Cómo curar una quemadura (10 consejos eficaces)

Las quemaduras son lesiones de los tejidos cutáneos por acción del fuego o del calor. Pueden derivar en complicaciones estéticas y de salud según su gravedad, así que hay que saber cómo curarlas correctamente.

Cómo curar quemadura

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, con una superficie de dos metros cuadrados. Pero más allá de ser la zona más superficial del organismo, desarrolla funciones vitales en el mismo, al ser la primera barrera de defensa contra microorganismos, albergando el sentido del tacto y regulando nuestra comunicación con el medio externo.

Pero todo esto implica también que esté expuesta a muchas amenazas y peligros del exterior que pueden comprometer su morfología y fisiología, con todas las complicaciones en las que esto puede derivar. Y en este contexto, el fuego, la electricidad, el calor, la radiación y los agentes químicos abrasivos son, sin duda, uno de los principales peligros.

Y es que todos ellos pueden provocar quemaduras en la piel, que se definen como lesiones más o menos profundas y graves en los tejidos cutáneos por acción del fuego o del calor que causan la muerte de las células de la piel, algo que puede acarrear problemas estéticos por la aparición de cicatrices pero también riesgos para la salud potencialmente severos.

Y aunque el tratamiento de una quemadura, especialmente de las más profundas, requiere de apoyo por parte de un médico, es importante conocer cómo curarlas en casa para favorecer su recuperación y reducir el riesgo tanto de complicaciones de salud como de problemas antiestéticos. Por ello, en el artículo de hoy y de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a ver cómo tiene que curarse una quemadura.

¿Qué es una quemadura?

Las quemaduras son lesiones de los tejidos cutáneos por acción del fuego, calor, radiación, electricidad o agentes químicos abrasivos y que, a través de la muerte de las células afectadas, provoca daños más o menos graves y más o menos profundos en las distintas capas de la piel. Según su severidad, pueden acarrear graves consecuencias para la salud.

Aun así, todo depende de la duración de la exposición al daño, de la gravedad, del agente causal y de las capas de la piel afectadas. Por ello, es esencial describir cómo las quemaduras pueden clasificarse en tres grados distintos, algo de lo que depende su abordaje clínicos. Estos son los principales tipos de quemaduras:

  • Quemaduras de primer grado:

Son las más leves ya que solo afectan a la epidermis, la capa más superficial de la piel, sin afectación a capas más profundas. La mayoría de estas son causadas por un contacto breve con una superficie caliente o, sobre todo, por exposición a la radiación solar. Las lesiones se perciben como zonas enrojecidas en la piel y puede haber dolor, despellejamiento y sequedad pero no se desarrollan ampollas. Más allá de estos síntomas, no acarrean complicaciones.

  • Quemaduras de segundo grado:

Son lesiones más severas que afectan también a la dermis, la capa media de la piel ubicada por debajo de la epidermis. La mayoría se deben al contacto con agua hirviendo, con llamas, por mucha radiación solar, por electrocución, por sustancias abrasivas… La lesión se inflama y adopta un color rojo oscuro, se forman ampollas dolorosas y la piel se decolora y adquiere una textura mojada. En este caso, sí que hay riesgo de complicaciones: infecciones, sensibilidad a la radiación solar y riesgo de que la zona dañada quede permanentemente más clara que el resto y/o de que haya una cicatrización con marcas imborrables.

  • Quemaduras de tercer grado:

Las lesiones más graves de todas ya que afectan a la capa más profunda de la piel: la hipodermis. Requieren de una atención médica inmediata ya que pueden derivar en complicaciones potencialmente mortales. Se observan lesiones inflamadas y secas con aspecto de cuero y surgen heridas negras, amarillas, blancas o marrones. Paradójicamente no provocan dolor ya que los nervios se han destruido. Los riesgos son como los de las de segundo grado pero mucho más probables y severos y habría que añadir la posibilidad de un fallo multiorgánico que puede resultar mortal.

¿Cómo tienen que tratarse las quemaduras?

Como podemos deducir de lo que hemos visto, cada tipo de quemadura requiere de una atención diferente. Y por muchos consejos que veamos ahora, debe imperar el sentido común. Si vemos que tenemos una quemadura muy seria más allá de una de primer grado, deberemos solicitar atención médica porque en casa no nos podremos dar los cuidados para garantizar su correcta recuperación y que el riesgo de complicaciones sea bajo. Dicho esto, veamos cómo debemos tratar, en casa, una quemadura.

1. Pon agua fresca

Tras quemarnos la piel (cuando sea una quemadura leve), lo primero que debemos hacer siempre es dejar que corra agua fresca (no tiene que estar fría) por la zona de la lesión. Esto es muy importante como primer abordaje para evitar mayores complicaciones y, si podemos, deberíamos estar 10-15 minutos con el chorro de agua sobre la quemadura.

Agua fresca

2. Limpiar suavemente con agua y jabón

Tras esta primera fase de dejar que corra agua fresca por la quemadura, lo que tenemos que hacer es, mientras que la piel no se haya recuperado del todo, mantenerla limpia. Al fin y al cabo, es una herida en la piel que puede ser la entrada de patógenos. Por ello, es importante que, sin abusar, la vayamos lavando suavemente (importante para no dañar más el tejido) con agua y jabón neutro para la piel. De este modo, reduciremos el riesgo de infección.

3. Aplicar compresas frías

Con la piel ya limpia, el uso de compresas frías es muy recomendable para abordar quemaduras. También puede servir con paños húmedos (siempre que estén limpios) pero es importante que no estén demasiado frías, pues puede irritar más la piel. Sea como sea, estas compresas nos ayudarán a aliviar la inflamación y a reducir el dolor.

4. Usar ungüentos antibióticos

En quemaduras ya más severas, quizás no sea suficiente con limpiar la zona quemada con agua y jabón. Existen diversos productos tópicos que consisten en cremas con sustancias antibióticas que impiden el desarrollo de poblaciones bacterianas sobre la herida. Hay que tener en cuenta que pueden provocar reacciones en personas alérgicas a determinados antibióticos. Solo deberían aplicarse bajo recomendación de un médico.

5. Evita la exposición al sol

Cuando nos quemamos la piel (por cualquier agente), debemos huir de la exposición a la radiación solar. La luz del sol incidiendo directamente sobre la piel puede hacer que, teniendo en cuenta que la zona está más sensible, la curación sea más lenta e incluso que haya más riesgo de desarrollar complicaciones. Por ello, si en la calle hace sol, deberíamos, en la medida de lo posible, procurar que la piel quemada está bien cubierta con ropa o, en caso de que no sea posible por la localización, con un apósito.

Evitar exposición sol

6. Mantén la piel hidratada

Para curar cualquier tipo de lesión, la piel necesita una correcta hidratación. El 30% de la piel es agua y es esencial que disponga de la suficiente para favorecer su reparación. Así que además de beber la suficiente agua, también deberíamos aplicar cremas hidratantes sobre la herida.Hay que recordar, sin embargo, que no tenemos que “ahogar” la quemadura. La piel necesita respirar.

7. No rompas las ampollas (si aparecen)

Como hemos visto, es posible que en las quemaduras de segundo grado aparezcan ampollas (en las de primer grado, no), por lo que hay que saber cómo actuar. Y en este sentido, además de seguir con las indicaciones que hemos visto, lo más importante es no explotar las ampollas. Es uno de los errores más graves que podemos cometer, pues el líquido linfático dentro de ellas está acelerando la recuperación y romperlas incrementa mucho el riesgo de infección, pues pasamos a tener una herida abierta.

8. Toma analgésicos de venta libre

La mayoría de quemaduras provocan dolor no solo en el momento, sino durante la recuperación. Incluso algunas veces y ante quemaduras más serias, puede aparecer fiebre. Así pues, si crees que lo necesitas, siempre puedes recurrir a un analgésico de venta libre que reducirá esta sensación de dolor. El más recomendable sería el paracetamol, pues es muy efectivo en estos casos y presenta pocos efectos secundarios.

9. Aplica miel o aloe vera

Los dejamos para el final ya que se trata de remedios naturales, pero aun así pueden ser muy efectivos. Por sus propiedades antiinflamatorias e incluso antibióticas, aplicar de forma tópica miel o aloe vera puede ser una buena forma de acelerar la recuperación de la quemadura. Muchos estudios avalan su eficacia, especialmente del aloe vera.

Aloe vera quemadura

10. Para quemaduras de tercer grado, tratamiento médico

Todo lo que hemos visto sirve para quemaduras de primer grado y, siempre con más control, de segundo grado. Pero ante una quemadura de tercer grado, que puede poner en peligro la vida, evidentemente no sirven. En tal caso, debemos solicitar atención médica inmediatamente y ponernos en manos de un equipo médico, que tratará la quemadura según los requerimientos.

En una quemadura de tercer grado se tendrán que aplicar vendajes especiales, retirar el tejido cutáneo muerto, realizar terapias para facilitar la circulación sanguínea, aplicar respiración asistida (en algunos casos), administrar electrolitos por vía intravenosa, administrar antibióticos, consumir suplementos nutricionales y, en casos más graves, puede incluso que sea necesaria una cirugía con trasplante de piel.

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