Autodiálogo: ¿qué es y por qué es importante?

La forma en la que nos hablamos influye más de lo que pensamos en nuestro estado emocional. Un discurso interno negativo e hiriente trastoca nuestra interpretación de la realidad, mermando el bienestar psicológico.

autodialogo

Todos tenemos una voz interior con la que nos dirigimos a nosotros mismos. Aunque tiene un carácter automático y no siempre somos conscientes de ella, su influencia en nuestras emociones y conductas es mucho mayor de lo que creemos. Lo curioso de este lenguaje interno es que puede adoptar un carácter muy diferente dependiendo de la persona o la situación.

En ocasiones, las palabras que nos decimos son fuente de ánimos y motivación. Sin embargo, otras muchas veces esa voz se convierte en el juez más crítico y despiadado, hasta el punto de mermar nuestro estado emocional y autoestima. Debido a la importancia del autodiálogo para nuestra salud mental, en este artículo hablaremos en profundidad de este concepto y si es posible construir un lenguaje interna más compasivo y ajustado a la realidad.

¿Qué es el autodiálogo?

Pensamiento y lenguaje están íntimamente relacionados. Ya desde nuestros primeros años de vida recurrimos al lenguaje para regularnos y guiar nuestras acciones. Lo que comienza como un habla externa, poco a poco se interioriza, hasta que adquirimos un pensamiento de tipo abstracto y logramos hablarnos internamente. Esto permite configurar lo que se conoce como pensamiento verbal.

De esta manera, cuando una persona piensa está manteniendo una conversación consigo misma, la connotación de las palabras que se dice ejerce una notable influencia en el estado emocional y el comportamiento. Para entender esto mucho mejor, pongamos un ejemplo de la vida real: Julián y Alba reciben la noticia de que serán despedidos de su empresa. Julián cree que esto supone el fin de su vida laboral, pues cree que nadie le contratará. Al fin y al cabo, piensa que si le despiden es porque es un inútil e inferior a sus compañeros.

Por el contrario, Alba considera que el despido es un fastidio, pero cree que si se esfuerza podrá encontrar otro trabajo. Además, no siente que el despido signifique que no sea válida, pues la empresa no iba muy bien y simplemente han tenido que reducir plantilla para aminorar gastos. Como vemos, estas dos personas han lidiado con la misma situación. Sin embargo, la forma en la que cada una piensa sobre lo ocurrido influye muy notablemente en sus emociones y comportamientos. Mientras que Alba empezará a buscar trabajo activamente, es posible que Julián se sienta devastado y sin ganas de hacer nada, pues lo da todo por perdido de antemano.

Este ejemplo ilustra muy bien la importancia que tiene el autodiálogo en nuestro bienestar. Por ello, es fundamental aprender a utilizar un lenguaje interno saludable, más moderado y compasivo. Lo cierto es que no es casualidad que unas personas se hablen a sí mismas mejor que otras, pues el autodiálogo se desarrolla de acuerdo a diferentes variables:

  • Familia y educación: Muchas personas que se hablan de forma negativa han sido criadas en un entorno autoritario, donde las figuras adultas imponían (no negociaban) las normas y castigaban comportamientos inadecuados con violencia física o emocional.

  • Estilo de personalidad y temperamento: Hay personas que tienden a mostrar un temperamento de tipo ansioso. En estos casos, las situaciones de la vida se suelen vivir de manera más negativa y amenazante.

  • Factores sociales: Formamos nuestra identidad a partir de las relaciones con los demás. Si las relaciones que mantenemos con otras personas son saludables y positivas, nos sentiremos valiosos y arropados. Sin embargo, cuando tenemos relaciones sociales insatisfactorias en las que no se recibe un buen trato o aceptación incondicional, es fácil que surja un autodiálogo hiriente. Esto sucede, por ejemplo, en personas que han sufrido experiencias de bullying.

  • Experiencias previas: Si hemos sufrido experiencias previas negativas, desagradables e incluso traumáticas, es posible que nuestro lenguaje interno tenga una connotación negativa.

  • Cultura: Por supuesto, no podemos ignorar el marco cultural en el que vivimos. Dependiendo de esto, un mismo evento puede ser interpretado de forma positiva o negativa, influyendo en el lenguaje interno que desarrollamos.

que-es-autodialogo

Autodiálogo negativo: cuando somos nuestro peor enemigo

Todos nos sentimos heridos cuando alguien nos falta el respeto, nos insulta y maltrata. El problema es que utilizamos una vara de medir diferente para los actos que ejercemos hacia nuestra persona. Mientras que jamás se nos ocurriría decirle insultos o comentarios hirientes a otro, sí nos permitimos hacernos daño a nosotros mismos.

Así, muchas veces nuestro lenguaje interno se convierte en una constante que poco a poco derriba nuestra autoestima y bienestar emocional con frases muy desagradables. Son muchas las personas que se dicen a sí mismas lo poco que valen, que se machacan por cada pequeño error que cometen y se recuerdan lo inferiores que son ante los demás.

Como ya comentamos, el lenguaje interno tiene un carácter automático. A veces, estamos tan familiarizados con este discurso que ni siquiera somos conscientes de él. De hecho, es posible que la persona llegue a fusionarse totalmente con estos pensamientos, hasta el punto de asumir que son verdades irrefutables. Por todo ello, el autodiálogo es un arma de doble filo. Puede hacernos mucho bien, pero también puede llegar a destruirnos por completo.

Las distorsiones cognitivas como base del diálogo interno negativo.

El lenguaje interno negativo encuentra su fundamento en las llamadas distorsiones cognitivas. Estas se definen como sesgos en el procesamiento de la información, que nos llevan a interpretar la realidad de manera desajustada. Como ya vimos, el pensamiento influye notablemente en las emociones y el comportamiento, por lo que la presencia de estas distorsiones suele asociarse a un pobre estado psicológico. Existen numerosos tipos de distorsiones cognitivas, aunque a continuación veremos algunas de las más comunes:

  • Sobregeneralización: Este sesgo nos lleva a extraer conclusiones generales a partir de eventos concretos.
  • Abstracción selectiva: La persona focaliza su atención en los aspectos negativos de una situación, ignorando o dejando en segundo plano los positivos.
  • Pensamiento polarizado: En este caso, la información se interpreta en términos de blanco/negro y todo/nada. Es decir, todo se procesa en términos dicotómicos, no hay cabida para puntos de vista moderados que tengan en cuenta los grises.
  • Lectura de pensamiento: En este caso, la persona actúa como si pudiera leer el pensamiento de los demás.
  • Pensamiento catastrofista: La persona se pone siempre en el peor de los escenarios posibles ante un evento determinado.
  • Personalización: La persona asume que cualquier cosa negativa que sucede alrededor tiene que ver con ella de forma directa o indirecta. Esto genera muchas veces un sentimiento de culpa continuo.
  • Razonamiento emocional: Se interpretan los acontecimientos acorde a cómo la persona se siente. Es decir, se confunden las emociones con los hechos objetivos.
  • Debería/Tendría que: La persona se fustiga constantemente con imposiciones como “debería…” o “tendría que…”, de manera que siente que nunca está haciendo lo que se supone debería hacer. Todo se enfoca como una obligación, pero se ignoran aspectos como los deseos o necesidades.
  • Falacia de control: La persona cree que puede tener el control de todo lo que le rodea o, por el contrario, asume que no tiene el control sobre nada de lo que sucede.

¿Es posible modificar el autodiálogo?

Si te sientes identificado con este tipo de diálogo interno negativo, puede que te preguntes si es posible modificarlo y sustituirlo por uno de tipo más positivo. La respuesta a esta cuestión es que sí. No obstante, se trata de un cambio que requiere tiempo y paciencia. No es fácil modificar pensamientos que llevan mucho tiempo automatizados dominando nuestras emociones y comportamientos. Sin embargo, es posible, aunque siempre es ideal trabajar este aspecto junto a un profesional de la psicología. Algunas pautas pueden ser de ayuda para empezar a mejorar el lenguaje interno que tenemos.

1. Toma consciencia de cómo te hablas

Como decimos, el lenguaje interno es muchas veces un proceso inconsciente. Por ello, es importante trabajar para identificar esos pensamientos y conocer cómo nos hablamos en el día a día. Para conseguirlo, es importante que realices un registro de los mismos en un cuaderno. Señala la situación, el pensamiento que aparece ante ella y la emoción y conductas que aparecen en consecuencia. Al inicio te será difícil hacer este trabajo de identificación. Si te resulta más fácil, puedes empezar por identificar tus emociones y, a partir de ahí, revisar que pensamiento previo has tenido.

2. Cuestiona lo que te dices

Cuando el lenguaje interno es inadecuado y queremos modificarlo, es importante aprender a cuestionarlo. Para ello, puedes preguntarte si hay alguna prueba objetiva que demuestre que lo que te dices es cierto, si te está ayudando hablarte así o si otras personas estarían de acuerdo con esa creencia. También debes plantearte si eso que te dices es un mensaje que ignora los matices de la situación, qué sería lo peor que podría pasar si ese pensamiento fuese verdad, etc.

3. Modificar el lenguaje interno

A continuación, es importante encontrar un autolenguaje más ajustado y saludable, formulado en una clave mucho más positiva. Recuerda que el lenguaje hiriente hacia ti sólo sirve para bloquearte y hacerte sentir incapaz. En cambio, hablarte con respeto, cariño y compasión te permitirá ganar confianza, sentirte válido y hallar soluciones efectivas para resolver los problemas que tengas frente a ti.

importancia-autodialogo
Comparte:
¿Te ha gustado?
MédicoPlus Logo
MédicoPlus te acerca al mundo de la medicina. Rigor científico y médico en cada artículo. Contacta con tu médico y mejora tu salud en tu portal especializado de confianza.
  • Estilonext
  • azsalud

Suscríbete a
nuestra newsletter

Cada semana te enviamos tips de salud,
nutrición, noticias y más.

Puedes darte de baja cuando quieras.

© Copyright 2024 MédicoPlus. Todos los derechos reservados.Aviso legal,política de privacidad,cookies