Los 15 tipos de duelo (características y cómo superarlos)

La pérdida forma parte de la vida. Y es que absolutamente todos nosotros nos hemos tenido que enfrentar, nos estamos enfrentando o nos vamos a enfrentar a ella. Ya sea la muerte de un familiar, una separación de una amistad, una ruptura amorosa o un despido, entre otras situaciones, la pérdida es, para bien y para mal, una parte más de nuestra experiencia vital.

Aun así, es obvio que de diferentes formas y a distintas escalas dependiendo del contexto, cualquier pérdida implica un proceso psicológico donde nos adaptamos social y emocionalmente a la misma. Este proceso se conoce, en el ámbito de la Psicología, como duelo. Y si la pérdida forma parte de nuestra vida, el duelo, inevitablemente, también.

El duelo es la manera que tiene nuestra mente de responder ante una pérdida, siendo, por tanto, una experiencia psicológica más o menos larga asociada al dolor emocional pero que es esencial para adaptarnos a nivel psicológico a dicha pérdida. Por ello, teniendo en cuenta el torbellino de sentimientos que implica, su impacto negativo en nuestra salud mental y que todos nos enfrentamos a él, es importante conocer las bases psicológicas del duelo.

Por ello, en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a indagar en la psicología detrás del duelo, analizando exactamente qué es, viendo cuáles son sus etapas o fases y, sobre todo, profundizando en qué tipos de duelo existen, cuáles son sus características y cómo debe abordarse cada uno de ellos para ser superado. Empecemos.

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¿Qué es el duelo y qué fases tiene?

El duelo es el proceso psicológico que se desarrolla cuando, ante una pérdida que experimentamos en la vida, necesitamos adaptarnos emocional y socialmente a la misma; algo que desencadena la experimentación de un malestar psicológico que es necesario para la adaptación a esta pérdida. Es la forma que tiene nuestra mente de responder ante una situación en la que hemos perdido algo que era importante en nuestra vida y que determinaba, en gran parte, nuestro bienestar psicológico.

Pasar por este duelo después de perder algo que queríamos es esencial para superar la pérdida y para sobrellevar la tristeza que la situación acarrea. Por ello, el duelo, más que como una etapa negativa de la vida, debe ser visto como una parte del camino. Y aunque cada persona pase por este duelo de una forma única, sí es cierto que se han reconocido algunas etapas o fases por las que generalmente pasamos.

En este contexto, en el año 1969, Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra y escritora suizo-estadounidense, estableció las consideradas como “Cinco etapas del proceso de duelo”. Unas fases que, si bien pueden ser vividas con mayor o menor intensidad, con un orden particular e incluso repitiéndose dependiendo de la persona, son las siguientes:

• Negación: Como mecanismo de defensa, lo primero que solemos hacer, debido al shock emocional, es negar la situación.

• Ira: Una vez afrontamos la realidad, suele llegar la tristeza, que tiende a manifestarse en forma de ira hacia nosotros y hacia todo lo que nos rodea.

• Negociación: En caso de que sea posible, una vez ha pasado el enfado, tendemos a negociar, es decir, intentar encontrar una forma de recuperar aquello que hemos perdido.

• Depresión: Tras ver que la negociación no ha funcionado y la pérdida es irreversible, llega el dolor emocional. Una tristeza que ya no se expresa con ira, sino que se manifiesta con síntomas depresivos que pueden alargarse en el tiempo.

• Aceptación: Una vez superada la anterior fase, podemos pasar a la última en la que el dolor emocional es sustituido por la calma. Aquella en la que aceptamos, perdonamos y reconstruimos nuestra vida tras la pérdida.

Y aunque sea totalmente cierto que la mayoría de procesos de duelo siguen esta secuencia o esquema, no podemos olvidar que, más allá de la definición general y de estas etapas, existen muchos tipos de duelos distintos en función del desencadenante y de cómo los manejamos emocionalmente. Por ello, a continuación vamos a indagar ya en las distintas clases de duelo que existen.

¿Qué clases de duelo existen?

El estudio del duelo es uno de los ámbitos más importantes dentro de la Psicología, pues todos y cada uno de nosotros nos enfrentamos a él en algún momento de la vida. Y precisamente por ello ha sido necesario describir una clasificación del duelo dependiendo del tipo de pérdida asociada y de cómo debe abordarse a nivel emocional. Veamos, pues, qué clases de duelo hay.

1. Duelo por pérdida relacional

El duelo por pérdida relacional es aquel que se desencadena porque la relación con alguien a quien queríamos o que era importante para nosotros termina. La muerte de un ser querido es, seguramente, aquello en lo que todos pensamos. Pero una ruptura amorosa, un divorcio, una separación de una amistad, etc, son también situaciones que acarrean un proceso de duelo.

2. Duelo por pérdida material

El duelo por pérdida material es aquel que se desencadena porque perdemos un objeto material que tenía valor económico o sentimental para nosotros. Una casa, un coche, un álbum de fotos, el balón de fútbol de la infancia…

3. Duelo por pérdida de capacidad

El duelo por pérdida de capacidad es aquel que se desencadena porque perdemos las facultades físicas debido a una afectación adquirida. La amputación de un miembro o quedarse tetrapléjico son situaciones extremas pero que ejemplifican este tipo de duelo.

4. Duelo por pérdida evolutiva

El duelo por pérdida evolutiva es aquel que se desencadena porque nuestra vida pasa por un cambio repentino al que debemos adaptarnos. Un despido, un cambio de trabajo, mudarnos a una nueva ciudad, jubilarnos…

5. Duelo normal

Por duelo normal entendemos aquel proceso de duelo que se desarrolla, pese al malestar emocional que genera, de forma saludable a nivel psicológico, pasando y superando las distintas fases tal y como debe hacerse. Es, por tanto, un duelo “sano”.

6. Duelo anticipado

Por duelo anticipado entendemos aquel proceso de duelo que se desencadena antes de que la pérdida haya sucedido. Es decir, como su propio nombre indica, nos estamos anticipando cuando ya sabemos el desenlace que va a suceder. Un claro ejemplo es el del duelo que se genera cuando un familiar es diagnosticado con una enfermedad incurable que, en poco tiempo, va a resultar mortal.

7. Duelo crónico

Por duelo crónico entendemos aquella situación patológica en la que el malestar emocional por una pérdida perdura a lo largo de los años, sin llegar a remitir del todo. Así, es aquel en el que la persona no consigue superar la fase depresiva ni entrar en la de aceptación. La persona vive estancada en el duelo por la pérdida.

8. Duelo sin resolver

Por duelo sin resolver entendemos aquella situación en la que, si bien la persona sigue experimentando el malestar emocional un tiempo superior al considerado “normal”, no puede considerarse todavía como crónico. Hablamos de este tipo cuando el duelo se prolonga entre 18 y 24 meses. Pasado este tiempo y en caso de que siga sin resolverse, hablaríamos ya de duelo crónico.

9. Duelo retardado

El duelo retardado es aquel en el que, expresándose generalmente en personas que reprimen excesivamente sus emociones para aparentar fortaleza, el malestar emocional por la pérdida emerge tiempo después de que dicha pérdida haya ocurrido. Al principio, parece no estar en duelo, pero tarde o temprano se derrumba.

10. Duelo ausente

Por duelo ausente entendemos aquella situación en la que la persona que ha tenido una pérdida está tanto tiempo en la fase de negación que no llega a entrar en el duelo en sí, pues el dolor emocional no llega a aparecer. La persona evade la realidad para no hacer frente a la realidad.

11. Duelo distorsionado

Por duelo distorsionado entendemos aquella situación en la que el malestar emocional por la pérdida es excesivo ya que dicha pérdida ha hecho que el dolor de un duelo previo que creíamos superado vuelva a emerger. Unas emociones despiertan otras, distorsionando así la experimentación de una pérdida que, si no hubiera existido la previa, habría sido manejada mucho mejor.

12. Duelo ambiguo

Por duelo ambiguo, también conocido como duelo desautorizado, entendemos aquella situación en la que una persona siente que, pese a haber perdido algo, no está justificado estar en duelo, ya sea porque la pérdida no se ha concretado o porque la importancia de la misma sería considerada socialmente como nula. A la persona, al malestar emocional, debe sumarse el hecho de que no autoriza su propio duelo, cosa que contribuye al dolor.

13. Duelo patológico

Por duelo patológico entendemos toda aquella situación en la que el dolor emocional ligado a la pérdida ha dejado de ser un proceso de adaptación para convertirse en un proceso patológico que no solo no está ayudando a la persona a superar dicha pérdida, sino que está mermando su salud emocional, ya sea por la duración del duelo como por el excesivo impacto psicológico. Ante estos casos, lo mejor es pedir ayuda a un profesional de la salud mental.

14. Duelo inhibido

Por duelo inhibido entendemos aquella situación en la que la persona silencia el malestar emocional por la pérdida para no manifestar sus emociones. Así, está ligado a una dificultad para expresar sentimientos, por lo que la persona debe convivir con este proceso sola, pues la gente de su alrededor puede que ni siquiera sepa por lo que está pasando.

15. Duelo intensificado

Por duelo intensificado entendemos aquella situación en la que una persona que había reprimido las emociones negativas asociadas al duelo, explota de repente, expresando de golpe todos los sentimientos de rabia y/o tristeza que había estado escondiendo.