Déficit de vitamina C: causas y enfermedades que puede provocar

La vitamina C favorece el mantenimiento de huesos y dientes sanos y ayuda a absorber el hierro de la dieta. Por ello, déficits en ella pueden provocar problemas, aunque son poco comunes.

Déficit vitamina c

La vitamina C es un nutriente esencial para humanos y otros muchos mamíferos, como primates, cobayas o algunos murciélagos, quienes carecen de mecanismos metabólicos para su síntesis. El resto de mamíferos la forman naturalmente en el hígado, razón por la cual esta vitamina es necesaria en la ingesta para algunos seres vivos, pero no para otros.

Por desgracia, existen en el mundo unas 690 millones de personas que pasan hambre, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta incapacidad para obtener los nutrientes necesarios en la dieta se asocia a diversas patologías, entre las que se encuentra el escorbuto, una enfermedad causada por la deficiencia de vitamina C que se traduce en debilidad general, anemia, gingivitis y hemorragias cutáneas.

Aun así, no todo es blanco o negro, es decir, no todas las deficiencias de vitamina C se traducen en un cuadro clínico tan claro como el escorbuto. Existen algunas señales y pistas mucho menos severas que indican que debes ingerir un poco más de alimentos con este nutriente tan esencial para la vida. Si quieres conocer las causas de un déficit de vitamina C y en qué entidades clínicas se puede traducir, sigue leyendo.

¿Qué es la vitamina C?

Desde un punto de vista químico, la vitamina C se puede definir como una lactona de 6 carbonos que es sintetizada a partir de la glucosa (almacenada en forma de glucógeno) en el hígado de muchos mamíferos. Resulta interesante conocer que los seres humanos no podemos llevar a cabo esta ruta metabólica, pues el gen que codifica para la enzima S-gulonolactona oxidasa es defectuoso en nuestra especie. Por suerte, esta mutación no es deletérea, pues existen múltiples fuentes alimentarias que nos otorgan este nutriente.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la vitamina C tiene múltiples usos a nivel fisiológico en nuestro organismo. Entre ellos, encontramos los siguientes:

  • La formación de una proteína importantísima para producir la piel, los tendones y los vasos sanguíneos de nuestro organismo. Estamos hablando del colágeno.
  • Sanar heridas y promover la formación de tejido cicatricial.
  • Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes.
  • Ayudar a la absorción de hierro.
  • Un enorme potencial antioxidante.

Este último punto nos llama especialmente la atención. Este “potencial antioxidante” tan famoso y repetido en anuncios es, ni más ni menos, que la capacidad de prevenir o retardar la oxidación de otras moléculas. Durante la respiración celular (el metabolismo) se producen, además de ATP, dióxido de carbono y agua, una serie de moléculas residuales, conocidas como radicales libres.

Estos radicales libres tienen el potencial de oxidar estructuras esenciales, como son el ADN y ciertas partes de la maquinaria celular. Esto se asocia a procesos de envejecimiento prematuro e incluso enfermedades graves, como puede ser la aparición de un cáncer. La vitamina C y otros antioxidantes se oxidan ellos mismos, “atrapando” a los radicales libres e impidiendo la oxidación de otras moléculas esenciales. Por ello, entre otras muchas razones, es tan importante la ingesta de vitamina C en la dieta.

Estructura vitamina c
Estructura química de la vitamina C, también conocida como ácido ascórbico.

Causas de una deficiencia de vitamina C

En la mayoría de los casos, el motivo subyacente de una carencia de vitamina C es una falta de ingesta en la dieta. El escorbuto (la manifestación clínica más grave) es una afección muy poco común en la sociedad occidental, pero no debemos olvidar que las regiones más desfavorecidas siguen presentando altos índices de prevalencia debido al hambre y la falta de alimentos.

Si tienes disponibilidad alimenticia pero te han diagnosticado una falta de vitamina C, seguramente te indicarán que debes ingerir más frutas y verduras, entre las que se encuentran las siguientes: kiwi, mango, papaya, melón, piña, brócoli, espinacas, tomates, patatas y otras frutas y vegetales frescos. También se puede recomendar, en ciertos casos, la ingesta de este nutriente mediante cápsulas orales.

Algunos eventos pueden aumentar la demanda de vitamina C a nivel individual, lo que podría desembocar en una falta de la misma en el organismo. Algunos de ellos son la lactancia, el embarazo, diarrea, hipertiroidismo, trastornos que causan inflamaciones y fiebres e incluso tabaquismo. Resulta verdaderamente interesante conocer que las personas fumadoras aumentan su demanda fisiológica de vitamina C en un 30%. Otro de los innumerables motivos para no fumar.

Para que te hagas una idea, fumar un solo cigarrillo “quita” al cuerpo 25 miligramos de vitamina C, el contenido de una naranja. Cuanto más fuma una persona, más cantidad de este nutriente se pierde de tejidos y sangre, razón por la cual se estima que una persona fumadora crónica debe consumir hasta 2000 miligramos de vitamina C al día, en comparación a los 65-90 miligramos diarios de una persona no fumadora.

Además de todo esto, en países de ingresos altos la avitaminosis de vitamina C se ha vinculado también con ciertas adicciones, como pueden ser el alcoholismo y el uso de otras drogas. En estos casos, como podrás imaginar, se descuida mucho la dieta durante largos periodos de tiempo.

Fumar

Síntomas de una falta de vitamina C y enfermedades asociadas

Diversos portales médicos recogen los signos clínicos más comunes de una falta de vitamina C en el organismo. Aun así, estos no aparecen hasta semanas-meses después de la depleción del nutriente en la dieta. Entre ellos, encontramos los siguientes.

  • Cansancio, debilidad e irritabilidad.
  • Dolor e inflamación de las articulaciones. Recordemos que es esencial para la formación de colágeno, una proteína importante para la reparación de tejidos y la formación de cartílago articular.
  • Piel áspera y reseca.
  • Cabello seco.
  • Mala cicatrización de las heridas.

En los casos más graves se considera que el paciente presenta escorbuto, una avitaminosis que se caracteriza por la síntesis de colágeno defectuoso. Además de los síntomas ya nombrados, los pacientes adultos con escorbuto pueden experimentar sangrado de encías y encías rojas, dientes movilizados y avulsión dental, heridas que cicatrizan mal y sangrados espontáneos, derrames dolorosos articulares y otros muchos más signos preocupantes.

Por otro lado, los lactantes también pueden llegar a sufrir esta avitaminosis. En ellos, los signos clínicos más comunes son lesiones en las encías, irritabilidad, dolor durante el movimiento, anorexia, crecimiento más lento, malformación ósea e incluso hundimiento del esternón. El déficit de vitamina C es muy poco común en bebés, pues la madre (si tiene una dieta adecuada) suele brindar la cantidad del nutriente necesaria en la leche a los neonatos.

Escorbuto

¿Cuánta vitamina C debo consumir?

En principio, no te preocupes. Múltiples organizaciones que estudian los requerimientos nutricionales en situaciones de normalidad estiman que la cantidad adecuada diaria de una persona sin patologías ni adicciones de vitamina C es de 90 miligramos diarios en hombres y 75 en mujeres.

Para que te hagas una idea, 100 gramos de naranja tienen unos 50 mg de vitamina C, mientras que la misma cantidad de pimiento rojo reporta unos 150 mg. Por ello, si comes de forma relativamente asidua frutas y verduras, es bastante difícil sufrir este tipo de avitaminosis. En el caso de mujeres embarazadas se recomienda aumentar esta cantidad hasta los 85 mg/día, mientras que las lactantes deben alcanzar los 100 mg/día.

En el caso de las personas que fuman asiduamente, hay que sumar a estos datos basales un mínimo de 35 mg/diarios, alcanzado hasta los 2.000 mg al día según el consumo de cigarrillos. En general, a partir de los 2.000 mg de ingesta diaria se considera que pueden aparecer diarreas y ciertos desajustes, razón por la cual no se recomienda sobrepasar este valor.

Vitamina c

Resumen

Por suerte, el déficit de vitamina C en la mayoría de los países de alto ingreso es una cosa del pasado. Solo se presenta en regiones verdaderamente desfavorecidas, donde el escorbuto se suele manifestar con otros muchos signos de malnutrición, sobre todo en pacientes infantiles. No debemos olvidar que el no preocuparnos por este tipo de enfermedades es un privilegio, pues más de 600 millones de personas repartidas por el planeta no pueden decir lo mismo.

Aun así, si no comes casi nunca frutas y verduras, es posible que experimentes este tipo de avitaminosis de forma leve. El consumo de vegetales es siempre positivo, pero en estos casos, aún más. Si sospechas que puedes sufrir una carencia de vitamina C, acude a tu nutricionista de confianza.

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