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La civilización humana ha llegado al punto en el que se encuentra actualmente gracias a cómo, a través de la historia, las distintas sociedades han luchado para promover los derechos fundamentales de las personas. Han sido muchas las ocasiones, en las épocas más oscuras de nuestra historia, donde estos derechos han sido violados. Pero a día de hoy, en pleno siglo XXI y, al menos en los países desarrollados, podemos decir que disfrutamos de unos derechos básicos para la vida.
Y de entre todos estos derechos básicos, si hay uno que, por las características inherentes de nuestra naturaleza humana, necesitamos, ansiamos y merecemos, esa es la libertad. El derecho y facultad humana de obrar por voluntad propia y bajo nuestra propia responsabilidad, sin estar sujetos a imposiciones ajenas que limitan nuestra capacidad para elegir libremente.
Estaremos de acuerdo en que la libertad es esencial para que exista una sociedad justa. Pero, como siempre, hay otra cara de la moneda. Porque un mal uso de esta libertad y, sobre todo, una interpretación incorrecta de lo que significa “ser libres”, puede llevarnos a caer en lo que se conoce como libertinaje, una abusiva y excesiva libertad sin asumir las consecuencias de nuestros actos, transgrediendo las normas y atentando contra las libertades ajenas.
Y como existe mucha confusión entre conceptos pero es necesario conocer las diferencias entre ellos, en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a indagar en las principales diferencias entre la libertad y el libertinaje en forma de puntos clave. De este modo, no volveremos a confundir estos términos relacionados pero tan dispares.
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¿Qué es la libertad? ¿Y el libertinaje?
Antes de entrar en profundidad y presentar las diferencias entre conceptos en forma de puntos clave, es importante (e interesante) que nos pongamos en contexto y comprendamos la naturaleza individual de cada uno de ellos. De este modo, tanto su relación como sus diferencias empezarán a quedar mucho más claras. Veamos, pues, qué es exactamente la libertad y qué es el libertinaje.
Libertad: ¿qué es?
La libertad es un derecho y facultad humana que consiste en la capacidad de actuar por voluntad propia y bajo nuestra propia responsabilidad, obrando de tal forma que podemos decidir cómo actuar, pensar y hablar sin que nuestros actos estén condicionados por presiones ajenas. Así, ser libre significa, siendo responsable de lo que decidimos, tener la capacidad de expresarnos sin tener imposiciones externas o ser víctimas de conductas coercitivas.
La libertad es un valor que debemos defender a toda costa, al ser el derecho que asegura nuestra libre determinación. Una persona libre puede actuar, hablar y pensar como desee sin estar atada a restricciones ajenas. En un informe presentado en 2020 por Freedom House se determinó que 83 de los 195 países del mundo estudiados eran libres.
Del mismo modo, es importante tener en cuenta que, si bien es cierto que la libertad es el derecho que nos permite actuar bajo nuestra propia voluntad, este valor debe ser ejercido de tal manera que se respete la ley, nos adecuemos a las normas morales y no atentemos contra los derechos de los demás. Como bien dicen: tu libertad termina donde empieza la mía. Y una libertad donde no se respeta la libertad ajena no es una libertad plena.
En este contexto, la libertad es una facultad inherente al ser humano reconocida como derecho y valor fundamental que se expresa de muchas formas distintas: libertad de opinión, de expresión, de culto, de elección, de prensa, de movimiento, de asociación, de manifestación, académica, laboral, educativa, de propiedad, sexual, etc. Cada una de ellas, en un plano individual y colectivo, constituyen una sociedad verdaderamente libre.
Aun así, también es cierto que, al mezclar tantos conceptos filosóficos, sociales y políticos, no es sencillo definir la “libertad”. Es un concepto cuyos límites son muy difusos y que está rodeado de mucha controversia y confusión. Y es precisamente lo que, por una mala interpretación de lo que es “ser libre”, muchas personas tienen tendencia a caer en el libertinaje, el término en el que vamos a indagar a continuación.
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Libertinaje: ¿qué es?
El libertinaje es una conducta que emerge de una mala interpretación y de un mal uso de la libertad, utilizando ese derecho sin asumir las consecuencias de nuestros actos, comportándonos de forma irresponsable e incluso atentando contra las libertades ajenas. Por tanto, es una dañina libertad excesiva y abusiva en lo que hacemos o decimos, siendo así una amenaza para la libertad colectiva.
“Libertinaje” viene de “libertino”, el cual, a su vez, procede del latín libertinus, que apela a aquel individuo que trasgrede las normas morales y las barreras sociales para hacer un mal uso de su libertad individual, actuando sin control de forma irresponsable al no encontrarse obstáculos para obrar de tal forma.
Se trata de un concepto que depende mucho del contexto social y especialmente moral, ético y cultural de cada sociedad, pues en cada una de ellas existen unas conductas que pueden considerarse como libertinaje mientras que en otras, al no atentar contra los valores de la misma, no llegan a ser consideradas como tal. Sin ir más lejos, en determinados países, por desgracia, la homosexualidad sigue considerándose un libertinaje, mientras que en las sociedades más desarrolladas forma parte de la libertad sexual.
De todos modos, a nivel algo más universal y sin entrar en la moral de cada sociedad, sí que podemos considerar el libertinaje como aquel uso dañino de la libertad individual que atenta contra la libertad de otra persona de nuestro entorno, pues con nuestros actos irresponsables, estamos invadiendo las libertades ajenas.
De ahí que el libertinaje, como por ejemplo usar nuestra “libertad” de subirnos al coche después de haber consumido drogas, pueda ser una amenaza para la convivencia social, pues no nos importan las consecuencias que nuestros actos libertinos pueden tener en las personas de nuestro alrededor. El libertinaje no es un derecho. Es una conducta de aquellas personas que abusan de su libertad.
Libertinaje y libertad: ¿en qué se diferencian?
Tras analizar las bases de ambos conceptos, seguro que tanto su relación como sus diferencias han quedado más que claras. Aun así, por si necesitas (o simplemente quieres) disponer de la información con un carácter más visual, esquemático y resumido, hemos preparado la siguiente selección de las principales diferencias entre libertad y libertinaje en forma de puntos clave.
1. La libertad es un derecho; el libertinaje, un atentado contra los derechos
Seguramente, la diferencia más importante. La libertad es un valor y derecho humano fundamental que, de hecho y evidentemente, está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todas las personas tenemos el derecho a ser libres, es decir, de actuar de una forma responsable y sin atentar contra los derechos ajenos bajo nuestra propia voluntad sin que nuestra facultad de elegir se vea condicionada por coacciones externas.
En cambio, el libertinaje no es ningún derecho humano. De hecho, todo lo contrario. Y es que no solo es que sea un mal uso de la libertad por una mala interpretación de este derecho, sino que ser libertino implica que nuestros actos atentan contra las libertades ajenas. Por tanto, estamos dañando el derecho de otra persona a ser enteramente libre.
2. El libertinaje es un abusivo y excesivo mal uso de la libertad
Ser libres implica disponer de la facultad de elegir sin imposiciones ajenas, sí, pero siempre y cuando respetemos las normas morales, los códigos éticos, las leyes y los derechos de las otras personas. Cuando atentamos contra uno (o varios) de estos supuestos, no estamos siendo libres. Estamos haciendo un mal uso de nuestra libertad y, actuando de forma irresponsable o atentando contra las libertades ajenas, estamos cayendo en el libertinaje.
3. Una persona libre respeta la libertad ajena; una libertina, no
El concepto de “libertad” viene ligado necesariamente a un respeto por la libertad ajena. Si crees que eres libre pero tus actos de supuesta libertad están dañando o limitando las libertades de otra o varias personas, entonces no eres libre. Has caído en el libertinaje, el cual sí que lleva implícito el no respeto hacia las libertades de los demás.
4. La libertad implica responsabilidad; el libertinaje, irresponsabilidad
Del mismo modo que implica respeto por las libertades ajenas, la libertad también viene asociada a la responsabilidad. Cuando somos libres, actuamos bajo nuestra propia voluntad pero también en base a la responsabilidad, analizando las consecuencias que pueden tener nuestros actos y, en función de ello, determinar si podemos o no ejercer nuestro derecho a obrar de forma libre.
¿Somos libres de conducir después de haber bebido? Sí, pero como no es una conducta responsable, no podemos hablar de libertad. Una persona que hace uso de su libertad para realizar actos irresponsables, imprudentes y peligrosos para ella misma y para las demás, no es libre. Ha caído en el libertinaje.
5. El libertinaje es una amenaza para la sociedad
Por todo lo que hemos visto, especialmente en lo que a limitación de la libertad ajena y conductas irresponsables se refiere, queda claro que el libertinaje, ese mal uso de la libertad, es una amenaza para la sociedad, pues atentamos contra los derechos colectivos e incluso podemos hacer daño a otras personas. En cambio, la libertad es uno de los pilares más fundamentales de la sociedad humana y un derecho que todos debemos defender.
