¿Cómo desarrollar tolerancia a la incertidumbre? 8 recomendaciones

Son pocas las certezas que tenemos en la vida, aunque muchas veces tratamos de actuar como si pudiésemos controlar el mundo porque lo desconocido nos asusta y nos hace sentir inseguros. Son muchas las personas que planifican su futuro minuciosamente, como si el destino fuera totalmente predecible. Vivir con una falsa sensación de control puede rebajar nuestra ansiedad cuando todo está en orden, pero pronto juega en nuestra contra cuando aparecen obstáculos o eventos vitales inesperados.

La tendencia natural del ser humano es la de buscar la certidumbre. Ante una situación con desenlace impredecible, tratamos de rellenar los vacíos de información con nuestras conjeturas. Esto contribuye a que sintamos ansiedad y nos preocupemos intensamente por cada cosa que puede suceder a nuestro alrededor.

La ansiedad no es mala en sí misma, pues se trata de una respuesta que nos prepara para la acción ante potenciales peligros. Sin embargo, cuando vivimos en un estado de alerta constante esto puede suponer un coste elevado para la salud física y mental. Detrás de los problemas de ansiedad suele existir una baja tolerancia a la incertidumbre. La persona se siente vulnerable cuando no tiene todo bajo control y por ello vivir la vida se convierte en una experiencia de sufrimiento y agobio permanente.

Muy pocas veces vamos a tener conocimiento certero de lo que nos espera, por lo que aceptar esto y aprender a soltar se hace necesario si queremos vivir una vida plena y satisfactoria. De lo contrario, el desgaste hará mella en nosotros tarde o temprano. En este artículo hablaremos acerca de la baja tolerancia a la incertidumbre y qué podemos hacer para mejorar nuestra forma de vivir la ausencia de certezas.

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¿Qué entendemos por baja tolerancia a la incertidumbre?

La baja tolerancia a la incertidumbre se caracteriza por el miedo y malestar ante los eventos imprevisibles. La persona tiende a evitar este tipo de escenarios utilizando estrategias de control que le brindan una falsa sensación de seguridad.

Aunque todos tendemos a vivir la incertidumbre como una amenaza, lo cierto es que hay personas particularmente sensibles a ella. En muchos casos, el sistema de creencias de la persona hace que esta viva las situaciones poco predecibles como peligrosas e intolerables. Así, en lugar de aceptar que la incertidumbre forma parte natural de la vida, decide luchar a toda costa contra ella. Esto produce mucho sufrimiento y preocupación porque nunca se consigue el objetivo de control absoluto que se desea.

Desarrollar tolerancia a la incertidumbre: 8 recomendaciones

A continuación, vamos a comentar algunas claves que pueden ser de ayuda para desarrollar mayor tolerancia a la incertidumbre.

1. Deja de evitar

Las personas que se sienten incómodas con la incertidumbre suelen evitar cualquier situación de estas características. Las conductas de evitación no son una buena idea, ya que aunque brindan tranquilidad en el corto plazo favorecen que la persona confirme sus falsas creencias relacionadas con que la incertidumbre es algo intolerable. Exponerse a situaciones de poca certidumbre aunque no nos encontremos cómodos en ellas nos puede ayudar a entrenar nuestra tolerancia. Al principio esto será difícil, pero con el tiempo verás que te estás haciendo un favor.

2. Encuentra en la incertidumbre algo positivo

Siempre que pensamos en incertidumbre lo hacemos en términos negativos: miedos, dudas… Sin embargo, no saber lo que va a suceder a veces puede darle ilusión a la vida. Los cambios y las situaciones poco predecibles nos hacen aumentar nuestro autoconocimiento, nos ayudan a crecer como personas y salir reforzados. Por ello, este tipo de situaciones no siempre tienen que ser sinónimo de algo perjudicial para nosotros. Una vida totalmente controlada y predecible sería segura, pero aburrida y poco estimulante. Recuerda que la comodidad no es sinónimo de felicidad.

3. Las preocupaciones suelen perjudicar más que beneficiar

Las preocupaciones aparecen usualmente como un mecanismo defensivo ante un destino desconocido. Debido a que se avecina algo que no conocemos bien, nos pre-ocupamos de ese asunto para estar lo más preparados posibles para el peligro. El problema de las preocupaciones es que cuanta más atención se les da, más grandes se hacen.

Es decir, cuando vivimos preocupándonos continuamente terminan por ser contraproducentes. Lejos de ayudarnos a afrontar el futuro, nos bloquean ante él porque nos conducen a ponernos en el peor de los escenarios. Acabamos imaginando escenarios terribles que en la inmensa mayoría de casos ni siquiera se convierten en realidad.

4. Practica Mindfulness o atención plena

Cuando nos centramos continuamente en asuntos del futuro tendemos a desconectar del momento presente. Si sientes que las situaciones de incertidumbre te desbordan, puede que te ayude realizar ejercicios de Mindfulness. Esta práctica busca enfocar la atención en el momento presente, de manera que los pensamientos acerca del pasado o el futuro se intentan dejar en un segundo plano.

Hay muchas maneras de realizar esta práctica, con ejercicios de mayor o menor complejidad. Si no te encuentras familiarizado con ella, puedes empezar por algo sencillo como tratar de poner toda tu atención en cada pequeña tarea que llevas a cabo en tu día. Si, por ejemplo, estás lavando los platos, trata de concentrarte en el sonido del agua, el olor del jabón, el tacto de la vajilla al contacto con la piel, etc.

También puedes empezar a realizar paseos conscientes, salir a caminar un rato tratando de fijarte en cada pequeña sensación o estímulo que percibas: nota como tus piernas se mueven, como crujen las hojas del otoño bajo tus pies, cómo el viento sopla en tus mejillas, etc. Quizá te parezca una tontería, pero aprender a poner el foco en estas pequeñas sutilezas ayuda a que la mente deje de trabajar en pensamientos rumiativos acerca del futuro y lo que puede suceder.

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5. Busca ejemplos de personas en las que inspirarte

Seguro que a tu alrededor has visto a personas con mayor o menor capacidad para desenvolverse en la incertidumbre. Busca alguien que consideres se siente cómodo en estas situaciones y piensa de qué manera las afronta. Incluso puedes hablar con él/ella para que te ayude a lidiar con estos eventos de manera más relajada y eficaz. Recuerda que la tolerancia a la incertidumbre es algo que se puede entrenar con paciencia y esfuerzo.

6. Practica la autocompasión

Practicar la autocompasión contigo mismo implica aceptar los errores o fracasos que se puedan cometer en la vida sin machacarse por ellos. Todos podemos cometer equivocaciones, por lo que es importante tratarse con cariño cuando esto sucede y reflexionar acerca de cómo se puede mejorar la próxima vez. Convertirte en el juez más crítico hacia ti mismo te impedirá ser flexible y lidiar con situaciones poco predecibles, aumentando tu ansiedad. Aceptar que no todo puede controlarse y hacerse de manera a la primera te brindará mucha paz mental.

7. Divide las metas grandes en objetivos más pequeños y accesibles

Muchas veces, el miedo a la incertidumbre aparece porque se ven los asuntos pendientes por resolver en el futuro como una maraña enorme e inabarcable. Enfocar las metas de manera más relajada es posible si dividimos las más grandes en objetivos pequeños y accesibles. De esta forma, tendrás una visión más ordenada de lo que puede ocurrir y no te parecerá tan aterrador.

8. Trabaja en tu autoconfianza

La autoestima y la confianza que tenemos en nuestras capacidades influye enormemente en nuestro temor a la incertidumbre. Si nos percibimos como incapaces y creemos que no tenemos habilidad para lidiar con las situaciones que nos ocurren, es fácil que miremos al futuro desde el miedo. Trabajar en la relación contigo mismo, descubrir tus puntos fuertes y débiles y confiar en que puedes desenvolverte ante la adversidad es clave para rebajar la ansiedad por lo desconocido. En este sentido, el acompañamiento de un profesional de la psicología puede ser de gran ayuda.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la baja tolerancia a la incertidumbre y algunas claves para poder aumentarla. Muchas personas ven las situaciones poco predecibles como algo aterrador, por lo que viven su vida tratando de controlar cada cosa que ocurre a su alrededor. Lo cierto es que esta estrategia asegura el sufrimiento, pues nada en la vida puede ser totalmente controlado. Luchar contra la incertidumbre en lugar de naturalizarla como parte de la vida nos lleva a sentir una ansiedad constante que nos impide vivir plenamente.

Por ello, es recomendable trabajar para mejorar la manera en la que afrontamos las situaciones de este tipo. En este sentido, puede ser de gran ayuda dejar de evitar a toda costa y afrontar esos eventos que más miedo nos producen. Cuando nos exponemos a la incertidumbre aunque nos de miedo, nos habituamos a ella y entendemos que no es tan intolerable como pensábamos.

Es útil buscar lo positivo dentro de la incertidumbre, pues esta a veces es fundamental para crecer como personas y tener una vida estimulante. Practicar mindfulness y autocompasión, apoyarse en personas que se manejen bien en la incertidumbre, trabajar en la propia autoestima o dividir los grandes objetivos en metas pequeñas son ejemplos de pautas que pueden ayudarnos.