Las 10 enfermedades que causan más muertes en el mundo

Si juntas una elevada frecuencia y una alta letalidad obtienes algunas de las enfermedades causantes de más muertes en el mundo.

Enfermedades que causan más muertes en el mundo

Cada año mueren en el mundo unas 57 millones de personas. Y, a pesar de que son las que se llevan la mayoría de titulares, los accidentes automovilísticos, los traumatismos, los asesinatos y todas estas circunstancias representan “solo” 5 millones de todas estas muertes.

Los verdaderos asesinos son las enfermedades. Las enfermedades infecciosas (gripe, neumonía, SIDA, tuberculosis…) son responsables de 16 millones de defunciones al año. Es un número extremadamente alto que, sin embargo, empequeñece ante las otras enfermedades que no se transmiten entre personas.

Las enfermedades no transmisibles son la primera causa de muerte en el mundo. Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, los trastornos respiratorios, etc, son responsables de unas 36 millones de muertes cada año. Prácticamente todas las defunciones son debidas a estas patologías, las cuales suelen estar vinculadas al envejecimiento y a los malos hábitos de vida.

En el artículo de hoy veremos las 10 enfermedades responsables de un mayor número de defunciones, detallando tanto las muertes que provocan como la naturaleza de estos trastornos.

¿De qué morimos?

Para responder a esta pregunta primero hay que tener en cuenta que las causas de defunción varían enormemente entre países. Por ejemplo, las enfermedades diarreicas son la principal causa de muerte en los países pobres, mientra que en los países más desarrollados, prácticamente nadie muere por ellas.

De todos modos, la lista que proponemos a continuación no discrimina entre países. Simplemente se cogen los datos de las defunciones y se plasman en un ranking.

Como hemos dicho, pese a que evidentemente hay excepciones, las personas no solemos morir por accidentes de coche o por otros traumatismos. Las personas morimos, por regla general, porque enfermamos.

Y enfermamos ya sea porque un patógeno nos infecta o bien porque nuestros órganos vitales dejan de funcionar como es debido. En el caso de las enfermedades infecciosas, al menos en los países desarrollados, el impacto de los patógenos cada vez es menor. Si miramos a principios del siglo XX, prácticamente todas las defunciones eran debidas a los gérmenes. Hoy en día, gracias al desarrollo de la medicina y a las formas de prevención de estas enfermedades, no provocan tantas muertes.

Por lo tanto, la mayoría de defunciones se dan porque nuestros órganos dejan de funcionar. Y esto puede suceder tanto por el simple hecho de envejecer, con el famoso “morir de viejo”, por el mero azar genético o bien porque hemos adoptado unos hábitos de vida poco saludables.

Por cualquiera de estos tres motivos es posible que algo dentro de nosotros empiece a fallar. Enfermedades del corazón, afecciones en los pulmones, fallos en los riñones, cáncer… Todas estas enfermedades ponen en peligro la vida y su aparición es una combinación de factores genéticos y de estilo de vida.

¿Cuáles son las enfermedades que más matan?

A continuación presentamos las enfermedades que más muertes provocan cada año en el mundo, detallando la cifra de defunciones de las que son responsables. Los datos corresponden al año 2017 y fueron presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

1. Cardiopatía isquémica: 8’7 millones

La cardiopatía isquémica es la enfermedad que más mata en todo el mundo. Consiste en una acumulación de grasa y en una inflamación - y consecuente estrechamiento - de las arterias coronarias, aquellas encargadas de suministrar sangre al corazón. Esto provoca una insuficiencia cardíaca que puede resultar mortal si no se corrige.

Causa tantas muertes porque, además de ser muy letal, es muy común en la población ya que sus causas son diversas: tabaquismo, mala alimentación, falta de actividad física, hiperglucemia, sobrepeso, hipertensión… Suele derivar en un infarto o en otros problemas cardiovasculares que tienden a ser fatales para la persona.

Pese a que el daño al corazón es irreversible, el tratamiento consiste en tomar medicamentos antiinflamatorios, vigilar la alimentación, hacer deporte, dejar de fumar (en caso de que se hiciera), controlar el peso, etc. Con esto se reducen las probabilidades de que la enfermedad progrese y provoque la muerte.

2. Infarto: 6’2 millones

Un infarto es una situación de emergencia clínica en la que, a causa de un bloqueo de las arterias coronarias, deja de llegar sangre y oxígeno al corazón, haciendo que sus células mueran. Es debido a la formación de un trombo en estas arterias a causa de una acumulación progresiva de colesterol o por trastornos en la coagulación de la sangre.

El primer síntoma de que se está sufriendo un ataque al corazón es el dolor en el pecho, el cual se prolonga hasta la mandíbula y/o por el brazo izquierdo. El tratamiento debe ser administrado de forma inmediata, por lo que hay que llamar a una ambulancia, y consiste en un aporte externo de oxígeno y en la inyección de medicamentos por vena, además de terapia por desfibrilador si el equipo médico lo considera necesario.

Incluso así, la mayoría de veces el tratamiento no llega a tiempo, por lo que los infartos cardíacos continúan siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Vigilar la alimentación y llevar un estilo de vida saludable son las mejores formas de prevenir su aparición.

3. Infecciones de las vías respiratorias: 3’1 millones

Las vías respiratorias están expuestas constantemente al ataque de patógenos, por lo que son una de las patologías más comunes en el mundo. Todos sufrimos cada año un resfriado o la gripe. Además, algunas de estas enfermedades infecciosas pueden ser muy graves, por lo que dada su elevada incidencia y sus consecuencias para la salud, representan una de las principales causas de muerte en el mundo.

Las infecciones del aparato respiratorio y, en especial, de los pulmones son patologías graves que, si bien pueden ser tratadas si se dispone de las técnicas necesarias, en los países pobres causan millones de muertes cada año.

La neumonía, por ejemplo, consiste en una infección bacteriana de los sacos aéreos pulmonares y requiere de tratamiento rápido con antibióticos. De lo contrario, puede resultar fatal.

4. Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): 3’1 millones

La EPOC consiste en una inflamación de los pulmones, una situación que obstruye el flujo de aire y hace que cada vez sea más difícil respirar, provocando la muerte de la persona debido a una insuficiencia respiratoria. Está causada básicamente por el tabaquismo.

La sintomatología, que va empeorando con el tiempo, incluye: dificultad para respirar, silbido al respirar, exceso de mucosidad, infecciones respiratorias recurrentes, debilidad y fatiga, pérdida de peso…

Pese a que no existe cura, disponemos de tratamientos que alivian los síntomas y que, en la medida de lo posible, ralentizan el progreso de la enfermedad.

5. Cáncer de pulmón: 1’7 millones

El de pulmón es el tipo de cáncer más común y el que causa más muertes con diferencia, pues de los 2 millones de casos que se diagnostican cada año, 1’7 millones de ellos resultan en la muerte de la persona. El tabaquismo es la principal causa, tanto para fumadores activos como pasivos.

Sin embargo, también puede desarrollarse en personas que nunca han entrado en contacto con el tabaco; en cuyo caso las causas no están demasiado claras.

Los síntomas suelen ser tos (a veces con sangre), falta de aire, ronquera, dolor en el pecho, pérdida de peso… Es muy difícil de tratar y suele acabar provocando la muerte de la persona inevitablemente.

6. Diabetes: 1’6 millones

La diabetes es una enfermedad endocrina muy común sufrida por más de 400 millones de personas en el mundo y que, de no disponer de tratamientos, resulta mortal. Se trata de un trastorno en el que la funcionalidad de la insulina, una hormona que evita que haya un exceso de azúcar en la sangre, se ve afectada, lo que provoca una hiperglucemia.

Puede ser causada tanto por la genética como por haber llevado una mala alimentación. De todos modos, la diabetes provoca pérdida de peso, infecciones recurrentes, debilidad, visión borrosa… Y puede conducir a padecer graves enfermedades cardiovasculares, renales, mentales, etc. De ahí su alta mortalidad.

Pese a no tener cura, una correcta prevención y las inyecciones de insulina están ayudando a que, al menos en los países desarrollados, la diabetes provoque cada vez menos muertes.

7. Demencia: 1’5 millones

Las demencias son trastornos neurológicos caracterizados por un deterioro progresivo de las células del cerebro, que lentamente van degenerándose hasta morir. El tipo de demencia más frecuente en el mundo es el Alzheimer, la cual afecta a personas mayores de 65 años.

Las causas se desconocen, aunque se sabe que el factor genético es muy importante. La demencia provoca una disminución lenta pero continua de la capacidad mental. Al principio se manifiesta con problemas para comunicarse, pérdida de memoria, dificultad para coordinar las habilidades motoras, cambios en la personalidad, ansiedad, alucinaciones…

Con el tiempo, esta degeneración de las neuronas acaba provocando que el cerebro no pueda ni controlar las funciones vitales, por lo que la persona acaba muriendo a causa de la enfermedad. Pese a no existir cura, los medicamentos actuales ayudan a mejorar los síntomas de forma temporal para que el afectado pueda llevar una vida independiente el mayor tiempo posible.

8. Enfermedades diarreicas: 1’39 millones

Las enfermedades diarreicas son todas aquellas enfermedades infecciosas que se transmiten, principalmente, a través de alimentos y agua contaminados con materia fecal, la cual puede contener bacterias y virus patógenos.

La gastroenteritis, la salmonelosis, la listeriosis, la campilobacteriosis… Todas estas enfermedades provocan una diarrea muy intensa que, de no ser tratada correctamente, puede acabar provocando la muerte, especialmente entre los niños de los países pobres, que son más sensibles a estas enfermedades. De hecho, cada año causan la muerte de más de 500.000 niños menores de cinco años.

En los países desarrollados no afectan tanto ya que disponemos de sistemas de potabilización del agua y tenemos acceso a tratamientos que resuelven las complicaciones rápidamente, pero en los países pobres son una de las principales causas de defunción.

9. Tuberculosis: 1’37 millones

Pese a que se crea lo contrario, la tuberculosis sigue existiendo y, de hecho, está entre las diez principales causas de muerte en el mundo. Si bien en los países desarrollados es raro que surja algún caso, en los países pobres continúa siendo responsable de un número muy alto de defunciones.

La tuberculosis está causada por “Mycobacterium tuberculosis”, una bacteria que se disemina por el aire cuando un infectado habla, tose o estornuda y que infecta los pulmones y otras partes del cuerpo.

Los síntomas más comunes son la tos severa, toser sangre, escupir mocos con sangre, debilidad y taiga, fiebre alta, escalofríos, pérdida de peso, sudoración nocturna…

Sin un tratamiento con los antibióticos y otros medicamentos adecuados, la tuberculosis acaba resultando casi siempre mortal. Y teniendo en cuenta que afecta de forma casi exclusiva a países pobres donde no tienen acceso a estos fármacos, la tuberculosis sigue siendo una de las principales causas de defunción en el mundo.

10. SIDA: 1’1 millones

El SIDA es una enfermedad que, pese a que progresivamente conseguimos que provoque menos muertes, representa una de las mayores pandemias de la historia de la humanidad. De hecho, desde su aparición en la década de los 80, ha matado a más de 35 millones de personas.

Se trata de una enfermedad infecciosa causada por el virus del VIH, un virus que se transmite por contacto sexual. El virus puede pasar años sin dar muestras de su presencia, pero cuando lo hace, empieza a provocar una grave debilitación del sistema inmune: la persona ha desarrollado SIDA.

El SIDA provoca fiebre recurrente, adelgazamiento extremo, diarrea crónica, debilidad y fatiga persistente, etc, y acaba provocando la muerte de la persona si no se aplican tratamientos. Pese a no existir cura, disponemos de terapias farmacológicas que ralentizan el desarrollo de la enfermedad, por lo que es posible conseguir que una persona con VIH no exprese el SIDA a lo largo de su vida.

Referencias bibliográficas

  • World Health Organization (1999) “Removing Obstacles to Healthy Development”. WHO.
  • World Health Organization (2018) “Managing epidemics: Key facts about major deadly diseases”. WHO.
  • World Health Organization (2018) “The top 10 causes of death”. WHO.
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