desaparecen por sí solas sin mayores complicaciones ni necesidad de tratamiento entre 3 y 12 meses más tarde.

5. Perlas varicosas

Las perlas varicosas son varices indicativas de una enfermedad de las venas crónica y, pudiendo aparecer en cualquier región del cuerpo, se perciben como varices pequeñas y elevadas con un aspecto de ampolla y un color entre azul y violeta. Tienen tendencia a desarrollar complicaciones como sangrados.

6. Corona flebectásica

Una corona flebectásica es una variz superficial que se desarrolla en la cara externa o interna de los pies. Suelen ser señal de una enfermedad varicosa crónica en estadíos avanzados, por lo que habría que consultar con un médico para evaluar así la salud cardiovascular.

7. Varices de grado I

Las varices de grado I, también conocidas como varículas o arañas vasculares, son varices finas de color rojizo o violáceo que, en aspecto, se asemejan a una telaraña. Son antiestésticas pero lo cierto es que no provocan más síntomas (en algunas personas hay pesadez de piernas) ni hay riesgo de complicaciones, por lo que muchas veces no requieren de tratamiento. Se estima que más del 20% de la población mayor de 35 años presenta estas varices.

varices grado 1

8. Varices de grado II

Las varices de grado II son aquellas que ya son más visibles por su color y por su relieve, cosa que es debida a una dilatación progresiva de las venas. Estas, además del factor antiestético, sí que derivan en los síntomas que hemos comentado anteriormente, por lo que deben ser tratadas para tratar estos signos clínicos y evitar complicaciones.

9. Varices de grado III

Las varices de grado III son aquellas de segundo grado que no han recibido tratamiento y que, por tanto, han progresado en una situación más grave. La dilatación y la protuberancia es mayor y son indicativo de que el daño sobre las válvulas de las venas afectadas está llegando al extremo. Los síntomas, como es obvio, van empeorando paulatinamente, apareciendo también cambios de color en la piel.

10. Varices de grado IV

Las varices de grado IV son aquellas de tercer grado que han derivado en complicaciones tales como lesiones inflamatorias y úlceras, las cuales pueden infectarse, además de todos los síntomas de las anteriores y, como es evidente, más graves. En estas varices ya hay riesgos severos para la salud del sistema circulatorio.

varices grado 4
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