¿Cómo hacer una crítica constructiva? En 13 consejos

Todos queremos resultar agradables a los demás y sentirnos aceptados. De hecho, a cualquiera le anima un cumplido o comentario positivo, pues esto incrementa nuestra autoestima y nos hace sentir más válidos y capaces. Sin embargo, hay momentos en los que toca recibir críticas porque nuestra conducta ha sido desacertada. Habitualmente, las críticas se viven como algo negativo, como un ataque personal en toda regla. Sin embargo, una crítica constructiva bien hecha en absoluto debería parecerse a esto.

Saber hacer críticas adecuadas a otras personas es muy importante, ya que así lograremos que los demás mejoren aspectos de su conducta que pueden incomodarnos sin que esto suponga un conflicto. No podemos avasallar a los demás y juzgar cómo se comportan sin tener presente sus sentimientos. Por ello, en este artículo hemos recopilado los mejores consejos para hacer una crítica constructiva sin fracasar en el intento.

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13 claves para realizar críticas constructivas

La crítica constructiva es aquella que se basa en comentarios positivos y concretos, por el cual una persona trata de ayudar a otra a mejorar en un área. La crítica de este tipo siempre parte de una base positiva y respetuosa, sin cabida para el daño ni las malas intenciones. No obstante, tan importante como la forma de emitirla es la capacidad del receptor para aceptarla. Es decir, es importante que el otro esté preparado para abrirse a nuevos puntos de vista y soluciones que le lleven a un cambio sustancial.

Ante todo, una crítica constructiva debe realizarse con el fin último de ayudar al otro y no de humillarlo. Por eso, lograr llevarla a cabo va a requerir grandes dosis de inteligencia emocional y habilidades sociales. Hacer críticas constructivas es una habilidad asertiva y siempre tiene que ver con la mejora de conductas específicas y no con el ataque personal. Por ello, quien sabe criticar constructivamente nunca cae en el error de culpabilizar o atacar en términos globales al otro. A continuación, comentaremos las claves más interesantes para poder realizar críticas constructivas.

1. Utiliza los mensajes “yo”

Muchas personas realizan sus críticas a los demás como si de una acusación se tratara. Así, suelen comenzar su sugerencia con un “Tú…”. Aunque parezca algo sin importancia, lo cierto es que este comienzo ya predispone al otro a ponerse a la defensiva. Para evitarlo, lo mejor es comenzar con un mensaje “Yo”. Por ejemplo, si nos molesta el desorden de un familiar en casa, no es lo mismo decirle “Tú eres muy desordenado” que “Yo me siento incómodo con todo desordenado en casa”. De esta manera, evitamos caer en el ataque personal y nos enfocamos en comportamientos determinados.

2. Asegúrate de saber sobre el tema que criticas

Cuando hacemos una crítica constructiva es requisito dominar el ámbito sobre el cual vamos a opinar. De lo contrario, corres el riesgo de resultar atrevido o ignorante, ya que estás corrigiendo sin un conocimiento real de esa cuestión.

3. Evita el lenguaje ambigüo

En ocasiones puede darnos reparo hacer una crítica al otro. Por ello, podemos caer en el error de dar demasiados rodeos y emplear un lenguaje poco específico. En estos casos, estamos haciendo un flaco favor a la persona, que no comprende exactamente qué ha hecho mal. Por ello, no estaremos logrando nuestro objetivo.

4. Reconocer nuestra parte de responsabilidad (si la hay)

A veces, conductas de los demás que nos parecen molestas tienen relación con nuestro propio comportamiento. Por eso, cuando criticamos algo que no nos agrada del otro, nunca está de más revisar si podemos tener cierta parte de responsabilidad en lo que está pasando. Esta actitud de humildad te ayudará, además, a rebajar la actitud defensiva de la otra persona y ayudará a construir un clima amigable.

5. No asumir que tenemos la verdad en nuestra mano

En ocasiones, cuando hacemos críticas, podemos caer en el error de resultar demasiado engreídos y prepotentes. Es decir, buscamos cambiar conductas del otro creyendo que nuestro punto de vista es el único adecuado o el mejor. Por ello, siempre es aconsejable dejar la puerta abierta a escuchar al otro y entender por qué ha podido comportarse de esa manera que no nos agrada.

6. Hacer las críticas de una en una

Cuando hacemos una crítica, buscamos ayudar al otro a hacer cambios, evitando que se sienta atacado. Por eso, siempre es preferible plantear las diferentes críticas en momentos distintos. Si escupimos todas nuestras críticas de golpe, la persona se sentirá muy violenta y crearemos una situación desagradable. Además, dar tanta información dificulta la comprensión y, por ello, los cambios esperados son menos probables.

7. Cuida el momento y el lugar

Hacer una crítica positiva requiere elegir un momento y lugar oportunos. En algunas ocasiones, sencillamente no es pertinente introducir una crítica. Si, por ejemplo, vemos que el otro se encuentra agobiado o tenso, puede que sea mejor reservar nuestra sugerencia para un rato más relajado. De la misma forma, hacer críticas es algo muy personal.

Por ello, es totalmente desaconsejable criticar la conducta de otro en público. Recuerda que no se pretende herir o humillar, sino ayudar. Por eso, es mejor que estos comentarios se pongan en común en la intimidad. Incluso cuando cuidamos nuestra forma de expresar lo que queremos, elegir el lugar o momento menos indicado puede hacer que el otro responda a la crítica con agresividad, enfado o resistencia a cambiar.

8. Controla el tono y la postura corporal

No se trata sólo de lo que decimos, sino también de cómo lo decimos. Por ello, además de medir las palabras tenemos que atender a nuestro tono de voz y lenguaje corporal. Procura emplear un tono suave y calmado y una postura relajada y cercana. Si tu gesto es serio y gesticular bruscamente, el otro puede sentirse demasiado avasallado.

9. Dar soluciones

Cuando hacemos una crítica no debemos quedarnos en señalar lo que creemos que se debe cambiar. Además, es aconsejable dar alternativas de solución al otro, de forma que sepa qué puede hacer para mejorar. Incluso puedes conversar con esa persona acerca de qué ideas se le ocurren a ella para cambiar. Negociar estas posibles medidas es lo mejor para crear un clima conciliador y comprensivo.

10. No insistas si hay resistencia

Como comentábamos al inicio, a veces podemos dar todo de nosotros por hacer una buena crítica y, sin embargo, el otro responde negativamente. Lo cierto es que hay personas que llevan especialmente mal el recibir críticas por muy bien formuladas que estén. En estos casos, lo mejor que podemos hacer es no insistir demasiado porque esto sólo ayudará a escalar el conflicto.

11. Recuerda que el otro tiene derecho a replicar

Un error frecuente a la hora de formular críticas es pensar que el otro debe acatar con lo que decimos sin más. Lo cierto es que cuando realizamos una crítica constructiva debemos tener presente que el otro tiene derecho a replicarla. La comunicación siempre debe ser bidireccional y por ello tenemos que ser tolerantes con el punto de vista de la otra persona.

12. Incluye aspectos positivos

Es importante recordar que hacer una crítica constructiva no sólo implica cuestiones negativas. Además de señalar lo que se quiere corregir, también es recomendable señalar al otro cualidades o cosas que hace bien. De esta manera, la crítica será mucho mejor recibida y el otro se sentirá mucho mejor y más motivado a cambiar.

13. Valora las posibilidades de cambio de la otra persona

Cuando hacemos una crítica tenemos que tener en cuenta las posibilidades de cambio del otro. No podemos pedir soluciones que escapen a los recursos o margen de acción de esa persona, pues en ese caso sólo conseguiremos que se sienta frustrada y culpable.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves para hacer una crítica constructiva. Las críticas suelen tener muy mala fama y, sin embargo, cuando se realizan bien son muy útiles. Una crítica constructiva es aquella por la que una persona señala a otra algo que puede mejorar de forma clara, respetuosa y humilde.

Saber dar y recibir críticas es una forma de aprender y mejorar, así como de conseguir que los otros sepan qué aspectos nos incomodan y deben cambiarse en la medida de lo posible. Cuando hacemos una crítica nuestro fin último siempre es el de ayudar, evitando a toda costa humillar, dañar o reprochar. Al fin y al cabo, las críticas no deben ir dirigidas a la persona, sino a una conducta en particular. Por ello, es clave saber dominar el lenguaje para evitar que una sugerencia de cambio sea interpretada como un ataque personal.

Es aconsejable ser muy concretos a la hora de formular críticas, ya que de lo contrario la persona no entenderá qué debe cambiar exactamente. También es primordial hacer críticas de una en una, pues sino corremos el riesgo de hacer que el otro se sienta avasallado. De la misma manera, es preferible cuidar el lenguaje no verbal, ya que este da mucha más información que las palabras. Además, es importante criticar desde la humildad, sin asumir que tenemos la verdad absoluta en nuestra mano.