6 frases que no debes decir a una persona con ansiedad

La ansiedad es un estado por el cual nuestro organismo se pone en alerta ante la percepción de un potencial peligro. Cuando nos sentimos ansiosos experimentamos cambios a todos los niveles, tanto en el plano emocional y cognitivo como en el conductual y fisiológico. De esta manera, el sentir que estamos en riesgo (sea esta percepción ajustada o no a la realidad) hace que en el sistema nervioso se desencadene toda una cascada de reacciones. Sentimos miedo, comenzamos a tensarnos, nuestro corazón late a toda prisa, un sudor frío comienza a cubrir nuestra piel, etc.

Vivir la ansiedad en primera persona es devastador y sólo quienes han estado en esta tesitura pueden comprender plenamente el sufrimiento que conlleva. Muchas veces, las personas que lidian con esta situación se sienten incomprendidas e incluso invalidadas por parte de sus seres queridos. A veces, incluso las palabras más bien intencionadas pueden resultar hirientes por el desconocimiento que una gran parte de la sociedad tiene acerca de qué es realmente la ansiedad. Por ello, en este artículo vamos a hablar acerca de qué son los trastornos de ansiedad y qué frases deberíamos evitar si queremos ser un apoyo para alguien que está lidiando con esta problemática.

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¿Qué son los trastornos de ansiedad?

Antes de nada, es importante definir qué entendemos por trastorno de ansiedad. Se trata de un problema de salud mental por el cual la ansiedad persiste en el tiempo, aparece en momentos en los que no debería hacerlo o lo hace con una intensidad desmedida. Sin el tratamiento adecuado, un trastorno de ansiedad puede llegar a empeorar, interfiriendo seriamente en las diferentes áreas vitales de la persona. Existen distintos tipos de trastorno de ansiedad:

• Trastorno de ansiedad generalizada: En este trastorno la persona manifiesta preocupaciones excesivas y constantes acerca de problemas cotidianos como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Esto supone una importante interferencia con la vida normal, ya que los pensamientos aparecen prácticamente a diario con una fuerte intensidad.

• Trastorno de pánico: Las personas con trastorno de pánico experimentan ataques de pánico repentinos y repetidos en el tiempo, que se caracterizan por una sensación de miedo intenso y la aparición de síntomas fisiológicos como mareos,temblores, taquicardias, sudores fríos, etc. Estos episodios pasan a dominar la vida de la persona, que teme volver a experimentar un nuevo ataque y comienza a poner en marcha conductas para evitarlo.

• Fobias: Las personas que sufren alguna fobia experimentan una sensación de miedo intenso ante un estímulo determinado. Algunas de las fobias más comunes son las alturas, las arañas o la sangre. En algunos casos, la fobia puede darse ante situaciones de tipo social, lo que da lugar a un trastorno en sí mismo conocido como Ansiedad Social.

6 frases que no decir a una persona con ansiedad

A continuación, vamos a comentar las principales frases que deberíamos evitar cuando hablamos con alguien que vive con un trastorno de ansiedad. Lo cierto es que ver a un ser querido en esta situación es difícil y el desconocimiento puede llevarnos a tener palabras desafortunadas que hacen más daño que bien. Para poder apoyar a esa persona será necesario tener grandes dosis de empatía e inteligencia emocional, evitando dar consejos no pedidas ni dar lecciones desde la ignorancia. Vivir con un trastorno psicológico es una experiencia muy dolorosa y por ello es crucial que la persona afectada se sienta apoyada de manera genuina.

1. Tienes que calmarte / relajarte

Una de las frases más frecuentes que las personas con ansiedad escuchan en su día a día es esta. Lo cierto es que, si la analizamos con detenimiento, podemos ver lo absurdo que resulta pedirle que se relaje a alguien con ansiedad. Sería igual que pedir a alguien con cefalea que deje de sentir dolor de cabeza.

Antes de pedirle a alguien con ansiedad que se calma, debes tener presente que esa persona es la primera interesada en volver a un estado sereno. Sencillamente, no puede desactivar su respuesta de ansiedad por diversos motivos. Cuando alguien con un trastorno de ansiedad recibe estas palabras no sólo se siente profundamente incomprendida, sino que además experimenta mucha culpa y frustración por no poder dejar de sentirse como se siente.

2. No te preocupes

Otra frase típica que se suele decir a las personas con ansiedad es el clásico “no te preocupes”. Muchas veces, los seres queridos sufren enormemente cuando ven a su amigo o familiar en un nivel de activación elevado. Por ello, sus ganas desesperadas de ayudar les hacen pronunciar estas palabras. Sin embargo, de nuevo nos encontramos con una frase que, aunque bienintencionada, resulta profundamente invalidante. La persona no puede controlar sus pensamientos aunque sabe con seguridad que son irracionales, por lo que pedirle que deje de preocuparse es inútil.

3. Yo también tengo ansiedad, te entiendo

Es normal querer empatizar con esa persona y hacerle sentir que no está sola. Sin embargo, las palabras que empleamos para ello pueden ser inadecuadas. A veces confundimos la gravedad de un trastorno de ansiedad con un momento puntual de nerviosismo. Si no has padecido un problema de ansiedad, ten por seguro que desconoces lo que implica pasar por ello. En este caso, lo mejor que puedes hacer es no dar por hecho que sabes cómo esa persona se siente. Menos es más, le harás sentir mejor si sencillamente te limitas a decir que no está sola y que estás ahí para ayudarla en lo que necesite.

4. Debes cuidar tus hábitos

Por supuesto, hay hábitos que hacen mucho bien a nuestra salud física y mental. Descansar, hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada pueden ayudarnos a mostrar un mejor estado anímico. Sin embargo, no debemos confundir esto con el hecho de que cuidar los hábitos sea la cura para la ansiedad. Los trastornos de ansiedad requieren un tratamiento profesional, que puede en ocasiones combinar la psicoterapia con los psicofármacos. Reducir algo tan serio a un simple cambio de hábitos es una falta de respeto hacia el problema de salud de esa persona.

5. Todo está en tu cabeza

Con demasiada frecuencia, las personas que sufren ansiedad reciben el mensaje de que todo está en su cabeza. Aunque es cierto que se trata de un trastorno por el cual la realidad puede interpretarse de forma sesgada, eso no significa que sea un problema ficticio. El sufrimiento de esa persona es muy real y decirle que todo está en su cabeza es una forma de minimizarlo.

6. Todo va a salir bien

A veces, cuando se convive con una persona que sufre ansiedad es fácil caer en la tentación de rebatir sus argumentos y “convencerla” de que todo irá bien. Sin embargo, el razonamiento no suele ser una estrategia útil. De hecho, discutir sus preocupaciones suele contribuir a que estas se hagan aún más grandes e importantes.

3 alternativas para ayudar a una persona con ansiedad

En lugar de palabras vacías que pueden ser hirientes, es preferible ayudar a las personas con ansiedad de otras formas más útiles y sensibles.

1. Anima a que se exprese, no hay emociones mejores que otras

Vivimos en una sociedad que condena y oculta las emociones menos agradables, como la tristeza o la ira. Desde la niñez interiorizamos que no está bien llorar o que no debemos rechistar cuando algo nos hace daño. Sin embargo, esta represión emocional no es en absoluto saludable. Todas nuestras emociones cumplen una función, todas son importantes y por ello ninguna debe ser ocultada. Anima a esa persona a que se exprese, a que comunique todo lo que siente aunque no siempre sean emociones agradables. Prueba a hacer tú lo mismo, ya que ver tu ejemplo le animará a abrirse. Cuando exponemos lo que nos pasa liberamos tensión y nos sentimos aliviados, así que con esta sencilla pauta puedes marcar la diferencia.

2. Realiza actividades agradables junto a esa persona

Si esa persona cercana se siente muy ansiosa, puedes proponerle realizar alguna actividad juntos que le permita desconectar y liberar toda su ansiedad. El mejor ejemplo es el deporte, aunque también puede servir cantar, tocar un instrumento o pintar. Habla con él/ella y acordad una hora y día para pasar un rato juntos en el que expulsar fuera toda esa ansiedad contenida.

3. Evita expresiones invalidantes

El desconocimiento acerca de la ansiedad y la escasa educación emocional de la población general pueden hacer que, queriendo ayudar, hagamos más daño a esa persona que padece ansiedad. Cuando hables con ella sobre su sufrimiento, evita emplear expresiones que infravaloren, minimicen o invaliden sus sentimientos: “No te preocupes”, “no pasa nada”, “es algo sin importancia”, “hay personas en una situación peor que tú”, “lo tienes todo para estar bien”, etc. Como ya comentamos, este tipo de comentarios pueden ser bienintencionados, pero sólo sirven para generar más malestar y culpa en quien sufre ansiedad. En su lugar, es preferible que simplemente escuches con atención y transmitas tu apoyo y comprensión: “Sé que estás sufriendo muchísimo, pero yo estoy aquí para ayudarte en el proceso hasta que poco a poco puedas sentirte bien de nuevo”.