Dopamina (neurotransmisor): funciones y características

La dopamina es un neurotransmisor sintetizado por nuestro cerebro y permite la coordinación del movimiento, además de propiciar la sensación de bienestar, placer y relajación.

Dopamina

Los seres humanos somos pura química. Absolutamente todo lo que sucede en nuestro cuerpo, desde estar eufóricos hasta correr, pasando por los latidos del corazón, la percepción sensorial, el habla o la experimentación de dolor físico y emocional, está mediado a través de moléculas que circulan por nuestro organismo.

Estas moléculas capaces de regular y controlar nuestra fisiología son básicamente las hormonas y los neurotransmisores. Las hormonas son sustancias químicas que fluyen por el sistema circulatorio después de ser sintetizadas y que controlan el funcionamiento de distintos órganos y tejidos.

Los neurotransmisores, por su parte, son moléculas producidas por las neuronas y que permiten la transmisión de información a lo largo y ancho del sistema nervioso, el cual se encarga de hacer llegar mensajes a todo el organismo.

La dopamina es una molécula especial en el sentido que actúa tanto de neurotransmisor como de hormona. En el artículo de hoy repasaremos las características y funciones de esta molécula sintetizada por nuestro propio cuerpo que, además de permitir una correcta funcionalidad del aparato locomotor, se conoce como “hormona de la felicidad”.

¿Qué son los neurotransmisores?

La dopamina es una molécula sintetizada únicamente en las neuronas y que actúa como neurotransmisor, permitiendo la transmisión de toda la información vinculada al movimiento, la memoria, el sueño, el estado de ánimo, el aprendizaje, el apetito, el grado de relajación, etc.

Pero, ¿qué hace exactamente la dopamina? Para responder a esta pregunta, primero debemos entender qué son los neurotransmisores. Y para ello, antes también tenemos que repasar cómo funciona el sistema nervioso.

A grandes rasgos, el sistema nervioso es una autopista de neuronas, formando una red de miles de millones de estas células. Absolutamente todos los procesos de nuestro cuerpo están regulados por el sistema nervioso. Es él el que, a través de las neuronas, envía las órdenes procedentes del cerebro a los órganos y tejidos para permitir cualquier proceso imaginable.

Respirar, andar, levantar pesos, oír, hablar, leer, escribir, escuchar… Todo está controlado por el cerebro, que utiliza el sistema nervioso como vía para hacer llegar sus órdenes. Y la manera que tiene de hacerlo es gracias a las neuronas, que se interconectan entre ellas y se van “pasando” la información, que está en forma de impulsos nerviosos, mediante un proceso que se conoce como sinapsis.

Pero recordemos que las neuronas están, aunque sea por una distancia ínfima, separadas en el espacio. Entonces, ¿cómo consigue este mensaje saltar de una neurona a otra teniendo en cuenta? Muy “sencillo”: neurotransmisores.

Estos neurotransmisores son sustancias químicas que genera una neurona cuando está cargada eléctricamente con un mensaje concreto y quiere hacer llegar esta información desde el cerebro hasta un órgano o desde un órgano hasta el cerebro. Dependiendo de cuál sea el mensaje, sintetizará unos neurotransmisores u otros. Dopamina incluida.

Sea como sea, un neurotransmisor es una molécula que esta neurona produce y libera en el espacio que hay entre neurona y neurona. Como su propio nombre indica, son transmisores, es decir, transmiten información. Pero no porque lleven escrito un mensaje, sino porque su simple presencia hace que la siguiente neurona de la red, después de absorberlo, sepa que tiene que activarse eléctricamente de una forma concreta, igual que la anterior neurona que le ha pasado el neurotransmisor.

Esta segunda neurona, a su vez, sintetizará el mismo neurotransmisor, que será captado por la tercera neurona. Y así una y otra vez hasta completar la red de miles de millones de neuronas. Y esto se vuelve todavía más increíble cuando sabemos que esto sucede en pocas milésimas de segundo, pues los impulsos eléctricos viajan a más de 360 km/h a través de nuestro sistema nervioso.

Entonces, ¿qué es la dopamina?

Neurotransmisor

La dopamina, pues, es un neurotransmisor. Y como tal, es “simplemente” una molécula que una neurona cargada eléctricamente de una forma concreta y que necesita transportar un mensaje concreta, sintetiza para que no se pierda esta información. Cuando las neuronas captan la presencia de la dopamina, saben perfectamente qué mensaje hay que llevar al cerebro o a cualquier otro órgano del cuerpo.

La dopamina es especialmente importante en la transmisión de impulsos nerviosos hacia los músculos, pues es el neurotransmisor que sintetizan las neuronas cuando hay que mover el cuerpo de una forma determinada. De igual modo, influye en el funcionamiento del cerebro y del sistema endocrino, regulando la conducta y el estado de ánimo, siendo responsable de propiciar la relajación y el bienestar. Esto hace que la dopamina sea conocida como una de las “moléculas de la felicidad”.

La dopamina es una sustancia que, cuando es sintetizada por las neuronas de nuestro sistema nervioso, cambia nuestra conducta tanto emocional como física, pues regula la experimentación de emociones y controla los movimientos de nuestro aparato locomotor.

Ahora que ya sabemos dónde se produce, cuáles son sus características y su modo de actuación, pasamos a ver las funciones que tiene en nuestro organismo para darnos cuenta de su importancia capital.

Las 12 funciones de la dopamina

La dopamina es uno de los 12 neurotransmisores principales. Es muy importante no infravalorar su papel en el cuerpo, pues esta molécula es imprescindible para un correcto desempeño intelectual, físico y emocional. Sin dopamina las neuronas no podrían comunicarse entre ellas. Y si las neuronas no pudieran transmitirse información, la vida sería imposible. Así de sencillo.

Pero, ¿qué funciones tiene la dopamina en el cuerpo? ¿Qué cambios genera? ¿Qué procesos corporales regula cuando se sintetiza? A continuación lo vemos.

1. Regulación del estado de ánimo

La dopamina no se ha ganado el título de “molécula de la felicidad” porque sí. La dopamina es el principal neurotransmisor vinculado al placer y a toda la experimentación de sensaciones positivas (bienestar, alegría, euforia, relajación…) que ocurre cuando algo dispara la producción de esta molécula en nuestro organismo. Por lo tanto, nuestro estado de ánimo depende en gran medida de nuestros niveles de este neurotransmisor.

2. Función locomotora

Como hemos dicho, la dopamina es también uno de los principales neurotransmisores relacionados con el aparato locomotor. Permite que la información procedente del cerebro llegue a los músculos, permitiendo así caminar, estar de pie, saltar, correr y todo lo que tenga que ver con la locomoción.

3. Función muscular

Relacionado con el anterior punto, la dopamina también permite la función muscular. Y es que es uno de los principales neurotransmisores que permite que la información llegue a los músculos y podamos coger objetos, levantar pesos, utilizar aparatos, etc.

4. Regulación del sueño

La dopamina también es muy importante para regular nuestro reloj biológico. Y es que dependiendo del momento del día en el que estemos, sus niveles van fluctuando para propiciar o bien que nos mantengamos despiertos o bien que tengamos la necesidad de dormir. Sin la dopamina, no podríamos tener un ciclo saludable de sueño.

5. Regulación de la actividad cardíaca

Cuando las neuronas la sintetizan, la dopamina también aumenta la frecuencia y la presión cardíaca, que es algo que contribuye a esta sensación de bienestar. Sin la dopamina, la frecuencia de latidos del corazón sería demasiado baja y no podría garantizarse el correcto funcionamiento de este órgano.

6. Regulación del aprendizaje

La dopamina tiene una gran importancia en el aprendizaje, y es que es la que determina que una información se pierda pasadas unas horas o que se retenga en la memoria a largo plazo. Sin la dopamina, el aprendizaje sería imposible, pues simplemente lo olvidaríamos todo.

7. Impacto en la creatividad

Las últimas investigaciones parecen indicar que la dopamina tiene también impacto en el grado de creatividad de una persona. Y es que al parecer, las personas más creativas tienen una menor densidad de receptores neuronales para la dopamina en el tálamo, una región del encéfalo situada en la zona central de la base del cerebro. Esto propiciaría las conexiones neuronales, permitiendo así una mayor tendencia a la creatividad.

8. Regulación del peso corporal

Las últimas indicaciones parecen indicar que las personas con sobrepeso y obesidad tienen menos receptores de dopamina, por lo que deben ingerir mayores cantidades de comida para lograr los niveles de satisfacción que una persona sin este problema puede conseguir con menor cantidad.

9. Regulación de la sociabilidad

La dopamina tiene un gran impacto en el modo en el que nos relacionamos con los demás. Y para entenderlo, lo mejor es presentar los problemas que pueden surgir cuando hay alteraciones en la producción de dopamina, ya sean niveles demasiado altos o demasiado bajos. La esquizofrenia, el TDAH, las fobias sociales, la antisociabilidad, la apatía, el trastorno bipolar… Todos estos y muchos otros trastornos surgen, en parte, por problemas relacionados con la síntesis de dopamina.

10. Desarrollo de la personalidad

La dopamina tiene una influencia mayor de la que creemos en nuestra personalidad. Por ejemplo, se ha observado que personas con niveles altos de dopamina son personas más miedosas y con tendencia al estrés, mientras que aquellas con niveles bajos suelen ser personas con más autoconfianza y que viven las situaciones con más calma. Y así con muchos otros aspectos de la personalidad.

11. Necesidad de emociones fuertes

La dopamina explica por qué nos gusta experimentar emociones fuertes, como por ejemplo hacer puenting, tirarse en paracaídas o entrar en túneles del terror. Todas estas situaciones generan picos de dopamina muy abruptos que después nos dejan con una profunda sensación de relajación y bienestar, aunque depende, evidentemente, de cada persona.

12. Regulación de la memoria

Como hemos dicho, es la dopamina la que determina si memorizamos algo o no. Evidentemente, no es ella la que almacena los recuerdos (esto es cosa de las neuronas en sí), pero sí que tiene un papel importante a la hora de determinar si algo es borrado rápidamente o si se almacena en la memoria a largo plazo.

Referencias bibliográficas

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  • Bahena Trujillo, R., Flores, G., Arias Montaño, J.A. (2000) “Dopamina: síntesis, liberación y receptores en el sistema nervioso central”. Revista Biomédica.
  • Wise, R.A. (2004) “Dopamine, learning and motivation”. Nature Reviews Neuroscience.
  • Orlandini Klein, M., Battagello, D.S., Cardoso, A. et al (2018) “Dopamine: Functions, Signaling, and Association with Neurological Diseases”. Cellular and Molecular Neurobiology.
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