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La adolescencia es una etapa llena de cambios intensos a nivel biológico, psicológico, sexual y social. Esta consiste en una transición desde la niñez hasta la etapa adulta, que tiene inicio con la pubertad, cuando se produce la maduración sexual del niño o niña. También implica aspectos psicológicos fundamentales como son la búsqueda de la propia identidad, la adquisición de mayor autonomía respecto de las figuras de referencia, el desarrollo del pensamiento abstracto, el establecimiento de relaciones estrechas con los iguales, la definición de la propia imagen corporal o la elaboración de la escala de valores.
Por todo ello, se podría decir que atravesar esta fase es como viajar en una montaña rusa llena de subidas y bajadas. Los padres con hijos adolescentes suelen encontrar infinidad de barreras para acceder a ellos, hablarles, comprender cómo se sienten y resolver los conflictos que surgen en casa. Aunque es indudable que es una época de muchos cambios, también es cierto que existen infinidad de mitos y creencias erróneas sobre la adolescencia. En este artículo hablaremos sobre los mitos más frecuentes acerca de esta etapa de la vida.
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La revolución de la adolescencia
A nivel emocional, la adolescencia desencadena una vorágine de emociones nuevas, pues comienza a desarrollarse la capacidad afectiva para establecer relaciones con los iguales y sentir estados emocionales hasta entonces desconocidos, como por ejemplo el amor romántico. Con la llegada de esta fase, el círculo social se amplía más allá de la familia y los compañeros de clase. De esta forma, el adolescente puede empezar a conocer otras realidades, dejando de idealizar a los padres como modelos de referencia (algo propio de la niñez) para empezar a buscar sus ideales fuera del entorno familiar.
Una de las particularidades de la adolescencia es que, si bien es un proceso por el cual cada vez se va alcanzando mayor autonomía y madurez, la conducta de un menor adolescente sigue siendo muy diferente de la de un adulto. El desarrollo cerebral en los adolescentes aún no ha finalizado, pues el área de los lóbulos frontales no se encuentra madura.
Esto tiene importantes implicaciones conductuales, ya que esta zona del cerebro está estrechamente relacionada con el control de los impulsos y la toma de decisiones. Por esta razón, los adolescentes tienden a actuar de manera impulsiva sin medir las consecuencias de sus acciones, lo que muchas veces puede llevarles a implicarse en actividades de riesgo y a tomar decisiones inadecuadas.
9 mitos sobre la adolescencia
A continuación, comentaremos algunos de los mitos más frecuentes relacionados con la adolescencia.
1. Los adolescentes ignoran la opinión de sus padres
Aunque la adolescencia es una época en la que se comienza a producir cierta distancia con los padres, eso no significa que la opinión que ellos tienen deje de ser importante para los hijos. De hecho, muchos adolescentes temen decepcionarles y no cumplir con sus expectativas. Esto hace que sufran cuando deben tomar decisiones, pues puede existir confrontación entre lo que ellos desean hacer y lo que sus progenitores esperan de ellos.
2. Los adolescentes no desean hablar con sus padres
Siempre se dice que los adolescentes no quieren comunicarse con sus padres y que prefieren contar sus problemas a otras personas, especialmente los amigos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Muchas veces, este rechazo a hablar con los padres es resultado de dificultades comunicativas en casa que se vienen arrastrando desde la infancia.
También es posible que los adultos no sepan acercarse a ellos de la manera adecuada. Los adolescentes necesitan más que nunca poder hablar con sus padres, pero es necesario saber cómo acercarse a ellos y esforzarse para que fluya esa comunicación. Si, por ejemplo, miramos el móvil cuando nos cuentan algo o no nos interesamos por sus preocupaciones, es evidente que cada vez crearemos más distancia.
En definitiva, la relación que los adolescentes tienen con sus padres debe evolucionar con respecto a la infancia. Los adultos deben ajustarse a la nueva situación, de forma que sigan dando apoyo y sostén a la vez que respaldan tu toma de decisiones, independencia y aprendizaje. Los padres deben dar estructura con normas, límites y orientación, aunque siempre respetando el espacio de su hijo y su margen de exploración del mundo y de sí mismo.
3. La adolescencia es una fase muy complicada
Aunque, como ya comentamos, la adolescencia es un momento lleno de cambios, eso no significa que todo sea negativo. Muchas veces, ver a los adolescentes desde esta predisposición impide reconocer todo lo bueno que tienen, pues el foco se concentra en lo negativo. Los adolescentes suelen ser proactivos, tienen nuevas ideas, rompen con lo establecido, tienen sueños y mucha sensibilidad. Dar importancia también a lo positivo es clave para dejar de ver a los hijos adolescentes como casos perdidos.
4. Los adolescentes son irresponsables
Es cierto que la adolescencia es una época en la que existe mayor nivel de impulsividad y deseo de transgredir las normas, lo que puede llevar a algunas personas a realizar conductas de riesgo. Sin embargo, esto no representa la generalidad. Hay adolescentes muy responsables que saben canalizar su espíritu crítico y ganas de cambiar las cosas en un sentido positivo.
5. La adolescencia es una bomba hormonal
Siempre que se habla de la adolescencia esta se define como una explosión hormonal descontrolada. Es cierto que al inicio de la adolescencia, con la pubertad, el cuerpo experimenta grandes cambios hormonales, especialmente en lo relacionado con la sexualidad. Sin embargo, esto no significa que los adolescentes sean bombas a punto de explotar continuamente. Cómo se viven estos cambios depende enormemente de cada adolescente y sus circunstancias. Por ejemplo, no se vivirán igual estos cambios en una familia donde se habla abiertamente sobre la sexualidad que en un hogar donde esto constituye un tabú.
6. La adolescencia afecta más a las chicas que a los chicos
Esta afirmación también es especialmente frecuente. Además de falsa, es tremendamente sexista. La manera en la que se vive la adolescencia depende de las circunstancias que rodean a cada persona. La familia, las experiencias que se viven, el estilo de personalidad… son ejemplos de factores que pueden hacer el tránsito por la adolescencia más o menos difícil.
7. La adolescencia finaliza a la edad de 20 años
Otro mito común es el que defiende que la adolescencia culmina a los 20 años de edad. Aunque socialmente pueden observarse cambios hacia la madurez adulta, a nivel fisiológico la adolescencia parece alargarse hasta los 25-30 años. Por tanto, se trata de una etapa mucho más prolongada de lo que se cree.
8. El pensamiento de los adolescentes es irracional e infantil
Gracias a los trabajos de Piaget, sabemos que esta afirmación es errónea. Precisamente, la adolescencia temprana (alrededor de los 12 años) constituye una etapa clave en la que se hace una transición del pensamiento concreto propio de la infancia hacia uno de tipo abstracto. Además, alrededor de los 15-16 años se produce el desarrollo moral, lo que permite que aprendan a discriminar lo que está bien de aquello que está mal.
9. Los adolescentes son vagos
Este mito es otra afirmación injusta acerca de los adolescentes. Lejos de ser vagos, los adolescentes pueden desarrollar muchos intereses y pasiones, realizar proyectos, formarse y trabajar por diferentes causas. Muchos adolescentes son injustamente tachados como vagos en el instituto, algo que muchas veces sucede como consecuencia de concebir la inteligencia como la capacidad para memorizar contenidos.
Muchos jóvenes tienen talento, creatividad y capacidad para desempeñarse de manera excelente en ámbitos como el deporte, la música, las artes, etc. En esta fase es esencial que los adolescentes puedan contar con una adecuada orientación que les permita encontrar su camino, sus pasiones y gustos.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de los mitos más frecuentes sobre la adolescencia. Esta etapa implica muchos cambios a todos los niveles. La persona sale de la infancia y empieza a vivir variaciones biológicas, emocionales, sociales, etc. Todo ello hace que a veces la adolescencia se viva como una especie de montaña rusa en la que los padres encuentran dificultad para conectar con sus hijos.
Aunque es cierto que es un momento repleto de cambios, son muchos los mitos que se sostienen acerca de la adolescencia. Desmentirlos es esencial para no perpetuar informaciones erróneas sobre esta etapa del desarrollo. Entre los mitos más comunes cabe destacar que los adolescentes prefieren no comunicarse con sus padres y que ignoran su opinión. La realidad es que los adolescentes necesitan a sus padres más que nunca, pero en ocasiones los adultos desconocen cómo acceder a ellos y hacer que fluya la comunicación.
Los adolescentes también pueden priorizar pasar tiempo con sus amigos, pero esto es algo natural de la etapa que no implica que dejen de necesitar el sostén de los adultos. La adolescencia también se suele definir como una etapa complicada, pero esto impide reconocer todas las cosas positivas de los adolescentes. Igualmente falsas son las ideas que defienden que los adolescentes son irresponsables, vagos, irracionales o que las chicas atraviesan una peor adolescencia que los chicos.
