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Hoy en día quedan pocas personas que crean poder vivir sin redes sociales. Estas plataformas se han colado en nuestra vida de forma insidiosa, hasta convertirse en el centro de interacción social de la población, especialmente entre los sectores más jóvenes. A lo largo del día, la inmensa mayoría de nosotros ojeamos el teléfono móvil cientos de veces. Revisar notificaciones, responder mensajes y mantenernos informados de lo que sucede en el mundo son algunas de las múltiples actividades que podemos hacer desde nuestros dispositivos.
Internet se ha convertido en una potente y compleja red que no deja a prácticamente nadie fuera. Todos estamos, en mayor o menor medida, hiperconectados. Por supuesto, la facilidad para conectar con la gente ha brindado muchas ventajas. Sin embargo, cada vez son más evidentes los inconvenientes asociados a pasar largas horas delante de la pantalla.
Cada vez pasamos menos tiempo en el exterior, estableciendo contactos en persona con los demás. Todo se ha digitalizado tanto que la vida se ha hecho menos social. La forma de construir y mantener relaciones interpersonales se ha transformado, aunque no parece del todo claro si este cambio ha sido precisamente positivo. Muchas personas, especialmente las de corta edad, comienzan a darse cuenta de que pasan un elevado número de horas frente a sus móviles. Esto, indudablemente, les hace sacrificar otras muchas actividades en el día a día, empobreciendo así la rutina cotidiana.
Cada vez son más los profesionales de la salud mental que advierten de los efectos dañinos de las pantallas sobre la salud mental de la población infantojuvenil. Por ello, parece necesario tomar medidas para poner freno a este abuso de redes que va en aumento. En este artículo hablaremos acerca de algunas claves sencillas que pueden ser de ayuda para limitar el uso de las redes, reduciendo así el tiempo que les dedicamos para emplearlo en otras actividades más interesantes.
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La cara negativa de las redes
El abuso de las redes sociales es un problema cada vez más evidente en la población. En los usuarios que lo sufren, especialmente los más jóvenes, suelen aparecer efectos negativos en la salud mental que no deben infravalorarse. Al fin y al cabo, las redes sociales pueden generar adicción, tal y como sucede por ejemplo con el juego patológico. Las salas de juego están prohibidas a menores de edad…Sin embargo, cada vez son más los niños que poseen un dispositivo propio entre sus manos.
Paradójicamente, el uso excesivo de las redes termina por alejar al individuo de su entorno. Se pierde el contacto directo con las personas y se fomenta el aislamiento social y el descuido de actividades esenciales en las esferas laboral, educativa y de ocio. Entre las consecuencias más destacadas del uso abusivo de las redes se encuentran los trastornos psicopatológicos, como la ansiedad o la depresión.
Esto parece relacionarse con el hecho de que las redes constituyen un escaparate donde todo el mundo muestra la mejor cara de sus vidas, fomentando las comparaciones y la insatisfacción con uno mismo. Por otro lado, las redes también influyen en la calidad del descanso, especialmente cuando se usan las pantallas en los momentos previos a irse a dormir. Los problemas de autoestima son otro de los efectos más habituales. Como ya comentamos, las redes implican una exposición constante a realidades maquilladas e ideales.
Esto también implica ver caras y cuerpos sin un solo defecto, lo que puede provocar insatisfacción corporal y detonar TCAs en los niños y adolescentes más vulnerables. Añadido a todo esto, son muchos los que afirman no poder dejar de revisar sus redes por miedo a perderse algo. En una época donde prima la inmediatez y la vida va a toda prisa, unas pocas horas sin móvil pueden vivirse como una eternidad.
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7 claves para reducir el tiempo que pasas en las redes sociales
Si crees que estás abusando del uso de redes y te gustaría limitar algo más el tiempo que pasas en ellas, puede que sea el momento de adoptar algunas medidas para poner freno a este problema. Veamos algunas de las más útiles.
1. Aleja el móvil de ti antes de dormir
Como ya comentamos, el móvil es uno de los grandes enemigos del descanso. La luz de las pantallas y los estímulos de las redes nos impiden conciliar el sueño o dormir de manera profunda. Por eso, una buena recomendación es mantener tu dispositivo alejado de ti antes de irte a la cama. Procura tener un despertador convencional en tu mesita para no tener que mirar la hora en el teléfono. Deja el móvil cargando en otra estancia y antes de dormir apuesta por hacer actividades relajantes como por ejemplo leer. Además de descansar mejor, estarás utilizando tu tiempo para una tarea algo más enriquecedora.
2. Fija intervalos sin móvil
Si eres de los que lleva el móvil hasta el cuarto de baño, puede que sea momento de fijar algunos momentos del día en los que el móvil no esté presente. Por ejemplo, puedes probar a pasar el rato de la comida con tu dispositivo lejos. Esto te permitirá darte cuenta de cuántas cosas te pierdes por estar mirando tus redes. En su lugar, prueba a conversar con los demás comensales. Si comes solo, puedes simplemente poner toda tu atención en el hecho mismo de comer ¿Por qué es necesario distraerse cuando ya estás haciendo algo que involucra todos tus sentidos? Comer de forma consciente te ayudará a saborear y disfrutar más de la comida, además de facilitar una ingesta más lenta.
3. Busca diversión en otros escenarios
Revisar tus redes sociales puede ayudarte a desconectar y pasar un rato divertido. ¿Quién no ha estado un buen rato ojeando vídeos de gatitos adorables? Sin embargo, es importante que todo tu ocio no se limite a esto. Busca otras maneras de pasar un buen rato, a poder ser en el exterior y en compañía de otras personas. Si no realizas otras actividades, quizá es momento de descubrir nuevos hobbies. Prueba a apuntarte a algún deporte, queda con algún amigo o simplemente sal a dar un paseo con tu mascota.
4. Utiliza límites de tiempo
Debido a que el problema del abuso de redes es cada vez mayor, actualmente hay numerosas aplicaciones específicamente diseñadas para limitar nuestro tiempo de uso. Si crees que desperdicias demasiado tiempo en las pantallas, prueba a recurrir a esta herramienta. No se trata de abandonar el uso del móvil drásticamente, sino que puedes empezar limitando poco a poco el tiempo que lo utilizas. Prueba a reducir tu uso de diez en diez minutos hasta que consigas dedicarle un período de tiempo más prudencial.
5. Crea espacios en casa libres de móvil
Puedes crear zonas en tu casa que te inciten a hacer actividades ajenas al móvil. Aunque al principio es difícil resistir la tentación de revisar las notificaciones, es más sencillo si contamos con otros estímulos atractivos en nuestro hogar. Si, por ejemplo, te gusta leer, puede que te ayude tener un rincón de lectura cuidado y bonito. Una butaca cómoda, una estantería ordenada, una buena lámpara e incluso una vela perfumada para darle un ambiente acogedor. Échale imaginación y verás como cada vez tendrás menos necesidad de acudir corriendo a tu móvil.
6. Desactiva las notificaciones
Desactivar las notificaciones es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Con este simple gesto, estarás reduciendo en gran medida la estimulación que te incita a bucear en las redes. Cuando no contamos con estos avisos, evitamos tener la urgencia de comprobar continuamente la pantalla de nuestro teléfono. Normalmente, cuando vemos una notificación no la revisamos y ya está. El ir a revisar nos lleva a seguir indagando en las plataformas hasta que, cuando nos damos cuenta, llevamos horas ante el móvil.
7. Evita tener el móvil en la mano si no es necesario
Hay muchos momentos en el día en los que llevamos nuestro móvil en la mano sin que sea necesario. Por ejemplo, cuando vamos al gimnasio, caminando por la calle o hacemos la compra en el supermercado. Tener el dispositivo siempre en mano nos hace tener más hábito de revisar las redes. Por ello, lo mejor que puedes hacer es dejarlo guardado en tu bolso o en el bolsillo de tu abrigo/pantalón. Incluso puedes probar a hacer algunas salidas cortas sin él para habituarte a no tenerlo disponible todo el tiempo.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de algunas recomendaciones que pueden ser útiles para reducir el tiempo que pasamos en las redes sociales. Las redes e internet forman parte de nuestro día a día, hasta el punto que dedicamos un gran número de horas a revisar nuestros móviles y ver pantallas. Esto puede acarrear problemas psicológicos, especialmente en niños y adolescentes. Por ello, es aconsejable adoptar algunas pautas sencillas que pueden ayudar a reducir el tiempo que dedicamos a estas plataformas. Es importante que el móvil esté lejos de nosotros, sobre todo cuando nos vamos a dormir. Además, es de ayuda cultivar hobbies distintos y pasar tiempo fuera de casa en compañía de otras personas. También podemos ayudarnos de algunas apps que permiten limitar el tiempo de uso e incluso desactivar nuestras notificaciones.
