Miedo al fracaso: 7 estrategias para combatirlo

No cabe duda de que vivimos en una sociedad que ensalza la importancia del éxito y las apariencias. Nos han enseñado que conseguir cosas, ser mejor que el resto y lograr acercarse a la perfección es lo que nos brinda valor como personas. Por ello, son muchos los que sufren ante la posibilidad de equivocarse, cometer errores y sentirse fracasados.

El miedo es una emoción natural ante situaciones donde prima la incertidumbre o intuimos que las consecuencias no serán favorables. Cuando esto ocurre, se activan nuestras alarmas, permitiendo estar preparados para actuar si fuera necesario. Sin embargo, el miedo también puede jugar en nuestra contra cuando se vuelve muy intenso o frecuente, provocando estados de bloqueo e inseguridad.

Así, el temor a equivocarnos nos puede llevar a comportamientos que, lejos de conducirnos a nuestros objetivos, nos alejan de ellos. Se produce una especie de autosabotaje por el que nos sentimos incapaces de lograr cosas. El miedo acaba por limitar nuestra vida, ya que nos frena a la hora de enfrentarnos a la vida y los posibles desafíos que se nos presentan. Por todo ello, es importante identificar cuando estamos sufriendo temor al fracaso y entender por qué aparece y cómo manejarlo.

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¿Qué es el miedo al fracaso?

El miedo al fracaso, que también es conocido como atiquifobia, consiste en un miedo extremo e irracional a fracasar y cometer errores. Las personas que lo sufren suelen evitar situaciones en las que puedan llegar a equivocarse. En algunos casos, este temor también puede tratar de compensarse mediante un sobreesfuerzo. Es decir, la persona se vuelca de lleno en el desempeño de la actividad para estar preparada y garantizar el éxito, incluso cuando esto supone un importante desgaste físico y mental.

En general, las personas que sienten miedo al fracaso suelen mostrar una personalidad marcadamente exigente. Siempre buscan dar lo mejor de sí mismas, hasta el punto de sobrepasar sus propios límites con tal de conseguir destacar en lo que hacen. Es por ello que terminan sintiéndose a menudo ansiosas, frustradas y agotadas a todos los niveles. Lo cierto es que el miedo al fracaso nunca aparece por una causa única. Son muchas las variables que pueden influir en el desarrollo de este temor, destacando las siguientes:

• Forma de interpretar la situación: La forma en la que se interpreta la realidad influye mucho en nuestras emociones y comportamiento. Así, hay quienes pueden analizar lo que les ocurre desde una mirada distorsionada y alejada de la realidad. En estos casos, cometer errores se puede vivir como un auténtico fracaso, ya que la persona analiza la situación desde un punto de vista catastrofista.

• Autoestima contingente: Hay personas que no muestran una relación saludable consigo mismas. En lugar de tratarse con cariño y respeto de forma incondicional, su autoconcepto oscila en función de los logros que consiguen. Así, se busca siempre alcanzar el éxito porque los errores son interpretados como una señal de que se es un inútil, no se vale para nada, etc.

• Concepto del fracaso: No todo el mundo concibe igual los fracasos. Hay personas que ven en el más mínimo error una consecuencia dramática que merma su autovalía, en lugar de ver en ello una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

• Expectativas desajustadas: Muchas veces, el fracaso es difícil de digerir porque choca de lleno con nuestras expectativas. Las personas autoexigentes suelen tener unas metas muy elevadas y ambiciosas, por lo que corren el riesgo de frustrarse enseguida al no poder lograrlas a la primera.

• Efecto lupa: Hay quienes se centran en aspectos específicos de la situación en lugar de analizar todo lo que ocurre de forma holística. Muchas veces, esto puede conducir a una focalización en el error, ignorando por completo todos los otros logros que se han conquistado. Es algo así como un efecto lupa que anula todo lo demás cuando se produce una equivocación.

• Pensamiento dicotómico: Algunas personas pueden mostrar un estilo de pensamiento algo rígido, de manera que sólo pueden pensar en términos de todo o nada. El pensamiento dicotómico lleva a que no se admitan matices grises, de forma que sólo se contemplan dos opciones: ser un ganador o un perdedor. No se acepta que una misma persona pueda tener logros y fracasos en su camino, no hay cabida para medias tintas.

¿Cómo combatir el miedo al fracaso?

Como venimos comentando, el miedo al fracaso puede resultar muy limitante. Sin embargo, hay algunas estrategias que nos pueden ayudar a manejarlo.

1. Pon a prueba tus pensamientos irracionales

Es posible que en algunos momentos sientas que tus pensamientos son verdades absolutas. Si te pasan por la cabeza ideas como “Si esto me sale mal, será todo horrible”, es importante que aprendas a rebatirlas. Te puede servir el pensar si te ayuda pensar de esta manera para afrontar esa situación, así como preguntarte qué es lo peor que podría pasar. Muchas veces, nuestra manera de pensar nos hace ver la realidad de forma mucho más negra y difícil, lo que nos sitúa en una posición de ansiedad anticipatoria y nos hace ver el fracaso como el fin del mundo.

2. Ajusta tus expectativas

Si eres una persona muy exigente contigo misma, es posible que estés marcándote expectativas demasiado elevadas. Esto puede estar haciéndote sentir que no eres capaz, que no eres suficiente, que no puedes lograr nada… lo cual es lógico si aspiras a conseguir objetivos muy ambiciosos de la noche a la mañana. Trata de ser realista con lo que te propones, ya que así dejarás de sentir frustración constante y comprobarás que sí puedes conseguir muchas cosas. Tu miedo al fracaso se irá rebajando porque ganarás mayor seguridad en lo que estás haciendo y verás que los desafíos se ajustan a tu capacidad.

3. Utiliza técnicas de relajación

Si sientes que una situación concreta es desafiante y tu miedo a fallar te bloquea (por ejemplo, en un examen), puede que te ayude realizar técnicas de relajación previamente. Por ejemplo, puedes empezar por poner en práctica la respiración diafragmática. De esta forma, podrás acudir a la prueba más calmado y podrás demostrar lo que sabes de la mejor manera.

4. Acepta que el fracaso siempre está ahí como parte de la vida

El fracaso forma parte de la vida misma. Todos cometemos errores y nos equivocamos y, de hecho, esto es enriquecedor porque nos permite aprender y crecer como personas. Si aspiramos a ser perfectos y evitamos siempre entrar en contacto con la frustración que supone equivocarse, es fácil que tu salud mental se vea resentida.

Aceptar que el fracaso es algo natural ayuda a tener paz, pues dejamos de luchar contra algo que simplemente siempre va a estar ahí. Además, es importante matizar que aceptar no es sinónimo de resignarse. Podemos esforzarnos por lo que queremos y, aún así, aceptar que podemos no lograr lo que nos habíamos propuesto.

5. Prueba a exponerte a situaciones que te asustan

Tal y como sucede con todo tipo de miedos, es importante que pruebes a exponerte. Es clave que trates de hacerlo progresivamente, empezando por las situaciones que menos temor te producen. Exponerte a cometer errores te permitirá conectar con tus emociones difíciles, comprender que el fracaso puede ser incómodo pero no insoportable y que incluso puede aportar aspectos positivos.

6. Disfruta del proceso

Es habitual que el miedo a fracasar se relacione con el hecho de que valoramos demasiado el resultado y muy poco el proceso. Así, nos concentramos tanto en el hecho mismo de ganar o perder que nos desconectamos del momento presente y lo que estamos haciendo para llegar hasta la meta final. Aprender a saborear más ese camino nos puede ayudar a perder ese miedo a perder, porque apreciamos todo lo que nos llevamos más allá del producto final.

7. Traza un plan alternativo

En algunos casos, puede ayudar el tener un plan alternativo por si fallase nuestra primera opción. Saber qué vamos a hacer si el fracaso llega puede ayudarnos a ver este desenlace como algo menos terrorífico, permitiéndonos afrontar las situaciones desafiantes con mayor serenidad.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves importantes que pueden ser de ayuda para gestionar el miedo al fracaso. En una sociedad donde se premia el esfuerzo, el éxito y el destacar por encima de los demás, son muchas las personas que temen equivocarse, cometer errores y sufrir fracasos. Este temor puede dificultar la vida y alterar nuestro bienestar emocional. Algunas personas pueden evitar situaciones determinadas donde hay cierto margen de error, mientras que otras pueden tratar de compensar su miedo realizando un sobreesfuerzo.

En este sentido, la autoexigencia suele jugar un papel central, haciendo que la persona se sienta incapaz de conseguir lo que se propone. En el desarrollo del miedo al fracaso influyen aspectos como nuestra interpretación de la situación, nuestros niveles de autoexigencia, la autoestima, las expectativas o la rigidez de pensamiento. Manejar el miedo a fracasar requiere rebatir nuestros pensamientos irracionales, exponernos a situaciones reales, disfrutar del proceso o trabajar la aceptación.