DMT (droga): efectos y mecanismo de esta sustancia tóxica

El DMT es una droga que no genera adicción por sí misma ni provoca daños neurológicos, pero su consumo no está exento de riesgos. Por ello se considera ilegal.

DMT droga

El consumo de drogas es un tema cuanto menos controvertido en la sociedad actual. El informe oficial más reciente de las Naciones Unidas (ONU) sobre las drogas reportó que, durante el año 2018, casi 270 de millones de personas en todo el mundo consumieron sustancias estupefacientes, lo que representa un aumento del 30% con respecto al año 2009.

De esta cifra total, 35 millones de pacientes sufren algún tipo de trastorno relacionado con la drogadicción. Por desgracia, el tratamiento solo está a disposición de una de cada 8 personas que se enganchan en algún momento de su vida a estas sustancias. Las drogas están disponibles para todos, pero la solución una vez se produce el enganche es una cuestión de privilegio.

Este prefacio es esencial para entender las líneas que te vamos a contar a continuación. Algunos caen en el error de “romantizar” la idea de la droga, pues indudablemente algunas sustancias como el DMT y otros psicodélicos pueden ayudar a abrir puertas de la mente. ¿Ante qué estamos? ¿Hablamos de liberadores mentales o de sustancias tóxicas que pueden matarnos? Quédate con nosotros para leerlo todo acerca del DMT y forma tu propia opinión en base a datos científicos.

¿Qué es el DMT?

Cuando hablamos del DMT nos estamos refiriendo a la N,N-dimetiltriptamina, un compuesto químico de la familia de las triptaminas. Se trata de un producto biológico, pues es sintetizado por diversas plantas y animales en el entorno natural. También se lo conoce como “la molécula de dios”, debido a la potente experiencia psicodélica que genera cuando se consume.

El DMT produce sensaciones diversas, entre las que se encuentran las siguientes: euforia, pupilas dilatadas, incremento del ritmo cardíaco y de la presión arterial, mareos, náuseas e incluso ansiedad y paranoia. En los casos más graves, los signos clínicos citados pueden desembocar en una arritmia, inconsciencia y muerte del paciente que ha consumido el psicodélico. El DMT es capaz de provocar experiencias que superan la intensidad de la mayoría de los psicodélicos con una dosis equivalente.

Esta droga se presenta en forma de polvo blanco, derivado de plantas endémicas de Sudamérica, México y Asia, siendo las más conocidas Mimosa hostilis y Psychotria viridis. También llama la atención conocer que el sapo Bufo alvarius produce DMT de forma natural, si bien no se matan ejemplares para extraer el compuesto. Este anfibio forma parte de diversos rituales indígenas, en los que se lamen las sustancias producidas por sus glándulas parótidas del cuello e ingle.

DMT

Mecanismo de acción del DMT

El DMT es un psicodélico y, para entender su mecanismo de acción general, debemos acudir a la raíz de la propia palabra. El término proviene del vocablo psicodelia, que a su vez se divide en psique (mente) y delein (hacer manifiesta). Por lo tanto, forma parte de un grupo de sustancias que hacen posible la manifestación consciente de material inconsciente y subconsciente, así como que la persona pueda descubrir percepciones y emociones primariamente filtradas.

Un hecho bastante poco conocido sobre esta droga es que, si el DMT se ingiere de forma oral por sí solo, es destruido por una enzima presente en nuestro estómago, denominada monoaminooxidasa (MAO). Por ello, a la hora de preparar fluidos como la ayahuasca (la forma de consumo más típica de esta droga), se tienen que añadir vegetales que contengan compuestos inhibidores de esta enzima, conocidos como IMAOS. Estos son la harmina y tetrahidroharmina (THH), alcaloides extraídos de la especie de planta Banisteriopsis caapi.

El DMT actúa directamente sobre el receptor 5-HT2A, presente en mamíferos, el cual es un neuroreceptor de la serotonina. Su administración se ha asociado históricamente a la generación de imágenes vívidas, cambios cognitivos y perceptivos y fuertes modificaciones de la entidad individual y la realidad.

La neurociencia del DMT

Estudios basados en la tomografía computerizada han demostrado que el DMT se correlaciona con una mayor actividad cerebral en la ínsula anterior derecha, la amígdala/giro hipocampal izquierdos y el cíngulo anterior/giro medio frontal derechos. Estas zonas están asociadas a la interocepción, es decir, la conciencia explícita por parte del propio individuo de lo que está sucediendo a nivel fisiológico dentro de su cuerpo.

Además, debido a su efecto en el receptor 5-HT2A, se asocia el consumo del DMT a una excitación neuronal, efectos conductuales, aprendizaje, ansiedad y pro-nocicepción, entre otras muchas cosas.

Mecanismo acción

¿Cómo se consume?

El DMT se consume normalmente en forma de ayahuasca, una bebida tradicional indígena Sudamericana. Curiosamente, la planta que le otorga su nombre al brebaje (Banisteriopsis caapi) es la que contiene los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), pero no el DMT en sí mismo. El vegetal que porta la droga propiamente dicha es el segundo componente adicionado, Psychotria viridis, también conocida como chacruna. Existen 2 formas básicas de ingerir la droga.

1. De forma oral

Una bebida típica con DMT presenta de 35 a 75 miligramos de esta sustancia. Los efectos comienzan a notarse a los 30-45 minutos, se sufre un pico a las 2-3 horas y el paciente vuelve a la normalidad en 4-6 horas. En esta vía de consumo, el viaje interior suele ser introspectivo y el individuo se plantea preguntas profundas, como el sentido de la vida, el motivo de sus acciones personales, reflexiones sobre el mundo general y una serie de alteraciones perceptivas muy intensas a nivel general.

2. Fumada

Cuando se fuma, la dosis de DMT consumido de forma aproximada es de 30 hasta 150 miligramos. Los efectos se notan mucho más rápidamente, de forma prácticamente instantánea, y el pico se presenta a los 3-5 minutos. La experiencia completa se disipa en una media hora, y se suele describir como una percepción muy visual, pero más impersonal que en el caso anterior.

Adicción y riesgos

A día de hoy, no se ha logrado demostrar que el DMT cause tolerancia física ni problemas fisiológicos si se deja de consumir, razón por la cual no se considera adictivo en sí mismo. Además, tampoco se ha visto que el consumo de DMT a largo plazo provoque daños neurológicos, como sí que lo hacen otras drogas.

A pesar de estos datos, no podemos afirmar que una persona que consume esta droga de forma asidua esté completamente libre de posibles adicciones. Una cosa es el enganche fisiológico, y otra el mental. Si una persona utiliza el DMT para escapar de la realidad de forma repetida, es posible que sienta ansiedad, depresión y otros signos clínicos cuando tiene que dejar de consumirlo. En algunos casos no son los compuestos químicos los que generan dependencia, si no la falta de autocontrol y de medios por parte de quien los ingiere.

Por otro lado, el DMT no está exento de riesgos a corto plazo. Te presentamos algunos de ellos en la siguiente lista:

  • Aumento de la presión sanguínea.
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Vómitos y náuseas, producto de una intoxicación.
  • Convulsiones e irregularidades en los latidos.

Además, debes tener en cuenta que el DMT sigue considerándose una droga ilegal sin ningún tipo de uso médico según el gobierno de Estados Unidos. Por ello, su tenencia, manufacturación y venta está castigada con multas e incluso prisión. De todas formas, resulta interesante conocer que no se puede negar su consumo en los casos en los que se haga como parte de un ritual religioso o un componente claro en la identidad cultural de una etnia. Aun así, sigue siendo ilegal para la inmensa mayoría de la población.

Fumada

Resumen

¿Y bien? ¿Tú que opinas? Si nos fijamos en hechos factuales, podrás comprobar que el DMT es una droga que ni siquiera se asemeja a otras mucho más agresivas, como la cocaína o heroína. No provoca daños en el tejido cerebral a largo plazo, sus compuestos químicos no generan adicción y, además, muchos argumentan que su consumo esporádico ha mejorado considerablemente su forma de ver la vida y la manera de entenderse a sí mismos.

De todas formas, el DMT no está exento de riesgos. Por ejemplo, los IMAOS presentes en la ayahuasca no deben ser ingeridos por personas que están consumiendo antidepresivos del tipo ISRS o estimulantes como el speed o el MDMA, pues corren riesgo de experimentar un síndrome serotoninérgico. Además, las personas que utilizan esta droga como un escape de la realidad sí que son proclives a presentar adicciones, aunque estas no sean causadas por la química directa de la sustancia.

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