Hipocondría: causas, síntomas y tratamiento

En la actualidad vivimos en un mundo en el que se han logrado progresos que eran inimaginables hace tan sólo algunas décadas. Uno de los ámbitos donde más ha evolucionado nuestro conocimiento es el referente a la salud, lo que ha permitido alcanzar espectaculares avances médicos que han cambiado la vida de las personas.

Gracias a ellos es posible detectar enfermedades de manera precoz y abordarlas con tratamientos cada vez más eficaces, lo que ha sido crucial para incrementar nuestra esperanza de vida. Lo cierto es que todos estos logros deberían haber favorecido nuestra tranquilidad en cuestión de salud, pero no parece que esté siendo así.

Así, se produce una situación paradójica, y es que cuantos más avances se logran en el campo de la medicina, más habitual es que las personas se preocupen en exceso por su salud, valorando ante el más mínimo síntoma la posibilidad de padecer una grave enfermedad. Esta preocupación obsesiva acerca de la propia salud puede conducir a un trastorno psicológico conocido como hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad.

Este problema es más común de lo que parece y es por ello que resulta importante conocerlo. Esta es una condición que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, pues rara vez la persona afectada es consciente de que lo que le sucede es un fenómeno psicológico. Por el contrario, quien sufre este problema se encuentra convencido de que padece una severa enfermedad orgánica que aún no ha sido diagnosticada. Debido a la complejidad que entraña este trastorno psicológico, en este artículo vamos a detallar en qué consiste, cuáles son sus causas y síntomas y el tratamiento ideal para abordarlo.

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¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría es un trastorno mental que se asocia con una preocupación excesiva y constante por la salud. La persona tiende a exagerar determinados síntomas que pueden ser reales, pero que ésta asocia directamente con el padecimiento de una enfermedad grave. De esta manera, cualquier marca en la piel, cualquier dolor o cambio percibido en el cuerpo son vividos con una enorme ansiedad, pues automáticamente el individuo asume que está gravemente enfermo.

Los pacientes hipocondríacos no son conscientes de que sufren un problema psicológico. Por ello, suele ser el propio entorno el que reconoce que algo no va bien. La persona hipocondríaca tenderá a pasearse por diferentes consultas médicas, realizándose todo tipo de pruebas para asegurarse una y otra vez de que su salud es adecuada.

Tras la visita a un doctor, se vive una aparente tranquilidad, aunque la preocupación suele volver pasados unos días. De esta manera, el individuo afectado se ve atrapado sin ser consciente en un dinámica muy compleja, donde cada vez se produce una mayor observación del propio cuerpo, lo que acrecenta la ansiedad y la necesidad de acudir a la consulta médica para hacer las pertinentes comprobaciones.

Así, la persona que sufre hipocondría vive con una perpetua sensación de enfermedad, que realmente nunca termina por remitir. La hipocondría se define como un trastorno de ansiedad, donde el componente central es un miedo irracional a caer enfermo. Se trata de un problema de salud mental que puede generar un enorme sufrimiento e interferencia en la vida normal de la persona afectada, pues la hipervigilancia y el temor permanente pueden conducir a otros problemas secundarios como la depresión.

El paciente termina por destinar el grueso de su tiempo a buscar información confirmatoria de sus temores, visitando diferentes médicos y afirmando que los resultados de las pruebas que niegan la existencia de alguna enfermedad son erróneos. Todas estas alteraciones deterioran, como es esperable, las relaciones sociales y el funcionamiento normal en el plano laboral y personal.

Causas de la hipocondría

El desarrollo de este problema conocido como hipocondría no tiene una causa única. Dependiendo de cada persona, son varios los factores que pueden confluir dando como resultado esta particular condición. Sin embargo, es cierto que existen algunos factores de riesgo que son particularmente comunes:

• Antecedentes familiares: En términos generales, las personas que desarrollan hipocondría proceden de entornos familiares con tendencia a preocuparse en exceso por la salud y la enfermedad. Por ello, el problema es en cierta medida resultado de un aprendizaje adquirido desde edades tempranas.

• Experiencias traumáticas de enfermedad: Las personas que han experimentado una patología grave en primera persona o en un ser querido pueden desarrollar un enorme temor a volver a enfermar.

• Ansiedad y estrés: Las personas hipocondríacas tienden a ser particularmente ansiosas en general y son más vulnerables al estrés, por lo que es más probable que desarrollen un problema de hipocondría.

• Beneficios secundarios: Ninguno de nosotros diría que es agradable estar enfermo. Sin embargo, ocupar este rol puede otorgar beneficios secundarios, tales como recibir cuidados y atenciones de los demás. Muchas veces, las personas que no se han sentido cuidadas y protegidas pueden, sin ser conscientes, desarrollar este problema como estrategia para sentirse arropadas y atendidas por los demás.

Síntomas de la hipocondría

A continuación, vamos a comentar los síntomas más característicos de la hipocondría. Las personas hipocondríacas se preocupan por su salud de manera obsesiva, por lo que cada pequeño signo o cambio detectado en su cuerpo se vive con una angustia y miedo intensos. Cualquier leve dolor de cabeza, tos, problema digestivo o lesión cutánea es vivido de manera casi delirante.

Hay una tendencia marcada a autoobservarse y explorar el cuerpo buscando indicios de que se sufre una terrible enfermedad.La persona carece de conciencia de su problema real, la hipocondría. Por ello, muestra un convencimiento total de que sufre una enfermedad grave que aún no ha sido diagnosticada. El paciente puede describir sus síntomas de una manera sorprendentemente precisa, con infinidad de detalles que son poco trascendentes.

La persona acude continuamente a diferentes médicos y especialistas, con el fin de que se lleven a cabo exploraciones y pruebas. Aunque esto es tranquilizador en el corto plazo, la preocupación y el malestar no tardan en volver. Existe una marcada sugestión, de manera que la persona puede verse influida negativamente por la información del exterior. Oír hablar de enfermedades nuevas, como por ejemplo el COVID-19, puede ser un potente detonante para que aparezcan nuevos supuestos síntomas que señalan que se sufre esa enfermedad.

Tratamiento de la hipocondría

Lidiar con un problema como es la hipocondría puede llegar a ser devastador no sólo para el propio afectado, sino también para su entorno. Con frecuencia, amigos y familiares terminan entrando en la dinámica de esa persona, con obsesiones, miedos, síntomas, visitas a infinidad de médicos, etc.

El abordaje profesional de este tipo de problema se hace por ello fundamental, pues merma seriamente la calidad de vida. Como es de esperar, hacer una vida normal se hace imposible cuando se experimenta continuamente la seguridad de estar gravemente enfermo. Aunque hay profesionales de salud mental que recetan a sus pacientes fármacos ansiolíticos y antidepresivos, especialmente inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), lo cierto es que esto solo permite controlar la ansiedad de manera superficial.

En su lugar, resulta esencial que el paciente pueda recibir psicoterapia, siendo la cognitivo conductual el tratamiento de elección en la actualidad. Mediante el uso de diversas técnicas, se ayudará al paciente a gestionar sus temores y cesar la sobrevigilancia respecto a las señales de su cuerpo. Poco a poco, se conseguirá restaurar una vida cotidiana normal, sin visitas continuadas al médico ni pensamientos obsesivos acerca de la posibilidad de enfermar. De esta manera, el individuo podrá aceptar la enfermedad como parte de la vida sin que esto suponga una interferencia en su bienestar y en la vida de sus amigos y familiares.

Cómo ayudar a una persona que sufre hipocondría

Como venimos comentando, convivir o tener cerca a alguien que sufre este problema termina por ser desgastante y agotador. Si te encuentras en esta situación, hay algunas pautas que te pueden ayudar a acompañar a esa persona que sufre hipocondría.

• Si no está en tratamiento, anima y acompaña a esa persona para que inicie una terapia psicológica.

• Evita hablar del tema de manera continua. Tampoco entres en la trampa de darle argumentos para calmar su temor, ya que esto solo servirá como combustible para alimentar la rumia acerca de su salud.

• No caigas en responder a sus dudas y preguntas como: ¿No tendré nada grave, verdad?. Esto solo ayudará a empeorar más la situación. Recuerda que tu no eres el médico, por lo que no puedes arriesgarte a prometer resultados que quizá no se cumplan. En caso de que te equivoques (cosa que puede suceder dado que no eres un profesional de la salud), solo lograrás incrementar aún más la inseguridad de la persona.

• No te burles de su problema ni lo minimices. Aunque la persona hipocondríaca cree sufrir enfermedades graves que no son reales, el sufrimiento que toda esta dinámica le produce es totalmente real. Por ello, es importante mostrarnos comprensivos con ella aunque no entremos en su dinámica.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado sobre la hipocondría, un trastorno de ansiedad por el que la persona se encuentra convencida de sufrir una grave enfermedad. Continuamente revisa su cuerpo buscando posibles indicios que confirmen su teoría, además de visitar diferentes médicos y especialistas incansablemente. El papel del entorno es esencial, ya que las personas hipocondríacas no suelen ser conscientes de tener un problema psicológico.