Síndrome de X frágil: causas, síntomas y tratamiento

El síndrome de X frágil es un trastorno genético raro que constituye la principal causa de discapacidad intelectual hereditaria. Analizamos las bases clínicas de esta condición que afecta al desarrollo cerebral.

Síndrome X frágil

Las personas somos, a nivel fisiológico, el resultado de la interacción entre los 30.000 genes que conforman nuestro genoma y las influencias del ambiente tanto interno como externo. Por ello, pese a que no seamos simplemente producto de la genética, los genes juegan un papel importantísimo en nuestro organismo.

Y es que es en estas secuencias de ADN que está escrita la información necesaria para la síntesis de todas aquellas proteínas que permitirán dar funcionalidad a nuestras células y, en última instancia, a nosotros como seres humanos. Pero, por suerte y por desgracia, estos genes no son unidades inamovibles.

Ya sea por los caprichos del azar genético o por las bases de la herencia entre padres e hijos, es posible que se produzcan errores en la secuencia de uno o varios de nuestros genes. Y, en caso de que dichas mutaciones provoquen efectos negativos a nivel fisiológico, la persona sufrirá lo que se conoce como enfermedad genética.

Existen más de 6.000 trastornos genéticos distintos, pero uno de los más relevantes a nivel clínico, por ser la principal causa hereditaria de discapacidad intelectual, es el síndrome de X frágil, una enfermedad congénita que surge cuando la persona, debido a errores en un gen, no dispone de unas proteínas esenciales para el desarrollo cerebral. En el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, analizaremos las bases clínicas de este trastorno.

¿Qué es el síndrome de X frágil?

El síndrome de X frágil es un trastorno genético y hereditario en el que, a causa de un error en el cromosoma sexual X (de ahí viene el nombre), la persona no dispone de un gen responsable de la síntesis de una proteína esencial para el correcto desarrollo cerebral.

Se trata de una enfermedad (quizás es mejor llamarla condición) genética que afecta con mayor frecuencia al sexo masculino y que, al presentar una incidencia de 1 caso por cada 4.000 hombres y de 1 caso por cada 8.000 mujeres, se considera una patología rara, al presentar na incidencia por debajo del 0,05%.

Pero aun así, el síndrome de X frágil representa la principal causa hereditaria de discapacidad intelectual, que puede llegar a ser grave. Los problemas de inteligencia, las dificultades de aprendizaje, los problemas en el habla, la tendencia a la agresión en niños y a la timidez en niñas y los problemas tanto emocionales como sociales son las principales manifestaciones de este trastorno.

Queremos dejar claro desde ya que en ningún momento queremos referirnos a las personas que sufren el síndrome de X frágil como personas enfermas. Simplemente queremos, desde la más honrada voluntad de divulgación científica, trasladar las bases genéticas de este síndrome a la población general. No queremos faltar al respeto a nadie, solo hablar objetivamente de esta condición.

Un síndrome que, al tener su origen en errores genéticos heredados, no tiene cura. Aun así, las pruebas genéticas pueden detectar precozmente este trastorno y ofrecer un tratamiento temprano que, si bien no curará la patología, sí que puede mejorar la calidad de vida de la persona a través de la farmacología y las terapias educativas, conductuales y físicas. Además, más allá de las afectaciones y síntomas que comentaremos, no reduce la esperanza de vida.

Qué es síndrome X frágil

Causas

Las causas del síndrome de X frágil están muy bien descritas. Se trata, como hemos dicho, de un trastorno genético de origen hereditario, por lo que es una patología congénita que se desarrolla cuando un niño hereda un gen mutado de sus padres. Se trata de una condición con una incidencia de 1 caso por cada 2.500-4.000 hombres y de 1 caso por cada 7.000-8.000 mujeres.

Pero, ¿cuál es el gen mutado que propicia la aparición del síndrome de X frágil? El síndrome de X frágil surge por una mutación en el gen FMR1, que está localizado en el cromosoma sexual X y que codifica para la proteína FMRP, esencial para el correcto desarrollo del cerebro. Es importante también en otros tejidos, pero sobre todo a nivel de sistema nervioso central.

En condiciones normales, este gen FMR1 presenta entre 5 y 44 copias del trinucleótido CGG (una secuencia de citosina, guanina, guanina); pero las personas que desarrollan el síndrome de X frágil lo hacen porque, por un error genético en la secuencia, hay más de 200 copias del trinucleótido. Esta mutación apaga el gen e impide que se traduzca en la proteína. Cuando alguien tiene entre 55 y 200 copias, pueden presentar una forma leve de síndrome de X frágil (se habla de premutación) que no sea diagnosticada nunca.

Hay veces en las que la mutación consiste en una falta parcial o completa del gen FMR1, pero el escenario más habitual es este. Sea como sea, la causa de la condición es sufrir una mutación genética que impide la síntesis de la proteína FMRP, vital para el desarrollo normal del cerebro humano y para las rutas de señalización en las dendritas de las neuronas.

Y, ¿cómo se heredan estas mutaciones? Las mutaciones en el gen FMR1 que derivan en la aparición del síndrome de X frágil siguen un patrón de herencia dominante ligada al cromosoma X con penetrancia reducida en las mujeres (de ahí que la incidencia sea mayor en hombres). Por lo tanto, si un hombre (XY) tiene el gen FMR1 con las mutaciones que hemos dicho, desarrollará la enfermedad porque solo tiene un cromosoma X, pero las mujeres, pese a ser XX, también la sufrirán (aunque la penetrancia de la mutación es menor).

Todo dependerá de cuántas repeticiones de trinucleótidos hereden. Una persona con entre 5 y 44 repeticiones del trinucleótido CGG en el gem FMR1 no tienen ningún riesgo de tener descendencia con síndrome de X frágil. Una persona con entre 45 y 54 repeticiones no tiene riesgo de tener descendencia con la enfermedad pero sí que puede presentar síntomas muy leves.

Una persona con las premutaciones que hemos comentado (con entre 55 y 200 repeticiones) pueden tener síntomas leves y ya hay riesgo de tener descendencia con la premutación o la mutación completa. Una mujer con estas premutaciones tiene una probabilidad del 50% de transmitirla a sus hijos (niño o niña). Un hombre con estas premutaciones tendrá hijas con la premutación, pero no hijos con la premutación.

Y, por último, una persona con la mutación completa (más de 200 repeticiones, pudiendo llegar incluso a 1.000) también habrá un riesgo del 50%, pero la herencia de la mutación hará que la descendencia sufra la enfermedad como tal. Estas son las bases genéticas y hereditarias del síndrome de X frágil.

Causas síndrome X frágil

Síntomas

El síndrome de X frágil es una enfermedad congénita que, sin embargo, muestra una diversidad e intensidad de síntomas concreta dependiendo de la gravedad de las mutaciones heredadas en el gen FMR1. Sea como sea, los signos clínicos suelen aparecer a los dos años de vida.

La mayoría de niños afectados por la condición presentan una discapacidad intelectual que va de leve a moderada, mientras que solo el 30% de las niñas manifiestan algún grado de discapacidad intelectual. En cualquier caso, esta se suele manifestar con problemas en la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo, las habilidades numéricas y visuoespaciales, la función ejecutiva, el lenguaje y el habla y las habilidades físicas (empieza a andar más tarde que los otros niños).

Los rasgos físicos son muy sutiles y, cuando se observan (aproximadamente en el 50% de los casos), suelen consistir en un rostro más alargado y estrecho de lo normal, pabellones auriculares grandes y de baja implantación, hiperlaxitud en dedos, pies planos, mandíbula prominente, testículos más grandes (en jóvenes después de la pubertad) y frente grande.

Las alteraciones de la conducta pueden consistir en ansiedad, humor inestable, timidez, comportamientos agresivos e hiperactividad (en el 89% de los niños y el 30% de las niñas). Del mismo modo, aproximadamente el 30% de los niños afectados por esta condición muestran comportamientos del espectro autista.

Los episodios de convulsiones son relativamente frecuentes, presentándose con mayor o menor frecuencia en el 15% de los hombres y en el 5% de las mujeres. En el 60% de los casos se observan también otitis recurrentes.

Como vemos, pese a que no se observa una reducción en la esperanza de vida de una persona afectada por la condición del síndrome de X frágil, sí que pueden surgir, además de la inevitable discapacidad intelectual y los problemas que esto comporta, impactos grandes en la salud emocional y social de la persona. Por eso es tan importante tratar este trastorno de forma prematura.

Síndrome X frágil síntomas

Tratamiento

El síndrome de X frágil, al igual que el resto de enfermedades genéticas, no tiene cura, pero eso no significa que no pueda tratarse para mejorar la calidad de vida a nivel emocional y físico tanto como se pueda. El síndrome de X frágil es incurable, pero sí tratable hasta cierto punto.

Su diagnóstico no puede basarse solo en el cuadro clínico, pues ya hemos visto que los rasgos físicos solo están presentes en el 50% de los casos y estos pueden ser muy sutiles. Por ello, el diagnóstico debe consistir siempre en una prueba genética que, tras observar los indicios de discapacidad intelectual, confirmen o rechacen el síndrome de X frágil.

En caso de que se hayan observado las mutaciones en el gem FMR1, empezará, cuanto antes, el tratamiento. Este toma un enfoque multidisciplinar y se centran en mejorar los síntomas para que el impacto de la condición en la vida adulta sea lo más bajo posible. Evidentemente, la discapacidad intelectual seguirá estando ahí, pero debe hacerse todo lo que se pueda para mejorar la salud física emocional.

En este sentido, el tratamiento del síndrome de X frágil consiste en, por un lado, terapias farmacológicas basadas tanto en estimulantes e inhibidores de la recaptación de serotonina (para abordar la ansiedad y las conductas obsesivo-compulsivas) como en medicamentos antipsicóticos (para abordar las conductas agresivas y el comportamiento autista).

Y, por otro lado, el tratamiento también consiste en planes de educación individualizados, terapia ocupacional para la integración sensorial, logopedia, terapias conductuales, terapia física, etc. Todo esto puede ayudar a mejorar la situación. Además, hay que mencionar que se están investigando nuevos fármacos que presentan resultados esperanzadores para mejorar el pronóstico del síndrome de X frágil.

Tratamiento síndrome X frágil
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