¿Cómo evitar la sobreprotección en los hijos? En 6 consejos

La sobreprotección es una tendencia habitual en muchos padres. Sin embargo, esto es un gran obstáculo para el correcto desarrollo de los niños, pues estos pueden volverse ansiosos, dependientes e inseguros.

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Ser padres no es una tarea sencilla, y es que afrontar la crianza de los hijos es una aventura en la que hay que sumergirse sin manual de instrucciones. Ni siquiera cuando se ha experimentado la ma/paternidad con anterioridad es fácil lidiar con ello, pues cada niño es único y tiene unas necesidades particulares. Por supuesto, es imposible convertirse en el padre o madre perfecto.

Este nunca debe ser el objetivo, pues los niños no necesitan perfección, sino figuras que les cuiden y les brinden afecto y seguridad. Sin embargo, a lo largo de la experiencia de ser padres es habitual cometer algunos errores que pueden dar pie a consecuencias negativas en los hijos. En estos casos, es importante hacer un análisis de la situación y tratar de corregir esos aspectos en los que se puede mejorar. Uno de los más comunes tiene que ver con la tendencia a la sobreprotección.

La sobreprotección es una tendencia común en muchas familias, aunque esto no significa que sea normal o saludable. De hecho, sobreproteger a los hijos es un importante obstáculo para que puedan alcanzar un desarrollo óptimo a todos los niveles. Los adultos que han sido sobreprotegidos en su infancia tienden a encontrar muchas dificultades para afrontar los desafíos de la vida y desenvolverse en el mundo exterior.

Por ello, es importante actuar a tiempo para corregir este problema y evitar sus consecuencias negativas. Si como padre o madre te identificas con esto, continúa leyendo, porque en este artículo hablaremos acerca de algunas pautas que pueden ser de ayuda para rebajar la sobreprotección con tus hijos.

¿Qué sucede cuando los padres sobreprotegen a sus hijos? Las principales consecuencias

No cabe duda de que los progenitores deben implicarse en la crianza de sus hijos, lo que requiere no sólo satisfacer las necesidades físicas básicas, sino también aquellas de tipo emocional. Esto permite que los más pequeños crezcan sintiéndose seguros en todos los aspectos de su desarrollo, lo que favorece que lleguen a ser adultos con una vida plena y llena de bienestar psicológico.

Los padres siempre deben actuar como una guía de sus hijos, orientándoles y brindándoles apoyo en los diferentes desafíos que tienen que afrontar. En cierta manera, los adultos tienen que proporcionar andamios o muletas que ayudan a los pequeños a soltarse progresivamente en el camino hacia su independencia. El problema aparece cuando los padres ofrecen un apoyo desmedido, hasta el punto de dar a sus hijos todo hecho sin permitir que estos puedan aprender por sí mismos, equivocarse y volver a intentarlo si es necesario.

En estos casos, sucede que los progenitores son demasiado protectores, ya que temen que sus hijos sufran. Esto les lleva a anticiparse, evitando que los pequeños puedan exponerse a situaciones mínimamente desafiantes para ellos. Sin embargo, estas acciones bienintencionadas suelen traducirse en resultados negativos, haciendo que los hijos se vuelvan inseguros e incapaces de desenvolverse por sí mismos. Los hijos de padres sobreprotectores suelen mostrar características como las siguientes:

  • Se muestran como niños tímidos y retraídos, especialmente fuera de casa.
  • Encuentran mucha dificultad a la hora de separarse de sus padres y madres en la vida cotidiana (por ejemplo, cuando toca ir al colegio).
  • Son niños generalmente inseguros, dudan de todo lo que hacen.
  • Encuentran problemas a la hora de desenvolverse en las relaciones sociales con naturalidad, por lo que tienden a ser solitarios.
  • Buscan la continua protección de quienes les rodean.
  • Tienden a ser niños ansiosos.
  • Pueden mostrar dificultades escolares.
  • No asumen la responsabilidad de sus actos, están habituados a que los progenitores hagan todo por ellos.
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6 pautas para evitar la sobreprotección de los hijos

Si como padre o madre te sientes identificado con la tendencia a la sobreprotección, no te fustigues. En cierta manera, es natural que quieras proteger a tu hijo del sufrimiento y la frustración. Los padres cuentan con instinto naturalmente protector, que siempre que se gestione adecuadamente resulta adaptativo.

El problema surge cuando dicha tendencia a proteger se vuelve excesiva, hasta el punto de impedir que los niños puedan aprender y desarrollarse con total normalidad. En estos casos, los pequeños pueden encontrar problemas importantes a la hora de ser autónomos, tomar distancia de sus figuras de apego en ciertos momentos y asumir las consecuencias de sus acciones. En definitiva, pueden convertirse en niños con una madurez e independencia insuficientes acorde a su edad y momento evolutivo.

Por supuesto, tal y como venimos comentando los padres deben estar presentes para orientar, guiar y apoyar. Sin embargo, es igualmente importante que sepan dejar cierto margen a los hijos para que ellos mismos puedan experimentar, lidiar con la frustración y aprender de sus errores. Para evitar la sobreprotección y sus consecuencias, a continuación comentaremos algunas pautas para padres que pueden ser de gran ayuda.

1. Trata a tu hijo como un ser capaz

Para empezar, es importante que la actitud que adoptas con tu hijo transmita el mensaje implícito de que es capaz de hacer cosas por sí mismo y aprender. Si le sobreproteges y tratas de hacer por él absolutamente todo, no dudes que él interiorizará que no es capaz de hacer sus actividades sin tu ayuda constante.

Esto influye notablemente en el concepto que tu hijo tiene de sí mismo, así como en su autoeficacia percibida (es decir, la creencia que tiene acerca de su capacidad para superar una tarea concreta). Por ello, es primordial que empieces a actuar bajo la premisa de que tu hijo es capaz y perfectamente válido a la hora de sacar adelante sus tareas y retos particulares.

2. Aprende a delegar

El deseo de proteger a los hijos hace que muchos padres sean incapaces de delegar. En lugar de depositar en los pequeños responsabilidades acorde a su edad, tratan de hacerlo todo ellos mismos. Creen que si les dejan hacer cosas por sí mismos lo harán mal y sufren ante la posibilidad de que ellos puedan equivocarse y frustrarse.

Sin embargo, esto es altamente perjudicial para su desarrollo e independencia. Deja que poco a poco vaya asumiendo pequeñas obligaciones cotidianas, como preparar su mochila del colegio o recoger los platos del desayuno. Aunque delegar da miedo al principio, en cuanto compruebes que tu hijo se desenvuelve mejor de lo que esperabas lograrás relajarte y dejarás de controlar absolutamente todo.

3. Ayúdale a lidiar con la frustración

Es natural que como padre o madre quieras que tu hijo sufra lo menos posible. Sin embargo, lo cierto es que es imposible que vivan en una burbuja ajena a los errores y la frustración. Puede que durante la crianza sobreprotegerlo pueda funcionar a corto plazo, pero en cuanto salga al mundo real no dudes de que sufrirá mucho más si no ha aprendido a tolerar la frustración previamente.

La vida implica saber esperar, aceptar que nos equivocamos y levantarse después de caer. Ayudar a los hijos a comprender esto es crucial para su desarrollo emocional. Deja que experimente y cometa errores, e indícale que equivocarse no es malo, sino que es necesario para poder aprender.

4. Acompaña a tu hijo sin invadir

Empezar a rebajar la sobreprotección puede empezar por simples actividades en casa. Prueba a realizar alguna tarea junto a tu hijo, de forma que estés presente como acompañante sin por ello invadir e impedir que tu hijo la afronte por sí solo. Si necesita ayuda o guía dásela, pero no hagas esa actividad por él. Observa cómo se desenvuelve, verás que cuanta mayor libertad le des más soluta irá ganando a la hora de realizarla.

5. Reflexiona junto a él

Los padres sobreprotectores suelen anticiparse a los errores de sus hijos para evitar que ocurran. Sin embargo, esto impedirá que puedan lidiar con el error y aprender de ello. En su lugar, deja que se equivoque para después reflexionar y analizar lo sucedido: ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué has hecho bien? ¿Qué se puede mejorar?

6. Brinda alternativas y deja que él decida

Como padres, es tentador querer resolver los problemas de los hijos lo antes posible. Sin embargo, esto no contribuye a que puedan reflexionar por sí mismos y aprender a resolver los problemas de manera práctica. Cuando tu hijo te pida ayuda, ofrécele diversas sugerencias o alternativas de solución, para que sea él quien elija la que considere más conveniente.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la sobreprotección en los hijos y algunas pautas que pueden ayudar a reducir esta tendencia. Es natural que los padres quieran proteger a sus hijos de todo daño y sufrimiento. De hecho, es esperable que estén ahí no sólo para satisfacer las necesidades físicas de los pequeños, sino también para brindarles apoyo emocional.

El problema aparece cuando el deseo de proteger se vuelve desmedido, hasta el punto de ser perjudicial para el desarrollo del menor. Cuando los progenitores sobreprotegen a los hijos, impiden que estos puedan lograr autonomía, aprender de sus errores, lidiar con la frustración, sentirse capaces de hacer cosas, etc. En su lugar, se vuelven niños ansiosos, dependientes, inseguros y con mucha dificultad para desenvolverse en situaciones sociales o resolver problemas y hacerse cargo de su responsabilidad.

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