Los 3 tipos de adicción (y sus subtipos)

Las adicciones pueden ser comportamentales o de ingestión química o alimentaria. Veamos sus causas y consecuencias fisiológicas y psicológicas, así como los subtipos dentro de ellas.

Tipos adicciones

La adicción forma parte de la naturaleza humana. Todo aquello que nos aporta placer y satisfacción se convierte, inevitablemente y en mayor o menor medida, en adictivo. Y no hablamos solo de sustancias ilegales, sino de cualquier compuesto e incluso comportamiento que despierta en nuestro sistema nervioso central sensaciones fisiológicas positivas.

Perseguimos siempre aquello que nos da placer porque entrar en contacto con ello enciendo la producción tanto de hormonas como de neurotransmisores vinculados al bienestar físico y psicológico. El problema viene cuando este bienestar depende única y exclusivamente de la exposición a esa sustancia o comportamiento.

Cuando perdemos nuestra capacidad de autonomía y el cerebro solo encuentra descanso y satisfacción en cuanto le damos aquello a lo que es adicto, entramos en el terreno de las patologías psicológicas. Y estas adicciones, tanto a sustancias como a conductas, pueden acabar por destruir no solo nuestra mente y salud física, sino derrumbar nuestra vida social.

Los seres humanos somos presa de nuestra neurología. Y podemos desarrollar adicción a infinidad de sustancias y comportamientos, aunque todas ellas pueden englobarse dentro de tres grupos principales cuyas causas y consecuencias analizaremos en profundidad en el artículo de hoy.

¿Cómo se clasifican las adicciones?

Una adicción es, por definición, un trastorno psicológico en el que una persona, tras experimentar los efectos positivos que despierta en el organismo una sustancia o conducta determinada, empieza a desarrollar una necesidad de exposición a la misma.

Es decir, en la persona nace una dependencia física y mental hacia la sustancia o conducta en la que, en caso de no exponerse a ella, sufre ansiedad, estrés y todo tipo de malestar físico y psicológico que solo se silencia consumiendo o realizando la conducta en cuestión. Por ello, la exposición al agente adictivo se vuelve compulsiva e incontrolable, poniéndolo por delante de todo. Trabajo, familia, amigos, dinero, parejas… Todo.

Una vez entendido esto, veamos los tres tipos principales de adicciones. Analizaremos tanto sus causas como consecuencias, así como los subtipos más frecuentes dentro de cada uno de ellos. Vamos allá.

1. Adicciones de ingestión química

Las adicciones de ingestión química son aquellas que se desarrollan por el consumo repetitivo de compuestos artificiales o naturales que no están destinados para el consumo humano. Es decir, todas aquellas sustancias adictivas que introducimos en nuestro cuerpo por distintas vías y que una vez en nuestro organismo, alteran nuestra fisiología a nivel físico y psicológico.

En este sentido, son adicciones causadas por compuestos que, siendo ilegales o legales, constituyen lo que conocemos como droga: sustancias químicas que alteran el funcionamiento de nuestro sistema nervioso central.

Las drogas, por sí mismas, tienen infinidad de efectos en nuestro cuerpo: cambios en el estado de ánimo, alteraciones en la percepción sensorial, potenciación de habilidades, experimentación de nuevas sensaciones, alucinaciones, modificación de la conducta…

Una vez el cuerpo ha experimentado estos efectos, no tarda en hacerse adicto a ellos. El problema es que cada vez necesita una dosis más alta para experimentar las mismas sensaciones, pues las drogas son sustancias químicas que nos hacen desarrollar tolerancia, es decir, volvernos resistentes a su efecto. De ahí que cada vez se tengan que consumir en cantidades mayores.

Y en caso de no darle a nuestro cerebro lo que necesita, nos castiga con el famoso síndrome de abstinencia, que son el conjunto de sensaciones desagradables que experimentamos a nivel físico y psicológico cuando privamos al sistema nervioso central de la droga a la que es adicto.

Dentro de las adicciones de ingestión química más frecuente, tenemos las que se desarrollan por consumo repetitivo (cada una tiene más o menos capacidad de hacernos volver adictos) de las siguientes drogas:

  • Nicotina: Una de las drogas más adictivas y dañinas del mundo que, sorprendentemente, es legal. Presente en el tabaco, la nicotina es una droga que se inhala. 1.100 millones de personas fuman el mundo. El tabaco mata cada año a 8 millones de personas.

  • Alcohol: Droga legal y socialmente aceptada que no deja de ser increíblemente dañina. Es una droga que se ingiere y que es depresora del sistema nervioso. Su síndrome de abstinencia es potencialmente mortal.

  • Heroína: La droga más adictiva del mundo. El síndrome de abstinencia es especialmente doloroso y traumático. Normalmente se inyecta en vena.

  • Crack: Una droga extremadamente adictiva que se fuma y cuyos efectos se notan a los pocos segundos. Su consumo excesivo es potencialmente mortal.

  • Metadona: Una droga concebida con fines médicos para paliar el dolor y superar adicciones a otras sustancias. Es irónico ya que ella misma es muy adictiva, pero compensa porque sus efectos dañinos sobre el cuerpo son menores.

  • Cristal: Una droga que al consumirla produce una gran sensación de euforia, así como delirios de grandeza. También se conoce como metanfetamina.

  • Cannabis: Popularmente conocido como marihuana, es una droga formada por más de 400 sustancias químicas diferentes. No es adictiva por sí sola, pero como se mezcla con tabaco, puede desarrollarse dependencia.

  • Cocaína: La droga que mueve más dinero en todo el mundo. Produce una enorme sensación de euforia que dura poco tiempo, por lo que la dependencia aparece rápidamente.

  • LSD: El ácido lisérgico es una droga obtenida a partir de una especie de hongo y que provoca alucinaciones. No es muy dañina, pero sí adictiva.

Adicción ingesta química

2. Adicciones de ingestión alimentaria

Abandonamos el mundo de las drogas y pasamos al de las adicciones de ingestión alimentaria. En este caso, la adicción sigue basada en la ingestión de sustancias, pero los compuestos que introducimos en nuestro cuerpo están destinados al consumo humano.

Por lo tanto, la adicción está vinculada a la comida. En este caso, la sustancia por sí sola no genera cambios en el sistema nervioso ni tiene efectos físicos ni psicológicos, sino que el problema de la adicción es por cómo nuestro cerebro interpreta la comida.

En resumen, se trata de la adicción que desarrollamos a la ingesta no de drogas, sino de productos que sí que están destinados a la introducción en nuestro organismo. En este sentido, tenemos tres principales subtipos dentro de las adicciones de ingestión alimentaria.

  • Comedor compulsivo: El tipo de adicción más representativo de este grupo. La comida funciona como una droga. La persona come sin control, cosa que abre la puerta a problemas de salud y a dificultades en la vida personal y profesional.

  • Anorexia: La anorexia es un trastorno alimenticio en el que la adicción está vinculada al control de las calorías, por lo que la persona lo que hace es huir de la comida. Es una adicción inversa a las que venimos viendo.

  • Bulimia: La bulimia es un trastorno alimenticio a medio camino entre las dos anteriores. La persona come compulsivamente pero después se provoca el vómito.

Adicción comida

3. Adicciones comportamentales

Las adicciones comportamentales o conductuales son aquellas en las que no interviene el consumo de ninguna sustancia, ni química ni alimenticia. En este sentido, la adicción se desarrolla sin que la persona ingiera ningún compuesto que altere su fisiología.

Por lo tanto, se trata de adicciones que aparecen porque la realización de una acción aporta un bienestar tan grande que, en caso de no encontrar el control, puede acabar convirtiéndose en nuestra única manera de encontrar placer.

Cuando esto sucede, la persona se vuelve compulsiva, pero no al consumo de alguna sustancia, sino a la realización de esa acción, pudiendo llegar a perder la independencia de su propia vida. Son adicciones que, pese a no ser ilegales como tal ya que no está involucrado el consumo de ninguna droga, pueden ser igual e incluso más destructivas para la persona.

Su cuerpo, al no introducir ninguna sustancia que altere su fisiología física y psicológica, no sufre daños. Al menos, no de forma directa. Pero su vida personal y profesional se derrumba con facilidad, teniendo problemas con el dinero, los amigos, los familiares, las parejas, los compañeros de trabajo…

La persona termina viviendo por y para esa adicción, cosa que lo separa de todo lo demás. Y ahí sí que pueden aparecer problemas físicos (es común comer mal, no dormir bien, no hacer deporte…) y mentales (ansiedad, depresión e incluso abuso de drogas).

Es seguramente el grupo de adicciones con más subtipos dentro de él, pues el abanico de acciones hacia los que las personas podemos volvernos adictos es, básicamente, infinito. Sea como sea, hemos rescatado los más comunes y/o peligrosos:

  • Ludopatía: El 3% de la población mundial es adicta al juego. Apuestas deportivas, casinos, juegos de azar, máquinas tragaperras… No solo causa enormes problemas económicos, sino que derrumba la vida personal y profesional del afectado.

  • Ninfomanía: La adicción al sexo puede llegar a ser grave ya que, además de todo el impacto emocional que supone, pone a la persona en mayor riesgo de sufrir enfermedades de transmisión sexual.

  • Adicciones tecnológicas: Los aparatos electrónicos, Internet, móviles, tablets, redes sociales… Las nuevas tecnologías han traído muchas cosas buenas, pero la adicción a ella es una de las malas. Compromete el rendimiento laboral o académico y pone en peligro la vida personal.

  • A las compras: El 5% de la población mundial es adicta a las compras, poniendo en peligro no solo la situación económica de la persona, sino sus relaciones personales.

  • Workaholic: La adicción al trabajo es más común de lo que parece y puede no solo comprometer la salud mental de la persona, sino derrumbar todas sus relaciones personales.

Adicciones comportamentales
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