23 alimentos de origen animal (y sus propiedades)

El consumo tanto de animales como de sus productos ofrece al cuerpo humano muchos nutrientes y vitaminas esenciales que, en ocasiones, no pueden encontrarse en los de origen vegetal.

Alimentos origen animal

De acuerdo a las últimas estimaciones, entre el 10% y el 13% de la población mundial es vegana o vegetariana, y todos los estudios parecen indicar que, ya sea por cuestiones éticas o medioambientales, estos porcentajes solo harán que ir al alza.

Es una evidencia que, tal y como está diseñada, la industria cárnica es inviable y que, tarde o temprano, tendremos que encontrar alternativas nutricionales. Es imposible alimentar a 7.000 millones de personas a base de carne.

Sea como sea, y sin voluntad de entrar en debates ni plantear la moralidad detrás de comer carne o productos de origen animal, lo que está claro es que los humanos, al menos desde el punto de vista biológico, estamos diseñados para comer a otros animales.

De lo contrario, nuestra dentadura no sería como es ni tendríamos deficiencias vitamínicas al prescindir de su consumo. Por ello, en el artículo de hoy presentamos un listado de los productos de origen animal, analizando tanto sus propiedades beneficiosas como las posiblemente perjudiciales.

¿Cuáles son los principales productos de origen animal?

Un producto de origen animal hace referencia a todo aquel alimento que proceda de un animal, ya sea por consumo de sus partes anatómicas (la carne) o de los productos que generalmente genera como parte de su ciclo de vida (leche, huevos, miel…). Sea como sea, estos son los alimentos de origen animal más importantes.

1. Carne roja

La carne roja es un producto claramente de origen animal que consiste en el tejido muscular de distintas partes anatómicas de animales como la vaca, el cordero, el caballo, el conejo, etc. Todos estos productos, además de dar entre 20 y 26 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto, son la principal fuente de vitamina B12.

Famosa por ser exclusiva (está en algunos de origen vegetal como la soja, pero en cantidades insuficientes y, además, al cuerpo le cuesta mucho absorberla) de los alimentos de origen animal, la vitamina B12 es esencial para que las reacciones metabólicas del cuerpo sucedan adecuadamente.

Esta vitamina, que tiene en la carne roja su principal fuente, ayuda a que el organismo pueda obtener energía (y usarla) correctamente de los otros alimentos. Sin la B12, todo el metabolismo energético se viene abajo. Además, mantiene saludable al sistema nervioso y potencia la síntesis de glóbulos rojos.

El problema es que en la sociedad actual comemos más carne roja de la que necesitamos, y el exceso de esta, debido a las grasas que contiene, abre la puerta al sobrepeso, al aumento del colesterol, al desarrollo de cálculos renales, a enfermedades cardiovasculares e, incluso, debido al uso de antibióticos en la industria cárnica, a la potenciación de las resistencias bacterianas, algo que, de acuerdo a la OMS, será la principal causa de muerte en el mundo de cara a 2050.

Cabe mencionar también que, a pesar de todo el revuelo que generó la propia OMS en 2015 al comunicar que la carne roja era posiblemente carcinogénica para seres humanos, eso solo significó que está en estudio, pero no hay nada confirmado. E incluso si lo fuera, con un consumo moderado, no aumentaría el riesgo de padecer cáncer.

Carne roja

2. Carne blanca

La carne blanca es un producto claramente de origen animal que consiste en el tejido muscular de aves (como el pollo, el pavo, el pato…) y de mamíferos como el cordero (si este es joven) o el cerdo (si es el lomo). Es la carne que tiene más proteína. De hecho, 100 gr de carne de pollo aportan casi 33 gr de proteína.

Desde el punto de vista nutricional son más saludables que las rojas, pues su contenido en grasa es menor y, además, son más fáciles de digerir. Además de B12, la carne blanca es rica en vitamina B3 (niacina) y B6 (piridoxina), que, en conjunto, ayudan a mantener la piel sana, a regular los niveles de colesterol en sangre, a mantener estable el sistema nervioso, a estimular la formación de glóbulos rojos, a mantener activo el cerebro y a regular el metabolismo de las proteínas.

3. Pescado blanco

El pescado blanco es un producto de origen animal que consiste en el tejido muscular de peces como el rape, la merluza, la dorada, el lenguado, el mero, el gallo, el bacalao, el besugo, el rodaballo, la raya, etc.

En una dieta saludable, debería comerse pescado blanco como mínimo dos o tres veces por semana. Y es que además de tener un bajo contenido en grasas (del 2%), aporta proteínas de alta calidad, es de fácil digestión, es fuente de calcio, aporta vitaminas del grupo B y favorece la reparación de tejidos.

4. Pescado azul

El pescado azul es un producto de origen animal que consiste en el tejido muscular de peces como el salmón, la sardina, el bonito, el arenque, las anchoas, el atún, la melva, etc.

Tiene un porcentaje más elevado de grasas (del 5%), pero esto no significa, ni mucho menos, que sea menos saludable. De hecho, todo lo contrario. Y es que además de ser rico en vitamina A (fortalece huesos y dientes), B12, K (ayuda a la cicatrización de heridas), B2 (estimula la síntesis de glóbulos rojos) y D (ayuda a absorber el calcio) es la mejor fuente de omega 3, un ácido graso que ayuda a bajar los niveles de colesterol “malo” y a subir los del “bueno”.

Pescado azul

5. Leche

La leche es un producto de origen animal que consiste en la sustancia líquida y blanca que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos después de dar a luz. Es una de las mejores fuentes de calcio de la naturaleza y, además, aporta vitamina A y D, por lo que es muy importante para mantener los huesos sanos y fuertes. También es fuente de B12, pero no en cantidades suficientes.

6. Queso

El queso es un derivado lácteo que se obtiene de la maduración de la leche por parte de distintos microorganismos, que determinarán el tipo de producto. Aporta las mismas vitaminas y nutrientes que la leche, pero su contenido en grasas es mayor, por lo que habría que vigilar con su consumo.

7. Yogur

El yogur es un derivado lácteo que se obtiene de la fermentación bacteriana de la leche, la cual consigue que la lactosa se convierta en ácido láctico, que le da esa textura y sabor característico. Además de ser una fuente importante de calcio, puede ser tomado por personas con intolerancia a la lactosa y ayuda a mantener estable la flora intestinal.

8. Miel

La miel es una sustancia muy dulce, viscosa y pegajosa que elaboran las abejas domésticas a partir del néctar de las flores y que depositan en las celdillas de sus panales. Al ser sintetizada por las abejas, la miel se considera un producto de origen animal. Tiene muchas propiedades: favorecer la digestión, hidratar, aliviar el dolor de garganta, acción antiinflamatoria, fuente de proteínas, fuente de antioxidantes, etc.

Miel

9. Huevos

Los huevos son los óvulos no fecundados de las aves, siendo los de gallina los más comunes, aunque también son frecuentes los de codorniz o los de avestruz. Es un pilar importantísimo de la nutrición humana ya que, además de ser fuente de energía, contiene muchas vitaminas. De hecho, los huevos tienen 9 de las 13 vitaminas esenciales. Eso sí, debido a su contenido en grasas (casi todas están en la yema) hay que vigilar con su consumo.

10. Marisco

Por marisco entendemos cualquier animal invertebrado marino comestible. Esto incluye los langostinos, los cangrejos, los percebes, los mejillones, las almejas, los pulpos, los erizos de mar, los bogavantes, los camarones, los calamares, etc.

Los mariscos son una fantástica fuente de proteínas de alto valor biológico y de vitaminas. Además, aportan muchos ácidos grasos saludables, por lo que contribuyen a mejorar la salud cardiovascular. Después de la carne roja y blanca, es la mejor fuente de vitamina B12.

11. Caviar

El caviar son las huevas del pez esturión, del cual hay unas 25 variedades (el precio varía en función de cuál sea) que habitan los lagos y ríos de Asia y Europa. A pesar de no formar parte de la dieta habitual (a no ser que tengas un nivel económico alto, claro), el caviar es especialmente rico en hierro, en muchas vitaminas y en antioxidantes.

Caviar

12. Gelatina

La gelatina, el famoso postre, se elabora mediante el colágeno, que es la sustancia que le da la textura gelatinosa, valga la redundancia. Y este colágeno se extrae de los huesos, piel y cartílago de animales, por lo que evidentemente es de origen animal. Es un alimento que favorece la digestión y que aporta muchos aminoácidos esenciales.

13. Mantequilla

La mantequilla es un derivado lácteo que consiste en, básicamente, extraer toda la grasa de la leche y emulsionarla hasta tener una masa sólida. A pesar de ser extremadamente calórica y de contener hasta 400 ácidos grasos distintos, siempre que sea de forma moderada, es una buena fuente de vitaminas y minerales.

14. Manteca

La manteca es similar a la mantequilla en el sentido que es una emulsión sólida de grasa pura, pero en este caso, la grasa no procede de la leche, sino de los tejidos adiposos de determinados animales, siendo normalmente este el cerdo. En este caso, lo mejor es evitarla.

15. Carne procesada

La carne procesada es toda aquella carne (o mezcla de ellas) que ha pasado por un proceso químico a lo largo del cual se han alterado sus propiedades iniciales. Las salchichas, los frankfurts, el jamón cocido, el magro de cerdo, el lacón cocido, el chóped, el bacon, la morcilla, la butifarra, el chorizo…

Hay muchísimas carnes procesadas distintas. En este caso, deberíamos evitarlas siempre. No pasa nada por algún capricho (y no todas son igual de malas), pero muchas tienen contenidos altos de grasas saturadas e incluso algunas, debido a los procesos químicos que sufren, han demostrado tener potencial carcinogénico.

16. Jamón curado

Es cierto que el jamón curado sigue siendo una carne procesada, pero merece mención aparte. Y es que el único proceso “invasivo” que sigue es la salazón. Después, simplemente hay una maduración y curado. El producto final, además de ser rico en proteínas y vitaminas, tiene poca cantidad de grasa y, de ella, más de la mitad son saludables, por lo que contribuye a regular los niveles de colesterol.

Carne procesada

17. Colapez

El colapez es un producto que se obtiene de las vejigas natatorias (un órgano que permite la flotación) de determinados peces y que, tras un procesado y desecación, permite conseguir unas láminas que se utilizan en repostería para hacer gelatinas.

18. Nidos de golondrinas

Como ves, estamos entrando ya en terrenos más desconocidos y, como es este caso, raros. En efecto, los nidos de golondrinas se comen. Las golondrinas son aves que construyen los nidos a base de, simplemente, saliva.

En la gastronomía china, es relativamente común recoger estos nidos y preparar sopas que, como vemos, son básicamente saliva de golondrina endurecida.

19. Kéfir

El kéfir es un derivado lácteo similar al yogur líquido y que se obtiene por la fermentación bacteriana y por levaduras de la leche. Es un alimento con propiedades probióticas, por lo que puede ayudar a mejorar la salud de la flora intestinal.

20. Jalea real

La jalea real es un producto similar a la miel pero que las abejas producen de forma distinta. No se elabora a partir de la recolección del néctar, sino que la segregan a través de unas glándulas situadas en la cabeza. Las abejas la segregan para alimentar a la abeja reina y a las larvas en sus primeros días de vida. En lo que a nutrición se refiere, la jalea real ha demostrado ser útil para potenciar el rendimiento físico y mental.

21. Sangre

En determinadas culturas, la sangre se utiliza como alimento, ya sea en combinación con carne (morcilla), en sopas, en pasteles, frita, coagulada e incluso fresca. Más allá del componente tradicional y de ser fuente de hierro, hay que vigilar con su consumo excesivo.

22. Suero

El suero es un derivado lácteo que consiste en el líquido sobrante que queda tras cuajar la leche para producir quesos. Este líquido es rico en proteínas lácticas y suele utilizarse para producir otros derivados como el requesón o para producir galletitas saladas.

23. Insectos

No es de extrañar que muchas civilizaciones consuman insectos de forma habitual. Nos guste o no, todo parece indicar que los insectos, en un futuro, serán los sustitutos de la carne. Y es que a pesar del componente cultural de rechazo (en muchos países), los insectos aportan más proteína que la carne (hasta 50 gr de proteína por cada 100 gr de peso) e incluso tienen cantidades de omega 3 similares a la de los pescados.

Quién sabe, quizás en un tiempo los grillos, los escarabajos, las hormigas y los saltamontes sean el alimento de origen animal más consumido en el mundo. Y no por gusto, sino por necesidad.

Insectos
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