5 recomendaciones para reducir el estrés antes de viajar

Viajar es todo un placer para un gran número de personas. Organizar escapadas despierta enorme emoción y la llegada del momento de partir se espera con una ilusión desbordante. Cuando viajamos, podemos descubrir nuevos horizontes, otras culturas y maneras de vivir y también relajarnos y desconectar. Sin embargo, viajar puede suponer para algunos una importante fuente de estrés.

Salir de casa puede ser divertido y estimulante, pero también requiere salir de lo conocido. Para los amantes del control y la rutina, este tipo de experiencia puede verse empañada por los miedos y la ansiedad. Cuando se acerca la fecha de la salida, pueden aparecer pensamientos intrusivos y temores relacionados con los posibles imprevistos y problemas que pueden aparecer: ¿Y si pierdo el avión? ¿Y si he olvidado activar la alarma en casa antes de irme? ¿Y si enfermo durante la estancia?... Este tipo de contenidos mentales proliferan a la velocidad de la luz, empañando un plan que se supone estaba pensando para disfrutar.

El resultado se traduce en ansiedad, cansancio y un estado de ánimo negativo. Si bien algo de activación puede ayudarnos a anticipar imprevistos y evitar olvidos, lo cierto es que cuando se vuelve excesiva puede jugar en nuestra contra. En este artículo vamos a hablar acerca de algunas claves importantes que pueden ayudarnos a reducir la ansiedad previa a iniciar un viaje.

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Viajes y salud psicológica

Viajar es una experiencia que puede ser muy beneficiosa siempre y cuando sepamos vivirla bien. Cuando viajamos, salimos de aquello que conocemos y esto nos obliga a afrontar situaciones de novedad e incertidumbre. Dejamos de vivir con el piloto automático y nos implicamos más en nuestras acciones, ya que debemos movernos en un escenario que nunca antes hemos visto. Por ello, las personas que viajan suelen desarrollar su capacidad resolutiva, ganando iniciativa y desenvoltura a la hora de tomar decisiones y encontrar solución a los problemas.

Por otro lado, viajar nos mueve a conocer personas nuevas, conectándonos con gente que puede proceder de marcos sociales y culturales totalmente diferentes del nuestro. Cuando somos extranjeros nos vemos más obligados a sacar nuestra faceta sociable y esforzarnos por interactuar con los demás. En otras palabras, viajar es una manera perfecta de entrenar las habilidades sociales, crear nuevas amistades y descubrir mundo más allá de nuestro círculo social.

Añadido a todo esto, viajar nos permite convertirnos en personas más abiertas y tolerantes. Cuando conocemos mundo salimos de nuestra burbuja y dejamos de vivir en base a prejuicios y creencias sin fundamento. En su lugar, nos acercamos a otras formas de ver y vivir la vida y comprendemos que nuestra realidad es sólo una forma más de existir, pero no la única ni la mejor.

Por todo ello, viajar también nos convierte en personas más seguras y valientes. Cuando recorremos otros lugares vivimos experiencias desafiantes y nos demostramos a nosotros mismos que somos capaces de hacer mucho más de lo que creemos. Dejamos de sufrir atrapados por miedos irracionales y ganamos templanza ante los problemas y los obstáculos.

Aunque, como vemos, los viajes pueden hacer mucho bien a nuestra salud mental, lo cierto es que algunas personas viven sus escapadas con gran tensión y ansiedad. Especialmente aquellos con mayor tendencia al control suelen sufrir cuando se acerca el momento de partir. Aparecen pensamientos intrusivos y miedo a todos los problemas que pueden surgir. Esto empaña una experiencia que debería producir disfrute, haciendo que el viaje se convierta en un plan estresante. Vivir la experiencia de viajar de una forma o de otra depende en cierta forma de nuestra gestión y perspectiva.

5 recomendaciones para reducir el estrés antes de viajar

A continuación, comentaremos algunas recomendaciones útiles para vivir nuestros viajes de forma más calmada.

1. La información es poder

Nuestro cerebro no es muy amigo de la incertidumbre. Ante la ausencia de datos, nuestra mente tiende a rellenar los huecos con sus propias ideas. Por ello, salir de la zona conocida suele acompañarse de pensamientos intrusivos acerca de todo lo que puede salir mal. Sin embargo, esta tendencia puede reducirse si conseguimos aumentar nuestra información objetiva sobre el viaje, los riesgos y las potenciales soluciones.

Si, por ejemplo, te preocupa ponerte enfermo en el destino, puede que te ayude disponer de un seguro que cubra la atención sanitaria. Incluso puedes buscar posibles centros de salud y hospitales cerca de tu alojamiento. Cuando nos informamos profundamente sobre todos los detalles que nos preocupan, ganamos percepción de control sobre la situación y afrontamos el viaje con mucha mayor serenidad.

2. Elige una compañía adecuada

Viajar requiere salir de la zona que conocemos, explorar lugares nuevos y tolerar la incertidumbre. También implica ser resolutivo, aprender a gestionar posibles imprevistos y mantener la calma. En este sentido, las cosas se hacen más sencillas si viajamos con la compañía adecuada. Es importante que emprendas tu escapada acompañado de personas con las que tengas buena relación, sintonía y una visión parecida de cómo deben hacerse las cosas.

De lo contrario, en ciertos escenarios de tensión o dificultad es altamente probable que surjan roces y conflictos que empañan la experiencia del viaje. Si optas por viajar solo no tendrás este inconveniente, aunque puede que eches en falta socializar en algunos momentos. En este caso, es posible que te ayude el conectar con otros viajeros independientes mediante las redes sociales.

3. Planifica bien tu llegada

El primer día del viaje suele ser el más estresante, ya que nos encontramos cansados del viaje y a la vez llegamos a un lugar nuevo que debemos explorar. Empezar el viaje sin tener mucha idea de cómo se va a presentar ese primer día puede incrementar la ansiedad, ya que se juntan al mismo tiempo demasiadas emociones. Es por esta razón que se aconseja hacer una planificación adecuada de la llegada, de forma que en esos momentos de cansancio y novedad podamos tener un guión concreto de lo que vamos a hacer.

Ejemplo de ello sería saber dónde se va a tomar la primera comida, ver de qué forma se irá desde la estación/aeropuerto al lugar de destino, si se hará antes de todo el check-in en el alojamiento y, en caso de que se llegue demasiado pronto, valorar lugares donde poder dejar el equipaje de manera segura para ganar comodidad.

4. Ajusta tu expectativas y sé flexible

Un viaje debe ser, ante todo, una experiencia donde relajarnos, disfrutar y pasar unos días de desconexión. Convertir nuestras vacaciones en un plan agobiante que debemos cumplir a rajatabla puede generar una enorme ansiedad. Por ello, es importante planificar sin llevar lo establecido al extremo. Aunque hayas elaborado un guión del viaje, recuerda que a veces pueden surgir imprevistos, cambios y necesidades que no habías tenido en cuenta en tu casa.

Por ello, habrá momentos en los que sea preciso ser un poco más flexible y ajustar las expectativas. Aunque en un día hayas planeado ver y hacer un montón de cosas, es posible que el cansancio y otras muchas variables interfieran en esa organización. Por ello, no te tomes como un fracaso el no llegar a todo, simplemente fluye, disfruta y haz lo que más te apetezca en cada momento.

5. Cuida tus hábitos

Viajar puede ser divertido, pero también cansado. Normalmente, hacer turismo requiere caminar durante largos períodos de tiempo, a veces tolerar temperaturas complicadas o simplemente modificar nuestra rutina y hábitos alimentarios. En esta tesitura, puede que nuestro estado físico se vea resentido ante tantos cambios repentinos. Por ello, lo aconsejable es intentar mantener unas costumbres lo más similares posibles a las que se lleva en lo cotidiano. Si suavizamos la transición a la novedad, nuestro cuerpo nos lo agradecerá. Aunque siempre que viajamos llevamos una dieta menos balanceada, es recomendable mantener una hidratación suficiente.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves que pueden ser de ayuda para reducir el estrés antes de viajar. Realizar viajes es una experiencia divertida, gratificante y beneficiosa para nuestra salud mental y desarrollo como personas. Sin embargo, lo cierto es que muchas personas viven sus escapadas con mucha ansiedad y estrés. Al fin y al cabo, viajar implica salir de lo desconocido y lidiar con la incertidumbre.

A medida que la fecha de salida se acerca, pueden aparecer miedos e inseguridades relacionados con todos los imprevistos que pueden surgir. Para evitar que nuestra ansiedad pre viaje se cargue la experiencia, es importante seguir determinadas recomendaciones. Entre ellas, es importante disponer de toda la información necesaria acerca del destino, el alojamiento y cuestiones como la salud o el transporte. Cuanto más conocimiento tengamos sobre el sitio y las condiciones, más seguridad sentiremos.

También es clave planificar el viaje con cierto orden, especialmente el primer día. Sin embargo, es clave saber flexibilizar acorde a la circunstancias, sin convertir el viaje en una sucesión de tareas que hacer obligatoriamente. También es aconsejable ajustar las expectativas y tener en cuenta variables como el clima o el cansancio a la hora de organizar el plan. Por último, es importante evitar cambios bruscos en los hábitos, atendiendo a una buena hidratación, alimentación y descanso.