Los 6 principales tipos de drogas alucinógenas (y sus efectos)

Las drogas alucinógenas han sido utilizadas por los humanos desde la antigüedad. Sus efectos eran de utilidad para figuras religiosas, chamanes y líderes de las tribus y comunidades. Estas sustancias no eran, en absoluto, consumidas por la población general. Por el contrario, eran un recurso restringido a ciertas personas y escenarios. Así, sus efectos en la percepción y el sentido del tiempo y del espacio eran un elemento importante en algunos rituales.

Con el paso del tiempo, el patrón de consumo de drogas ha cambiado mucho. Hoy en día las drogas no son un bien reservado a ciertas figuras y tampoco se utilizan con fines religiosos o culturales. Por el contrario, las drogas se han mercantilizado, de forma que cualquier persona puede acceder a ellas siempre y cuando pueda pagarlas. Además, su uso es puramente lúdico, de manera que el consumo de estas sustancias busca esencialmente evasión y diversión.

El auge de las drogas alucinógenas se produjo en la década de los setenta. El movimiento hippie contribuyó a extender el uso generalizado de estas sustancias, de manera que la forma de uso de estas cambió radicalmente. La imagen de personas relajadas, evadidas y permanentemente felices esconde una realidad no tan agradable, pues la adicción a las drogas implica numerosos riesgos y problemas a medio y largo plazo. Sin embargo, desde este movimiento contracultural se defendía el uso de los alucinógenos como una vía que favorecía la introspección y la autoexploración, motivo por el que estas drogas se hicieron ampliamente populares.

El consumo de estas sustancias anula a la persona, que entra en un estado en el que su conciencia y visión de la realidad están profundamente distorsionadas. Esto repercute en todas las áreas de su vida y puede llevar a adoptar conductas irresponsables, peligrosas o extrañas. Además, la intensidad de los efectos será variable, dependiendo de aspectos como el tipo de droga consumida o el grado de tolerancia del individuo. En los casos más graves, el uso de drogas alucinógenas puede desencadenar un brote psicótico o una crisis de ansiedad. En este artículo vamos a repasar los distintos tipos de drogas alucinógenas que existen, comentando sus distintos efectos y características.

Te recomendamos leer: "Las 25 sustancias y drogas más adictivas del mundo"

¿Cómo se clasifican las drogas alucinógenas?

Vamos a comentar los principales tipos de drogas alucinógenas con el fin de poder entender sus diferencias y aspectos más característicos. En general, aunque el efecto de cada tipo de estas drogas es diferente, todas ellas producen en la persona una importante distorsión de sus sentidos, alteraciones de los pensamientos y el estado anímico y dificultad para diferenciar entre realidad y fantasía.

Las drogas alucinógenas ejercen su efecto sobre el sistema nervioso central (SNC). Entre sus efectos, estas drogas producen alteraciones en la liberación del neurotransmisor serotonina. Esta sustancia química está implicada en múltiples procesos como el placer, la conducta sexual, la regulación de la temperatura corporal, el apetito y el estado anímico.

Por todo ello, el consumo de una droga alucinógena sea del tipo que sea, interferirá con la serotonina y alterará estas funciones básicas. Además, algunas drogas alucinógenas, como la ketamina y la fenciclidina, también van a interferir con la acción de otra sustancia química del cerebro llamada glutamato. El glutamato se encarga de aspectos muy importantes, como la regulación del dolor, el aprendizaje, la memoria y la emoción.

1. LSD

El LSD es considerado como la droga que mejor representa a este tipo de sustancias y también es una de las que provoca los efectos más graves. Esta droga se elabora a partir de un derivado del hongo del centeno y suele ser consumida en forma de pastillas llamadas coloquialmente “tripis”. Actúa en el sistema nervioso central interrumpiendo la recepción de serotonina en algunas áreas.

El LSD produce los llamados “viajes”. Estos son experiencias en las que la persona ve alterada su percepción y visión de la realidad, aunque de antemano no se puede predecir si los efectos serán agradables o no para el consumidor. En general, es habitual que se produzcan cambios muy bruscos en el estado anímico, así como alucinaciones y sensación de pérdida de la realidad. La persona puede cambiar de la euforia al miedo de forma repentina o percibir olores y sonidos de forma muy intensa.

En algunos casos se puede llegar a producir sinestesia, es decir, un fenómeno por el cual la persona cree oír olores o ver sonidos. De igual forma, el LSD también puede producir efectos fisiológicos como aumento de la presión arterial, el ritmo cardíaco, mareos, inapetencia, sequedad de boca, sudoración, nauseas o temblores. Además, la potencia de esta sustancia hace que, consumiendo las dosis más bajas, se puedan alcanzar efectos con unas 8-12 horas de duración.

2. Ketamina

La ketamina es una droga anestésica que, en dosis altas, puede producir alucinaciones similares a las que genera el LSD. El consumo de ketamina puede dar lugar a delirios, alucinaciones, y pérdida del sentido de la realidad. También puede producir experiencias disociativas como sentirse fuera del propio cuerpo o mostrar amnesia retrógrada y selectiva (se olvida solo lo sucedido bajo los efectos de la droga).

La diferencia respecto al LSD reside en que sus efectos son mucho menos duraderos, permaneciendo alrededor de dos horas. No obstante, una vez que los efectos terminan, la persona puede tener dificultades para razonar y memorizar de forma normal.

3. Fenciclidina

Esta droga también es conocida como “polvo de ángel”, debido a que se suele presentar en forma de polvo cristalino. La fenciclidina produce alucinaciones, estados intensos de euforia y distorsiones en los sentidos. La persona puede experimentar que está fuera de su cuerpo o sobreestimar sus capacidades. Al igual que la ketamina, también posee capacidad analgésica. Los efectos de la ketamina se pueden prolongar entre 4 y 6 horas.

4. Mescalina

La mescalina es una droga alcaloide que se deriva del peyote, un tipo de cactus mexicano. Los afectos que produce la mescalina siguen la misma línea que los que ya hemos comentado para el retso de drogas alucinógenas.

Aunque la mescalina puede recordar al LSD cuando es consumida en dosis altas, lo cierto es que esta droga no genera una exaltación emocional tan marcada si se consume en dosis bajas. Así, en pequeñas cantidades suele provocar un efecto más relajante en el consumidor. Además, si ya habíamos comentado que el LSD posee efectos muy prolongados en el tiempo, la mescalina es aún mas potente, ya que sus efectos pueden prolongarse como mínimo 10 horas y hasta tres días.

Para consumir mescalina se puede mascar directamente el peyote, aunque también este se puede moler con el fin de conseguir una suerte de infusión. Normalmente, su consumo genera, en primer lugar, sentimientos de relajación y distorsiones perceptivas. No obstante, al igual que el resto de las sustancias alucinógenas, es muy impredecible, por lo que no es muy popular hoy en día.

Para saber más: "Mescalina: los 10 efectos (físicos y psicológicos) de esta droga alucinógena"

5. Éxtasis

El éxtasis, también conocido como MDMA, es una droga de tipo estimulante que pertenece a la misma familia que las anfetaminas. Es una droga artificial y suele ser consumida en forma de pastilla. En un primer momento, esta puede provocar estimulación mental, incremento de energía o sensación de bienestar. Estos efectos positivos son transitorios y pronto dan paso a otros mucho más negativos e impredecibles tales como: inquietud, ansiedad, alteraciones del estado anímico, alteraciones perceptivas, así como del apetito y el deseo sexual.

Son especialmente notables los efectos que el éxtasis provoca en lo referente a la regulación emocional, ya que el consumidor puede sentir una gran angustia e irritabilidad. Además, estudios con animales parecen demostrar que el consumo de éxtasis puede acarrear disfunciones cognitivas a medio y largo plazo. A pesar de sus numerosos efectos dañinos, el éxtasis es una droga popular que se consume en muchas fiestas y eventos sociales.

6. Psilocibina (Hongos alucinógenos)

Los hongos alucinógenos, también conocidos como setas mágicas, son una fuente rica en psilobicina. Esta sustancia es un compuesto natural que está presente en muchos hongos. Cuando consumimos psilobicina, nuestro hígado la descompone en psilocina, que es el componente psicoactivo responsable de los efectos psicodélicos de estas setas. Estos efectos se deben a que la psilocina interfiere con el neurotransmisor serotonina, al igual que otras drogas alucinógenas que ya hemos mencionado.

Las setas alucinógenas son utilizadas como droga recreacional e incluso espiritual. Las setas se consumen, por norma general, en seco. Los efectos de las setas aparecen a los 10-40 minutos de haber sido ingeridas y son muy duraderos, ya que pueden mantenerse hasta 8 horas. Tal y como comentábamos al principio, la intensidad del efecto estará modulada por factores como la tolerancia individual, el tipo de seta o la cantidad que la persona haya consumido.

Entre los efectos más destacados de las setas alucinógenas se encuentran las alucinaciones, especialmente aquellas de tipo visual. También puede aparecer desorientación temporal y una mayor tendencia a la introspección. La diferencia fundamental entre los hongos y el LSD reside en la intensidad. El LSD altera totalmente el sentido de realidad de la persona y posee unos efectos muy longevos. Sin embargo, en este caso la intensidad de los efectos será mucho menor y la persona no perderá contacto con la realidad.

Aunque esto puede parecer un punto positivo de esta droga, nada más lejos de la realidad. Al tener un efecto más insidioso, se han considerado las setas como una droga fuente de tranquilidad y paz espiritual. Esta idealización de sus efectos favorece su consumo y reduce la concienciación respecto a sus potenciales riesgos.