-small.jpg&w=96&q=75){kind=small}
En España cada vez son más las conquistas conseguidas en materia de derechos del colectivo LGTBIQ+. Sin embargo, aún sigue quedando un largo camino por recorrer en esta dirección. Basta con acceder a las redes sociales o ver las noticias para comprobar que siguen existiendo polémicas relacionadas con la condición sexual de las personas.
Aún sigue sucediendo que personalidades reconocidas se ven en la tesitura de comunicar que no son heterosexuales, aún se discute si una persona tiene o no el derecho de sentirse hombre o mujer aunque su sexo biológico sea otro, aún hay personas que no pueden ser quienes son delante de sus familiares o que temen darse la mano con su pareja por la calle.
Por supuesto, en estos últimos años se han conseguido logros y mejoras. De acuerdo con la encuesta FRA (European Union Agency For Fundamental Rights), el punto en el que más se ha notado el cambio social es la visibilidad del colectivo LGTBIQ+. Gracias a esto, un 47% reconoce con normalidad su identidad sexual en su entorno, aunque aún un 27% reconoce que le cuesta hacerlo en el entorno familiar.
En el caso particular de España, la visibilidad alcanza el 53%, lo que sitúa a nuestro país a la cabeza de Europa. A pesar de ello, no podemos olvidar que el 47% restante aún oculta su identidad sexual, con todo lo que esto supone para su salud mental y desarrollo como persona en las diferentes áreas de la vida. Por desgracia, a pesar del progreso que se está produciendo en nuestra sociedad, sigue siendo común que ciertas personas discriminen a quienes pertenecen a este colectivo. Es en estos casos cuando hablamos del concepto LGTBIfobia.
La LGTBIfobia se define como una actitud hostil que percibe a este conjunto de personas como contrarias, diferentes, inferiores, peores, anormales, raras, enfermas, malas, amorales o antinaturales. En este artículo vamos a profundizar acerca de qué es la LGTBIfobia y vamos a conocer algunos ejemplos que la ilustran.
- Te recomendamos leer: "Infancia Trans: ¿qué es y cómo se vive?"
¿Qué es la LGTBIfobia?
La palabra LGTBIfobia fue ideada con el fin de dar nombre al conjunto de acciones discriminatorias que se producen hacia aquellos individuos que representan la diversidad sexual y de géneros. Este tipo de actuaciones han surgido como respuesta al avance de los derechos de este colectivo, por lo que conviene actuar para erradicarlas y favorecer el bienestar y seguridad de las personas LGTBIQ+.
Así, la LGTBIfobia se define como la discriminación que sufren las personas cuyas relaciones afectivo-sexuales, diversidad familiar, expresión y/o identidad de género son diferentes a la cisheteronormatividad imperante. De esta forma, las víctimas de esta forma de rechazo son las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales.
Todas las formas de discriminación aparecen porque un individuo o grupo separa o estigmatiza a otro individuo o grupo por considerarlo inferior a ellos en algún aspecto. En el caso de la LGTBIfobia esta separación es llevada a cabo con motivo de la orientación afectivo-sexual o la expresión y/o identidad de género y es manifestada a través de agresiones físicas y/o verbales, pero también mediante acciones menos explícitas y difíciles de detectar.
El pensamiento de quienes discriminan y excluyen a las personas LGTBIQ+ tiene que ver con una oposición entre un sentimiento de “nosotros” frente a “ellos”. De esta forma, se construye un discurso por el que se proclama la necesidad de proteger un sistema y un estado de las cosas supuestamente equilibrado que puede estar en peligro por la mera presencia del otro.
Sobra decir lo devastador que puede ser para una persona perteneciente a este colectivo vivir su vida con esta forma de discriminación tan presente. Esto explica por qué muchísimas personas LGTBIQ+ experimentan serios problemas de salud mental, que en algunos casos terminan en intentos de suicidio. Es por ello que la comunidad de la que hablamos se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad, sujeta a una continua presión por no pertenecer a ese “nosotros” en una sociedad que tiende a entender algo tan complejo como la sexualidad humana de forma dicotomizada.
- Te recomendamos leer: "Los 15 tipos de discriminación (y sus características)"
¿Cuáles son los principales ejemplos de LGTBIfobia?
Como venimos comentando, la LGTBIfobia es el odio o aversión hacia las personas de la comunidad LGTBIQ+. Esta forma de discriminación puede manifestarse de formas muy variadas, que pueden variar en su intensidad. Así, aunque se pueden producir agresiones verbales y/o físicas explícitas, muchas veces la violencia se camufla en la cotidianidad con actos más discretos, que no son por ello menos dañinos o relevantes.
Nuestra responsabilidad como miembros de la sociedad es la de estar alerta ante estas señales de alerta para actuar y proteger a las personas que sufren y son despreciadas por ser quienes son. A continuación, vamos a comentar algunas situaciones que constituyen actos de LGTBIfobia de menor a mayor grado de severidad.
1. LGTBIfobia leve
En esta categoría podemos reconocer acciones como las siguientes:
1.1. Uso de expresiones vejatorias
En muchos casos sucede que una persona o grupo de personas emplean expresiones vejatorias que incitan a ejercer violencia hacia otras personas por causa de su orientación sexual, identidad de género o expresión de género, de una forma intencionada. En algunos casos esto puede suceder en entornos con gran repercusión, como los medios de comunicación o las intervenciones y discursos públicos.
1.2. Rechazo y aislamiento
En algunos casos no sólo se produce una violencia a través de expresiones verbales, sino que se llega a aislar, rechazar o despreciar a una persona de forma explícita por motivo de su orientación sexual, identidad o expresión de género.
2. LGTBIfobia grave
Podemos reconocer como acciones graves hacia este colectivo las siguientes:
2.1. Dañar objetos o propiedades
El odio puede llevar a algunas personas a dañar o destruir objetos y propiedades de una persona de este colectivo o su familia. Se considera una acción grave y no muy grave cuando esta actuación no constituye un delito de acuerdo con el Código Penal. No obstante, el significado y connotación violenta de estos actos ejerce un daño psicológico profundo en la víctima.
2.2. Impedir acceso a lugares
Muchas personas de esta comunidad se han visto discriminadas al tener prohibido el acceso a un servicio público o establecimiento abierto al público por causa de su orientación sexual, identidad de género o expresión de género.
2.3. Obstaculizar la realización de trámites
En algunas situaciones, la violencia también se manifiesta impidiendo a las personas LGTBIQ+ la realización de trámites determinados. Esta forma de violencia puede ser llevada a cabo por el propio Estado en muchos países donde los derechos de esta comunidad son inexistentes.
3. LGTBIfobia muy grave
Se reconoce como discriminación muy grave las formas siguientes:
3.1. Comportamiento agresivo
En muchos casos, la violencia se vuelve claramente explícita, de manera que una o varias personas adoptan un comportamiento abiertamente agresivo hacia alguien del colectivo, lo que lleva a que se produzcan agresiones de todo tipo.
3.2. Incitación al odio
En algunos casos, hay quienes no ejercen violencia directa hacia las personas del colectivo, pero sí que promueven en los demás el odio, la hostilidad, la discriminación y la violencia contra ellas. Esta incitación se puede llevar a cabo en entornos públicos, espectáculos o actividades de ocio.
3.3. Discriminación múltiple
Hay personas que además de pertenecer al colectivo LGTBIQ+ también se identifican con otras minorías vulnerables. En estos casos, no es poco frecuente que estos individuos sufran lo que se conoce como discriminación múltiple. Así, una persona puede, por ejemplo, sufrir discriminación por ser lesbiana, mujer y negra.
Conclusiones
Es esencial tener presente que muchos términos despectivos, bromas, chistes y gestos lgtbifóbicos están totalmente normalizados en la sociedad y la vida cotidiana, por lo que muchas veces se llevan a cabo acciones violentas hacia este colectivo sin que exista una conciencia real de ello.
Las agresiones verbales en forma de insultos son una de las formas más comunes de violencia en este caso. En muchas ocasiones, el daño no solo se produce cuando la persona los recibe directamente, sino también cuando observa que otros miembros de la comunidad LGTBIQ+ son agredidos. El proceso de identificación hace que estos insultos hacia un individuo impacten en el colectivo en todo su conjunto, de ahí la importancia de modificar progresivamente estas costumbres.
Modificar nuestro lenguaje y esas acciones cotidianas que pueden resultar más dañinas de lo que parece es responsabilidad de cada uno de nosotros, aunque por supuesto no es una tarea fácil. No podemos olvidar que hemos crecido siendo educados en una sociedad que ha discriminado desde hace mucho tiempo a las personas de esta comunidad, por lo que reconocer nuestros errores y saber cambiarlos es un arduo trabajo que implica tiempo, paciencia y sobre todo responsabilidad.
Aunque es innegable que se ha producido un importante cambio social en este sentido, el hecho de que aún existan gestos de violencia y tabús en torno a la diversidad sexual nos indica que no está, en absoluto, todo el trabajo hecho.
Es nuestro deber como miembros de la sociedad adquirir conciencia de esta realidad y contribuir a cambiarla. Sólo así será posible que las personas del colectivo LGTBIQ+ puedan disfrutar sus vidas sin secuelas en su salud mental, sin sufrir discriminación en las diferentes áreas de la vida y sin tener que ocultarse frente a sus propias familias por ser quienes son.
