Los 4 tipos de reptiles (y sus características)

Dependiendo de sus características fisiológicas, los reptiles pueden ser de diferentes tipos. Un repaso de la clasificación dentro de esta clase de animales cuya piel está recubierta de escamas.

Tipos reptiles

Uno de los mayores logros de la Zoología ha sido el de agrupar las más de 950.000 especies de animales en grupos taxonómicos claramente diferenciados entre ellos. Y es que el reino animal podría albergar a más de 7,7 millones de especies, por lo que el 88% de todas ellas siguen sin estar descubiertas.

Sea como sea, lo que está claro es que la primera gran división de los animales se hace en función de si el ser es vertebrado o invertebrado. Los animales invertebrados (artrópodos, moluscos, equinodermos, gusanos, esponjas y cnidarios) constituyen el 95% de todas las especies registradas y son aquellos que no tienen columna vertebral.

Y los animales vertebrados, por su parte, son aquellos que sí que disponen de columna vertebral y huesos, estando divididos, a su vez, en cinco clases: mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles. Y hoy nos detendremos a analizar la naturaleza de estos últimos.

Emprenderemos un viaje a través de la clase de los reptiles para ver cómo estos se clasifican en diversas familias dependiendo de sus características biológicas. Exploraremos la taxonomía de los animales de sangre fría que tienen una piel recubierta de escamas.

¿Qué son los reptiles?

Antes de entrar en la clasificación, es interesante (pero también importante) que comprendamos exactamente qué es un reptil. Los reptiles son animales vertebrados cuya principal característica es la presencia de escamas en su piel y el hecho de ser de sangre fría, cosa que significa que son incapaces de preservar su temperatura corporal. De ahí que tienden a permanecer al sol.

Los reptiles son seres que respiran a través de los pulmones, incluidos aquellos parcialmente acuáticos como los cocodrilos o las tortugas marinas. Los reptiles acuáticos son capaces de reducir mucho su tasa metabólica, cosa que, junto a una muy elevada capacidad pulmonar, les permite aguantar mucho tiempo bajo el agua sin respirar.

En relación con este lento metabolismo, cabe destacar también que, pese a que muchos de ellos sean feroces depredadores, después de comer necesitan un largo periodo de descanso ya que les toma mucho tiempo digerir lo que ingieren.

La fecundación reptiliana ocurre en el interior de la hembra y esta pone los huevos en el exterior, donde se desarrollarán los individuos. Esta semejanza con aves y anfibios apunta a su relación evolutiva, surgiendo hace unos 318 millones de años a partir de la evolución de los anfibios.

Sus cuerpos son cuadrúpedos, aunque algunas especies (como las serpientes) han perdido las patas. De ahí, en parte, su origen etimológico. “Reptil” viene del latín reptile, que significa “que se arrastra”. Además, los mamíferos procedemos de una evolución de los reptiles.

De forma más técnica, los reptiles son una clase de animales vertebrados amniotas (el embrión se desarrolla en un medio acuoso protegido, como sucede con aves, mamíferos y reptiles) que disponen de una piel recubierta de escamas epidérmicas de queratina, una proteína fibrosa.

¿Cómo se clasifican los reptiles?

A fecha que se escribe este artículo (13 de mayo de 2021), están registradas de forma oficial 10.038 especies de reptiles en todo el mundo. Es una clase animales muy diversa y abundante, especialmente en climas y hábitats cálidos. Aun así, todas estas miles de especies que hemos registrado (y que seguiremos registrando) entran en alguno de los siguientes grupos: testudines, Squamata, Crocodylomorpha y Rhynchocephalia. Veamos las características de cada uno de ellos.

1. Testudines

Los testudines son un orden de reptiles caracterizados por tener un tronco corto y ancho y, sobre todo, por la presencia de un caparazón que protege los órganos internos de su cuerpo. Estamos hablando, evidentemente, de las tortugas o quelonios.

Hablamos de ellos primero porque son el tipo de reptil más antiguo que existe, pues llevan habitando la Tierra desde hace más de 220 millones de años, surgiendo en Asia Meridional durante el Triásico.

Gran parte de la columna vertebral de las tortugas está soldada a la parte dorsal del caparazón. Carecen de dientes, pero disponen de un pico que recubre su mandíbula y que recuerda al de las aves, señalando, de nuevo, su parentesco evolutivo. Tienen cola, cuatro patas, son de ectodérmicas (de sangre fría) y también mudan la piel, aunque lo hacen poco a poco y sin ningún orden determinado.

Hay registradas unas 300 especies de tortugas diferentes y hay algunas terrestres y otras marinas. La mayor parte de las tortugas terrestres son herbívoras (algunas pueden comer invertebrados), mientras que las marinas son en mayor medida omnívoras o carnívoras, basando su dieta en crustáceos, peces, moluscos, esponjas y corales.

Testudines

2. Escamosos

Squamata, también conocidos como escamosos, es un orden de reptiles donde están incluidos los lagartos, las serpientes, los camaleones y las iguanas. Se trata del grupo de reptiles evolutivamente más reciente (surgieron a finales del Triásico, hace unos 145 millones de años), pero aun así es el orden que más diversidad ha logrado: 8.000 especies distintas.

Y este éxito evolutivo se debe a sus características fisiológicas. Tienen una mandíbula superior que está rígidamente unida al cráneo pero una inferior móvil, cosa que permite deglutir presas con mayor facilidad.

Se observa también una tendencia evolutiva a la reducción del tamaño de las patas, culminando en las serpientes, que las perdieron por completo. Los escamosos son también los que presentan una muda de piel más representativa.

Dentro de este orden están los únicos animales que han desarrollado glándulas venenosas en su dentadura para inyectar sustancias tóxicas al morder a su presa. Estamos hablando, evidentemente, de las serpientes.

Se estima que cada año, en el mundo mueren entre 81.000 y 138.000 personas a causa de una mordedura de serpiente y que más de 300.000 personas deben ser sometidas a amputaciones o quedan con discapacidades permanentes.

En este orden encontramos al tercer animal más venenoso del mundo, superado solo por la rana dardo dorada y la avispa de mar. Se trata del taipán. La serpiente más venenosa del mundo. Oriundo de Oceanía, el taipán dispone del veneno más letal de entre todas las serpientes, siendo capaz de terminar con la vida de una persona adulta en apenas 45 minutos. Pero es tan poco agresivo que todavía no ha matado a nadie. Esperemos que nunca se lo proponga.

Escamosos

3. Cocodrilomorfos

Crocodylomorpha, también conocidos como cocodrilomorfos, es un superorden de reptiles donde están incluidas las especies cocodrilianas actuales y las formas extintas. Aparecieron hace unos 83 millones de años, durante el Cretácico, y son los parientes vivos más próximos a las aves, siendo estos dos (cocodrilos y aves) los únicos arcosaurios existentes a día de hoy.

En este grupo están incluidos los cocodrilos, los caimanes, los aligátores y los gaviales. Se trata de reptiles depredadores semiacuáticos con forma de lagarto grande, con un cuerpo robisto, una cola larga y comprimida lateralmente, ojos oídos y fosas nasales en la parte superior de la cabeza y un morro plano pero largo.

Su piel es gruesa, con escamas que no se superponen. Son de sangre fría como todos los reptiles, tienen unos dientes cónicos y unas mordeduras increíblemente poderosas. Son muy buenos nadadores y en tierra firme andan separando el cuerpo de tierra o arrastrándolo.

A diferencia de la mayoría de reptiles, los cocodrilos hembra cuidan a las crías recién nacidas. Existen 23 especies reconocidas actualmente de cocodrilomorfos, de las que hay constancia que 8 registran ataques a humanos, siendo la que más problemas provoca la del Cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus).

El cocodrilo marino (Crocodylus porosus) es no solo la especie de cocodrilo más grande, sino el reptil más grande de la Tierra y el decimocuarto animal más grande que existe. Oriundo de las zonas pantanosas tanto del sudeste asiático como del norte de Australia, el cocodrilo marino tiene una longitud promedio de 4,50 metros, con especímenes que pueden tener tamaños incluso mayores.

Y a pesar de este tamaño, se trata de unos superdepredadores que lo cazan absolutamente todo (incluso cocodrilos más pequeños) y que son capaces de nadar a más de 45 km/h. Hay constancia de un ejemplar que medía 8,50 metros y que pesaba 1,7 toneladas. Un auténtico monstruo.

Cocodrilo

4. Rincocéfalos

En Oceanía hay animales muy raros. Eso lo sabemos todos. Y los reptiles no iban a ser la excepción. Los rinconcéfalos o esfenodotos son fósiles vivientes, un orden de reptiles que incluye un solo género a día de hoy: Sphenodon. Dentro de este género hay solo dos especies endémicas de Nueva Zelanda (y una extinta) que reciben el nombre de tuátaras.

Se trata de un orden cuyo origen se sitúa a inicios de la Era Mesozoica (hace unos 240 millones de años), momento en el que, al parecer, fueron un grupo muy abundante y diverso. Aun así, la irrupción del orden de los escamosos (especialmente de los lagartos) empezó a desplazar a este orden, haciendo que desaparecieran casi por completo al principio de la Era Cenozoica (hace unos 66 millones de años).

Las únicas tres especies que han sobrevivido habitan actualmente Nueva Zelanda. Las tuátaras son similares a las iguanas (aunque no tienen parientes demasiado cercanos), miden unos 70 cm de longitud, son animales solitarios y suelen alimentarse de insectos, caracoles, lagartos o crías de aves.

Tienen unas tasas metabólicas muy bajas incluso para los reptiles, una longevidad extrañamente alta (después de las tortugas, son los reptiles que más años viven, pues no alcanzan su madurez sexual hasta los 10 años), con especímenes que pueden llegar a vivir más de 100 años y una increíble forma de determinar el sexo dependiendo de la temperatura: si durante la incubación el huevo está por debajo de 22 ºC nacerá una hembra; si está por encima, un macho.

Actualmente, la población total de tuátaras en Nueva Zelanda (y por tanto, en el mundo) es de unos 100.000 individuos, aunque la pérdida de hábitat y el calentamiento global está poniendo en peligro a las dos especies que quedan vivas. Y es que el incremento de las temperaturas está alterando su proporción de sexos y, consecuentemente, amenazando su supervivencia.

Tuátara
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