¿Cómo superar el duelo por la muerte de tu mascota?

Perder a nuestros peludos desencadena un proceso de duelo tan válido como el que vivimos al fallecer una persona cercana. Es importante tener apoyos, gestionar la culpa y realizar algún ritual de despedida.

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A lo largo de la vida, todos tenemos que lidiar con pérdidas dolorosas. Las personas que queremos se van y toca afrontar las despedidas. Aunque todo el mundo comprende el dolor que se puede sentir cuando se dice adiós a un ser querido, esto cambia cuando la pérdida tiene que ver con nuestros animales. Aunque lo ideal sería que nuestros peludos fueran eternos, lo cierto es que no es el caso. Por eso, todos los dueños de mascotas tienen que lidiar en algún punto con el difícil momento de despedirse de ellas.

Sin embargo, el entorno no siempre parece entender hasta qué punto puede resultar duro el duelo por perder a un animal. Lo cierto es que nuestros amigos de cuatro patas son un miembro más de la familia y esto se traduce en un amor incondicional que se transforma en dolor cuando llega el final de sus vidas. Por ello, en este artículo vamos a hablar acerca de algunas claves importantes a la hora de superar el duelo por la muerte de una mascota.

¿Qué es el duelo?

Antes de nada, se hace esencial entender qué entendemos por duelo. En psicología se conoce como duelo al proceso que todo individuo atraviesa tras sufrir algún tipo de pérdida (una enfermedad, una ruptura sentimental, perder el trabajo…), aunque generalmente se habla de él en referencia a la pérdida más difícil de todas: la muerte. Aunque el duelo siempre es doloroso, lo cierto es que cada persona lo vive de manera única. La severidad depende de distintas variables que pueden complicar la elaboración de la pérdida, como por ejemplo el grado de vinculación con el fallecido o el estilo de personalidad.

Adaptarse a la pérdida de alguien querido requiere un tiempo, que será variable en cada caso. Todo duelo implica varias fases, comenzando con frecuencia con un estado de shock y negación que progresivamente da paso a una mayor aceptación de la situación. En general, cuando alguien transita por el duelo experimenta síntomas emocionales como tristeza, culpa, miedo, ansiedad…que poco a poco y con el apoyo adecuado terminan por remitir. Las fases del duelo se especifican en detalle a continuación, aplicadas a la pérdida de nuestra mascota:

  • Negación: Cuando nuestro peludo muere, al principio puede ser difícil aceptar la situación. Nuestra reacción inicial es la de protegernos negando lo que ha pasado o simplemente mostrando incredulidad por lo sucedido.

  • Ira: En esta segunda etapa podemos experimentar emociones como la rabia. Haber perdido a nuestro fiel amigo nos hace sentir frustrados, impotentes e incluso culpables. Vemos que la situación es real e irreversible y no ver soluciones nos hace sentir enfadados con la vida.

  • Negociación: Esta fase lleva a la persona a plantearse otros finales hipotéticos que podrían haber tenido lugar si se hubiese actuado diferente. Por ejemplo, podemos pensar que nuestro animal hubiese vivido más si hubiésemos hecho esto o lo otro.

  • Depresión: Una vez que ya hemos aceptado lo que ha pasado llega por fin la tristeza. Sentimos un enorme vacío porque nuestro querido animal ya no está con nosotros. Echamos de menos e incluso podemos aislarnos del mundo porque no tenemos fuerzas para seguir viviendo con normalidad.

  • Aceptación: En este punto, la persona aprende a vivir con su pérdida. Acepta que su animal ya no está y, aunque lo recuerda, pensar en ello no produce dolor ni sufrimiento como antes. Se retoma progresivamente la normalidad y se siente cierta nostalgia en algunos momentos.

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Cómo superar el duelo por la muerte de tu mascota: 3 claves

A continuación, vamos a comentar algunas claves útiles para superar el duelo por la muerte de una mascota. Lo cierto es que estas recomendaciones son similares a las asociadas a cualquier proceso de duelo, sólo que cuando perdemos a un animal la comprensión del entorno no es la misma.

1. No ocultes tu duelo a los demás

No todo el mundo tiene la oportunidad de amar a los animales. No todas las personas han experimentado este vínculo y, desde fuera, pueden percibir que el duelo por la pérdida de una mascota es injustificado o menos importante que el que se experimenta al perder a una persona. Por ello, el entorno puede resultar poco comprensivo e incluso cruel.

Quien está lidiando con su tristeza suele sentirse invalidado e incluso avergonzado, por lo que oculta su malestar al resto. Sin embargo, llevar este dolor en privado suele dificultar aún más el proceso de duelo. Es importante que si te encuentras en esta tesitura busques personas de confianza que sí tengan animales y puedan ponerse en tu piel. Rodéate de quienes te comprendan y desahógate si así lo necesitas.

Haz caso omiso a las palabras que minimizan tu sufrimiento (“Sólo era un perro/gato”, “Puedes tener una nueva mascota”...) y recuerda que lo que sientes es válido y tienes derecho a expresarlo sin sentirte culpable por ello. Cualquier persona que tenga mascota podrá entender lo mucho que los peludos brindan a las personas al convertirse en miembros de la familia fieles y leales hasta el final.

2. Recuerda que la muerte es parte de la vida y no es tu culpa

Una emoción común entre quienes acaban de perder a su peludo es la culpa. A veces, los animales llegan al final de su vida con enfermedades y dolencias que generan sufrimiento y no son curables. En este punto, es el responsable de la mascota el que debe tomar la decisión última de dormir al peludo para ayudar a que al fin deje de pasarlo mal.

En estos casos, la persona puede sentirse en parte responsable por su muerte y dudar de si ha hecho lo correcto. Incluso puede pensar que ha ejercido una traición hacia su animal y es mala persona por ello. En estos casos, es de ayuda pensar en el motivo por el que se ha tomado dicha decisión. A veces, aunque duela es mejor frenar la agonía de nuestro animal y darle una muerte tranquila e indolora con nuestra compañía a su lado.

Además, esta decisión siempre es reflexionada con el consejo de un profesional veterinario, por lo que se trata de una acción meditada y ajustada a la situación. Por desgracia, los animales tienen una vida más corta que la nuestra y forma parte de la naturaleza que llegue su momento de fallecer, algo que escapa a nuestro control.

3. Despídete con algún ritual

Todo proceso de duelo requiere siempre que sea posible la realización de rituales de despedida. Llevar a cabo estas prácticas no es sólo una cuestión cultural y tradicional. Se trata de una forma de asimilar y entender lo que ha sucedido. Cuando llevamos a cabo este tipo de ritos podemos decir un último adiós y cerrar un capítulo de forma clara.

Siempre que perdemos a un allegado no dudamos en realizar el correspondiente evento para despedirnos y permitir que los seres queridos también puedan hacerlo. Sin embargo, cuando es un animal el que muere, no existe ningún tipo de ritual estándar que nos permita cerrar la despedida. Si has perdido a tu peludo, debes saber que es importante idear algún tipo de acto que te permita decirle adiós. Puedes pedir a tus amigos y familiares de confianza que te acompañen en ese momento si así lo deseas.

No hace falta hacer nada fuera de lo común, puedes guardar unos minutos de silencio, hacerle una carta e incluso plantar un árbol en el lugar de su entierro. No te dejes llevar por el que dirán los demás. Piensa en todo lo que has vivido junto a tu animal, lo mucho que os habéis querido y cómo te ha cambiado la vida. Todo ello merece ser homenajeado como merece la ocasión si tu lo sientes así. Haz lo que te nazca del corazón sin avergonzarte por ello.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas recomendaciones importantes que pueden ser de ayuda para elaborar el duelo por la muerte de una mascota. El duelo es una reacción emocional normal que surge cuando sufrimos algún tipo de pérdida. Cuando fallece una persona querida para nosotros sabemos que tenemos derecho a llorar su falta y a despedirnos de ella con algún tipo de ritual. Sin embargo, cuando es un peludo el que fallece, sentimos cierto pudor a la hora de mostrar nuestro dolor.

El entorno no siempre entiende lo mucho que se puede llegar a amar a una mascota y esto hace que se produzcan palabras inoportunas y una marcada invalidación. Muchas personas que pierden a sus animales sienten rechazo a hablar de lo que les sucede y llevan su duelo en privado. Sin embargo, es aconsejable encontrar al menos a unas pocas personas de confianza con las que tener un espacio de desahogo libre de juicios.

Es importante gestionar emociones comunes como la culpa, especialmente si hemos decidido practicar la eutanasia a nuestro peludo. Añadido a esto, nos puede ayudar enormemente el realizar un ritual de despedida, ya sea en solitario o acompañados de amigos y familiares. Los rituales nos permiten entender lo que ha pasado y cerrar ese capítulo de nuestra vida para empezar a elaborar e integrar la pérdida.

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