Miomas uterinos: qué son, síntomas y pronóstico

Los miomas uterinos son tumores que crecen en el útero pero que normalmente son benignos. Veamos en qué consisten.

Miomas uterinos

Los miomas uterinos son trastornos muy comunes en las mujeres. De hecho, 1 de cada 5 mujeres los desarrollará durante su edad fértil, aumentando la probabilidad conforme avanza la edad de la persona.

Los miomas uterinos son crecimientos anómalos de las células del útero, por lo que técnicamente son tumores. Y es el hecho de que sean catalogados como tal lo que suele generar la preocupación entre las mujeres, pues solemos vincular “tumor” con “cáncer”.

Pero en este caso, los tumores de este tipo suelen ser benignos, es decir, no causan ningún daño grave en la mujer ni ponen en riesgo su vida. De todos modos, es importante conocer la naturaleza de estos miomas, así como sus causas, síntomas, posibles complicaciones y tratamientos disponibles.

Por ello, en el artículo de hoy hablaremos sobre los miomas uterinos y veremos que, salvo en casos puntuales, no representan un problema de salud serio. Tumor no significa cáncer.

¿Qué es un mioma uterino?

Un mioma uterino es un tumor que se desarrolla en el útero, aunque estos crecimientos celulares anómalos no suelen ser cancerosos, es decir, son benignos. Como cualquier tipo de tumor, un mioma uterino está caracterizado por una división incontrolada de las células de una región concreta, cosa que hace que haya un aumento de volumen en la zona afectada.

Por ello, un mioma uterino consiste en masas de células del útero que crecen más de lo que deben, conduciendo a un agrandamiento e hinchazón que es responsable de los síntomas que veremos más tarde.

Se tratan, pues, de tumores que están localizados en un sitio concreto y que no se diseminan a otras partes del cuerpo ni causan graves complicaciones para la salud. Razón por la que reciben la etiqueta de “benignos”.

De todos modos, pese a no ser un trastorno peligroso, los miomas uterinos pueden llegar a ser muy molestos y dar lugar a una sintomatología que, si bien no suele llegar a ser grave, puede comprometer la calidad de vida de la mujer.

¿Todos son iguales?

No todos los miomas uterinos son iguales. Y de ello dependerá la gravedad. Que tengan un impacto mayor o menor dependerá tanto del tamaño del tumor, del número de miomas que aparecen y de la zona del útero en la que se desarrollan.

Los miomas uterinos tienen un tamaño muy variable que va desde crecimientos microscópicos hasta un tamaño muy grande, llegando a pesar incluso algunos kilos y ocupando gran parte del útero. Evidentemente, la sintomatología será mucho peor en estos grandes.

Además, pese a que puede aparecer uno solo, lo más común es que se desarrollen varios a la vez. Cuantos más aparezcan, más manifestaciones clínicas darán.

Y por último, hay que tener en cuenta que pueden surgir en cualquier zona del útero. En la pared muscular, bajo la cubierta externa, dentro de la cavidad… Aunque los que causan más complicaciones son los que se desarrollan bajo la superficie del revestimiento del útero.

Causas

Las causas de los miomas uterinos siguen siendo un misterio, pues todavía no se sabe qué es lo que hace que algunas mujeres desarrollen estos tumores y otras no. Lo que sí se sabe es que es más frecuente en mujeres mayores de 20 años y que su incidencia aumenta a medida que avanza la edad fértil.

De todos modos, se sabe que su aparición está causada por una interacción compleja entre la genética y los factores hormonales de cada persona. Aunque todavía no está clara cuál es la relación entre ellos. Se está investigando también la posibilidad de que el entorno juegue algún papel importante en su desarrollo.

En cuanto al factor hormonal, lo que sí sabemos es que la progesterona, la hormona sexual femenina, tiene un rol clave en su aparición, pues los tejidos del útero responden a su presencia sintetizando factores de crecimiento. Por ello, lo más probable es que la aparición de crecimientos tumorales venga determinado por una respuesta desproporcionada a la presencia de esta hormona.

Síntomas

Más de la mitad de las mujeres que sufren miomas uterinos a lo largo de su vida nunca tienen síntomas. Esto es debido a que la mayoría de ellos aparecen en zonas del útero en las que no llegan a generar signos clínicos o lo hacen siendo de un tamaño no suficientemente grande como para dar sintomatología.

Y en caso de que sí que haya síntomas, estos pueden ser muy variables tanto en gravedad como en frecuencia de molestias. De todos modos, por regla general, la sintomatología que más frecuentemente aparece a causa de los miomas uterinos es la siguiente:

  • Sangrado entre períodos menstruales
  • Sangrados abundantes durante la menstruación
  • Presencia de coágulos de sangre en el sangrado
  • Duración más larga de lo normal de los períodos menstruales
  • Dolores agudos en la pelvis
  • Sensación de presión en la parte baja del abdomen
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Necesidad constante de orinar

De todos modos, esta sintomatología no tiende a ser más grave y, de hecho, estos signos solo aparecen cuando los miomas son grandes, múltiples y se desarrollan en zonas concretas del útero, por lo que no es demasiado frecuente.

Muchas veces, un mioma uterino no requerirá de tratamiento, pues desaparecerá por sí solo en más o menos tiempo sin mayores problemas. Sin embargo, es posible que, en casos puntuales, esta sintomatología derive en complicaciones que, si bien no son comunes, sí que pueden llegar a suponer un riesgo para la salud.

Complicaciones

Si ya es poco común que aparezca sintomatología y todavía más que esta sea grave, la probabilidad de que estos signos deriven en complicaciones serias para la salud es casi anecdótica. La inmensa mayoría de miomas no ponen en peligro la salud de la mujer, aunque es importante conocer cuáles son estas complicaciones para que, en el caso de que se observen, se pueda solicitar atención médica rápidamente.

Las posibles complicaciones de los miomas uterinos más graves son: dolores muy intensos, sangrados extremadamente abundantes, bloqueo de algunos vasos sanguíneos del útero, anemia (falta de glóbulos rojos a causa de los sangrados), esterilidad (en casos muy aislados), aumento del riesgo de sufrir infecciones urinarias…

Pese a que estas complicaciones pueden aparecer en cualquier mujer, las embarazadas son las que corren el mayor riesgo. En caso de que el mioma se desarrolle durante la gestación, este puede provocar un nacimiento prematuro, necesidad de dar a luz por cesárea y aumento del riesgo de sufrir un sangrado abundante después del parto.

Por ello, las mujeres embarazadas deben estar atentas a los primeros síntomas de los miomas y consultar con un ginecólogo si tiene dudas.

En caso de que sea necesario, hay tratamientos que permiten eliminar estos miomas. Estas terapias se reservan para casos en los que la sintomatología ha derivado en las complicaciones que hemos visto o cuando, en el caso de las embarazadas, suponga riesgos tanto para el niño como para la madre.

Tratamiento

La elección del tratamiento dependerá de muchos factores: el estado de salud de la mujer, la gravedad de la sintomatología, el tamaño del mioma, su localización, el riesgo de que haya complicaciones, la edad de la mujer…

En función de estos y otros condicionantes, el médico decidirá si tratar solo los síntomas (cuando el mioma no es demasiado grave) o bien eliminar el mioma, cosa que se reserva para casos puntuales más graves.

1. Alivio de los síntomas

En caso de que el mioma no represente un problema de salud grave ni haya riesgo de que derive en complicaciones serias, la mejor elección es no eliminarlo pero sí ofrecer tratamiento para que los síntomas se vean aliviados.

Las mejores terapias para tratar los signos clínicos son la administración de anticonceptivos (permiten regular mejor la duración de los períodos menstruales), tomar suplementos de hierro (para compensar la pérdida de glóbulos rojos), implantación de dispositivos uterinos (producen hormonas en el interior del útero para reducir los sangrados), fármacos que bloquean la síntesis de hormonas femeninas…

En la mayoría de casos esto es suficiente para que el mioma uterino deje de comprometer la calidad de vida de la mujer. Para casos más graves, sin embargo, quizás la única solución sea eliminar el mioma.

2. Cirugía de extirpación

Extirpar quirúrgicamente el mioma uterino se reserva como última opción y solo se realiza en casos en los que la salud de la mujer (o del niño si está embarazada) se vea amenazada y/o no responde ante los tratamientos de alivio de los síntomas.

Dependiendo de la naturaleza del mioma y del daño que haya causado, el médico decidirá si la extirpación del mioma es suficiente o hay que extirpar el útero.

La histerectomía consiste en la eliminación quirúrgica de una parte o la totalidad del útero de la mujer. En cambio, en la miomectomía se extirpa solo el mioma y tiene la ventaja de que la mujer mantiene su fertilidad.

De todos modos, ambos procedimientos quirúrgicos tienen muchos riesgos, por lo que se reservan para los casos más graves, que representan una ínfima proporción de todos los que se diagnostican.

Entonces, ¿no son peligrosos?

Como hemos visto, la inmensa mayoría de los miomas uterinos son benignos y no provocan una sintomatología grave ni derivan en complicaciones que representen un riesgo para la salud. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la probabilidad de que derive en un problema serio existe, por lo que es importante conocer sus manifestaciones para que, en caso de que el azar lo decida, las complicaciones puedan ser tratadas lo antes posible.

El problema es que, al no conocer las causas, la prevención es difícil. De todos modos, se ha visto que el sobrepeso es un factor de riesgo muy notorio, por lo que es de vital importancia llevar una vida saludable con una dieta equilibrada e incluyendo el ejercicio físico.

Referencias bibliográficas

  • Fábregues, F., Peñarrubia, J. (2002) “Mioma uterino. Manifestaciones clínicas y posibilidades actuales de tratamiento conservador”. Medicina Integral.
  • Ortiz Ruiz, M.E., Matute Labrador, A., Martínez Consuegra, N. (2009) “Miomatosis uterina”. Mediagraphic.
  • The American College of Obstetricians and Gynecologists. (2018) “Uterine fibroids”. Women’s Health Care Physicians.
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