Las 15 enfermedades víricas más comunes: causas, síntomas y tratamientos

Los virus están perfectamente diseñados para cumplir con un único objetivo: infectarnos y provocarnos distintas enfermedades.

Enfermedades víricas más comunes

De humanos en el planeta hay 7 mil millones. Un 7 seguido de 9 ceros. Pues bien, el número de virus en el mundo es de un 1 seguido de 31 ceros. Estamos en clara desventaja numérica.

Los virus, pese a que el debate por si hay que considerarlos seres vivos o no continúa, son las estructuras más abundantes y diversas del planeta. Son parásitos, es decir, que para multiplicarse deben infectar células de otros seres vivos.

Cada tipo de virus está especializado en parasitar un organismo concreto, desde plantas hasta cualquier especie animal, pasando por bacterias y hongos. Por lo tanto, no todos los virus del planeta pueden infectar a las personas. Si pudieran, la raza humana llevaría extinta mucho tiempo.

Sin embargo, los virus han formado parte de nuestra historia, pues los mayores desastres biológicos que han ocurrido han estado debidos a expansiones incontroladas de virus mortales y, a día de hoy, las enfermedades que provocan siguen causando estragos.

En este artículo haremos un repaso de las 15 enfermedades provocadas por virus más comunes del mundo.

¿Qué es una enfermedad viral?

Una enfermedad viral o vírica es todo aquel trastorno que se produce en nuestro cuerpo como consecuencia de la infección de un virus, el cual penetra células del organismo y empieza a generar afecciones en él.

Su mecanismo de acción los convierte en unos patógenos muy peligrosos, ya que se “esconden” dentro de las células, cosa que dificulta tanto la respuesta del sistema inmune como la acción de los medicamentos.

La gravedad de la mayoría de enfermedades que provocan, unido con el hecho de que la transmisión entre personas suele ser muy fácil, hace que los virus sean unos gérmenes muy temidos responsables de la mayoría de enfermedades infecciosas del mundo.

Las 15 enfermedades víricas más comunes

Los virus son una de las estructuras más pequeñas de la naturaleza, midiendo generalmente unos 100 nanómetros. Dicho de otra manera: en un milímetro cabrían 10.000 virus puestos en fila. Su pequeño tamaño, lejos de ser un impedimento, les permite penetrar células, cosa que ni las bacterias ni los hongos pueden hacer.

Cada tipo de virus infecta células de un órgano concreto, haciendo que cualquier parte de nuestro cuerpo sea susceptible de ser atacada por estos patógenos microscópicos. En función de la patogenicidad del virus y del área del organismo a la que afecte, desarrollaremos una enfermedad u otra.

En este artículo presentamos las 15 enfermedades víricas más comunes, detallando cómo se transmiten los virus que las causan, cuáles son los síntomas que producen y qué tratamientos existen.

1. Resfriado común

El resfriado común es una enfermedad provocada por muchos tipos distintos de virus que infectan las células de la nariz y de la garganta. Es muy común, pues personas perfectamente sanas pueden padecer esta enfermedad más de dos veces al año.

El virus se transmite por el aire o por contacto directo con fluidos de personas infectadas u objetos inanimados con partículas virales en su superficie. Los síntomas aparecen unos tres días después de la exposición y son los siguientes: congestión o goteo nasal, dolor de garganta, fiebre baja, dolor de cabeza leve, malestar general, tos, estornudos, etc.

No suele ser grave y la mayoría de personas se recuperan por sí solas a los, aproximadamente, 10 días sin necesidad de tratamiento. Para aliviar los síntomas se pueden tomar analgésicos y jarabes, pero no hay una cura que haga desaparecer la enfermedad ni tampoco una vacuna que prevenga su desarrollo.

2. Gripe

La gripe es una enfermedad viral provocada por el virus “Influenza”, el cual ataca a las células de la nariz, la garganta y los pulmones.

Es más grave que el resfriado común y sus complicaciones pueden resultar mortales si afecta a la población de mayor riesgo (menores de 5 años o mayores de 65, personas con el sistema inmune debilitado o con obesidad mórbida, mujeres embarazadas, etc.), aunque generalmente desaparece por sí sola.

Sigue una distribución estacional, apareciendo cada año y siempre dando lugar a muchos casos. Los síntomas son los siguientes: fiebre alta, dolor muscular, dolor de cabeza, tos seca, congestión nasal, fatiga y debilidad, escalofríos, sudoración excesiva, etc.

No hay ningún tratamiento, hay que dejar que el propio cuerpo supere la enfermedad, por lo que es importante mantenerse bien hidratado. Las vacunas anuales no son efectivas al 100% pero es recomendable usarlas.

3. Gastroenteritis vírica

La gastroenteritis vírica ocurre por consumir agua o alimentos contaminados con virus como el “Norovirus” o el “Rotavirus”, los cuales infectan las células de los intestinos.

Es un trastorno muy común con la siguiente sintomatología: diarrea acuosa, dolores abdominales, calambres en el abdomen, náuseas, vómitos, fiebre baja, etc.

La mayoría de gente se recupera sin problemas, aunque para los mayores de 65 años y las personas con sistemas inmunes debilitados puede resultar mortal. No existe ningún tratamiento, por lo que la prevención (evitando alimentos que puedan estar contaminados y cuidando la higiene personal) es la mejor aliada.

4. Conjuntivitis vírica

La conjuntivitis vírica es la infección por parte de un virus de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el párpado y la córnea. El enrojecimiento ocular característico de esta enfermedad es debido a que, por la respuesta del sistema inmune a la infección, los vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman y se hacen más visibles.

Se trata de una enfermedad altamente contagiosa. Pese a que los síntomas de dolor, hinchazón y lagrimeo pueden ser muy molestos, la conjuntivitis raramente afecta a la visión. Sin embargo, puede venir acompañada de fiebre, dolor de garganta y malestar general.

No hay tratamiento que la cure, por lo que solo se pueden aliviar los síntomas mediante lágrimas artificiales o compresas frías.

5. Varicela

La varicela es una enfermedad provocada por la infección de las células de la piel por parte de un virus. Es extremadamente contagiosa y suele afectar a los niños, ya que después del primer contacto, el cuerpo desarrolla inmunidad contra este virus.

La sintomatología más característica es la aparición de erupciones en la piel y ampollas llenas de líquido que causan picazón. Estas pueden estar acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, pérdida de apetito, fatiga, debilidad y malestar general.

No existe cura, aunque se pueden recetar antihistamínicos para reducir la sensación de picazón. Existe una vacuna muy efectiva que se recomienda administrar a los niños.

6. Zóster

El zóster es una enfermedad cutánea caracterizada por la aparición de erupciones y ampollas dolorosas en lado izquierdo o derecho del torso.

Esta enfermedad surge cuando, después de haber sufrido varicela, el virus se “esconde” y se mantiene inactivo en el tejido nervioso. Años más tarde, ya en la edad adulta, este virus puede reactivarse y dar lugar al zóster.

A diferencia de la varicela, el zóster suele estar localizado en una zona concreta del cuerpo. Tiene la siguiente sintomatología: ampollas llenas de líquido que pasan a formar costras, picazón intensa, dolor, ardor, hormigueo, entumecimiento y, en algunas ocasiones, fiebre y sensibilidad a la luz.

No existe cura para el zóster, pero los medicamentos antivirales pueden acelerar la curación y reducir el riesgo de sufrir complicaciones.

7. Herpes labial

El herpes labial es una infección viral muy común caracterizada por la aparición de ampollas llenas de líquido que se agrupan formando manchas.

Se contagia de persona a persona por contacto directo, generalmente al besarse. La enfermedad va apareciendo y desapareciendo periódicamente. Durante los primeros brotes, además de las ampollas, el afectado puede tener otros síntomas: fiebre, enrojecimiento de las encías, dolor de garganta y de cabeza, molestias musculares, etc.

No existe cura, pero los medicamentos antivirales pueden hacer que reaparezca con menos frecuencia. De todos modos, suele curarse por sí solo después de unas semanas sin dejar cicatrices.

8. Parotiditis

La parotiditis, conocida popularmente como “paperas”, es una enfermedad vírica que afecta a las glándulas salivales cercanas a los oídos, lo que provoca una inflamación del rostro en esas regiones. Se transmite por contacto directo con la saliva de una persona infectada.

Los síntomas son los siguientes: inflamación de las glándulas salivales, dolor al masticar y al tragar, fiebre, dolor de cabeza, malestar general, fatiga y debilidad, pérdida de apetito, etc. La pérdida de audición es una complicación grave pero poco frecuente.

No hay tratamiento específico para las paperas, aunque sí que existe una vacuna que ha reducido enormemente el número de casos en todo el mundo.

9. Mononucleosis

La mononucleosis es una enfermedad vírica que puede tener complicaciones graves para el cuerpo y que se transmite entre personas por contacto directo con la saliva o per objetos inanimados contaminados por el virus.

La sintomatología es la siguiente: fiebre, dolor de garganta, fatiga, inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y las axilas, dolor de cabeza, sarpullido, agrandamiento del bazo, etc. Puede derivar en problemas cardíacos, hepáticos o neurológicos.

No existe cura, por lo que el único tratamiento consiste en descansar, hidratarse y tomar analgésicos. Hay que vigilar indicios de complicaciones para recibir atención médica rápidamente.

10. Neumonía vírica

La neumonía vírica consiste en la infección por parte de un virus de los sacos aéreos pulmonares, que se llenan de pus y da lugar a afecciones potencialmente mortales.

Los síntomas son los siguientes: dolor en el pecho, tos con mocos, fatiga, fiebre alta, escalofríos, dificultad para respirar, desorientación, etc. Si la infección no se detiene, puede acabar provocando disfunción respiratoria, la cual es mortal.

No existe una cura, pero es imprescindible tratar esta enfermedad para evitar complicaciones. Esto puede implicar la hospitalización del paciente para que esté en constante observación.

11. Molusco contagioso

El molusco contagioso es una infección de la piel de origen vírico caracterizada por la aparición de protuberancias redondas en ella. Es más común en niños, aunque la infección se puede dar en cualquier persona. En adultos, suele aparecer solo si tienen el sistema inmune debilitado.

Puede afectar a diversas zonas de la piel dependiendo de donde se haya producido el contacto. La que se desarrolla en los genitales se considera una enfermedad de transmisión sexual.

Las erupciones que causa no suelen provocar dolor, pero pueden venir acompañadas de picazón y problemas de carácter estético. Estas protuberancias suelen desaparecer por sí solas al cabo de un año, aunque un médico puede extirparlas si lo considera oportuno.

12. Sarampión

El sarampión es una enfermedad infantil potencialmente mortal. De hecho, a pesar de que su incidencia se ha reducido enormemente gracias al desarrollo de una vacuna, la enfermedad sigue causando la muerte de más de 100.000 niños cada año.

La sintomatología más evidente es la aparición de sarpullidos rojos y manchas blancas, cosa que viene acompañada de: fiebre, tos seca, dolor de garganta, conjuntivitis, sensación de estar resfriado, etc. El problema es que puede derivar en complicaciones graves como la neumonía, la encefalitis, bronquitis… Situación que resulta de alto riesgo para los niños, especialmente los menores de 5 años.

No existe tratamiento. La única protección contra esta enfermedad es la vacunación, por eso es tan importante concienciar a la población de que si no vacunamos a los niños, todas estas enfermedades volverán a aumentar su incidencia.

13. Rubéola

La rubéola es una infección viral similar al sarampión pero no es ni tan contagiosa ni tan grave como esta última. De hecho, muchas veces la enfermedad es tan leve que los niños no suelen presentar ninguna manifestación.

Cuando aparece, la sintomatología es la siguiente: sarpullido fino y rosado (diferente al del sarampión), fiebre baja, dolor de cabeza, enrojecimiento de los ojos, dolor en las articulaciones, etc. Es una enfermedad leve precisamente porque de ella no derivan complicaciones peligrosas.

Tampoco existe cura, pero la vacuna es muy efectiva para evitar que el niño se contagie.

14. Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)

El VIH es un virus que se transmite por contacto sexual y que puede provocar que se desarrolle la enfermedad del SIDA, la cual resulta mortal si no se aplican tratamientos.

Pueden pasar años hasta que el virus provoque el SIDA, pero cuando lo hace, empieza a provocar una debilitación grave del sistema inmune. Esto hace que los afectados no puedan combatir otras infecciones, dando lugar a los siguientes síntomas: fiebre recurrente, adelgazamiento, diarrea crónica, fatiga persistente, etc.

Pese a no existir cura, disponemos de medicamentos que ralentizan el desarrollo del SIDA. Estas terapias han reducido notablemente el número de muertes por la enfermedad, al menos en los países desarrollados.

15. Virus del Papiloma Humano (VPH)

El VPH es un virus de transmisión sexual muy común. Existen más de 100 tipos diferentes, siendo la mayoría responsables de provocar verrugas o cáncer.

Cuando aparecen las verrugas, las características de estas dependen del tipo de virus VPH que nos haya infectado, pues pueden ser verrugas comunes (en manos), genitales, planas (en cara o piernas) o plantares (en los talones).

El VPH también puede inducir al desarrollo de cáncer, generalmente el cáncer de cuello uterino, que es la parte del útero que conecta con la vagina. Los de ano, vagina, pene y garganta son otros tipos de cáncer provocados por este virus.

No hay cura, pero en este caso sí que disponemos de vacunas para evitar infecciones por parte de los tipos más comunes de VPH.

Referencias bibliográficas

  • Ahmed, J.U., Rahim, M.A., Uddin, K.N. (2017) “Emerging Viral Diseases”. ResearchGate.
  • Wang, L.F., Crameri, G. (2014) “Emerging zoonotic viral diseases”. Rev. sci. tech. Off. int. Epiz.
  • Gelderblom, H.R. (1996) “Structure and Classification of Viruses”. Medical Microbiology.
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