Los 7 miedos más comunes en madres primerizas (y cómo abordarlos)

La maternidad es una experiencia intensa que puede generar miedos y dudas, especialmente cuando se es madre primeriza. La salud, el sentimiento de incapacidad o los problemas económicos son algunas de las cuestiones que generan mayor preocupación.

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El embarazo constituye una etapa de gran impacto a todos los niveles para la futura madre. De pronto, descubre que un ser humano se está formando dentro de su cuerpo. En unos pocos meses, sabe que esa criatura dependerá plenamente de sus padres para sobrevivir, aunque tendrá un vínculo particular con ella debido a la conexión única entre ambos.

Aunque estos pensamientos suelen generar amor e ilusión (sobre todo cuando ha sido un bebé buscado y deseado), lo cierto es que esta oleada de cambios y novedad puede suscitar miedo, dudas y temores, especialmente en las madres primerizas. Lejos de la imagen idealizada del embarazo que se expone en los medios, los nueve meses de gestación pueden tener un sabor agridulce.

A la emoción que se vive por la llegada del bebé pueden unirse malestares físicos propios de la etapa gestacional, cambios en el estado de ánimo, incomodidad… Por ello, muchas mujeres se sienten extrañas cuando viven su primer embarazo. Pueden sentir que no es lo que les habían contado, que quizá no están preparadas o no serán capaces de ser buenas madres. En definitiva, se sienten mal por sentirse mal y no tener una percepción total de control y seguridad.

Aunque la maternidad es descrita por muchas mujeres como una experiencia maravillosa, esto no invalida la otra cara de la moneda. Es posible que tener un primer hijo sea fuente de ansiedad y miedos y no pasa nada porque esto sea así. De hecho, es lo más habitual. Al fin y al cabo, el miedo es una emoción adaptativa que aparece ante situaciones de incertidumbre. Aunque sea desagradable, nos prepara para responder ante potenciales peligros. En este artículo vamos hablar acerca de los miedos más comunes que pueden sufrir las madres primerizas.

Ser madre primeriza: la cara y la cruz

La maternidad siempre es una experiencia intensa y fascinante. Sin embargo, el primer embarazo se vive de manera única debido a que la mujer nunca antes ha vivido algo semejante. Cuando se está esperando al primer hijo, es habitual que los padres, en especial las mujeres, sientan muchas dudas y miedos fruto de la inexperiencia. Generalmente, ellas sienten más presión debido a que son las que guardan más conexión con el bebé en camino, pero también por la enorme exigencia que se les impone muchas veces.

Muchas mujeres sienten que deben convertirse en las madres perfectas, tenerlo todo controlado, saber desenvolverse a la perfección y no dudar. Sin embargo, lo más lógico y esperable es que tener un hijo por primera vez suponga algo emocionante y estresante a partes iguales, con miedos y dudas respecto a los cuidados, la crianza, la salud, etc.

Por norma general, los miedos más notorios suelen girar en torno a los posibles problemas de salud del bebé. Así, la futura madre suele temer que su hijo sufra alguna complicación, trastorno o enfermedad. También suelen ser motivo de temor aspectos ligados a la ya mencionada aspiración de ser la madre perfecta. La mujer puede pensar que no está preparada, que la situación le viene grande o no será suficientemente buena para atender a la criatura.

Añadido a todo lo comentado, también suele ser agobiante para muchas madres primerizas todo lo relacionado con la lactancia y la capacidad o incapacidad de llevarla a cabo. De nuevo, las mujeres suelen ser duramente juzgadas por sus decisiones como madres. Si no dan el pecho a sus bebés, se les piden justificaciones o se les culpa por no haber dado lactancia.

Todo esta cultura de la madre perfecta que todo lo puede no ha hecho otra cosa que dañar la salud mental de las madres y generar más temores en las que están camino de serlo. A pesar de todo, es posible vivir la maternidad de manera armoniosa y satisfactoria. Algunas pautas que pueden ayudar a conseguirlo:

  • Acudir a todas las citas con el pediatra y la matrona, con el fin de asegurar que todo va adecuadamente y resolver las dudas que puedan surgir. Los profesionales son la única fuente totalmente fiable de información, por lo que son los indicados para despejar miedos y temores.

  • Además de los profesionales, es posible ampliar el conocimiento con libros especializados en temáticas de embarazo y crianza. Adquirir aprendizajes ayudará a reducir la incertidumbre y entender mejor el proceso de ser madre y criar.

  • Tener redes sociales sólidas, de manera que se pueda delegar y contar con apoyo suficiente en el intenso viaje de la maternidad. Recuerda que no existen las madres perfectas que todo lo pueden, por lo que pedir ayuda no te hace menos válida para criar y cubrir las necesidades del bebé.

  • Utiliza tu instinto y sentido común sobre todas las cosas. Ignora comentarios de personas ajenas que nada conocen de tu proceso de maternidad.

  • Aunque los primeros días sean desbordantes, se trata de un proceso que requiere adaptación progresiva. Tras el caos del inicio, todo irá volviendo a su lugar, ten paciencia.

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Los 7 miedos más frecuentes de las madres primerizas

Como venimos comentando, es extremadamente frecuente que las madres primerizas sufran diversos miedos y temores. Entre los más habituales se encuentran los siguientes.

1. No ser capaz de llevar el embarazo y la maternidad

El miedo es una emoción muy frecuente cuando una mujer conoce que va a ser madre. En ese momento, aparecen muchas anticipaciones y pensamientos por los que ella misma duda de su capacidad para sobrellevar la espera y la consiguiente crianza. Dependiendo de cada persona, este temor puede concentrarse en las dificultades del propio embarazo, el trabajo de parto o los cuidados que vienen después. En cualquier caso, existe un miedo a no ser capaz o suficiente para las exigencias del rol de madre.

2. Cambios en el cuerpo

Quizá te resulte superficial, pero lo cierto es que es lógico que muchas mujeres sientan miedo ante la posibilidad de ver su cuerpo transformado. Cada mujer es diferente, tiene una historia distinta detrás… por lo que no se trata de juzgar este temor, sino entender por qué aparece. No podemos ignorar que el embarazo es para muchas personas un potente detonante de TCAs, por lo que debe existir siempre observación de conductas atípicas que puedan señalar esta posibilidad.

No obstante, las mujeres que no sufren problemas con la comida o el cuerpo también pueden sentir mucha preocupación hacia los cambios físicos, especialmente hacia el aumento de peso. En este sentido, parece que muchos profesionales de la salud adoptan una perspectiva de trabajo gordófoba, de tal forma que se presiona a la embarazada a preservar la delgadez hasta límites que nada tienen que ver con la salud. En algunas mujeres no hay miedo como tal, pero sí preocupación por cuestiones menores como estrías, varices, flacidez en la piel, etc.

3. Cambio en el estilo de vida

Es indudable que la maternidad transforma la vida de los padres. Tener un hijo a cargo hace que de pronto las prioridades cambien, pues el bebé pasa a ser el centro y la prioridad. Para muchas madres primerizas esta idea genera temor, pues les da miedo pensar en cómo su vida puede verse trastocada por la maternidad.

Normalmente, aunque se dan cambios profundos en la vida, la realidad es que poco a poco la rutina se reorganiza y la vida se retoma a medida que el bebé se desarrolla y reduce su demanda. No obstante, es clave entender que un bebé necesite permanentemente a sus padres en los primeros meses, pues ha pasado nada menos que nueve meses dentro del cuerpo materno. No olvidemos que los bebés nacen totalmente dependientes y su desarrollo no está culminado, pues éste continúa en el exterior del útero.

4. Daños en la salud materna

Muchas mujeres sufren no solo por la salud de su bebé, sino también por la suya propia. El embarazo es un momento donde aparecen síntomas y molestias que hacen que la futura madre pueda estar angustiada o preocupada. Por ejemplo, las náuseas son para muchas un auténtico sufrimiento hasta que culmina el primer trimestre.

5. La salud del bebé

Como ya adelantamos, la salud del bebé es una de las principales preocupaciones de una madre primeriza, incluso antes de que este haya nacido. El problema de este temor es que muchas veces se hace tan intenso que perjudica el bienestar psicológico de la mujer, lo que a su vez puede mermar el bienestar del bebé. En caso de que este miedo se salga de las preocupaciones comunes, es importante contar con un profesional de salud mental para gestionar la situación.

6. Pruebas médicas

El embarazo es una etapa repleta de controles y pruebas médicas. Para las mujeres que se sientan incómodas en entornos médicos u hospitalarios, este período puede hacerse complicado. Esto se hace más complejo aún si existen fobias como la fobia a las agujas o a la sangre. En estos casos, lo más conveniente es trabajar posibles miedos antes del embarazo o durante el mismo de la mano de un profesional.

7. Problemas económicos

Criar un hijo requiere grandes inversiones económicas. Este gasto también puede suponer un quebradero de cabeza para muchas madres primerizas. En esta situación, es importante hablar con la pareja acerca de la gestión doméstica del dinero y planificar los gastos para evitar sorpresas desagradables.

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