Las 10 mejores formas de prevenir enfermedades infecciosas

Estamos expuestos a infinidad de patógenos. Afortunadamente, hay maneras de evitar que seamos infectados por ellos.

Enfermedades infecciosas

Según la OMS, 6 de las 10 mayores amenazas para la salud pública mundial están relacionadas con las enfermedades infecciosas, es decir, aquellas causadas por patógenos que se transmiten entre personas y que, una vez dentro del organismo, empiezan a causar algún daño.

Que sean una amenaza tan grande es debido a que estamos expuestos constantemente a infinidad de gérmenes que tienen un único propósito: infectarnos. Y algunos de ellos lo consiguen con mucha frecuencia: el virus del resfriado común afecta a prácticamente toda la población al menos una vez al año, la gripe tienen también una elevada incidencia, todos nos hemos sufrido gastroenteritis después de comer algo en mal estado… Y la lista sigue.

Históricamente, además, ha habido patógenos que han provocado verdaderas catástrofes, siendo responsables de pandemias que han supuesto la pérdida de millones de vidas: la Peste Negra, la Viruela, la Gripe Española, entre otras.

Afortunadamente, los humanos aprendimos que hay maneras de frenar la propagación de estos gérmenes, por lo que, dentro de lo biológicamente posible, hemos reducido la incidencia de estas enfermedades.

En este artículo hablaremos de las formas de prevención más eficaces para evitar ser infectados por patógenos, centrándonos tanto en enfermedades que se transmiten por el aire como por la vía sexual, así como aquellas contagiadas por alimentos contaminados o por el contacto con animales.

¿Qué es una enfermedad infecciosa?

Una enfermedad infecciosa es toda aquella alteración que sufre nuestro cuerpo después de ser infectado por un patógeno, el cual coloniza alguno de nuestros órganos o tejidos después de haber llegado a nuestro organismo por distintas vías de transmisión.

Los microorganismos, ya sean bacterias, virus, parásitos u hongos, son seres con la capacidad de infectarnos. Pero para hacerlo, deben encontrar la manera de llegar a nuestro organismo, por lo que disponen de lo que se conoce como mecanismos de transmisión.

¿Cómo se transmiten los patógenos?

Algunos patógenos como el virus del herpes labial tiene un modo de contagio a través del contacto entre mucosas, en concreto por el contacto directo de la saliva de una persona infectada con una sana.

Otros, como el virus del VIH, tiene un mecanismo de contagio por vía sexual, es decir, se transmite por el contacto sexual entre una persona infectada y una sana.

Hay gérmenes que, por el contrario, son capaces de transmitirse por el aire. Y son estos los que provocan las enfermedades más contagiosas, pues es muy fácil que una persona infectada esparza los patógenos entre la población. El virus de la gripe o el del resfriado común son ejemplos de este mecanismo.

También hay patógenos que no se transmiten directamente entre personas, sino que utilizan el agua y los alimentos como mecanismo de propagación. Los gérmenes se depositan en estos productos y esperan que un humano los consuma para que, una vez dentro, puedan generar la enfermedad. Algunos ejemplos son la conocida “Listeria” o los virus y bacterias responsables de la gastroenteritis.

Incluso hay algunos que utilizan lo que se conoce como vectores biológicos. Estos patógenos se “hospedan” en el interior de algunos animales, generalmente insectos (mosquitos, garrapatas, moscas…), y esperan que estos organismos los conduzcan hasta un humano. Un claro ejemplo es el de la malaria, una enfermedad que se transmite por la picadura de mosquitos que tienen el parásito en su interior y que lo inyectan en la persona.

¿Cuáles son las mejores formas de prevenir enfermedades infecciosas?

Entender los mecanismos de transmisión de los patógenos es vital para explicar las formas de prevención, pues se derivan de la manera cómo los gérmenes llegan a nosotros. Es decir, la prevención se basa en poner obstáculos durante la transmisión de los patógenos.

Dependiendo del patógeno que queramos evitar y de su forma de contagio, se desarrollan unas formas de prevención u otras. A continuación presentamos las 10 mejores formas de prevención de enfermedades infecciosas.

Pese a que hay que tener en cuenta que el riesgo 0 no existe, siguiendo las siguientes recomendaciones, reducirás en gran medida la probabilidad de padecer enfermedades provocadas por patógenos transmisibles.

1. Mantén una buena higiene personal

Es la recomendación más importante ya que es la más efectiva. Manteniendo una buena higiene personal se reduce en gran medida la posibilidad de contagio de enfermedades, especialmente de aquellas que se transmiten por el contacto directo entre mucosas.

La saliva, el sudor, secreciones, sangre, tejidos, lágrimas, restos de vómitos y todo tipo de fluidos corporales de una persona infectada pueden ser una vía de transmisión de patógenos. Constantemente entramos en contacto con restos biológicos de otros humanos. Muchos de ellos no sufren enfermedades, pero una porción sí que puede albergar algún patógeno.

Cuando tocamos una superficie con sus fluidos, estos quedan en nuestras manos, permitiendo así que, al tocarnos partes de nuestro cuerpo, entren en contacto con nuestras mucosas, infectándonos.

Por lo tanto, especialmente en las épocas de gripe y de resfriado (desde octubre a marzo, aproximadamente) es vital lavarse las manos con frecuencia: después de ir al baño, después de volver de la calle, antes de comer o cocinar, después de sonarse la nariz, toser o estornudar, después de cambiar pañales, después de haber cuidado a una persona enferma, después de tocar a un animal, después de haber estado en el transporte público...

2. Vacúnate

Pese a la inexplicable moda de no vacunarse, las vacunas siguen siendo una de las mejores barreras para evitar muchas enfermedades infecciosas. Pese a lo que se puede leer, es mentira que causen autismo o que sean dañinas para el cuerpo.

Las vacunas están sometidas a controles exhaustivos de seguridad, por lo que cualquier vacuna que se comercializa es perfectamente segura para la salud. Puede haber algún efecto secundario como fiebre o sarpullido, pero es la reacción natural del cuerpo. No hay ningún peligro.

Las vacunas evitan que seamos infectados por muchos patógenos, protegiéndonos así de enfermedades como la hepatitis B, la poliomielitis, el tétanos, el sarampión, la difteria, la tuberculosis, etc.

Mantén las vacunas actualizadas y asegúrate de que tus hijos las reciban. No solo los proteges a ellos, sino al resto de niños y adultos.

3. Cuidado con lo que se come

Como hemos dicho, el agua y los alimentos son una vía de transmisión de patógenos muy común. De hecho, existen más de 200 enfermedades transmitidas por alimentos, haciendo que 1 de cada 10 habitantes del mundo enferme cada año a causa de ellas.

Para evitar la colonización y/o multiplicación de los patógenos en los alimentos, hay que ponerles difícil su supervivencia. Para ello, es importante seguir las siguientes recomendaciones: respeta las fechas de caducidad, mantén los alimentos en la nevera, no comer la carne demasiado cruda, lava las frutas y verduras antes de cocinarlas, mantén limpios los utensilios de cocina, no congeles y descongeles varias veces, no mantengas cerca la comida cocinada y la cruda, etc.

4. Practica sexo seguro

El preservativo es la mejor manera de evitar enfermedades de transmisión sexual. La clamidiasis, la gonorrea, la sífilis, la tricomoniasis, el SIDA, el VPH, la hepatitis B… Todas estas enfermedades están provocadas por patógenos que se transmiten a través de relaciones sexuales sin protección. Suelen ser afecciones graves, por lo que el preservativo es la mejor prevención.

5. Respeta las indicaciones de los antibióticos

Los antibióticos solo deben ser utilizados en caso de una infección bacteriana. Contra una enfermedad vírica como la gripe o el resfriado, no hacen absolutamente nada. Y, de hecho, su mal uso trae consecuencias negativas para la salud pública, pues conforme más los usamos, más bacterias resistentes aparecen y estos fármacos dejan de ser útiles.

Por ello, es importante no automedicarse ni dar antibióticos a conocidos. Además, una vez el médico los haya recetado, es muy importante seguir el tratamiento hasta el último día aunque se note una mejoría ya en los primeros.

6. Abrígate en invierno

Los meses de invierno suelen ser la época del año con mayor incidencia de enfermedades infecciosas, pues cuando hace frío, nuestro cuerpo destina gran parte de la energía a mantener la temperatura corporal, “desprotegiéndonos” un poco del ataque de patógenos.

Abrigándonos debidamente hacemos que el cuerpo no destine tantos esfuerzos a mantener el cuerpo caliente, por lo que puede centrarse en potenciar el sistema inmune y hacernos más resistentes al ataque de gérmenes.

7. Cuidado con los animales

Como hemos dicho, los animales son vehículo de transmisión de muchas enfermedades. La tiña, la rabia, la enfermedad de Lyme, la campilobacteriosis, la toxoplasmosis, la sarna, la leishmaniasis, etc, son solo algunos de los ejemplos de enfermedades transmitidas por el contacto con animales.

Por ello, es importante evitar la interacción con animales salvajes o con mascotas que no sabemos de dónde vienen, pues pueden transmitirnos distintas enfermedades.

8. Cuidado con regiones húmedas y boscosas

Las regiones boscosas con mucha humedad son verdaderos hervideros de mosquitos y otros insectos, los cuales, como hemos visto, pueden transmitirnos enfermedades. Por ello, es importante que si visitamos alguna de estas zonas, usemos repelentes.

9. Mantén ventilada la casa

Si nuestro hogar está constantemente cerrado, potenciamos la reproducción de hongos y otros patógenos, los cuales se aprovechan de la falta de ventilación para crecer. Esto es especialmente importante si una persona de la casa está enferma, pues ventilando se evita que el virus siga infectando al resto de miembros de la familia.

10. Cuidado al viajar a países exóticos

Si planeas un viaje a algún país exótico, es importante que tengas en cuenta que ahí habrá patógenos con los que nunca hemos entrado en contacto y que pueden provocarnos enfermedades graves. Por ello, es importante consultar con un médico, el cual le dará consejos para aplicar durante tu viaje e incluso puede administrarte alguna vacuna antes de viajar.

Referencias bibliográficas

  • World Health Organization (2001) “WHO Recommended Strategies for the Prevention and Control of Communicable Diseases”. WHO.
  • Cecchini, E. (2001) “Infectología y enfermedades infecciosas”. Ediciones Journal.
  • World Health Organization (2011) “Communicable Diseases”. WHO.
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