Omeprazol: qué es, indicaciones y efectos secundarios

El Omeprazol es uno de los medicamentos más comercializados ya que es efectivo para tratar muchas dolencias relacionadas con la secreción ácida del estómago, pero no es un protector estomacal.

Omeprazol

El Omeprazol, junto con el ibuprofeno y el paracetamol, es uno de los medicamentos que más presencia tiene en los botiquines de los hogares de todo el mundo. Y no es de extrañar, pues puede obtenerse sin receta y es muy útil para tratar algunos problemas estomacales.

Y es muy importante recalcar este “algunos”, pues a diferencia de lo que mucha gente cree, el Omeprazol no es un protector de estómago. Es un principio activo que reduce la producción de ácido en el estómago, pero eso no significa que lo proteja.

De hecho, su uso inadecuado puede acarrear, precisamente, más problemas estomacales. Por ello, a pesar de que pueda comprarse libremente en farmacias, habría que consultar antes con un médico y siempre tomarlo durante un período breve de tiempo.

En el artículo de hoy, pues, sabiendo que como sucede con otros medicamentos, su consumo puede despertar dudas, ofreceremos toda la información importante acerca de este antiácido, detallando qué es, en qué casos está indicado, cuáles son sus efectos secundarios y respondiendo a las preguntas que más frecuentemente nos hacemos acerca de él.

¿Qué es el Omeprazol?

El Omeprazol es un fármaco que evita la excesiva secreción de ácido gástrico en el estómago, siendo útil para tratar enfermedades que cursan con este síntoma. Pero, a pesar de lo que se ha llegado a decir, el Omeprazol no es un protector de estómago.

No es un medicamento apropiado para evitar el ardor de estómago que a veces sentimos cuando comemos mucho o bebemos alcohol. Y es que no es un antiácido. El Omeprazol impide que se forme y se libere ácido al estómago, pero no “neutraliza” el ácido una vez ya está en el estómago, que es lo que pasa después de una comida copiosa o de hacer excesos con el alcohol.

Si el problema es de acidez, no hay que recurrir al Omeprazol. Para ello, existen muchas alternativas que sí que son antiácidos, como por ejemplo el famoso Almax. El Omeprazol, pues, se recomienda cuando, debido a una enfermedad, las glándulas productoras de ácido del estómago sintetizan más del que deben.

En este sentido, las moléculas de su principio activo se desplazan hacia las células de la mucosa gástrica e impiden la salida de los protones, que es lo que da la acidez. Sin convertir esto en una clase de bioquímica, basta con quedarnos con la idea de que, haciendo esto, se inhibe hasta en un 80% la liberación de ácido clorhídrico, la molécula que convierte el estómago en un ambiente tan ácido.

Sin embargo, todo esto tiene una serie de efectos secundarios adversos vinculados, por lo que no puede tomarse a la ligera. Esto hace que esté indicado para patologías muy concretas (pero no para resolver la acidez de estómago) como la enfermedad por reflujo gastroesofágico, síndromes que provocan que haya una producción excesiva de ácido o infecciones del estómago.

Omeprazol
Estructura química del Omeprazol, el principio activo que da nombre al medicamento.

¿Cuándo está indicado su uso?

El Omeprazol es un medicamento fuerte que se vende en forma de cápsulas duras gastrorresistentes, para así poder desarrollar su función en el estómago. Como venimos diciendo, no se trata de un protector estomacal ni de un antiácido.

El Omeprazol debe tomarse siempre, a pesar de que sea de venta libre, bajo indicación de un médico o, al menos, un farmacéutico. Y es que su consumo no está indicado en todos los casos de problemas de acidez estomacal.

Sus usos más comunes son para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, una patología en la que el ácido estomacal circula en sentido contrario y pasa al esófago, irritándolo y provocando muchas molestias. En este sentido, el Omeprazol ayuda a que la mucosa del esófago cicatrice mejor y, a la vez, previene que vuelva a irritarse, pues al reducir la producción de ácido, hay menos probabilidades de que pase al esófago.

De igual modo, se utiliza para tratar enfermedades que cursan con una alteración en la producción de ácido estomacal, como es el caso del síndrome de Zollinger-Ellison. En caso de que surjan úlceras gástricas o duodenales dolorosas (como puede pasar tras una infección por Helicobacter pylori), el Omeprazol puede ayudar también a reducir las molestias y favorecer su curación.

Además, en caso de que los problemas de acidez estomacal (sin una causa clara) después de comer son habituales (varias veces por semana), un médico puede recomendar su administración. Pero nunca debemos automedicarnos.

En resumen, el Omeprazol está indicado exclusivamente para tratar problemas de reflujo gastroesofágico y la consecuente esofagitis (inflamación del esófago), síndromes genéticos que cursan con una excesiva síntesis de ácido gástrico, úlceras gástricas o duodenales y problemas muy habituales de ardor estomacal. Para el resto de casos, es mejor recurrir a un antiácido menos potente. Recordemos que el Omeprazol no es un protector de estómago.

Helicobacter pylori
"Helicobacter pylori" es una bacteria capaz de crecer en el ácido estomacal, provocando la aparición de dolorosas úlceras.

¿Qué efectos secundarios puede generar?

Como cualquier medicamento, el Omeprazol presenta posibles efectos secundarios. Pero este en especial, debido a su potente efecto en el estómago, tiene bastantes. De ahí que solo se recomiende su uso cuando el riesgo de no tratar la dolencia sea mayor que el riesgo de tomar el medicamento. Veamos qué efectos adversos están vinculados a su consumo.

  • Frecuentes: Afectan a 1 de cada 10 pacientes y consisten en dolor de cabeza, diarrea, dolor de estómago, flatulencias, náuseas, vómitos, etc. Como vemos, son muy frecuentes y, aunque no representan graves problemas para la salud, sí que son molestos.

  • Poco frecuentes: Afectan a 1 de cada 100 pacientes y consisten en insomnio, somnolencia, erupciones en la piel, malestar general, debilidad muscular, vértigo, hinchazón de pies y tobillos, etc.

  • Raros: Afectan a 1 de cada 1.000 pacientes y consisten en visión borrosa, sequedad en la boca, dolor articular y muscular, sudoración excesiva, problemas para respirar, reacciones alérgicas, calambres, vómitos, disminución de glóbulos blancos en sangre (más propensos a enfermar), problemas hepáticos, inflamación de los intestinos, caída del cabello, trastornos renales, etc.

  • Muy raros: Afectan a 1 de cada 10.000 pacientes y consisten en alucinaciones, agresividad, reducción grave de los glóbulos blancos, debilidad muscular intensa, aumento de las mamas en hombres, formación de ampollas en la piel, fiebre alta, insuficiencia hepática e inflamación del cerebro. Estamos hablando de síntomas muy graves que, aunque sean raros, pueden suceder.

  • Extremadamente raros: Tienen una incidencia tan baja que no hay datos acerca de su verdadera frecuencia. Entre ellos tenemos la inmunodeficiencia, insuficiencia hepática y renal y choques anafilácticos, que son reacciones alérgicas muy intensas que ponen en peligro la vida.

En resumen, lo que de verdad nos debe preocupar del Omeprazol, más allá de estas reacciones raras, es que sus efectos secundarios más frecuentes pueden resultar muy molestos. Por ello es importante tomarlo exclusivamente bajo recomendación de un médico y respetando las indicaciones de consumo.

Preguntas y respuestas del Omeprazol

Habiendo entendido qué es, en qué casos su consumo está indicado y cuáles son sus principales efectos secundarios, ya sabemos casi todo lo que se tiene que saber de este medicamento para que su consumo sea seguro. Pero es normal que todavía te queden dudas. Esperamos responderlas a continuación.

1. ¿Cuál es la dosis que hay que tomar?

El Omeprazol se vende en cápsulas de 20 mg. A no ser que un médico indique lo contrario, estando en tratamiento hay que tomar solo una cápsula al día. El de 40 mg se reserva para casos especiales.

2. ¿Cuánto dura el tratamiento?

Depende de la patología a tratar. Para algunas patologías, como es el caso de las úlceras gástricas, puede ser suficiente con 2 semanas. Para otras, como en algunos casos de reflujo gastroesofágico, pueden ser necesarias 8 semanas. Será el médico quien te diga cuánto debe durar, pero espera que, aproximadamente, el tratamiento dure 4 semanas.

3. ¿Genera dependencia?

No hay evidencias de que el consumo de Omeprazol genere dependencia física ni psicológica. Por lo tanto, no. Las personas no se enganchan a su consumo.

4. ¿Puedo volverme tolerante a él?

Al no haber dependencia ni un efecto adictivo, las personas no se vuelven tolerantes a su efecto. Es decir, a pesar de que se alargue el tratamiento o se repita en períodos de tiempo distintos, su efectividad será siempre la misma.

5. ¿Puedo ser alérgico?

Como sucede con otros medicamentos, sí. Puedes ser alérgico o alérgica. Sin embargo, la mayoría de veces se limita a manifestaciones alérgicas leves. Sea como sea, consulta siempre los componentes para ver si tienes alguna alergia diagnosticada.

6. ¿Las personas mayores pueden tomarlo?

Sí, en el caso del Omeprazol, a no ser que el médico considere lo contrario, no tiene contraindicaciones entre las personas de edad más avanzada. A diferencia de otros medicamentos, no es necesario ajustar la dosis en la población de mayores de 65 años.

7. ¿Los niños pueden tomarlo?

Sí, siempre que tengan más de un año y pesen más de 10 kg. Sin embargo, su uso se limita a unas condiciones muy concretas y, evidentemente, tiene que ser el pediatra el que diga si es necesario o no.

8. ¿En qué casos está contraindicado?

El Omeprazol no está contraindicado en prácticamente ningún caso, más allá de si en el pasado has presentado reacciones de hipersensibilidad a medicamentos de la misma familia (el farmacéutico ya te dirá cuáles son) o si tienes previsto hacerte un análisis de sangre, pues el medicamento puede desajustar los niveles de algunas moléculas y/o células.

Por lo tanto, a excepción de estos dos casos hipotéticos, el Omeprazol no tiene contraindicaciones importantes. De todos modos, eso no significa que pueda tomarse a la ligera. Siempre tiene que estar recomendado por un médico.

9. ¿Cuándo y cómo debe tomarse?

Se recomienda que el consumo se dé por la mañana, antes de comer nada. Es decir, a diferencia de otros, es mejor tomarlo con el estómago vacío. No pasa nada si se toma habiendo comido, pero es más efectivo sin haberlo hecho. La cápsula debe tragarse entera (no se puede masticar) con medio vaso de agua.

10. ¿Interacciona con otros medicamentos?

Sí, con bastantes. Este es uno de los principales problemas. A pesar de que las reacciones graves solo se esperan si se combina con nelfinavir, un medicamento que se usa para tratar la infección por VIH, hay muchos con los que interacciona, reduciendo tanto su propia actividad como la de los otros. El Diazepam y la rifampicina son los más conocidos, pero hay más. Por ello, siempre hay que hablarlo con un médico.

11. ¿Puede consumirse durante el embarazo? ¿Y durante la lactancia?

En principio, sí. Pero es muy importante consultarlo con un médico, pues él valorará la situación y determinará si es seguro o no.

12. ¿Puedo conducir si estoy en tratamiento?

Sí. No hay ninguna evidencia que demuestre que el Omeprazol afecte a la capacidad de atención y a los reflejos. De todos modos, hemos visto que entre los efectos adversos se encuentran los mareos e incluso las alucinaciones, así que debes valorar siempre tu estado de salud antes de subir al coche.

13. ¿Las sobredosis son peligrosas?

Pueden serlo. Si has tomado una dosis más alta de la que deberías o has tomado dos cápsulas el mismo día, consulta inmediatamente con tu médico. La gravedad de la situación dependerá, evidentemente, de la cantidad ingerida.

14. ¿Qué pasa si me olvido de tomar una dosis?

Mientras sea un incidente aislado, no pasa absolutamente nada. Si te olvidaste de tomarla cuando debías, tómatela en cuanto lo recuerdes (aunque se recomiende con el estómago vacío, se puede tomar habiendo comido). Eso sí, si falta poco tiempo para la siguiente dosis, es mejor que simplemente te saltes la anterior.

15. ¿Puedo tomar alcohol mientras esté en tratamiento?

Siempre que el consumo sea moderado, sí. La administración conjunta no está, en principio, contraindicada, a excepción de personas con déficit de vitamina B12. Por lo tanto, por regla general, no pasa nada por beber algo de alcohol.

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