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La Navidad constituye una etapa muy intensa a nivel emocional, ya que en ella se producen encuentros y reuniones familiares, se remueven recuerdos y también se abren heridas emocionales. Es por ello por lo que hay quienes adoran estas fechas, aunque otros prefieren pasar por ellas de puntillas debido a que se sienten más vulnerables que nunca.
La melancolía y la nostalgia pueden invadirnos en estos días, especialmente si venimos atravesando duelos, pérdidas, cambios vitales, etc. Disfrutar de la Navidad y ser feliz en este momento del año no es, en absoluto, una obligación. Sin embargo, algunos consejos pueden ser de ayuda para llevar estas fechas señaladas de la mejor forma posible. En este artículo hablaremos sobre algunas pautas que pueden ser útiles en este sentido.
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Cómo disfrutar de las fiestas navideñas
A continuación, vamos a comentar algunos consejos para disfrutar de las Navidades en la medida de lo posible.
1. Tienes derecho a que no te gusten, pero respeta a los demás
Por supuesto, tienes derecho a que la Navidad no sea de tu agrado. Son fiestas que pueden ser vividas de forma muy distinta dependiendo de las circunstancias y no es obligatorio tener unas fechas navideñas felices. Sin embargo, esto no significa que tengas derecho a juzgar a quienes sí las disfrutan e incluso que debas aguarles la fiesta. Vive estos días como mejor lo sientas pero acepta que no todo el mundo tiene por qué pasarlas de la misma manera.
2. Date espacio para recordar
Las navidades pueden ser fiestas muy duras cuando faltan seres queridos en la mesa, especialmente si la pérdida es reciente. Sin embargo, estas pueden ser más llevaderas cuando se reserva un espacio en estas fechas para el recuerdo. Dedicar unas palabras al familiar que ya no está, tener rituales o ver algunas fotos en compañía pueden ser formas bonitas de tener presente a ese ser querido. Es importante que la familia se mantenga cohesionada y que haya un acuerdo conjunto respecto a cómo se va a gestionar la situación para evitar herir innecesariamente.
3. Planifica las compras
Aunque el sentido profundo de la Navidad nada tiene que ver con lo material, es cierto que a menudo el consumismo puede hacernos perder el foco de lo realmente importante. Muchas veces, creemos que el número de regalos es lo que representa nuestro amor hacia alguien, cuando nada más lejos de la realidad. Para evitar arruinarte y dejarte llevar por la vorágine del gasto descontrolado, lo ideal es que planifiques previamente cuánto vas a gastar, a quién vas a regalar y qué comprarás exactamente.
Esto te ayudará a comprar de forma más consciente, evitando gastar más de lo necesario. Recuerda que los regalos no tienen por qué ser comprados, pues a veces es posible elaborarlos tú mismo. Esto, además, les puede dar un carácter más emotivo y personal. Recuerda que el amor no se demuestra con los bienes materiales en Navidad, sino con los gestos cotidianos del día a día. Aunque está bien hacer detalles a nuestros familiares, la intención y el significado pesan más que el valor objetivo.
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4. El foco en el momento presente
La Navidad es una época en la que los recuerdos pueden abrumarnos. Pensamos en el pasado, en cómo ha cambiado nuestra vida… y esto puede abrir heridas. Sin embargo, sobrellevar estas fechas es más fácil si nos esforzamos por conectar con el momento presente, poniendo toda nuestra atención a lo que estamos viviendo en el aquí y el ahora. Piensa en quienes te rodean hoy, los momentos que estás viviendo y lo que tienes ahora. Esto te ayudará a no tener la mente en el pasado o el futuro y simplemente experimentar lo que está sucediendo.
5. Huye del conflicto
La Navidad es una época de reuniones familiares y reencuentros. Esto muchas veces lo vivimos como algo positivo, ya que deseamos contar con la compañía de los seres queridos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la familia no la elegimos y esta no siempre nos proporciona sentimientos de apego, seguridad y confianza.
Por lo tanto, hay ocasiones en las que toca sentarse a la mesa con familiares con los que no mantenemos una buena relación. En este sentido, es habitual que surjan roces y discusiones, especialmente si se sacan temas espinosos o controvertidos. Es importante que, incluso ante provocaciones explícitas, trates de no entrar en conflicto. Puedes adoptar una actitud asertiva y marcar límites, pidiendo que no se hable sobre los temas que te incomodan o simplemente alejándote.
6. Sé realista
La publicidad y toda la cultura general que hay en torno a la Navidad puede llevarnos a pensar que esta etapa tiene que ser perfecta. Sin embargo, la vida real dista bastante de un anuncio de turrón y es importante aceptar esto. Rebajar nuestras expectativas y ser realistas nos ayuda a no frustrarnos cuando nuestras fiestas no resultan perfectas. A veces hay fallos, discrepancias y frustración, pero al fin y al cabo la vida sigue siendo la misma en estos días y en el resto del año.
7. No busques culpables
Cuando la situación en casa no es la ideal podemos empezar a buscar culpables en nuestra familia o en el círculo cercano. Por ejemplo, podemos culpar a nuestros padres por no ser como nos gustaría que fuesen o culparnos a nosotros mismos por poner límites y no acudir a reuniones que nos hacen sentir mal. En las fiestas es clave no entrar en esta espiral de la culpa y tratar de hablar, en su lugar, de responsabilidad.
Es clave aceptar la situación que tenemos en nuestra familia y, partiendo de ahí, tomar las riendas de nuestra vida y determinar qué soluciones podemos adoptar. Buscar culpables sólo servirá para crear conflictos innecesarios. Sin embargo, cuando nos hacemos responsables y ponemos límites logramos mucha paz mental porque dejamos de vivir en pelea constante con nosotros mismos y con los demás.
8. Practica la gratitud
Durante estas fechas solemos centrarnos en aquello que no tenemos y nos falta. Pensamos en que no tenemos la familia perfecta, en que falta algo o alguien o en que no tenemos todo el dinero que nos gustaría. Sin embargo, concentrarnos tanto en estos aspectos nos impide agradecer y tomar consciencia de aquello que sí tenemos. Dar por sentado cada gesto, cada abrazo, cada llamada, cada regalo…no nos deja reconocer el enorme valor que estas pequeñas cosas tienen para nosotros. Aprender a practicar la gratitud nos ayuda a vivir de manera mucho más satisfactoria la Navidad, además de impulsarnos a responder a los demás de la misma manera.
9. Aprovecha para hacer balance del año y reconocer tus éxitos
La Navidad coincide con el final del año y esto hace que sean fechas idóneas para hacer balance de todo lo que hemos hecho desde las Navidades anteriores. Reflexionar sobre todo lo vivido nos permite no sólo pensar acerca de lo que hemos aprendido de los errores, sino también reconocernos todo aquello que hemos hecho bien. Hacer un balance de este tipo es saludable para nuestra autoestima y nos brinda un feedback acerca de si estamos viviendo acorde a los valores que consideramos importantes.
10. Aléjate de los excesos
Todos sabemos que la Navidad es una época de excesos, donde abunda el consumo así como las comidas largas y copiosas. Debemos tener en cuenta que eso está bien, es decir, no se trata de demonizar algo que constituye una tradición puntual en el año. Sin embargo, cuando sientes que la Navidad se hace cuesta arriba porque no pasas tu mejor momento, puede ser recomendable tener más cautela con los excesos, sobre todo en relación al consumo de alcohol. Beber demasiado en una comida o cena puede pasarnos factura y hacernos adoptar un comportamiento inadecuado, creando incluso conflictos con los demás comensales.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de algunos consejos que pueden ser de ayuda para disfrutar de la Navidad en la medida de lo posible. Las fiestas navideñas constituyen una etapa que despierta sentimientos contrarios en las personas. Algunas pueden vivirlas como algo positivo, ya que se producen reuniones y encuentros familiares agradables. Sin embargo, por esta misma razón hay personas que sufren porque sienten que estas fiestas les remueven emocionalmente.
Algunas claves pueden ser de ayuda para vivir la Navidad de la mejor manera posible. En este sentido, es recomendable vivir y dejar vivir a los demás, es decir, aceptar que el hecho de que no nos guste la Navidad no tiene por qué impedir que otros la disfruten. También es importante permitirse recordar a los seres queridos que ya no estén con rituales o guiños durante la cena. Igualmente, es aconsejable evitar excesos en los gastos y en el consumo de alcohol.
Es también buena idea huir del conflicto, marcar límites, ajustar nuestras expectativas a la realidad y practicar la gratitud por lo que sí tenemos. De la misma manera, poner el foco en el presente nos ayuda a vivir con más conciencia las fiestas. Añadido a todo lo dicho, es recomendable no buscar culpables a los problemas que tenemos en estas fiestas y, en su lugar, adoptar una actitud de responsabilidad para hallar soluciones efectivas.
