Los 7 tipos de laxantes (cómo actúan e indicaciones de uso)

Los laxantes son productos que actúan a nivel del sistema digestivo para favorecer la evacuación, siendo así el tratamiento farmacológico para el estreñimiento. Veamos cómo se clasifican.

Tipos laxantes

Las estadísticas no engañan. 3 de cada 10 personas en el mundo sufren, aunque sea de forma ocasional, estreñimiento. Y es que hay muchas situaciones tanto a nivel de salud intestinal como incluso de estrés emocional que pueden conducir a problemas a la hora de que el cuerpo sea capaz de asegurar una correcta deposición de heces.

El sistema digestivo humano es, a nivel fisiológico, muy complejo. Son muchos los órganos y tejidos que participan tanto en la digestión de los alimentos como en la absorción de los nutrientes obtenidos de dicho proceso, así como en la eliminación de las sustancias de desecho. Y es en el intestino grueso que las heces se forman y se compactan.

Pero en este proceso, que viene siempre estimulado por la flora intestinal, hay muchas cosas que pueden salir mal y hacer que estas heces sean más secas de lo normal y/o que los movimientos intestinales para su evacuación sean deficientes, algo que lleva a sufrir el tan molesto estreñimiento.

Hay muchos remedios para tratar este estreñimiento con cambios en el estilo de vida, especialmente en lo que a alimentación, práctica de actividad física, manejo del estrés e hidratación se refiere. Pero hay veces en las que tenemos que recurrir a los famosos laxantes. Así pues, en el artículo de hoy, además de presentar las bases clínicas del estreñimiento, veremos los principales tipos de laxantes que existen. Empecemos.

¿Qué es el estreñimiento y cómo puede combatirse?

El estreñimiento es un trastorno digestivo que consiste en la condición clínica caracterizada por una frecuencia inusualmente baja de deposiciones y la evacuación más o menos dolorosa de heces particularmente secas, cuya eliminación requiere de esfuerzo. A nivel médico, se habla de estreñimiento cuando la frecuencia de deposiciones es menor a tres veces por semana.

Así pues, con el estreñimiento, la frecuencia a la hora de defecar es baja y el proceso viene acompañado de un esfuerzo anómalo y de dolor, pues las heces son secas y no son expulsadas con facilidad. Y como hemos dicho, el 30% de las personas (la incidencia es de 2-3 casos en mujeres por cada caso en hombres) sufren estreñimiento ocasional.

Se trata de una situación que, si bien en la mayoría de los casos es algo puntual que se resuelve sin problemas, puede convertirse en un problema crónico que, en ocasiones, llega a afectar a la calidad de vida de la persona. Es por esta misma razón que es importante conocer las formas de combatirlo y, sobre todo, que el uso de laxantes no siempre es necesario.

Hidratarse suficiente, comer alimentos ricos en fibra (y reducir la ingesta de los pobres en fibra), practicar deporte con regularidad, vigilar con los medicamentos que tienen el estreñimiento como efecto secundario, explorar nuestra salud mental (la depresión y otros trastornos se expresan a nivel físico con, entre otros, este síntoma), tomar medidas para controlar el estrés, establecer horarios para defecar, entrenar los músculos pélvicos, beber café, evitar los lácteos, probar con los probióticos y prebióticos…

Son muchos los consejos que podemos darte y que puedes aplicar sin necesidad de, como ves, recurrir a los laxantes. Pero es cierto que hay ocasiones en las que simplemente es imposible conseguir defecar. En ese punto, su consumo sí que se puede plantear. Así pues, veamos qué tipos de laxantes existen y cuál es el más indicado para ti.

Estreñimiento

¿Qué clases de laxantes para combatir el estreñimiento existen?

Los laxantes son medicamentos que, una vez administrados por vía oral o rectal, estimulan la defecación. Así pues, se trata de preparados farmacológicos que ayudan a eliminar las heces, por lo que se usan como tratamiento de rescate para el estreñimiento.

Los laxantes funcionan de diversas maneras para estimular este proceso de evacuación. Y es precisamente en función de esto que los podemos clasificar en diversas familias. Se trata (los que veremos y los más habituales) de medicamentos de venta libre, pero aun así, es importante que leas el prospecto de cualquier laxante antes de consumirlo. Una vez dicho esto, empecemos.

1. Laxantes osmóticos

Los laxantes osmóticos son aquellos que basan su funcionamiento en estimular la entrada de agua en el colon, también llamado intestino grueso, para así facilitar el paso de las heces a través del mismo. Así pues, estos laxantes hacen que los intestinos concentren más agua y que la deposición de las heces sea más suave.

Podemos encontrar laxantes salinos (actúan en el intestino delgado y grueso y su duración es de máximo 3 horas) o los hiperosmóticos (actúan solo en el intestino grueso y su duración máxima es de 9 horas), pero todos ellos actúan aproximadamente a la media hora. Como ejemplos convencionales tenemos el Miralax, la sal Epsom o la leche de magnesia. Sus posibles efectos secundarios incluyen hinchazón abdominal, dolor de tipo cólico, náuseas, diarrea, gases y aumento de la sed. De hecho, se recomienda beber 6-8 vasos de agua al día para prevenir la deshidratación.

Miralax

2. Laxantes estimulantes

Los laxantes estimulantes son aquellos que basan su funcionamiento en activar las contracciones rítmicas de la musculatura intestinal del colon. Es decir, tratan el estreñimiento haciendo que los músculos de los intestinos se contraigan de forma óptima para así favorecer el paso de las heces hasta su evacuación. De ejemplos convencionales tenemos el Dulcolax y el Senokot.

Son los más potentes. Aun así, cabe destacar que la estimulación de la acción peristáltica intestinal puede ocasionar problemas en el plexo nervioso y la mucosa de los intestinos, por lo que solo deberían usarse en situaciones de extrema necesidad y cuando otros laxantes no han funcionado. Los eructos, los cólicos intestinales, la decoloración de la orina y la diarrea son efectos secundarios frecuentes.

3. Laxantes formadores de cotiledones

Los laxantes formadores de cotiledones, también conocidos como formadores de masa o de bultos, son aquellos que basan su funcionamiento en engrosar el volumen del bolo alimenticio. Absorben agua para que se formen heces más blandas y voluminosas para que, junto a una contracción de los músculos intestinales, estas sean eliminadas de forma más sencilla.

Actúan entre 12 y 72 horas tras la ingesta, momento en el que se producirá una diarrea acuosa. Los más comunes son el Metamucil, el FiberCon, el Citrucel y el Benefiber. Sus efectos secundarios más comunes son la hinchazón abdominal, los cólicos intestinales y, sobre todo, el empeoramiento del estreñimiento si no se toma suficiente agua.

FiberCon

4. Laxantes ablandadores de heces

Los laxantes ablandadores de heces son aquellos que basan su funcionamiento en agregar humedad a las heces para que estas puedan ser eliminadas sin tanto esfuerzo, paliando así los problemas de sequedad del estreñimiento. Su tiempo de acción es de entre 12 y 72 horas.

Los más comunes son el Colace y el Surfak, pero hay que tener muy en cuenta que como efecto secundario pueden surgir desequilibrios de electrolitos si se hace un uso prolongado. Y estos desequilibrios de electrolitos pueden acarrear algunas complicaciones, por lo que solo deberían usarse como alternativa.

5. Laxantes lubricantes

Los laxantes lubricantes, conocidos también como emolientes, son aquellos que basan su funcionamiento en hacer que las heces sean más líquidas y que, consecuentemente, se deslicen más fácilmente por intestino grueso, donde realizan su función. Los más comunes son el aceite mineral y el picosulfato de sodio.

Su tiempo de acción es de entre 6 y 8 horas, pero hay que tener en cuenta que, como efecto secundario, estos laxantes lubricantes pueden reducir las tasas de absorción de las vitaminas A, D, E y K, algo importante a tener en cuenta.

6. Laxantes supositorios

Los laxantes supositorios son aquellos que, a diferencia de los otros de esta lista, no son de administración oral. Se introducen por vía rectal y basan su funcionamiento en activar las contracciones rítmicas de la musculatura intestinal para así ablandar las heces. Por tanto, son como los laxantes estimulantes, solo que se aplican en forma de supositorio.

El Dulcolax supositorio y el Pedia-Lax son los ejemplos más comunes, que ejercen su efecto entre 10 y 30 minutos después de su introducción por vía rectal. También hay que tener en cuenta sus efectos secundarios a pesar de que no sean fármacos de ingesta oral, pues pueden ocasionar irritación rectal, cólicos intestinales y diarrea.

Dulcolax

7. Laxantes suavizantes

Los laxantes suavizantes, también conocidos como surfactantes, son aquellos que basan su mecanismo de acción en estimular la salida de agua y grasa del cuerpo para así, de paso, favorecer la expulsión de heces a través de la defecación. Su tiempo de acción es de entre 12 y 72 horas y suelen estar en combinación con otros laxantes, por lo que es importante revisar sus prospectos.

Los más comunes son el Poloxamero y el Laurilsulfato sódico (de vía rectal), pero hay que tener muy en cuenta que su uso prolongado puede ocasionar tolerancia. Es decir, el medicamento deja de ser útil para el cuerpo. Por ello solo habría que recurrir a ellos en casos puntuales.

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