Los 12 errores médicos más comunes

Los médicos no dejan de ser personas y, como tal, pueden equivocarse. Un repaso de las negligencias médicas más frecuentes que pueden tener lugar en los hospitales.

Errores médicos

La de médico es, sin duda, la profesión que requiere de mayor responsabilidad. Y es que en las manos de los médicos está lo más valioso de todo: nuestra salud. Cuando estamos enfermos, confiamos nuestra integridad a estos médicos; personas que, evidentemente, están perfectamente formadas y capacitadas para proteger nuestra salud.

No es de extrañar que formarse como médico requiera de seis años de grado más cuatro de especialización. Tras más de 10 años de educación, el médico está más que preparado para comenzar a ejercer.

Con una formación que continúa durante toda su vida profesional, estos médicos están siempre renovando sus conocimientos y perfeccionando sus habilidades. Pero al fin y al cabo, no dejan de ser personas. Y como tal, pueden equivocarse. El problema es que un error de un médico puede costarnos muy caro.

Dejando claro que en ningún momento queremos menospreciar la capacitación de los médicos, en el artículo de hoy ofrecemos una selección de los errores médicos más frecuentes. Los médicos son hérores que salvan vidas a diario. Pero hay que conocer estas negligencias médicas para que, en caso de que ocurran, puedan tener el mejor desenlace posible tanto para el paciente como para el médico.

¿Cuáles son las negligencias médicas más frecuentes?

Como ya hemos recalcado, los médicos son las personas más aptas para preservar nuestra salud. Pero como es natural, no son máquinas. E incluso el mejor médico del mundo puede cometer errores, ya sea porque ha tenido un mal día o porque simplemente ha fallado. Al fin y al cabo, son humanos. Y equivocarse es humano.

De todos modos, es cierto que hay determinadas veces en las que estos errores pueden salir caros. Estamos hablando de las negligencias médicas, que se definen como actos mal realizados por parte de un profesional sanitario que se desvían de la normativa aceptada y que dañan la salud del paciente al que están tratando.

Desde errores en la medicación hasta fallos durante intervenciones quirúrgicas, hay muchos tipos de negligencias médicas. Los médicos viven día a día al filo de la navaja. Y hay veces en las que se equivocan. Veamos los errores más comunes en los hospitales.

1. Errores de medicación

Es la negligencia médica más común. De hecho, el Instituto de Medicina de las Academias Nacionales afirma que se producen cada año en el mundo 1 millón y medio de errores en los que a dispensación de receta médica se refiere.

Como podemos deducir, esta negligencia consiste en recetar al paciente un medicamento o fármaco erróneo. Es decir, tras diagnosticar adecuadamente una enfermedad, le receta un medicamento que no funciona para tratar esa patología. Afortunadamente, estos errores se suelen cometer recetando fármacos poco dañinos para el cuerpo, por lo que no tiende a ser una negligencia grave. A no ser que este error consista en dar un medicamento para el que el paciente es alérgico. Pero ya llegaremos a esto.

Error medicación

2. Errores quirúrgicos

Los errores quirúrgicos hacen referencia a todas aquellas negligencias que tienen lugar dentro de una sala de operaciones. Las cirugías son intervenciones muy complejas y, pese a que los cirujanos están muy preparados para realizarlas, se pueden cometer errores.

Este tipo de error engloba muchas negligencias. La más común de ellas, pese a que sorprenda, es olvidarse material quirúrgico dentro del paciente, quedando este en su interior después de terminar la intervención. También tenemos fallos en el tratamiento de la enfermedad que se está interviniendo, daños a estructuras que estaban en buen estado, infecciones, falta de medidas higiénicas e incluso realización de una operación incorrecta en el paciente. Evidentemente, este último es extremadamente raro.

3. Infecciones nosocomiales

Las infecciones nosocomiales son todas aquellas enfermedades infecciosas que contrae un paciente durante su estancia en un hospital. Se trata de infecciones que se manifiestan tras más de 48 horas del ingreso hospitalario, cosa que indica que el contagio se ha producido en este recinto.

Esto no implica solo a los médicos, sino también al resto de personal (sanitario y no sanitario) que trabaja en el hospital, pues hay que conseguir que sea un ambiente lo más estéril posible. Cuando una persona ingresada enferma a causa de un foco de infección procedente del hospital en el que se encuentra, estamos ante un error médico. Se estima que el 8% de los pacientes ingresados en un hospital contraen alguna infección nosocomial.

4. Errores de anestesia

La anestesia es una sustancia farmacológica que se administra antes de una intervención quirúrgica para suprimir la sensibilidad dolorosa del paciente. Pero esto, tanto si es local como general, es extremadamente peliagudo. Pequeños errores en la dosis o en el lugar de la inoculación pueden provocar la muerte.

Por ello, pese a que los médicos especialistas en Anestesiología están formados perfectamente en ello, las negligencias médicas en lo que a anestesia se refiere son muy peligrosas. No es de extrañar, por lo tanto, que sea una de las especialidades mejor pagadas. Pero es que la responsabilidad es también enorme.

Si los errores en la dosis son leves, quizás solo haya algunos efectos secundarios poco graves. Pero si el error es grande, el paciente puede morir durante la intervención. Se estima que la muerte por este tipo de negligencia sucede en 1 de cada 250.000 pacientes que se someten a la administración de anestesia general.

Error anestesia

5. Errores de dispensación de fármacos

Igual que se pueden cometer errores a la hora de recetar un medicamento, es posible que, pese a que el médico haya recetado el fármaco correcto, otro médico, enfermero o farmacéutico dispense otro distinto. Estas negligencias son más comunes en farmacias, especialmente en aquellas que están cerca de hospitales y que reciben un mayor flujo de personas que, además, suelen necesitar medicamentos más extraños. Del mismo modo, no suele ser muy grave.

6. Errores en el parto

El parto es uno de los momentos más felices en la vida de toda madre. Pero desde el punto de vista clínico, dar a luz esconde todo tipo de complicaciones tanto para la mujer como para el recién nacido. No es de extrañar, pues, que haya una rama de la Medicina dedicada al embarazo y al parto: la Obstetricia.

Son muchas las cosas que pueden salir mal durante el parto y los momentos posteriores, por los que las conocidas como negligencias postnatales son relativamente frecuentes. No detectar el sufrimiento fetal, no utilizar adecuadamente los fórceps, no realizar correctamente las cesáreas, no saber identificar situaciones de emergencia… Todos estos errores pueden derivar en lesiones cerebrales irreversibles en el bebé o en huesos fracturados, además de otros peligros tanto para el recién nacido como la madre.

7. Errores de diagnóstico

Uno de cada seis médicos reconoce cometer errores de diagnóstico a diario. Limitados por la eficacia de las pruebas de detección de enfermedades, la necesidad de dar un diagnóstico rápido, la falta de recursos para hacer exámenes complementarios y la semejanza en lo que síntomas se refiere entre distintas patologías, las negligencias de diagnóstico son muy (demasiado) habituales.

A todos nos ha pasado alguna vez que nos han diagnosticado algo y, al poco tiempo, se ha descubierto que, en realidad, era otra cosa. Mejorar la eficacia de los diagnósticos es la tarea pendiente de la Medicina mundial, pues además de que un diagnóstico erróneo impide que se ofrezca el tratamiento adecuado, se da tiempo a que la enfermedad, en caso de ser peligrosa, siga su curso.

Error diagnóstico

8. Errores de laboratorio

Vinculado con el punto anterior, los laboratorios son recintos dentro de los hospitales donde los médicos trabajan para realizar el diagnóstico de enfermedades, especialmente en lo que se refiere a análisis sanguíneos y detección de infecciones en tejidos del paciente.

Si las pruebas quedan contaminadas, se intercambian con las de otros pacientes o las pruebas de análisis se realizan mal, se llegará a un diagnóstico incorrecto. Por lo tanto, en los laboratorios también se pueden cometer negligencias a pesar de que no se esté en contacto directo con el paciente.

9. Retraso en el diagnóstico

Vinculado con los dos anteriores, los errores en el diagnóstico derivan también en un retraso en el diagnóstico. Por lo tanto, tanto por haber fallado en el primer diagnóstico como por simplemente no haber iniciado las pruebas de detección cuando se debía, es posible que el diagnóstico correcto llegue demasiado tarde. Muchas veces, esto no supone un problema real, pero en el caso del cáncer, por ejemplo, puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.

10. Retrasos en listas de espera

Los países con sanidad pública ofrecen atención sanitaria a toda la población. Pero esto, pese a ser magnífico, trae una consecuencia: las listas de espera. Tanto para realizar pruebas diagnósticas como para tratar la enfermedad en cuestión, la gente que opte por la sanidad pública debe esperar, a menudo, largas temporadas. Y a veces, encima, se producen retrasos.

Realmente no es un error médico como tal, pues es una consecuencia inevitable de ofrecer cobertura médica a todo el mundo teniendo recursos limitados, pero lo cierto es que los sistemas de salud deben encontrar la manera de mejorar la organización de estas listas, pues hay pacientes que presentan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves si no son tratados rápidamente.

11. Falta de consentimiento informado

Antes de someterse a cualquier intervención médica, el paciente debe dar lo que se conoce como consentimiento informado. Es decir, el médico debe exponerle claramente en qué consistirá la intervención y cuáles son exactamente los riesgos a los que se expone. Y a partir de ahí, el paciente da su consentimiento. Solo entonces, después de oír y aceptarlo todo, puede empezar la intervención.

Si es algo poco invasivo, el consentimiento se da de forma verbal. Pero si es un procedimiento invasivo (como una cirugía), el paciente da el consentimiento informado a través de un documento informado.

Sea como sea, en cuanto surge un problema durante la intervención que no se le había mencionado (verbalmente o por escrito) al paciente, se habla de una negligencia grave, pues este no era consciente de que eso podía suceder.

Consentimiento informado

12. No tener en cuenta alergias

Como hemos mencionado, los errores en la medicación no suelen ser graves, a no ser que, como habíamos adelantado, se recete un medicamento al que el paciente es alérgico. Las reacciones alérgicas medicamentosas pueden llegar a ser muy graves.

Por ejemplo, si un médico receta un antibiótico que contiene penicilina a alguien que es alérgico a ella (imaginemos que está en estado de sedación y no puede decir que es alérgico), está cometiendo una negligencia muy grave. Y es que puede provocar una reacción alérgica que pone en peligro la vida.

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