Cánceres de cabeza y cuello: causas, síntomas y tratamiento

Los cánceres de cabeza y cuello son todos aquellos tumores malignos que se desarrollan en distintas regiones de la cabeza y de la garganta. Veamos sus características y abordaje clínico.

Cánceres cabeza cuello

Sus 18 millones de casos diagnosticados anualmente en todo el mundo, el impacto psicológico que tiene tanto en el paciente como en sus seres queridos y el hecho de que, por desgracia, siga siendo una enfermedad incurable, hacen del cáncer la enfermedad más temida del mundo.

Pero el hecho de que no tenga cura no significa que no sea tratable. Por ello, pese a que quizás tiempo atrás sí lo era, “cáncer” no es sinónimo de “muerte”. Un diagnóstico precoz, junto a la aplicación de tratamientos oncológicos adecuados, permiten que, en muchos casos, los pacientes tengan una buena tasa de supervivencia.

Y el primer paso para el diagnóstico precoz es que sepamos detectar, en casa, los síntomas, signos clínicos y manifestaciones tempranas de los cánceres más importantes. Así pues, en el artículo de hoy, traemos la información más importante acerca de los cánceres de cabeza y cuello.

De mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, presentaremos las características, causas, síntomas y tratamiento de los cánceres que se desarrollan en distintas regiones de la cabeza y de la garganta. Estos tumores malignos representan aproximadamente el 4% de todos los cánceres. Por lo tanto, son relativamente poco frecuentes, pero es esencial conocer su naturaleza.

¿Qué son los cánceres de cabeza y cuello?

Los cánceres de cabeza y cuello es el conjunto de enfermedades oncológicas que comparten un aspecto en común: el desarrollo de uno o varios tumores malignos en distintas regiones de la cabeza y/o del cuello a excepción del cerebro y los ojos.

En este sentido, los cánceres de cabeza y cuello son un grupo de enfermedades que incluyen, básicamente, el cáncer de boca, de nariz, de garganta, de ganglios linfáticos, de senos paranasales y de glándulas salivales. No incluye, como hemos dicho, los tumores malignos que se desarrollan en el cerebro y los ojos pese a que formen parte de la cabeza.

Como cualquier tipo de cáncer, los de cabeza y cuello consisten en un crecimiento anómalo de células de nuestro propio cuerpo (luego veremos cuáles) que, a causa de mutaciones genéticas en su ADN, pierden tanto la capacidad de controlar su ritmo de división (si dividen más de lo que deberían) como su funcionalidad (no cumplen con las funciones fisiológicas del tejido en el que se encuentran).

Llegados a este punto, en alguna de las regiones de la cabeza o el cuello, empieza a desarrollarse una masa de células de crecimiento rápido y que no se comportan como las células de su tejido. Esta masa de crecimiento anómalo se conoce como tumor. Si no es peligroso, hablamos de tumor benigno. Pero su supone un riesgo para la vida de la persona, ya estamos ante un tumor maligno o cáncer.

Y, en este contexto, la mayoría de cánceres de cabeza y cuello surgen por mutaciones genéticas en, normalmente, las células escamosas que constituyen los tejidos internos y húmedos de las mucosas del interior de dichas regiones. Por ello, la mayoría de estos tumores aparecen en los tejidos de recubrimiento de la boca, la nariz, la faringe, la laringe o los senos paranasales. Paralelamente, también pueden surgir (aunque es menos frecuente) en las células de las glándulas salivales.

En resumen, un cáncer de cabeza y cuello es cualquier enfermedad oncológica vinculada al desarrollo de un tumor maligno por mutaciones en las células escamosas de la boca, cavidad nasal, senos paransales, faringe o laringe y, en ocasiones, las glándulas salivales. Quedan excluidos, pues, todos aquellos tumores malignos en cerebro, ojo, glándula tiroides, huesos, piel o músculos que, pese a estar en la región de la cabeza y el cuello, no están asociados a células escamosas de superficies internas y húmedas ni a células productoras de saliva.

Cáncer cabeza cuello

Causas

Por desgracia y como sucede con la inmensa mayoría de cánceres, las causas exactas de su desarrollo no están demasiado claras. Al ser debidos a una compleja interacción entre genética y ambiente (estilo de vida), no sabemos exactamente por qué algunas personas sufren cáncer de cabeza y cuello y otras no.

Aun así, sabemos que los cánceres que hemos comentado aparecen por mutaciones genéticas en el ADN de las células (generalmente las escamosas) de las superficies internas de las estructuras presentes en la cabeza y el cuello. Y en este sentido, todo aquello que obligue a las células a dividirse más, incrementará el riesgo de sufrir cáncer porque, a más divisiones, más probabilidad de que se produzcan alteraciones en los genes.

Por ello, pese a que sus causas no están del todo claras, sabemos que existen algunos factores de riesgo. El tabaco y el alcohol son los dos más importantes (se estima que hasta el 75% de los cánceres de cabeza y cuello están vinculados al consumo de estas sustancias), pero hay otros que, pese a ser menos relevantes, tenemos que comentar.

Además de fumar y hacer excesos con el alcohol, sufrir una infección por el Virus del Papiloma Humano (vinculado especialmente al cáncer de orofaringe), mascar paan, que es una mezcla estimulante de nuez de areca y tabaco (vinculado al cáncer de boca), hacer muchos excesos con los alimentos salados (vinculado al cáncer de nasofaringe), ser de ascendencia asiática (hay una pequeña predisposición genética mayor), sufrir una infección por el virus Epstein-Barr (vinculado al cáncer de glándulas salivales y de nasofaringe), haber estado expuestos a niveles altos de radiación (vinculado al cáncer de glándulas salivales), tener una salud bucodental deficiente (es un factor de riesgo leve pero existente), ser hombre (la incidencia es el doble más alta en la población masculina) y exponerse a productos peligrosos como el polvo de madera, el níquel, el formaldehído o el asbesto en el trabajo son los principales factores de riesgo para el desarrollo de cánceres de cabeza y cuello.

De todos modos, hay que recordar que se trata de un grupo de cánceres relativamente raros, pues entre todos representan aproximadamente un 4% de los diagnósticos de tumores malignos. Además, la mayoría de casos suelen diagnosticarse en personas mayores de 50 años. En países como Estados Unidos, se diagnostican unos 65.000 casos cada año.

Causa cáncer

Síntomas

Evidentemente, los síntomas dependerán del órgano exacto dentro de la cabeza o el cuello donde se ha desarrollado el tumor maligno. Aun así, normalmente, los cambios en la voz, la ronquera, la dificultad para tragar, el dolor de garganta que no desaparece en el tiempo (y que incluso empeora) y los bultos o llagas que no sanan suelen ser signos clínicos comunes a todos.

Pero, volvemos a recalcar, que la sintomatología depende ya no solo de la localización exacta, sino de muchos otros factores como el tamaño del tumor o el estado de salud general de la persona. Además, algunas veces tardan más o menos tiempo en dar señales de su presencia e incluso los síntomas se pueden confundir con los de enfermedades menos graves.

Sea como sea, estos son las principales manifestaciones clínicas:

  • Cáncer en los senos paranasales o cavidad oral: Los tumores malignos en estas regiones suelen provocar congestión nasal, sinusitis (que no mejora tras la aplicación de antibióticos ya que no hay ninguna infección bacteriana), inflamación ocular (u otros problemas relacionados con los ojos), dolor en los dientes superiores, sangrados habituales por la nariz, dolor de cabeza recurrente y, en caso de llevar, problemas en las prótesis dentales.

  • Cáncer en la cavidad oral: Los tumores malignos que se desarrollan en el interior de la boca suelen provocar inflamación de la mandíbula, sangrados, dolor en la cavidad oral y, sobre todo, aparición de llagas y parches blancos.

  • Cáncer de laringe: Los tumores malignos que se desarrollan en la laringe (conducto del sistema respiratorio que recoge el aire de la faringe y lo lleva hasta la tráquea) suelen provocar dolor al tragar o dolor de oído.

  • Cáncer de faringe: Los tumores malignos que se desarrollan en la faringe (conducto del sistema tanto respiratorio como digestivo que conecta con el esófago y la laringe) suelen provocar dificultades para respirar y hablar, dolor al tragar, problemas para oír, dolor o zumbidos en los oídos, dolor persistente en la garganta y dolor frecuente de cabeza.

  • Cáncer de glándulas salivales: Son menos comunes, pero los tumores malignos que se desarrollan en las glándulas salivales suelen provocar inflamación del mentón o alrededor de la mandíbula, dolor en la cara u otras regiones, parálisis de los músculos de la cara y adormecimiento del rostro.

Como vemos, la diversidad de síntomas y variación en su intensidad es muy grande. No olvidemos que estamos ante un conjunto de cánceres, no de un tipo en específico. Aun así, es imprescindible que, ante la observación de cualquiera de los signos clínicos que hemos visto, se acuda al médico. Un diagnóstico precoz es esencial para que el tratamiento pueda garantizar el mejor pronóstico posible.

Síntomas cáncer cabeza cuello

Tratamiento

Después de solicitar atención médica, el médico hará una exploración física. Y si cree que hay riesgo de que, en efecto, el paciente puede sufrir un cáncer de cabeza o cuello, empezará el diagnóstico. Este consistirá en un examen físico, radiografías, resonancias magnéticas y, en última instancia, una biopsia, es decir, extracción del tejido vivo sospechoso de ser canceroso para su análisis en laboratorio.

Si, por desgracia, se confirma el diagnóstico, el tratamiento empezará lo antes posible. La elección de una terapia oncológica u otra dependerá de muchos factores como la localización exacta del tumor, el grado de diseminación, el estado de salud general del paciente, la edad, el tamaño del tumor, etc.

La opción predilecta es la cirugía, que consiste en una extracción quirúrgica del tumor maligno y, en ocasiones, parte del tejido sano adyacente. Aun así, no siempre puede realizarse (o no es suficiente para asegurar la eliminación del cáncer), por lo que muchas veces hay que recurrir a sesiones de quimioterapia (administración de medicamentos que matan a las células de crecimiento rápido), radioterapia (aplicación de rayos X para destruir las células cancerosas), inmunoterapia (medicamentos que estimulan el sistema inmunitario), terapia dirigida (medicamentos que atacan a particularidades de las células cancerosas) o, lo que es más habitual, una combinación de varios.

Por desgracia, todos los tratamientos, al ser aplicados en una región tan sensible como es la cabeza y el cuello, suelen acarrear efectos secundarios notorios que van (depende del tratamiento) desde problemas para masticar, tragar, respirar y hablar (común tras una cirugía) hasta pérdida parcial o alteración del sentido del gusto (común con la radioterapia). Estos efectos secundarios son normales, pero hay que comunicarlos a los médicos para así desarrollar un buen plan de rehabilitación. Lo importante es detectarlos precozmente, pues la mayoría suelen ser curables y presentar índices de supervivencia altos. De hecho, un diagnóstico rápido (antes de que el tumor haya hecho metástasis) hace que, de media, la tasa de supervivencia a 5 años sea del 90%.

Radioterapia cáncer cabeza cuello
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