Las 5 diferencias entre páncreas y vesícula (explicadas)

El páncreas es un órgano que pertenece al sistema digestivo y endocrino, mientras que la vesícula tiene la función de almacenar la bilis. Una descripción de las diferencias morfológicas y fisiológicas entre ambas estructuras.

Diferencias páncreas vesícula

Nuestro cuerpo es una máquina casi perfecta. Una proeza de la evolución biológica en la que más de 80 órganos distintos trabajan de forma coordinada para mantener estables nuestras funciones fisiológicas y para permitir que desarrollemos nuestras habilidades tanto físicas como mentales. Y en este sentido, hay órganos que, en la sociedad, son perfectamente conocidos: cerebro, corazón, pulmones, piel, riñones…

Pero hay otros que, aunque sea “injusto” debido a la importancia que tienen dentro de nuestro organismo, son menos famosos. Y es que como decimos, hay decenas de órganos diferentes y todos ellos son importantes. Pero, si ponemos en una balanza importancia y desconocimiento popular, hay dos que, sin duda, se llevan el premio. Estamos hablando del páncreas y la vesícula.

Dos órganos muy importantes en el cuerpo cuyas funciones, sin embargo, son bastante poco conocidas a nivel general. El páncreas es un órgano que pertenece al sistema tanto digestivo como endocrino, desarrollando actividades esenciales en ambos. Y la vesícula biliar, por su parte, se encarga de almacenar la bilis, una sustancia sintetizada por el hígado e imprescindible en la digestión.

Así pues, en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, además de entender perfectamente las funciones fisiológicas y características morfológicas de ambos órganos, vamos a analizar las principales diferencias entre el páncreas y la vesícula biliar para que nunca más vuelvas a confundirlos.

¿Qué es el páncreas? ¿Y la vesícula?

Después vamos a presentar las diferencias entre ellos en forma de puntos clave, pero antes es interesante (y también importante) que nos pongamos en contexto y comprendamos, individualmente, en qué consiste cada uno de estos órganos. Veamos, pues, la morfología y fisiología tanto del páncreas como de la vesícula biliar.

Páncreas: ¿qué es?

El páncreas es un órgano de naturaleza glandular que forma parte del sistema tanto digestivo como endocrino, siendo una estructura de forma alargada con una longitud de 15-20 cm, un grosor de 4-5 cm y un peso de entre 70 y 150 gramos que se localiza en la cavidad abdominal, justo por detrás del estómago, a la altura de la segunda vértebra lumbar, entre el bazo y el duodeno y junto a las glándulas suprarrenales.

A nivel fisiológico, el páncreas es un órgano que ayuda tanto a la regulación de los niveles de azúcar en sangre liberando hormonas a la circulación sanguínea que modulan la cantidad de glucosa en los vasos sanguíneos (función endocrina) como a la digestión de los alimentos mediante la liberación de compuestos enzimáticos al intestino delgado (función exocrina).

Por lo tanto, la actividad exocrina es aquella que está vinculada al sistema digestivo. El páncreas dispone de células que producen el jugo pancreático, el cual es rico en amilasas (ayudan a degradar los hidratos de carbono complejos), lipasas (ayudan a digerir las grasas y son producidas única y exclusivamente por el páncreas) y proteasas (que degradan las proteínas en aminoácidos).

Cuando los alimentos están siendo digeridos en el estómago, el páncreas empieza a estimular su actividad y libera este jugo pancreático cargado de enzimas digestivas al duodeno, que es la primera porción del intestino delgado. Gracias al páncreas, pues, la digestión, que no se ha completado en el estómago, continúa a nivel intestinal. Además, libera también carbonato para neutralizar los ácidos procedentes del estómago y así proteger a las células de los intestinos que van a absorber los nutrientes.

Por otro lado, la actividad endocrina es aquella que está vinculada al sistema endocrino, como se puede deducir por el nombre. El páncreas está especializado en la síntesis y liberación de unas hormonas concretas: insulina (es la más famosa y la que rebaja los niveles de glucosa en sangre cuando son demasiado altos), glucagón (aumenta los niveles de glucosa en sangre cuando son demasiado bajos), somatostatina (inhibe la secreción tanto de insulina como de glucagón) y polipéptido pancreático (inhibe la secreción de somatostina). Toda esta actividad endocrina permite una correcta regulación del azúcar en la circulación sanguínea, algo esencial para la salud.

Por lo tanto, el páncreas es un órgano con forma de pera plana ubicado por detrás del estómago que resulta esencial tanto para la digestión de los hidratos de carbono, grasas y proteínas a través de la liberación de jugo pancreático en el intestino delgado como para regular los niveles de glucosa en sangre gracias a su papel endocrino, modulando la liberación de insulina, glucagón y otras hormonas que controlan el azúcar en la circulación sanguínea.

Páncreas

Vesícula biliar: ¿qué es?

La vesícula biliar, conocida simplemente como vesícula, es un órgano que forma parte del hígado, siendo, pues, una estructura del sistema digestivo humano. Se trata de una víscera hueca con forma de pera y de unos 10 cm de longitud que se localiza por debajo del hígado, el órgano más grande del cuerpo humano, el cual está ubicado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, por encima del estómago y justo por debajo del diafragma.

A nivel fisiológico, la vesícula humana tiene la importante función de acumular la bilis, una sustancia digestiva que es sintetizada por parte de los hepatocitos (las células hepáticas funcionales) que es rica en colesterol, ácidos biliares y bilirrubina (que es producto de la descomposición de los glóbulos rojos que tiene lugar en el hígado) y que, por su composición, ayuda a digerir las grasas de los alimentos y a convertirlas en ácidos grasos simples que sean asimilables.

Así pues, la vesícula biliar es un pequeño saco muscular que recoge la bilis producida por el hígado y la almacena (su capacidad es de entre 40 y 70 ml de bilis) hasta que, cuando comemos y tenemos que digerir los alimentos, necesitemos hacer uso de esta sustancia. Cuando necesitamos la bilis, la vesícula drena su contenido a la luz intestinal. Y es gracias a su retención que logramos que esta sustancia se libere en las cantidades óptimas para asegurar un correcto rendimiento.

En resumen, la vesícula biliar es un órgano de naturaleza visceral que, estando asociado con el hígado, recoge, a través de los conductos hepáticos, la bilis y la almacena hasta que su presencia en el intestino sea necesaria, momento en el que la vesícula, a través del conducto colédoco, libera esta sustancia a la luz intestinal, permitiendo así una buena digestión de las grasas gracias a los compuestos presentes en la bilis.

Vesícula biliar

¿En qué se diferencian la vesícula biliar y el páncreas?

Tras haber analizado extensamente las funciones fisiológicas, las características morfológicas y las propiedades anatómicas de ambos órganos, seguro que las diferencias entre ellos han quedado más que claras. Aun así, por si necesitas (o simplemente quieres) tener la información con un carácter más visual, hemos preparado la siguiente selección de las más importantes diferencias entre el páncreas y la vesícula biliar en forma de puntos clave.

1. El páncreas tiene actividad endocrina; la vesícula, no

La diferencia más importante de todas. Ambos órganos forman parte del sistema digestivo, pero el páncreas es el único de ellos que también forma parte del sistema endocrino. Así pues, la vesícula no libera ningún tipo de hormona, solo se centra en colaborar en la digestión de los alimentos.

El páncreas, en cambio, además de su papel digestivo, produce y libera hormonas (insulina, glucagón, somatostatina y polipéptido pancreático) que fluyen por la sangre y regulan, según las necesidades, los niveles de glucosa en sangre.

2. El páncreas libera jugo pancreático; la vesícula, bilis

El páncreas y la vesícula, en su papel digestivo, están asociados a sustancias distintas. El páncreas produce y libera a la luz intestinal el jugo pancreático, una sustancia rica en amilasas, lipasas y proteasas que ayudan a degradar los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.

La vesícula, en cambio, almacena (no la produce ella) la bilis sintetizada por el hígado, una sustancia rica en colesterol, ácidos biliares y bilirrubina que ayuda a digerir las grasas. Por tanto, mientras que el páncreas produce el jugo pancreático, la vesícula no sintetiza la bilis, sino que recoge aquella producida por el hígado y la almacena hasta que su presencia en el intestino se requiere.

3. La vesícula solo ayuda a la digestión de grasas; el páncreas, a la de carbohidratos y proteínas

Como hemos visto en el anterior punto, en su papel digestivo, el páncreas tiene mayor variedad de funciones. Y es que el jugo pancreático, además de ayudar a la digestión de grasas, también participa en la degradación de los hidratos de carbono y las proteínas que no han sido del todo digeridas en el estómago. En el caso de la vesícula, como la bilis solo contiene sustancias que degradan las grasas (y que son muy importantes, una cosa no quita la otra), no participa en la digestión de carbohidratos y proteínas.

4. El páncreas es más grande que la vesícula biliar

A nivel morfológico, también hay diferencias. Y es que el tamaño del páncreas es mayor que el de la vesícula. Mientras que el páncreas tiene una longitud de 15-20 cm, un grosor de 4-5 cm y un peso de 70-150 gramos, la vesícula tiene una longitud de 7-11 cm, un grosor de 1,5-4 cm y un peso que, eso sí, varía dependiendo del contenido de bilis que almacena.

5. El páncreas es una glándula; la vesícula, una víscera hueca

Siguiendo con características anatómicas, el páncreas, por su morfología y funciones, es un órgano glandular. Una glándula ubicada por detrás del estómago que produce y libera tanto jugo pancreático como hormonas. La vesícula biliar, en cambio, no es una glándula, se trata de un órgano que consiste en una víscera hueca que “simplemente” almacena la bilis procedente el hígado hasta que su presencia en la luz intestinal se requiere.

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