¿Cómo afrontar la Navidad sin un ser querido? 6 consejos que pueden ayudar

La Navidad es una época difícil para aquellas personas que están transitando el duelo por la pérdida de un ser querido. El ambiente festivo puede revolver emociones e intensificar el dolor, aunque algunas recomendaciones pueden ayudar a sobrellevar estas fechas.

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La Navidad es una época del año que despierta sentimientos de todo tipo. Por un lado, hay quienes encuentran en estas fechas días mágicos llenos de amor y alegría, en los que se comparten no sólo regalos, sino tiempo de calidad en familia. Sin embargo, por otro lado hay personas que sufren enormemente cuando llega la época navideña. Muchas veces, el rechazo a estas fiestas se relaciona con la pérdida reciente de un ser querido. Al tratarse de días familiares y con un gran componente emocional, es fácil que el dolor del duelo se intensifique.

En esta situación son muchas las personas que desconocen cómo gestionar lo que les pasa. No desean celebrar las fiestas, pero tampoco quieren entristecer aún más a los demás familiares ni preocupar a los de alrededor. Ver la silla vacía en la mesa es un trago difícil de digerir y ocasiona mucha angustia. Sin embargo, una gestión inadecuada de la situación puede hacer que se sufra más de lo necesario.

Por ello, es importante conocer algunas recomendaciones que pueden ayudar a lidiar con estos días complejos de la mejor manera posible acorde a las circunstancias. Ya sea porque vives un duelo en primera persona o porque alguien cercano a ti está viviendo este proceso, puede que te ayude seguir leyendo este artículo. Hablaremos sobre cómo afrontar la primera navidad sin esa persona querida que ha fallecido.

¿Qué es el duelo?

No es posible hablar de esta cuestión sin antes entender qué es exactamente ese proceso que conocemos como duelo. En psicología se conoce como duelo al proceso que todo individuo atraviesa tras sufrir algún tipo de pérdida (una enfermedad, una ruptura sentimental, perder el trabajo…), aunque generalmente se habla de él en referencia a la pérdida más difícil de todas: la muerte. Aunque el duelo siempre es doloroso, lo cierto es que cada persona lo vive de manera única. La severidad depende de distintas variables que pueden complicar la elaboración de la pérdida, como por ejemplo el grado de vinculación con el fallecido o el estilo de personalidad.

Adaptarse a la pérdida de alguien querido requiere un tiempo, que será variable en cada caso. Todo duelo implica varias fases, comenzando con frecuencia con un estado de shock y negación que progresivamente da paso a una mayor aceptación de la situación. En general, cuando alguien transita por el duelo experimenta síntomas emocionales como tristeza, culpa, miedo, ansiedad…que poco a poco y con el apoyo adecuado terminan por remitir.

Diferentes reacciones ante la Navidad

Como venimos comentando, la Navidad es una etapa difícil para quienes se encuentran transitando un duelo por la pérdida de un ser querido. En una etapa típicamente vinculada a la felicidad y la familia, las personas que están sintiendo este dolor pueden sentirse solas e incomprendidas. El entorno no acompaña en absoluto, pues incita constantemente a hacer lo último que se desea: celebrar, reír, reunirse, etc.

En esta difícil tesitura hay quienes optan por fingir que todo está bien para no entristecer o preocupar a los demás, mientras que otros deciden actuar como si no fuese Navidad, tratando de llevar una rutina cotidiana normal. Ambas reacciones son naturales, pues negar lo que sucede o evitar afrontar la realidad son formas de reducir el malestar momentáneamente. Sin embargo, estas estrategias no siempre son las más funcionales ni las que más facilitan el lidiar con estas fechas.

En una situación ideal, la persona que se encuentra pasando su primera navidad en duelo debe contar con el apoyo de quienes están cerca. Es importante que tenga personas disponibles para escucharle, pero también para ayudarle en la vida cotidiana y acompañarle en actividades que le permitan tener cierto desahogo y desconexión.

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Cómo afrontar la navidad sin un ser querido: 6 recomendaciones

A continuación, vamos a comentar algunas de las recomendaciones que pueden facilitar la gestión de la primera navidad tras haber perdido a una persona querida.

1. Comunicación abierta y fluida en la familia

Si la persona que ha fallecido es un familiar, lo ideal es que la familia pueda comunicarse de manera abierta acerca de cómo se van a organizar las navidades y cómo se siente cada uno al respecto. Es importante aclarar si se va a celebrar con normalidad o, si por el contrario, se prefiere evitar cualquier tipo de celebración.

Puede que encontréis un término medio y decidáis celebrar sólo algunos días. En cualquier caso, hablar y comunicarse es siempre una buena idea, pues favorece la conexión entre los familiares, reduce los posibles conflictos y malos entendidos y ayuda a que la familia se conozca mejor tras lo que ha pasado.

2. Busca la forma que más te guste de recordar a esa persona

Para muchas personas es de ayuda poder recordar a su ser querido de manera simbólica. En Navidad es posible representar a quien falta de muchas maneras. Puedes colocar una foto de esa persona en algún lugar visible, tener cerca un objeto que te recuerde a él/ella, o hacer un pequeño altar improvisado con velas. Cualquier cosa puede servir si eso te ayuda a tener presente a esa persona fallecida en el día a día, especialmente en estas fechas.

3. No recurras a la ley del silencio

Una reacción muy frecuente cuando se atraviesan las primeras navidades sin un ser querido es la de evitar a toda costa hablar de esa persona. Lo cierto es que, si bien es doloroso recordar cuando la pérdida es reciente, hacer de ello un tabú puede ser contraproducente. No se trata de hablar constantemente de este tema, pero se pueden hacer pequeños guiños o comentarios que permitan recordar abiertamente a quien ya no está. En las familias religiosas se puede realizar una misa, pero si no es tu caso puedes decir, por ejemplo, unas palabras antes de cenar para recordar a ese familiar.

4. Tienes derecho a reírte y disfrutar

Otro aspecto habitual en nuestra cultura tiene que ver con juzgar la manera en la que cada persona vive su duelo. Lo cierto es que no hay una manera correcta de vivir la pérdida de alguien, y llorar todo el rato o encerrarte en casa no indican tu grado de dolor. Que estés pasando un duelo doloroso no te quita el derecho a poder tener momentos de disfrute junto a otras personas, por lo que no te sientas culpable si es el caso. Por el contrario, poder tener instantes de alegría es sano y te ayudará a elaborar tu duelo poco a poco de manera saludable. Piensa en cómo querría verte esa persona que ya no está, probablemente desearía que pudieses seguir hacia adelante y encauzar tu vida hacia la normalidad con el tiempo.

5. Cada proceso de duelo es único y diferente

Es esencial que tengas presente que no hay dos procesos de duelo iguales. Esto depende de la persona, la relación que le unía con ese ser querido, las circunstancias en las que esa persona falleció, etc. Por tanto, es esencial que no te compares con otros en este sentido. El dolor de cada individuo y la gestión que se hace de él es algo único y muy personal.

Recuerda que tu dolor no se mide según cuánto lloras o cuánto te aíslas, ya que estos comportamientos no son necesarios para todas las personas que están pasando un duelo. Sea cual sea tu manera de encajar la pérdida, adopta una actitud compasiva contigo mismo, date tiempo, acepta las emociones desagradables con naturalidad y permítete sentir dolor, echar de menos, tener rabia e impotencia, etc.

6. Acude a terapia

Si sientes que la situación te desborda y no logras avanzar en el proceso tú solo, recuerda que puedes acudir a un profesional que te ayude. Un psicólogo o psiquiatra te podrá acompañar en el tránsito de tu duelo, resolviendo posibles tareas pendientes que se han quedado enquistadas en el camino.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas recomendaciones que pueden ser de gran ayuda para afrontar las primeras Navidades tras haber perdido a un ser querido. Transitar por un duelo no es en absoluto fácil, y el ambiente festivo navideño puede intensificar el dolor por la persona que ya no está. En esta situación, muchas personas desconocen cómo equilibrar su deseo de no celebrar con las demandas familiares y sociales.

Ante todo, lo más importante es aceptar que un proceso de duelo requiere tiempo y es único en cada persona. En este camino se viven todo tipo de emociones, desde la rabia inicial hasta la tristeza y la nostalgia. En cualquier caso, contar con apoyo social es un requisito clave para poder avanzar y salir adelante.

Si la persona fallecida es un familiar, siempre es de enorme ayuda una comunicación fluida y sincera para acordar cómo se celebrarán las fiestas. Es fundamental no compararse ni juzgar la manera en la que cada uno lidia con su propio dolor, ya que esto sería invalidante e injusto por tratarse de una cuestión personal. En algunos casos ayuda recordar a la persona de forma simbólica, permitirse tener momentos de disfrute y desahogo, no hacer de la pérdida un tema tabú y saber pedir ayuda profesional cuando se necesita.

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