Psicobiología: definición, características y ámbito de estudio

Esta disciplina analiza la influencia que tienen nuestros órganos y funciones biológicas en el desarrollo de la conducta al mismo tiempo que intenta descifrar cómo ha evolucionado el comportamiento animal a lo largo de la Historia.

Psicobiología

Solemos pensar en la biología y la psicología como dos disciplinas totalmente independientes. Una es una ciencia natural y la otra, una ciencia social. Una estudia cómo es la anatomía, fisiología y evolución de los seres vivos y la otra, cómo nos comportamos y cómo reaccionamos ante los estímulos. A priori, puede parecer que no están relacionadas.

Nada más lejos de la realidad. Ya desde finales del siglo XIX, los científicos se dieron cuenta de que es imposible entender la psicología humana sin echar mano de los conocimientos en biología, del mismo modo que no tiene sentido estudiar nuestra biología sin tener en cuenta los misterios de nuestra conducta y comportamiento.

Ante esta necesidad mutua de ambas disciplinas nació la psicobiología, la cual se considera una rama de la psicología y tiene el (complicado) objetivo de entender cómo nuestros órganos y funciones biológicas influyen en el desarrollo de nuestra personalidad, conducta, emociones y comportamiento.

En el artículo de hoy analizaremos esta disciplina en profundidad, una ciencia que tiene también el ambicioso objetivo de analizar cómo ha ido evolucionando el comportamiento animal a lo largo del tiempo.

¿Qué es la Psicobiología?

La Psicobiología es un rama de la Psicología, lo que significa que su ámbito de estudio es el de la conducta humana. Sin embargo, como su propio nombre indica, se relaciona estrechamente con la biología, por lo que pretende entender el origen y desarrollo de este comportamiento teniendo en cuenta el papel que influye nuestra fisiología, es decir, los órganos y procesos biológicos.

La influencia de la biología y, en definitiva, de nuestra naturaleza, en nuestra personalidad, emociones, conducta y comportamiento a día de hoy parece muy obvia, pero no siempre ha sido así. Y es que ahora sabemos que todo lo que sentimos y percibimos está en el cerebro, pero esto es un descubrimiento relativamente reciente.

Las civilizaciones antiguas de Grecia y Egipto, pese a ser culturas extremadamente avanzadas en cuanto a conocimientos en muchas disciplinas científicas, no le dieron ninguna importancia al cerebro. Nadie podía imaginar, por aquel entonces, que la base de todo estaba en este extraño órgano esponjoso que llenaba nuestro cráneo.

No fue hasta muchos siglos después (aproximadamente en el siglo XVIII) que se empezó a ver que la clave de todo lo que sucedía en el interior de nuestro cuerpo estaba en algo que, en la época, parecía imposible: la electricidad.

Gracias a distintos experimentos realizados por algunos de los científicos más relevantes de sus respectivas épocas, empezamos a ver que el cerebro reaccionaba a los impulsos eléctricos. Y que todo lo que ocurría en nuestro organismo era posible gracias a que el cerebro era capaz de generar (y transmitir) señales nerviosas a lo largo y ancho del cuerpo.

Esto implicaba que todo lo que tenía que ver con nuestra conducta, personalidad y emociones debía nacer inevitablemente también en el cerebro, nuestro centro de mandos. Este descubrimiento hizo que todo lo que sabíamos de psicología tuviera que renovarse, pues hasta ese momento, pese a los grandes avances en cuanto al estudio de los secretos de la conducta humana, no sabíamos el origen ni de dónde venían nuestros pensamientos.

Pero ahora ya sí: del cerebro. Por ello, fue imprescindible fusionar biología y psicología en una única disciplina, la psicobiología. Esta ciencia, pues, estudia cómo el sistema nervioso influye en el desarrollo de nuestra conducta y personalidad.

¿La conducta depende de la biología?

Indudablemente, sí. Nuestra conducta depende en gran medida de la biología, es decir, de nuestros genes. Evidentemente, no todo depende de cómo son los procesos fisiológicos que ocurren en el organismo, pero sí que tiene un papel protagonista.

En este contexto, la psicobiología considera el comportamiento humano como un conjunto de reacciones y manifestaciones reguladas y controladas por el sistema nervioso, básicamente por el cerebro.

Y es que es este cerebro el que procesa la información que percibimos a través de los sentidos, el que reacciona a ellas y el que establece conexiones neuronales entre las emociones, los recuerdos, los sentimientos, los miedos… Todo. Todo lo que tenga que ver con la relación con el medio y con nosotros mismos ocurre dentro del cerebro.

Y al reaccionar a los estímulos internos y externos, manifestamos una serie de comportamientos, los cuales, por lo que acabamos de ver, dependen del modo en el que el sistema nervioso procesa la información. Por lo tanto, la psicobiología defiende la idea de que todo lo que expresamos a nivel de conducta es fruto de cómo nuestro cuerpo reacciona ante lo que ocurre a nuestro alrededor.

Pero de esta relación entre biología y psicología, nace una pregunta muy interesante: ¿la conducta evoluciona a lo largo de la Historia igual que otras características biológicas? La psicobiología ha demostrado que sí. La evolución determina no solo cómo somos por fuera, sino cómo nos comportamos ante los estímulos.

Es decir, la conducta humana puede entenderse como un legado o herencia de caracteres biológicos que han terminado moldeando nuestro comportamiento y procesos mentales. Lo que ocurre en nuestra mente no viene del alma ni de otras situaciones místicas o mágicas, viene única y exclusivamente de cómo las neuronas captan información y la procesan. La psicología no puede entenderse sin la biología. Y la conducta humana no puede entenderse sin saber cómo funciona el sistema nervioso.

La actividad cerebral (biología) es la que determina cómo nos comportamos, sentimos, relacionamos y reaccionamos a los estímulos (psicología). En esto podría resumirse el principio de la psicobiología y de las ramas en las que se divide y que analizaremos más adelante.

¿Qué estudia la Psicobiología?

Como cualquier disciplina de la psicología, la psicobiología estudia los procesos mentales y todo lo relacionado con la respuesta que los humanos tenemos ante el entorno social y físico en el que nos encontramos. La característica particular es que lo estudia desde una perspectiva más biológica, es decir, intentando encontrar el origen (también a nivel evolutivo) de la conducta humana y analizando los procesos neurológicos que rigen nuestra forma de pensar y de comportarnos.

Esta disciplina defiende que todo lo que experimentamos a nivel emocional y las respuestas que damos es fruto de la química del cerebro. Y en este sentido, la psicobiología estudia, siempre desde una perspectiva de qué sucede en el sistema nervioso, las emociones, los pensamientos, los recuerdos, los sentidos, los instintos (comer, beber, reproducirse y relacionarse), el aprendizaje, la memoria, los ritmos biológicos, las experiencias traumáticas, el sueño, el lenguaje, la toma de decisiones, la motivación…

Además, gracias a cómo relaciona cerebro con conducta, esta disciplina también ha contribuido (y sigue contribuyendo) enormemente en el conocimiento que tenemos acerca del origen de muchas enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia, así como de trastornos neurológicos que tienen manifestaciones psicológicas fuertes, como por ejemplo el Alzheimer, el autismo o el Parkinson.

Por lo tanto, la psicobiología estudia tanto la actividad cerebral que determina la conducta cómo los trastornos psicológicos o neurológicos que derivan en afectaciones al modo en el que nos relacionamos con el entorno y con nosotros mismos.

¿Cuáles son las principales ramas de la Psicobiología?

Desde su consolidación como disciplina científica a principios del siglo XX, la psicobiología ha ido tomando cada vez un papel más relevante. Esto ha hecho que, al darnos cuenta de que si todo lo que tiene que ver con el cerebro ya es extenso e increíblemente complejo de por sí, más lo es si lo relacionamos con la conducta humana y con la herencia evolutiva.

Por este motivo la psicobiología se ha subdividido en otras ramas que, con la base de que el comportamiento depende de la actividad del sistema nervioso, abordan la relación entre biología y psicología con enfoques ligeramente distintos. A continuación las vemos.

1. Neuropsicología

La neuropsicología es la rama que estudia cómo las alteraciones anatómicas o químicas sufridas en el cerebro pueden derivar en afectaciones en los procesos mentales y, por lo tanto, en la conducta. Esta disciplina es imprescindible para progresar en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades mentales.

2. Etología

La etología, también conocida como psicología comparativa, es la rama que estudia cómo es la conducta y el comportamiento entre las distintas especies animales, es decir, más allá de los humanos. Esto permite establecer correlaciones con nuestra forma de relacionarnos y ver en qué medida influye el hecho de que tengamos conciencia.

3. Psicología evolutiva

La psicología evolutiva es la rama que estudia cómo los humanos hemos ido evolucionando en cuanto a procesos mentales y actividad cerebral, del mismo modo que analiza la herencia de comportamientos y pautas de conducta que se han ido pasando de generación en generación a lo largo de los millones de año, ya desde nuestros antepasados animales.

4. Sociobiología

La sociobiología es la rama que estudia cómo influyen los procesos mentales, funciones biológicas y reacciones fisiológicas en el modo en el que nos relacionamos con los demás y estructuramos nuestra sociedad.

5. Psiconeuroendocrinología

Las hormonas son las piezas que regulan la actividad cerebral, por lo que indirectamente también tienen una importante influencia en cómo nos comportamos. En este contexto, la psiconeuroendocrinología es la rama que estudia cómo la síntesis de hormonas y los problemas en esta producción determinan nuestra conducta y estado anímico.

Referencias bibliográficas

  • Del Abril Alonso, A., Ambrosio Flores, E., De Blas Calleja, M.R. et al (2009) “Fundamentos de Psicobiología”. Sanz y Torres.
  • García Moreno, L.M. (2002) “Psicobiología y educación”. Revista Complutense de Educación.
  • Berntson, G., Cacioppo, J.T. (2000) “Psychobiology and Social Psychology: Past, Present, and Future”. Personality and Social Psychology Review.
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