Adicción al Trabajo (Workaholic): causas, síntomas y tratamiento

En la actualidad, el mercado laboral se ha vuelto más exigente que nunca. Un elevado porcentaje de la población accede a los estudios universitarios, aunque un grado o licenciatura ya no es garantía de éxito profesional. Másters, idiomas y ciertas aptitudes que marquen la diferencia son algunos de los extras que las empresas buscan en sus procesos de selección. Ni siquiera cuando se ha logrado el puesto al que se aspiraba está todo hecho.

Rara vez es suficiente con trabajar las horas establecidas, siendo muchas las jornadas ampliadas sin un aumento proporcional del salario. Cada vez se espera una dedicación más y más intensa de los empleados a su trabajo, hasta el punto de exigir la disponibilidad durante los días libres de la semana y las vacaciones. En otras palabras, se ha llevado a la práctica la filosofía de la meritocracia hasta extremos enfermizos y poco saludables.

En todo este contexto no sorprende que la salud mental de los trabajadores pueda verse seriamente mermada. Así, ha comenzado a aparecer una problemática conocida como adicción al trabajo, por la que algunas personas comienzan a trabajar de forma casi obsesiva dejando a un lado su vida y desempeño personal.

Si bien estamos habituados a hablar de abuso de sustancias o juego, esta particular adicción es un fenómeno emergente aunque aún desconocido. Se trata de un problema psicológico que puede dañar profundamente la vida y el bienestar de la persona, por lo que es pertinente conocerlo y saber cómo abordarlo. En este artículo vamos a hablar de la adicción al trabajo, sus síntomas característicos, causas y tratamiento más adecuado.

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¿Qué es la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo se define como un estado psicológico por el cual una persona prioriza su dedicación a la actividad laboral por encima de todos los demás planos de su vida, a pesar de que no existan presiones externas para que así sea. Esto se traduce en un marcado deterioro de la vida personal y las relaciones, así como de la propia salud física y mental.

Cabe señalar que la adicción al trabajo no está reconocida como tal de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Esto se debe a que se trata de una adicción de naturaleza distinta a otras más conocidas, como la dependencia a las drogas o al juego. Mientras que este tipo de adicciones suelen ser muy severas y no pueden resolverse sin ayuda profesional (incluso con ella pueden darse recaídas), la adicción al trabajo puede intensificarse en una etapa de la vida y aliviarse espontáneamente con el paso del tiempo.

¿Significa esto que la adicción al trabajo no requiere tratamiento y no es importante? En absoluto. Se trata de un problema que no debe dejarse pasar y, si es posible, debe ser abordado por un profesional de salud mental. En muchos casos, la persona puede no lograr recuperarse por sí sola y, en su lugar, entrar en un bucle del que es difícil salir.

A diferencia de otras adicciones, el abuso del trabajo sí que recibe la aprobación de la sociedad. Vivimos en un mundo que premia el vivir para trabajar, por lo que las propias normas sociales pueden reforzar la conducta y dificultar que la persona afectada sea consciente de que algo no va bien.

En la actualidad, la adicción al trabajo afecta a más del 20% de la población trabajadora en el mundo. Aunque tradicionalmente ha sido una problemática propia de los hombres, la cada vez más evidente incorporación de la mujer a los puestos de responsabilidad ha contribuido a que esta adicción afecte por igual a ambos sexos.

El fenómeno de la adicción al trabajo genera consecuencias negativas en la vida familiar, pues fomenta el aislamiento, los problemas de pareja, los conflictos familiares, la pérdida de vínculo con los hijos… lo que en definitiva acaba con la armonía y el adecuado funcionamiento de la unidad familiar. La salud física también se ve severamente afectada por este tipo de adicción.

No permitir a nuestro cuerpo desconectar del trabajo genera consecuencias en el sistema cardiovascular y digestivo, pues el organismo se encuentra en permanente tensión. Muchas personas con este problema pueden llegar a consumir sustancias para tolerar la intensidad del trabajo, con todos los efectos que estas pueden provocar en la salud.

Causas de la adicción al trabajo

Tal y como sucede con la mayoría de problemas psicológicos, no existe una causa única que justifique el desarrollo de una adicción al trabajo. No obstante, se conocen varios factores de riesgo que incrementan la probabilidad de que una persona comience a trabajar de forma obsesiva.

• La cultura: El trabajo no se concibe de la misma forma en todos los países. Es sabido que en Asia, especialmente en países como Japón o Corea del Sur, existe una fuerte cultura del trabajo en el que se da una feroz competitividad y un enorme menosprecio a quienes no se esfuerzan lo suficiente. Así, el entorno premia sobremanera el trabajo intenso.

• Temor a perder el puesto de trabajo: Muchas personas temen quedarse sin empleo y encuentran en el trabajo compulsivo su forma de prevenir esa situación. Así, aunque no reciban indicaciones directas de que deben trabajar más, deciden hacerlo para garantizar su permanencia en la empresa.

• La baja autoestima: Algunas personas encuentran en su trabajo el único escenario en el que se sienten realmente valoradas. Así, su autoconcepto depende en gran medida de su profesión, por lo que se entregan a ella de forma total, obviando el plano personal.

• Cultura de la meritocracia: Tal y como comentábamos antes, existe un ambiente laboral que lleva la meritocracia al extremo, por lo que se premia a aquellos empleados que hacen más de lo que corresponde. Estar expuesto a este refuerzo puede contribuir a abandonar la vida personal para dedicarse de forma prioritaria a la profesional.

• Ambiente familiar problemático: Para muchas personas el trabajo se convierte en un refugio cuando las cosas no van bien en casa. Si se dan dificultades familiares, es posible que una persona tenga más riesgo de volcarse obsesivamente en su profesión, abandonando su faceta personal.

Síntomas de la adicción al trabajo

Existen algunas señales que nos pueden indicar que una persona está experimentando un problema de adicción al trabajo.

• Dificultad para ceñirse al horario laboral, haciendo siempre más horas de trabajo de las correspondientes a pesar de que no se le haya pedido que lo haga.
• Fatiga, irritabilidad y cansancio debido al desgaste por el exceso de trabajo.
• Pensamientos obsesivos y rumiativos acerca del trabajo.
• Ausencia de tiempo de calidad dedicado a la faceta personal, de manera que solo se deja el trabajo para comer y dormir.
• Pobre vida social y relaciones personales pobres y poco cuidadas.
• Incapacidad para delegar en el ámbito profesional, necesidad de abarcar todas las tareas.
• Autoestima pobre y autovaloración centrada en el trabajo.
• Incapacidad para relajarse fuera del entorno laboral, estado continuo de tensión.

Cabe señalar que la adicción al trabajo no sólo tiene que ver con el aspecto cuantitativo. Es decir, no sólo implica trabajar más tiempo del correspondiente. Además, también implica una distorsión cualitativa, pues la persona es incapaz de tener otros intereses o actividades, ya que su profesión es el foco central de su vida. Existe una insatisfacción vital de fondo que se trata de aliviar con jornadas laborales maratonianas.

Tratamiento de la adicción al trabajo

Como venimos comentando, la adicción al trabajo es un problema que, siempre que sea posible, debe ser abordado por un profesional de salud mental. El tratamiento más adecuado en estos casos es la psicoterapia, ya que esta ayudará a la persona afectada a aprender a relacionarse de manera saludable con su trabajo.

Con el apoyo del psicólogo, el paciente podrá reflexionar y replantearse las creencias que posee acerca del éxito, el mérito y el trabajo, con el fin de encontrar aquellos valores que verdaderamente aprecia en su vida y tomar una dirección vital con sentido. Por supuesto, será necesario abordar otros aspectos como la autoestima o las habilidades sociales, de forma que la persona se sienta competente en todos los planos de su vida y no sólo a nivel profesional.

Desde la terapia será importante, además, encontrar junto al paciente retos que le estimulen y que no tengan vinculación con su profesión, de manera que pueda cultivar su faceta personal y respetar los horarios laborales sin horas extras vacías. Por último, será esencial el empleo de técnicas de relajación y la instauración de adecuados hábitos de sueño. Así, la persona podrá sentirse descansada y relajada y podrá empezar a trabajar en su autocuidado.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la adicción al trabajo, un problema psicológico bastante común en nuestra sociedad. Las personas que sufren este fenómeno trabajan de manera compulsiva y priorizan su desempeño profesional ante su vida personal, dedicando largas jornadas a su desempeño laboral. Entre otros factores de riesgo, parece que la cultura de la meritocracia y la feroz competitividad del mercado laboral han llevado a muchos trabajadores a abandonar su faceta personal, lo que conlleva importantes daños para la salud mental y física. El trabajo es una importante parte de la vida, pero no es la vida en sí misma. Por ello, cuando este problema sucede es recomendable el apoyo de un profesional de salud mental.