Bioética: ¿qué es y qué conflictos aborda?

Los médicos se enfrentan cada día a dilemas morales y a conflictos internos. La bioética intenta dar solución a estos problemas.

Bioética

¿Debe ser legal abortar? ¿Podemos permitir que una persona se suicide si no quiere seguir con un tratamiento? ¿Qué pasa con la clonación de humanos? ¿Hasta qué punto podemos experimentar con animales para curar nuestras enfermedades? ¿Cuánta autonomía hay que concederle al paciente?

Estos y muchos otros temas están al orden del día. Se trata de cuestiones controvertidas para las que cada uno tiene una opinión distinta. La variedad de puntos de vista es, des del punto de vista social, una riqueza.

Sin embargo, en un mundo como el de la medicina en el que se tiene entre manos la vida de las personas y donde todo debe estar perfectamente documentado y legislado, estos conflictos morales representan un verdadero quebradero de cabeza para el personal sanitario, desde la atención primaria hasta la terciaria.

Las leyes establecen un seguido de normas que deben ser respetadas. Evidentemente, los médicos cumplen estas leyes. Sin embargo, en su día a día se encuentran con situaciones complejas que tienen varias soluciones, aunque su resolución representa un conflicto moral.

Es decir, dentro de la legalidad, hay situaciones que se encuentran en la frontera entre lo que está “bien” y lo que está “mal”. En este contexto aparece la bioética, una disciplina que pretende dar respuesta a las incógnitas morales con las que los médicos se topan día a día.

En este artículo hablaremos sobre la bioética, una rama de la ética que persigue aportar una visión objetiva a los dilemas morales que se desprenden de las ciencias de la vida.

Históricamente, ¿qué relación hemos tenido los humanos con la vida?

No hace falta pensar demasiado para encontrar momentos de nuestra historia en los que se han violado los derechos humanos. Y enfocándolo más en el tema que nos incumbe, algunas de estas veces hemos vulnerado derechos fundamentales en pro del progreso de la ciencia.

Hoy es impensable inyectar pus de vaca a un niño de 8 años. Iríamos a la cárcel inmediatamente. Pues bien, así fue como Edward Jenner descubrió la vacuna contra la viruela. Por no hablar de los experimentos que se han realizado con seres humanos a lo largo de la historia. O las técnicas de lobotomización que se aplicaban en los enfermos mentales para curar sus trastornos.

Y no solo hemos atentado contra nosotros mismos. Pese a que ahora estamos tomando conciencia de nuestro impacto medioambiental y aplicando medidas para reducirlo, durante muchos años hemos contaminado la Tierra sin ningún tipo de miramiento.

También hemos usado animales para nuestros fines violando sus derechos como seres vivos. Tanto para el descubrimiento de fármacos como de cosméticos, pasando por el uso de sus pieles y de su caza incontrolada.

En este contexto, en una situación en la que era imprescindible marcar que hay una diferencia entre lo que podemos hacer y lo que debemos hacer, nació la bioética. Una rama de la ética con menos de medio siglo de historia que surgió ante la necesidad de poner freno a lo que estábamos haciendo con la ciencia, especialmente aquellas disciplinas científicas relacionadas con la vida.

Aunque, como veremos, actualmente, lejos de ser un freno, es en realidad el motor que permite un progreso eficiente y moralmente aceptable de la medicina y la ciencia en general.

¿Qué es la bioética?

No es sencillo dar una definición de bioética. Los conflictos que aborda son complejos y subjetivos, por lo que ella misma es difícil de definir. La definición más comúnmente aceptada apareció en 1978 en la Enciclopedia de la Bioética del Instituto Joseph y Rose Kennedy:

“La Bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en los campos de las ciencias biológicas y de la atención de la salud, en la medida en que esta conducta se analiza a la luz de los principios y valores morales.”

En otras palabras, la bioética procura que los humanos establezcamos la relación más correcta posible con la vida que nos rodea, es decir, que nuestro comportamiento en el ámbito de la medicina y de otras ciencias de la vida debe ir ligado a las conductas moralmente más aceptables.

La bioética, pues, establece límites a las ciencias. Que tecnológica y técnicamente seamos capaces de hacer una cosa no significa que moralmente podamos hacerla.

Los expertos en bioética tienen la función de dar respuesta a las cuestiones que generan a los médicos un debate interno. Procuran, entonces, ofrecer una solución lo más equilibrada posible entre legalidad, moralidad y eficiencia médica. De todos modos, la bioética huye de las afirmaciones extremas, por lo que analiza cada caso de forma particular.

Pese a ser una disciplina muy joven, está ganando peso a pasos agigantados y, a día de hoy, todos los hospitales disponen de un comité de bioética y es una asignatura obligatoria en prácticamente todos los grados en ciencias de la vida.

¿Cuáles son los principios de la bioética?

La bioética se fundamenta en cuatro principios básicos a partir de los cuales derivan todas sus reflexiones. Ante cada caso que recibe un comité de bioética se debe actuar cumpliendo estos principios. De lo contrario, no se estará actuando ni ofreciendo una solución moralmente aceptable.

Un comité de bioética es una organización presente en los hospitales formado por expertos de bioética que reciben casos con los que los médicos se topan y para los que necesitan ayuda. Este comité valora cada caso de forma particular y le da indicaciones y recomendaciones al médico para que actúe de la forma más adecuada desde el punto de vista moral.

Los cuatro principios básicos de la bioética son los siguientes y deben ser aplicados tanto por los expertos en bioética como los médicos y personal sanitario general:

1. Principio de autonomía

El principio de autonomía es el primer pilar de toda decisión que debe tomar un comité de bioética o un médico. Establece que, por encima de todo, hay que respetar las decisiones del paciente. Lo que él considere como “bueno” para él mismo, pasa por encima de toda reflexión moral.

Los médicos deben respetar este principio de autonomía y asegurarse de que el paciente toma decisiones sin sentirse coaccionado ni con influencias externas, a excepción de aquellos que no estén en plenas facultades para decidir, algo que suele pasar en pacientes vegetativos. En este caso, la opinión que más se tendrá en cuenta será la de los familiares más directos.

Firmar un consentimiento informado antes de someternos a cualquier prueba u operación es un claro ejemplo de este principio de autonomía. La voluntad del paciente por encima de todo.

2. Principio de justicia

El principio de justicia se basa en la defensa de la igualdad. La bioética debe procurar que todas las personas, sin importar su raza, edad, situación económica, género, nivel de estudios, etc, reciban el mismo trato por parte de los centros médicos.

De todos modos, este principio no es respetado, al menos parcialmente, en algunos países. En Estados Unidos, por ejemplo, la sanidad es privada, por lo que se podría considerar que hay discriminación por situación económica.

Pero, en líneas generales, los comités de bioética siempre se encargan de que todas las personas reciban un trato de igual calidad.

3. Principio de beneficencia

El principio de beneficencia se basa en que todas las decisiones que tome un comité de bioética deben perseguir siempre lo mejor para el paciente, siempre y cuando no entren en conflicto con el principio de autonomía.

De este modo, la bioética recibe un caso, lo analiza, y después de tener en cuenta la opinión del paciente, ofrece una respuesta que vaya a proporcionarle los mayores beneficios.

Es un principio muy complejo y suele ser el que representa mayores quebraderos de cabeza, pues en muchos casos, hay distintas opciones a realizar y todas tienen aspectos buenos y malos. De todos modos, es un principio en el que se tiene que basar para actuar moralmente.

4. Principio de no maleficencia

El principio de no maleficencia determina que las decisiones que se toman deben provocarle el menor daño posible al paciente, siempre y cuando no entren en conflicto con los principios de beneficencia y de autonomía.

En otras palabras, si un paciente puede recibir dos tratamientos igual de efectivos y uno de ellos consiste en la administración de un medicamento y otro en una intervención quirúrgica, hay que decantarse por el fármaco, pues la cirugía es más peligrosa y puede dejarle secuelas.

¿Con qué conflictos se topa un comité de bioética?

Ahora que ya hemos entendido qué es la bioética, cuál su objetivo y en base a qué principios debe actuar todo profesional de la salud, es momento de presentar cuáles son los conflictos con los que un comité de bioética se topa con mayor frecuencia.

Evidentemente, los dilemas que tienen los médicos y que necesitan consultar con comités de bioética están relacionados a temas controvertidos. La inmensa mayoría de las decisiones que toman no requieren ir a un comité, pues la respuesta a la práctica totalidad de los conflictos la pueden encontrar por sí solos respetando los cuatro principios anteriormente mencionados.

Las situaciones que más frecuentemente deben solucionar los comités de bioética son las siguientes:

  • Eutanasia
  • Aborto
  • Uso de células madre
  • Análisis genéticos
  • Tratamientos paliativos
  • Métodos anticonceptivos en adolescentes
  • Autonomía de pacientes con trastornos mentales
  • Relación entre el médico y el paciente
  • Donación de órganos
  • Muerte digna
  • Tratamientos paliativos
  • Ensayos clínicos

Los comités de bioética ofrecen una visión multidisciplinar (medicina, biología, filosofía, ética, derecho, antropología, política…) para resolver estos conflictos de la forma moralmente más aceptable.

La bioética no da nunca constataciones universales, pues en cada caso concreto hay que analizar la situación y al paciente de forma particular e intentar dar una solución lo más adecuada posible, respetando tanto los derechos humanos como procurando que reciba el mejor tratamiento.

La ciencia no puede jugar con la vida. Por ello existe la bioética. Para procurar que la ciencia sea lo más justa posible con los seres vivos.

Referencias bibliográficas

  • Nunes, R. (2014) “Bioethics: Medical”. Encyclopedia of Global Bioethics.
  • Rotondo de Cassinelli, M.T. (2017) “Introducción a la bioética”. Revista Uruguaya de Cardiología.
  • Molina Ramírez, N. (2013) “La bioética: sus principios y propósitos, para un mundo tecnocientífico, multicultural y diverso”. Revista Colombiana de Bioética.
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