Los 5 medicamentos para bajar la fiebre (y cuándo deben tomarse)

Los medicamentos antipiréticos pueden ayudar a reducir la temperatura corporal, pero solo deberían administrarse ante casos de fiebre de más de 38,9 °C. Una selección de los más efectivos.

Medicamentos bajar fiebre

Todos hemos tenido fiebre alguna vez y hemos sentido la necesidad de rebajar cuanto antes nuestra temperatura corporal para sentirnos mejor. Pero esto no es siempre la mejor opción, pues esta fiebre es un mecanismo de nuestro cuerpo para combatir una infección.

Es decir, gracias a esta fiebre, alcanzamos una temperatura corporal en la que los patógenos no pueden desarrollarse como les gustaría y, además, estimulamos al sistema inmunitario, haciendo que las células que detectan y neutralizan a los gérmenes sean más rápidas y efectivas.

Por ello, siempre que no se alcance una temperatura demasiado elevada, lo mejor es no luchar contra la fiebre. Es señal de que nuestro organismo está combatiendo algo dañino. Y si rápidamente bajamos la temperatura corporal, más le costará vencer la infección.

Ahora bien, en determinadas situaciones sí que puede ser correcto echar mano de los medicamentos antipiréticos, los cuales ayudan a bajar la fiebre. En el artículo de hoy, pues, además de ver en qué ocasiones debemos tomarlos (y en cuáles no), ofreceremos una selección de los más efectivos y con menos efectos secundarios.

¿Por qué aparece la fiebre?

La fiebre es una de las más comunes manifestaciones de las enfermedades, especialmente de aquellas infecciosas, pero más allá de este vínculo con la patología en cuestión, no es en absoluto algo malo. De hecho, todo lo contrario. La fiebre es fundamental en nuestra lucha contra la infección.

Pero pongámonos en contexto. La temperatura corporal normal de una persona, a pesar de que depende de cada individuo e incluso del momento del día, está entre los 36,1 °C y los 37,2 °C. Por lo tanto, el concepto de fiebre es algo bastante subjetivo.

Sea como sea, lo importante es tener en cuenta que los patógenos que nos infectan (bacterias, virus, hongos, parásitos, etc) están adaptados a crecer en un margen de temperatura similar a este. Si quieren infectar nuestro cuerpo, tienen que tener una eficiencia máxima de reproducción entre los 36 °C y los 37 °C. Todo lo que se salga de este rango (tanto por arriba como por abajo), será perjudicial para ellos.

Y nuestro cuerpo sabe que, aumentando la temperatura, estaremos dañando a estos patógenos. Y ahí es cuando aparece la fiebre. Él siempre intentará encontrar el equilibrio entre dañar a los gérmenes y preservar nuestra salud, pues, evidentemente, el aumento de la temperatura corporal también afecta a la integridad de nuestras células. No tanto como a las bacterias, pero también lo hace.

Fiebre

Por ello, ante infecciones leves, bastará con un pequeño aumento de la temperatura, por lo que tendremos lo que se conoce como febrícula, el famoso “tener unas décimas”. Esta febrícula se considera como una temperatura de entre 37,2 °C y 37,9 °C y es lo más común en enfermedades leves, teniendo un mínimo efecto en nuestra integridad.

Ahora bien, como se trate de una infección grave, el cuerpo sabrá que tiene que eliminar a ese patógeno lo más deprisa posible. Y ahí pone a esta eliminación rápida por delante de nuestra integridad. Todo lo que esté por encima de 38 °C ya se considera fiebre y empiezan algunos síntomas vinculados.

Pese a ello, lejos de tener que reducirla, es cuando más tenemos que dejar que nuestro cuerpo suba la temperatura. Si tenemos fiebre, es porque el cerebro interpreta que necesitamos subir bastante la temperatura para neutralizar a esa amenaza. Y, además, con esta temperatura alta, las células inmunitarias también están más activas.

Por lo tanto, la fiebre es algo contra lo que no debemos luchar. Es un mecanismo de nuestro cuerpo para combatir rápidamente una infección potencialmente peligrosa. Cuanto más luchemos para bajarla, más nos costará vencer la enfermedad.

¿Cuándo hay que bajar la fiebre?

Ahora bien, llega un momento en el que esta fiebre puede afectar a nuestro propio cuerpo. Por ello, hay ocasiones en las que debemos echar un poco el freno a lo que dice el cerebro y bajar la temperatura corporal.

Solo habría que tomar medicamentos para bajar la fiebre cuando la temperatura corporal sea de más de 38,9 °C. Mientras estemos por debajo, no habría que tomar ningún medicamento antipirético. Se pueden tomar otros para la inflamación, por ejemplo, pero no para bajar la fiebre.

Por lo tanto, mientras no lleguemos a 38,9 °C o lo superemos, no se necesitan fármacos. Simplemente habría que descansar y beber mucha agua para así ayudar al cuerpo a que este aumento de la temperatura corporal surta efecto.

De todos modos, tampoco hay que alarmarse si estamos por encima de 38,9 °C y la fiebre no baja. Solo hay verdadero peligro cuando la temperatura corporal está por encima de 39,4 °C, momento en el que ya no solo habría que tomar medicamentos para bajarla, sino que habría que solicitar atención médica.

¿Cuáles son los mejores medicamentos antipiréticos?

Los medicamentos antipiréticos son aquellos que, tras ser consumidos y fluir por el sistema circulatorio, llegan al hipotálamo, una región del cerebro que, entre muchas otras cosas, regula la temperatura corporal. Una vez ahí, adormecen a este centro hipotalámico, cosa que se traduce en una baja generalizada de la temperatura. Y, cuando se tiene fiebre, permite llegar a valores térmicos más bajos.

Ya lo hemos dicho, pero es importante volver a recalcarlo: solo debes tomar estos medicamentos cuando la fiebre esté por encima de los 38,9 °C. Si está por debajo, hay que dejar que el cuerpo actúe como necesita, sin influenciar.

Del mismo modo, queremos dejar claro que el consumo de estos fármacos no está recomendado en personas inmunodeprimidas, que acaban de pasar por una cirugía o que están en medio de un tratamiento de quimioterapia. Paralelamente, es imprescindible consultar las indicaciones y contraindicaciones de uso para cada uno de ellos, que puedes consultar en la etiqueta o en los artículos que vincularemos en cada uno de ellos.

1. Paracetamol

El Paracetamol es otro de los medicamentos más consumidos en todo el mundo. Es similar al Ibuprofeno, aunque carece de acción antiinflamatoria. Sigue teniendo una buena acción antipirética y, de hecho, es la mejor opción para bajar la temperatura corporal. Si con el Paracetamol funciona, no hay que recurrir a ningún otro.

Y es que el Paracetamol presenta muy pocos efectos adversos en comparación con otros de esta lista. No irrita el epitelio del aparato digestivo y, por lo tanto, los efectos secundarios son raros y aparecen en 1 de cada 1.000 personas, consistiendo generalmente en una bajada de la presión arterial.

De todos modos, pese a que los efectos secundarios son extraños, entrañan cierto riesgo. Por ello, sigue siendo imprescindible hacer un buen uso y solo tomarlo cuando la reducción de la temperatura corporal sea necesaria.

Paracetamol

2. Ibuprofeno

El Ibuprofeno es uno de los medicamentos más consumidos en todo el mundo. Tiene unas eficientes acciones analgésicas (reducción del dolor), antiinflamatorias (baja la inflamación) y antipiréticas (reduce la temperatura corporal).

Se vende en diferentes dosis y, dependiendo de cuál sea, podrá obtenerse libremente en farmacias o se necesitará de receta médica. En cualquier caso, la automedicación nunca es buena opción y, como el resto de antipiréticos, solo debería tomarse cuando la fiebre está por encima de 38,9 °C.

1 de cada 10 personas que lo toman suele presentar problemas gastrointestinales como efectos secundarios, pues el ibuprofeno irrita el epitelio del aparato digestivo. Nunca debe hacerse un mal uso de él, pero junto al paracetamol, es la mejor opción para bajar la fiebre. Si con el Paracetamol no ha funcionado, habría que probar con el Ibuprofeno.

Ibuprofeno

3. Aspirina

El Ibuprofeno y el Paracetamol deberían ser nuestras opciones principales para bajar la fiebre, pero es importante saber que existen otros medicamentos antipiréticos. Y uno de ellos es la aspirina, el consumo de la cual ha ido disminuyendo con el paso de los años.

A día de hoy se reserva para cuadros de dolores dentales, menstruales, de espalda y, sobre todo, de cabeza agudos, pero tiene también un poderoso efecto a la hora de bajar la fiebre. De hecho, el descenso de la temperatura es más rápido y pronunciado, pero su consumo tiene más contraindicaciones y efectos secundarios vinculados.

Además, los niños menores de 16 años no pueden tomar aspirina bajo ninguna circunstancia. Por ello, y teniendo en cuenta que 1 de cada 10 personas adultas que lo toman pueden presentar dolores abdominales e incluso úlceras gástricas, lo mejor es renunciar a una bajada tan efectiva de la fiebre y optar por otros más seguros como el Ibuprofeno y el Paracetamol.

Aspirina

4. Nolotil

El Metamizol o Nolotil es un medicamento analgésico y antipirético que, dependiendo del país, puede conseguirse con o sin receta. Es más efectivo que el Ibuprofeno y que el Paracetamol y es menos agresivo para el estómago que el Ibuprofeno, pero sus efectos secundarios son más frecuentes y, a menudo, graves.

Por ello, solo habría que consumir Nolotil para bajar la fiebre en caso de que un médico así lo haya determinado. Y es que, por sus posibles complicaciones (1 de cada 10 personas experimentan hipotensión), no está recomendado en todos los casos de fiebre.

En líneas generales, un médico solo recomendará el uso de Nolotil cuando ni el Ibuprofeno ni el Paracetamol hayan servido para rebajar una fiebre inusualmente alta. Más allá de esto, no es recomendable.

Nolotil

5. Enantyum

El Enantyum lo dejamos para el final porque es el que está indicado en, de lejos, menos casos. Se trata de un potente analgésico, antiinflamatorio y antipirético que se receta solo en casos muy concretos de dolores musculares y articulares graves y en periodos de postoperatorio.

Evidentemente, solo puede conseguirse con receta médica y debe tomarse durante periodos de tiempo muy cortos jamás superiores a una semana. Solo se recomienda su uso en situaciones específicas de dolor agudo e intenso pero por su acción antiinflamatoria y analgésica.

No tiene demasiado sentido tomar Enantyum para simplemente bajar la fiebre, a no ser que esta sea muy alta. Además, los menores de 18 años no pueden tomarlo bajo ninguna circunstancia. Por ello, a no ser que un médico lo determine (es muy improbable que lo haga), lo mejor es recurrir a los otros cuatro medicamentos que hemos visto, teniendo en cuenta que, sin duda, la mejor opción para bajar la fiebre es el Paracetamol, seguido del Ibuprofeno.

Enantyum
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