6 frases que no debes decir a una persona en proceso de duelo

Cuando alguien cercano está transitando un duelo nos cuesta saber cómo actuar. A veces, el mejor consuelo no consiste en palabras y discursos vacíos, sino en un acompañamiento que permita a la persona expresar sus emociones sin juicios.

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Cuando alguien pierde a un ser querido, las personas del entorno suelen quedarse bloqueadas. Desconocen cómo actuar, ya que quieren calmar el sufrimiento de quien está viviendo el duelo pero al mismo tiempo no saben cómo hacerlo. Añadido a esto, no solemos ser educados en emociones, y desde la niñez recibimos el mensaje más o menos explícito de que las emociones difíciles deben ser reprimidas u ocultadas. Por ello, se nos hace muy complicado sostener y tolerar los estados desagradables tanto propios como ajenos.

Lo cierto es que cuando alguien pierde a un ser querido el dolor es inevitable. En cierta manera, el duelo que transitamos es el “precio” que pagamos por haber querido a una persona con todo nuestro corazón. Evitarlo no es una opción, porque se trata de una reacción natural y necesaria para poder elaborar lo sucedido y sanar poco a poco la herida. Son muchas las personas que se sienten agobiadas por no saber qué decir en este tipo de situaciones. Sienten que no tienen herramientas para consolar a ese ser querido que acaba de perder a alguien.

¿Qué es el duelo?

En realidad, resulta ingenuo pensar que nuestras palabras van a poder cambiar de alguna manera el dolor tan intenso que está experimentando esa persona. Como venimos diciendo, el dolor forma parte de la vida y tratar de eliminarlo con discursos o frases vacías no hace más que empeorar la situación. Más que palabras estudiadas, quizá lo mejor que podemos hacer es ofrecer presencia, cercanía y, sobre todo, escucha. Si alguien tiene que hablar en un momento así, es la persona que está sufriendo. Dejar que tenga un espacio para expresar libremente lo que siente sin juicios es la mejor manera de acompañar.

Sin embargo, la mayoría de veces vemos el dolor ajeno como un fuego que tenemos que apagar a toda costa. Nos incomoda su malestar y tratamos de acallarlo con frases hechas que, aunque bienintencionadas, pueden hacer daño sobre el daño. Por todo ello, en este artículo vamos a hablar acerca de esas frases que debemos evitar decir a una persona que se encuentra en proceso de duelo.

Antes de nada, se hace esencial entender qué entendemos por duelo. En psicología se conoce como duelo al proceso que todo individuo atraviesa tras sufrir algún tipo de pérdida (una enfermedad, una ruptura sentimental, perder el trabajo…), aunque generalmente se habla de él en referencia a la pérdida más difícil de todas: la muerte. Aunque el duelo siempre es doloroso, lo cierto es que cada persona lo vive de manera única. La severidad depende de distintas variables que pueden complicar la elaboración de la pérdida, como por ejemplo el grado de vinculación con el fallecido o el estilo de personalidad.

Adaptarse a la pérdida de alguien querido requiere un tiempo, que será variable en cada caso. Todo duelo implica varias fases, comenzando con frecuencia con un estado de shock y negación que progresivamente da paso a una mayor aceptación de la situación. En general, cuando alguien transita por el duelo experimenta síntomas emocionales como tristeza, culpa, miedo, ansiedad…que poco a poco y con el apoyo adecuado terminan por remitir.

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6 frases que no decir a una persona en proceso de duelo

Tal y como hemos adelantado anteriormente, la mejor forma de ayudar a alguien que está transitando un duelo es acompañar y ofrecer un espacio donde la persona se sienta escuchada y validada. No es nuestro momento de hablar, dar consejos no pedidos o llenar el silencio con palabras vacías. No debemos (ni podemos) eliminar las emociones que esa persona siente, por lo que el simple hecho de intentarlo puede empeorar las cosas. A continuación, vamos a comentar algunas frases muy comunes que, aunque frecuentes, es aconsejable evitar si deseamos ayudar.

1. El tiempo lo cura todo

Existe una creencia popular muy arraigada de que el simple paso del tiempo sana las heridas por arte de magia. Sin embargo, esto no es exactamente así. De hecho, hay personas que sufren durante años lo que se conoce como duelo patológico. En estos casos, el individuo vive una pérdida traumática que no consigue elaborar e integrar, de manera que permanece anclado al pasado. Así, vive su vida como si esa persona aún siguiese viva, sin posibilidad de avanzar. Por mucho que pase el tiempo, si nosotros no hacemos nada con él será difícil poder superar la pérdida y seguir viviendo.

En cierta forma, esta expresión es desafortunada porque transmite a la persona la sensación de que no tiene control sobre las circunstancias que le rodean. Sencillamente, debe dejarse llevar por lo que venga sin capacidad de acción. Aunque, por supuesto, el duelo requiere un tiempo variable de sanación en función de la persona y la pérdida vivida, es importante señalar que el individuo debe tener un papel activo en su proceso. Deberá superar diferentes tareas en el camino que le ayuden a convertir la herida abierta en una cicatriz que, aunque visible, ya no escuece.

2. Tienes que ser fuerte

Una frase más que habitual en situaciones de este tipo es el clásico “tienes que ser fuerte”. Aunque las personas que recurren a ella lo hacen sin maldad, lo cierto es que es una expresión muy hiriente para alguien que está sumido en un proceso de duelo. Con ella, transmitimos el mensaje implícito de que no tenemos derecho a sentir dolor y a expresar nuestras emociones difíciles. Se asocia la apertura a la experiencia emocional con un signo de debilidad y fracaso.

Esto puede favorecer que la persona bloquee o reprima sus estados internos por temor a decepcionar a su entorno. Incluso, puede llevarle a sentir una profunda culpa por experimentar rabia, tristeza, frustración, etc. Esto hace que un proceso de por sí complicado se vuelva más difícil, pudiendo incluso desembocar en un duelo patológico y mal elaborado. Al no permitirse sentir cuando corresponde, la persona no puede cerrar sus heridas y el dolor queda oculto en su interior, impidiendo que pueda seguir con su vida.

3. Tienes que distraerte y no pensar en ello

Otra frase común que va en la misma dirección que la anterior es “tienes que distraerte” o “no pienses en ello”. Este tipo de expresiones también son desafortunadas, ya que de la misma manera fomentan la evitación de las propias emociones. En las primeras etapas del duelo es normal que la persona niegue lo ocurrido y se encuentre en un estado de shock.

Sin embargo, se hace importante que, una vez aceptada la pérdida (en lo que puede ayudar realizar rituales de despedida, por ejemplo), la persona pueda conectar con su dolor. Vivir tras una careta de aparente normalidad sin poder tener espacios de desahogo impide que la persona pueda elaborar su pérdida adecuadamente. Por ello, la distracción no es la mejor estrategia para transitar un duelo.

4. Sé cómo te sientes

Empatizar es algo maravilloso, porque conectar con el dolor del otro y entenderlo es lo que nos hace humanos. Sin embargo, comprender el sufrimiento ajeno no nos hace vivirlo en primera persona. Sencillamente, no tenemos ni idea de cómo el otro se siente. Incluso si hemos pasado por una situación de pérdida semejante, cada persona transita su duelo de forma única.

Por ello, vamos a evitar caer en expresiones como esta que pueden resultar demasiado atrevidas en un momento delicado. En su lugar, podemos expresar nuestra empatía con un simple: “No puedo imaginar como te puedes estar sintiendo, pero estoy aquí contigo.” A veces, ni siquiera tenemos que hablar. El lenguaje no verbal da mucha más información que los discursos, así que un abrazo, una mirada o cogerle la mano pueden ayudar a dar calidez y apoyo a esa persona.

5. Al menos…

Lo cierto es que nunca hay un lado bueno que se pueda sacar tras la muerte de un ser querido y no pasa nada. No tenemos que ser siempre optimistas y sonreír. Tenemos derecho a llorar, a enfadarnos, a sentir rabia e impotencia. Por eso, cuando alguien acaba de perder a un ser querido es más que necesario evitar frases que empiecen por un “Al menos…”.

Sí, seguramente este tipo de expresiones se dicen con la mejor intención buscando tranquilizar. Sin embargo, lo que empieza como un gesto amable puede acabar por destruir del todo a esa persona. Intentar ver aspectos positivos de una situación tan dolorosa es ofensivo y una forma de invalidar lo que el otro siente. Respetar su sufrimiento pasa por no caer en expresiones como estas que minimizan la gravedad de la pérdida y obligan a la persona a ver el lado “positivo” cuando está destrozada.

6. No mezcles tus creencias religiosas con el dolor ajeno

La fe es libre y es cierto que la religión ayuda a muchas personas a sobrellevar mejor la adversidad. Sin embargo, cuando no sabemos si la persona en duelo comparte nuestra religión es importante tener cautela. Utilizar expresiones como “Dios ha querido que se vaya” o “Dios sólo da lo que puedes soportar” puede resultar extremadamente ofensivo si la persona no es creyente. Son mensajes insensibles que pueden despertar más culpa y dolor en la persona, así que evita entremezclar tu propia fe con un proceso que no es tuyo.

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