-small.jpg&w=96&q=75){kind=small}
La Navidad constituye una época muy señalada del año, en la que se remueven emociones, se producen reencuentros con la familia y predominan las comidas copiosas y los regalos. Por ello, se trata de fiestas que pueden llegar a acabar con nuestro bolsillo si no adoptamos medidas que nos ayuden a gestionar los gastos.
El espíritu navideño es positivo, pues crea un clima de solidaridad y amor hacia los demás. Sin embargo, los mercados han aprendido a utilizarlo a su favor para incentivar las compras impulsivas y los gastos desenfrenados movidos por las emociones y no por la razón. De hecho, las campañas publicitarias navideñas cada vez empiezan de forma más precoz. Esta estrategia, conocida como Christmas Creep, es totalmente intencional y persigue prolongar lo máximo posible el consumo acelerado propio de estas fechas.
Las agencias que diseñan las campañas de marketing para promocionar productos y servicios conocen bien las vulnerabilidades del consumidor. A nivel cerebral, son muchos los mecanismos neuronales que condicionan nuestra decisión de comprar. Conocer el funcionamiento de nuestro sistema nervioso ante los productos ha permitido a las empresas servirse de estrategias para incitar al consumo.
Una de las formas más comunes de conseguirlo tiene que ver con el despertar emociones en el cliente (ternura, amor, amistad…), así como fomentar la presión de grupo por la que dejar de consumir nos haría no encajar en el grupo social. Todo ello nos hace comprar sin conocimiento ni planificación durante la Navidad, por lo que en este artículo hablaremos acerca de algunas claves para reducir el consumismo en esta época del año.
- Te recomendamos leer: "¿Cómo evitar los conflictos familiares en navidad? En 8 consejos"
¿Es posible otra forma de vivir la Navidad?
Teniendo en cuenta la vorágine de consumo en la que se ha convertido la Navidad, cabe preguntarse si es posible enfocar estas fiestas desde otra perspectiva. Lo cierto es que vivir la época navideña de una forma menos consumista es posible, pero requiere un cambio de mentalidad acerca de las compras y la importancia de los bienes materiales. El consumismo se ha convertido en un problema social que requiere revisar nuestra manera de comprar.
Se trata de que, poco a poco, las personas tengamos cada vez más presentes aspectos como el cuidado del medio ambiente o la justicia social a la hora de adquirir un producto. En muchas ocasiones, este cambio de conciencia no llega a darse porque la responsabilidad se diluye, es decir, cada uno de nosotros creemos que nuestros cambios en el consumo no van a cambiar el mundo tal y como funciona ahora. Por ello, ni siquiera nos esforzamos en intentarlo, ya que asumimos que el mercado va a seguir su dinámica en la que priman la contaminación del entorno y la explotación de trabajadores en países subdesarrollados.
Por otro lado, la publicidad nos ha hecho creer que el número de regalos es lo que cuantifica el amor que sentimos hacia una persona. Por ello nos lanzamos a comprar y comprar incluso por encima de nuestra capacidad económica para “demostrar” ese amor. Sin embargo, muchas veces los regalos elaborados por nosotros mismos, creados con nuestras manos o elaborados con elementos sencillos son los que más llenan el corazón y, además, más respetan el planeta.
12 formas de reducir el consumismo navideño
A continuación, vamos a conocer algunas formas de reducir el consumismo navideño.
1. Planificación
Lo primero y más recomendable es tratar de realizar una planificación previa de los gastos que se van a tener. Elabora un presupuesto y una lista de cosas que debes comprar, estimando cuánto gastarías en cada una, a qué personas vas a regalar, etc.
2. Sé previsor y adelanta las compras
Otra manera de reducir tu consumismo y gastar menos tiene que ver con adelantar las compras. Cuando se acerca la Navidad los precios suben, por lo que es recomendable hacerse con ciertos productos alimentarios y regalos de manera precoz. Si los alimentos son perecederos, recuerda que muchos pueden ser congelados hasta que llegue el momento de consumirlos.
3. Compara los precios
Otra buena recomendación es que trates de comparar el precio de un mismo producto en diferentes establecimientos. Los precios pueden variar mucho de un lugar a otro, por lo que empieza a mirar con tiempo aquello que deseas comprar para poder estudiar tus alternativas.
4. Lleva el dinero en efectivo justo que vayas a utilizar
La tarjeta de crédito es muy cómoda, pero a veces nos lleva a comprar de manera impulsiva, más allá de lo que habíamos planificado. Si crees que puedes dejarte llevar por los impulsos, lo más recomendable es que acudas a hacer tus compras con el dinero en efectivo justo para adquirir solo los productos que tenías en mente.
5. ¿Ese producto es necesario?
Adoptar un consumo más responsable siempre implica hacerse esta pregunta antes de comprar algo. Debemos plantearnos si ese producto es útil, nos hace falta y va a ser utilizado de verdad. Puedes pensar en qué situaciones podría servirte e incluso si hay algún producto en casa que ya pueda servirte para esa misma función.
6. Realiza tus compras en comercios locales y de proximidad
A la hora de consumir de forma responsable siempre es más recomendable hacer tus compras en los negocios locales, ya que con ello podrás estimular la economía del pequeño comercio. Con ello también evitas adquirir productos que en su producción contaminan enormemente el planeta e incluso implican explotación laboral en su fabricación.
7. Elabora una decoración con productos reciclables y naturales
Cuando se trata de decorar nuestra casa en Navidad, solemos recurrir a productos hechos con materiales que no son reciclables y contaminan mucho. Sin embargo, es posible optar por una decoración con elementos naturales que, además, nos permitirá evitar el consumo desenfrenado con gastos elevados en adornos. Una buena forma de decorar el espacio de Navidad puede ser utilizar elementos de la naturaleza como piñas, ramas, hojas… Para las luces procura emplear las de consumo más bajo, ya que así no sufrirás cuando llegue tu factura de la luz.
8. Ideas de regalo menos convencionales
No siempre es necesario regalar un objeto material que, además, muchas veces es innecesario o poco útil para quien lo recibe. En su lugar, puedes optar por regalos inmateriales como experiencias de cualquier tipo, así como fomentar la economía circular comprando productos de segunda mano. También puedes producir tú mismo el regalo de manera artesanal, lo que sumará valor sentimental al mismo. Hacer una taza de barro, elaborar un collar de cuentas, hacer una vela casera, tejer una prenda, pintar un cuadro, escribir una carta… son algunas ideas.
9. Apuesta por cocina responsable
Tal y como sucede con los regalos, es importante que los alimentos usados para cocinar en Navidad sean productos locales y de proximidad. Esto te garantizará productos más ajustados y una calidad superior. Como ya comentamos, los alimentos más caros como el marisco pueden comprarse con antelación y ser congelados para evitar adquirirlos a precios disparados.
10. Conserva los tickets de compra
Aunque cuando compramos un regalo lo hacemos con ilusión y ganas de sorprender a la otra persona, a veces este no se ajusta a las expectativas ya sea porque fallamos en la talla, el tipo de producto o porque este viene con algún defecto. Por ello, siempre es muy recomendable conservar los tickets de compra para poder realizar cambios o devoluciones si fuese necesario. De lo contrario, el dinero que hayas invertido en ese regalo se habrá desperdiciado y el producto acabará cogiendo polvo en casa sin utilizar.
11. Ordenar prioridades
El bombardeo publicitario propio de la Navidad puede llevarnos a desviar el foco de lo verdaderamente importante. Más allá de las compras y los regalos, los valores que deberían primar en estas fechas deben llevarnos a buscar la compañía de los seres queridos, el amor, la cooperación, etc.
12. Cuando hay niños en casa, inculcar el consumo responsable desde la infancia
Cuando hay niños pequeños en casa es normal que estos quieran y pidan muchas cosas durante las fiestas navideñas. Sin embargo, es esencial inculcarles que esto no es algo positivo y que lo material no debe ser nunca el centro de esta celebración. Es importante que el clima en la familia sea positivo y que se fomente el tiempo de calidad y la realización de actividades juntos antes que las compras y el ansia por tener más y más.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves que pueden ser de ayuda para vivir las Navidades desde un consumo mucho más responsable y comprometido. La Navidad es una época llena de emociones y valores positivos, aunque con el tiempo se ha convertido en toda una campaña de márketing donde priman los excesos y el consumo impulsivo.
La publicidad juega con nuestras emociones y nos convence de que el número de regalos que hacemos a los demás es lo que dicta cuánto les queremos, aunque nada más lejos de la realidad. Vivir la época navideña sin un consumismo desenfrenado es posible, aunque requiere revisar nuestra forma de comprar y cambiar hábitos en la familia, inculcando especialmente a los más pequeños la importancia de los valores realmente centrales en estas fiestas : amor , cooperación, solidaridad…
