Glándula tiroides: anatomía, características y funciones

La glándula tiroides forma parte del sistema endocrino y produce hormonas que están implicadas en la regulación de los niveles de energía, el mantenimiento de la temperatura corporal, el control del reloj biológico y el desarrollo corporal, entre otras.

Glándula tiroides

Somos una fábrica de hormonas. Estas moléculas, generadas por las distintas glándulas que conforman el sistema endocrino humano, viajan por la sangre alterando la fisiología y anatomía de cualquier órgano y tejido de nuestro cuerpo, desde el corazón hasta el cerebro, pasando por los vasos sanguíneos, los pulmones, la piel o los intestinos.

Estas hormonas, que actúan como mensajeros químicos, se encargan de regular correctamente todos y cada uno de los procesos corporales que nos permiten comunicarnos con el exterior y responder adecuadamente a los estímulos, manteniendo estable nuestra fisiología y permitiendo que desarrollemos todas las funciones vitales.

Pero para garantizar esto, las hormonas deben encontrarse en las cantidades justas y ser producidas solo cuando se necesitan. Y de esto se encargan las glándulas endocrinas. Una de las más importantes, por el papel que desarrollan las hormonas que sintetiza, es la glándula tiroides.

En el artículo de hoy haremos un repaso tanto de la anatomía de la glándula tiroides como de las funciones que desempeña en el organismo, así como las patologías que podemos sufrir cuando su actividad se desregula.

¿Qué es el sistema endocrino?

Antes de pasar a analizar esta glándula en sí, debemos entender qué es el sistema endocrino humano y cuál es su papel en él. A grandes rasgos, el sistema endocrino es el conjunto de órganos especializados en sintetizar y liberar hormonas, unas moléculas que, como hemos dicho, viajan por la sangre regulando la actividad de los órganos y tejidos diana.

Cada uno de estos órganos son las glándulas endocrinas, unas estructuras localizadas en distintas partes del cuerpo y que conectan con el torrente sanguíneo para, en el momento en el que reciben la orden por parte del cerebro, producir hormonas y liberarlas a la circulación.

Cada glándula está especializada en producir unas hormonas concretas que coordinan, modifican y regulan la fisiología de todo el organismo. Sin ellas, no podríamos relacionarnos con el medio ni con nosotros mismos. Y es que son las hormonas las que determinan cómo funciona nuestro cuerpo, qué emociones experimentamos y cómo respondemos ante los estímulos. Si nuestro cuerpo fuera un coche, el cerebro sería el conductor, pero las hormonas, el volante.

En el cuerpo humano hay un total de 9 glándulas endocrinas, que se reparten la producción de los 65 tipos principales de hormonas. Todas estas glándulas deben encontrarse en un buen estado de salud, pues cuando tienen problemas en la síntesis de hormonas (tanto si sintetizan más de la cuenta o menos), pueden desarrollarse enfermedades potencialmente graves.

Y de estas glándulas, una de las más importantes es, sin duda, la tiroides. Esta glándula está especializada en la síntesis de las hormonas T4 y T3, las cuales tienen, como veremos más adelante, una importancia capital en la regulación de nuestra fisiología.

¿Qué es la glándula tiroides?

La glándula tiroides es una estructura de unos 5 centímetros y un peso de tan solo 30 gramos que, estando localizada en el cuello, tiene un papel primordial no solo dentro del sistema endocrino, sino para el mantenimiento de un correcto estado de salud general.

Su función principal es la de sintetizar las hormonas tiroideas, las cuales son básicamente la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas tienen una enorme influencia en lo que se conoce como índice metabólico, cosa que, en otras palabras, significa que determinan la velocidad a la que ocurren los procesos metabólicos de nuestro organismo.

Y es que estas hormonas producidas por la glándula tiroides, además de regular la cantidad de oxígeno que utilizan las células, también coordinan la producción de proteínas por parte de las mismas. Y en el momento en el que se tiene el control del oxígeno y de las proteínas, se tiene el control de la actividad del órgano y tejido en cuestión.

Una tiroides sana, es decir, aquella que produce las hormonas tiroides cuando se necesitan y en las cantidades justas, regula el metabolismo de todo el cuerpo. Esto significa que nos hace tener niveles altos de energía durante el día (y bajos por la noche), permite un correcto desarrollo y crecimiento corporal, estimula la quema de grasas, ayuda a asimilar nutrientes esenciales, regula nuestro reloj biológico, mantiene la piel saludable, propicia una correcta salud del sistema nervioso, etc.

Por ello, cuando, debido generalmente a trastornos de origen genético, la tiroides no está bien regulada, pueden desarrollarse enfermedades endocrinas que se conocen como hipotiroidismo e hipertiroidismo. La primera surge cuando se producen menos hormonas tiroideas de las que se necesita (el metabolismo se ralentiza) y la segunda, cuando se producen más de las necesarias (el metabolismo se acelera demasiado).

A pesar de sus diferencias, estos dos trastornos de la glándula tiroides provocan que el cuerpo no pueda regularse a sí mismo a nivel metabólico, lo que conduce a problemas para controlar el peso, alteraciones del sueño, dificultad para desarrollar una buena fuerza muscular y problemas de colesterol en sangre. Esto indica la gran importancia de la glándula tiroides y todas las funciones que, cuando está sana, desempeña en el cuerpo.

Las 10 funciones de la glándula tiroides

Como hemos dicho, la función de la glándula tiroides podría resumirse en regular el metabolismo de todo el cuerpo, es decir, coordinar la manera cómo equilibramos el consumo de energía y el de materia. Pero de aquí se derivan funciones muy importantes que analizaremos individualmente a continuación y que son llevadas a cabo por parte de la tiroxina y la triyodotironina. las dos hormonas tiroideas principales.

1. Mantener los niveles altos de energía durante el día

Una de las principales funciones de las hormonas tiroideas y, por lo tanto, de la glándula tiroides en sí, es la de acelerar el metabolismo cuando es de día, consiguiendo así que las células incrementen su actividad y que todos los órganos y tejidos estén más activos. De este modo, la glándula tiroides condensa las fuerzas del cuerpo durante el día, que es cuando realmente las necesitamos.

2. Rebajar los niveles de energía por la noche

¿Por qué nos entra el sueño cuando es de noche? En parte, gracias a la glándula tiroides. Y es que esta reduce su actividad cuando llega la noche, por lo que el metabolismo se ralentiza, las células están menos activas y nos sentimos más cansados. De este modo, la glándula tiroides se asegura de reservar energías del organismo para el día siguiente y de que conseguimos conciliar el sueño. Esto explica que las personas con hipertiroidismo suelan tener problemas para quedarse dormidas.

3. Regular la temperatura corporal

Otra de las funciones principales de las hormonas tiroideas es la de regular la temperatura corporal, manteniéndola estable a pesar de las condiciones exteriores. Esto explica que las personas con hipotiroidismo (baja actividad de la glándula) sean más sensibles al frío y que aquellas con hipertiroidismo (excesiva actividad de la glándula) lo sean al calor.

4. Propiciar el desarrollo del sistema nervioso

No hace falta decir la importancia que tiene mantener saludable el sistema nervioso, pues es el que controla todo nuestro cuerpo. En este sentido, las hormonas tiroideas son imprescindibles para propiciar un correcto desarrollo del mismo, incluso a nivel cerebral. Esto explica que los trastornos tiroideos estén también implicados en problemas de nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, temblores e incluso deficiencias de memoria o depresión.

5. Mantener la piel saludable

La piel es un órgano más de nuestro cuerpo y, como tal, debe estar en un buen estado de salud. Las hormonas tiroideas son unas de las moléculas con un papel más importante a la hora de propiciar la regeneración e hidratación de las células de la dermis.

6. Ayudar a asimilar nutrientes esenciales

La glándula tiroides es también imprescindible a nivel digestivo. Y es que estas hormonas, además de regular la sensación de apetito, son también muy importantes en los intestinos ya que propician la actividad de las células encargadas de absorber los nutrientes, minerales y vitaminas, los cuales, evidentemente, son imprescindibles para la salud de todo el cuerpo.

7. Controlar el reloj biológico

En relación con los dos primeros puntos, la glándula tiroides se encarga de regular nuestro ritmo circadiano, es decir, nuestro reloj biológico. Son estas hormonas las que determinan nuestros ciclos de vigilia y de sueño, asegurando que nos mantenemos activos durante el día pero que a determinada hora tendremos sueño, garantizando así una correcta renovación y reparación del cuerpo.

8. Mantener un correcto peso corporal

Las hormonas tiroideas, cuando están en sus cantidades adecuadas, estimulan la quema justa de grasas. Por ello, las personas con trastornos en ella, tienen problemas para controlar el peso corporal. El hipotiroidismo, al no tener suficientes hormonas, está asociado al sobrepeso; mientras que el hipertiroidismo, al quemar más grasas de las que se debería, está asociado a la pérdida de peso.

9. Mantener los músculos fuertes

La glándula tiroides también es muy importante para la salud muscular. Y es que las glándulas que sintetiza actúan a nivel de los músculos incrementando su actividad cuando se necesita pero también propiciando la reparación y regeneración de las fibras musculares.

10. Regular los niveles de colesterol en sangre

La glándula tiroides también es muy importante para la salud cardiovascular. Y es que las hormonas tiroideas regulan los niveles de colesterol en sangre, manteniéndolo en la cantidad justa (ni demasiado altos ni demasiado bajos). Esto explica que las personas con hipotiroidismo, pese a seguir una dieta sana, tengan normalmente problemas de colesterol alto.

Referencias bibliográficas

  • Rosol, T., Delellis, R.A., Harvey, P.W., Sutcliffe, C. (2013) “Endocrine System”. Haschek and Rousseaux's Handbook of Toxicologic Pathology.
  • National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (2012) “Hypothyroidism”. EUA: National Endocrine and Metabolic Diseases Information Service.
  • National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (2012) “Hyperthyroidism”. EUA: National Endocrine and Metabolic Diseases Information Service.
  • Martín Almendra, M.A. (2016) “Estructura y función de la glándula tiroides”. Ediciones Universidad de Salamanca.
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