Existe mucha información errónea en torno a la marihuana desde la época de su prohibición gradual a principios del siglo XX. El debate en cuanto al consumo de esta droga sigue estando politizado, con personas en ambos extremos del continuo de creencias. También existen numerosos rumores falsos en cuanto a su legalidad en distintos países y efectos derivados. Por ello, en este artículo desmontamos 10 de los mitos más repetidos sobre la marihuana y, en su lugar, explicamos la información correcta.
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¿Qué mitos acerca del consumo de marihuana deben desmentirse?
Alrededor de la marihuana, encontramos personas en ambos extremos del continuo que defienden distintas posiciones sin fundamento. Si bien no es cierto que esta sustancia no tenga un uso médico válido (se ha demostrado su eficacia para reducir ciertos dolores), también es un mito que sea totalmente inofensiva. Se han descrito numerosos efectos negativos y un trastorno de adicción. A continuación, te traemos los mitos más persistentes.
1. La marihuana no es adictiva
Falso. Existen muchos partidarios del cannabis que intentan negar la posibilidad de dependencia física o psicológica por el uso de esta planta. Sin embargo, aunque algunas personas pueden fumar marihuana durante largos periodos sin desarrollar ninguna adicción, al igual que para otras sustancias, es posible convertirse en dependiente.
Definir con precisión el alcance de estas dependencias y las circunstancias es complejo. Pero, sabemos que existen: los estudios han demostrado que la marihuana es susceptible de crear adicción. Al igual que otras drogas, la marihuana es una sustancia adictiva común que afecta el sistema nervioso.
Cuando se usa regularmente, puede causar síntomas de abstinencia físicos y psicológicos significativos, como fatiga, náuseas e insomnio. Algunos usuarios incluso informaron que no podían comer o tenían antojos intensos durante meses. Además, algunas personas usan el cannabis para enmascarar problemas de salud mental. Estos problemas incluyen ansiedad, depresión o insomnio, y pueden empeorar sin tratamiento.
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2. En Holanda y Portugal la marihuana es legal
Antes de decidir si se trata de una verdad o una falsedad hay que entender lo que significa legalidad. En el caso de Holanda, la marihuana nunca se ha legalizado de forma formal. Así bien, desde 1976, tienen una política oficial de no hacer cumplir las leyes existentes contra la posesión de pequeñas cantidades de marihuana o “coffeeshops”, establecimiento que dispensan marihuana. Sin embargo, cultivar, distribuir e importar marihuana siguen siendo delitos en los Países Bajos.
Portugal, en cambio, desde el 1 de julio de 2001, despenalizó todas las drogas principales, desde la marihuana hasta la cocaína y la heroína. Sin embargo, esto no equivale a la legalización. La posesión de marihuana y otras drogas se consideran infracciones administrativas en Portugal, lo que significa que ya no se castiga con penas de cárcel. Las personas pueden ser multadas o sentenciadas a servicio comunitario. En España está permitido el cultivo de marihuana (cáñamo) siempre que no contenga más de un porcentaje específico de THC.
3. Puedes sufrir una sobredosis de cannabis
Todos los años se producen muertes relacionadas con el abuso de alcohol, cocaína, heroína y otras drogas; podemos señalar la crisis de los opioides en Estados Unidos. Sin embargo, un consumo excesivo de marihuana no conduce a la muerte. El cannabis no afecta a la parte de nuestro sistema nervioso que controla la respiración.
Así bien, una dosis alta de marihuana puede provocar algunos síntomas de sobredosis como pánico, ansiedad y aceleración del ritmo cardíaco. Si bien no hay muertes confirmadas relacionadas con sobredosis de marihuana, algunas personas han afirmado experimentar fenómenos extraños como paranoia y alucinaciones después de haber consumido una cantidad muy superior a la normal.
Las sobredosis ocurren cuando los receptores que controlan la respiración se saturan y crean un efecto que evita un adecuado intercambio de gases en los pulmones. En última instancia, esta depresión del sistema nervioso central puede causar la muerte. Debido a que la marihuana no tiene receptores opioides, no se registran los mismos efectos de sobredosis que otras drogas. Como resultado, las sobredosis de marihuana no son posibles: nadie ha muerto nunca por haber consumido cannabis, y la mayoría de las instituciones consideran que la posibilidad es extremadamente improbable.
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4. El CBD tiene propiedades medicinales
Como su nombre indica, el CBD es un compuesto del cannabis, es decir, un cannabinoide que procede del cáñamo no psicoactivo o sin THC. Así bien, muchos de los beneficios medicinales y terapéuticos del cannabis se deben al THC, aunque algunos aspectos del CBD siguen siendo relevantes. Aunque, la mayoría de afirmaciones sobre el CBD y sus efectos milagrosos tiende a carecer de evidencia. No se ha demostrado que reduzca el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, ni que proteja contra tumores o mejore la cognición. Sin embargo, si se han demostrado ciertas acciones positivas:
Se ha demostrado su eficacia como anticonvulsivo o antiepiléptico. Además, actualmente existe un medicamento a base de CBD aprobado por agencias de medicamentos europeas y americanas, para este propósito. Se llama Epidyolex y ya está en uso en todo el mundo. Además, estudios a pequeña escala indican que el CBD puede tener efectos ansiolíticos. Sin embargo, la investigación aún se encuentra en sus primeras etapas, y aún no ha conducido a ningún medicamento específico.
También el CBD puede ayudar a combatir ciertos dolores. Si bien son solo observaciones preliminares, hay indicaciones de que la suplementación con este extracto puede reducir el dolor derivado del estrés oxidativo y la inflamación. Esto puede ser beneficioso, por ejemplo, para el tratamiento del dolor derivado de la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal y otras dolencias de la piel. Aunque estos compuestos deben probarse más para determinar su verdadero potencial.
5. El consumo de marihuana aumenta el riesgo de cáncer
Es una realidad que el humo de la marihuana contiene carcinógenos similares a los del humo del tabaco. Sin embargo, un estudio encontró que los grandes fumadores de marihuana no tienen un mayor riesgo de cáncer de pulmón que los no fumadores. Esto es lógico, ya que los consumidores de marihuana rara vez fuman tanto como los consumidores de tabaco.
El análisis reveló que no había correlación, e incluso una sugerencia de un efecto protector observado en usuarios intensivos. Existen otros estudios que apuntan a que la marihuana disminuye el crecimiento de tumores cancerosos. Además, el riesgo de cáncer implica la exposición al humo, y existen otras formas de consumo.
6. El consumo de marihuana potencia la delincuencia
A pesar de la afirmación de que fumar marihuana hace que las personas sean más propensas a cometer delitos, no hay evidencia que lo respalde. Si bien es verdad que el consumo de marihuana es mayor en personas que han delinquido, esto no significa que exista una correlación directa entre marihuana y delincuencia. Es más, la mayoría de consumidores no son delincuentes.
Dado que el cannabis está legalmente prohibido por defecto, usarlo, cultivarlo y venderlo son actos ilegales. Y como ocurre con todo lo relacionado con la venta ilegal de drogas, los problemas y la violencia dominan el mercado negro del cannabis. Pero la presencia de cannabis en sí no conduce a ninguna actividad delictiva. Además, en los países donde el consumo no está penado, los datos sugieren que la legalización de la marihuana no ha llevado a ningún aumento en las tasas de delitos violentos.
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7. La marihuana es una droga de iniciación
Falso. A muchos nos han explicado que el consumo de marihuana lleva inevitablemente a consumir otras drogas; sin embargo, la realidad es otra. Existen muchas personas que consumen marihuana de forma habitual y nunca han probado otro tipo de drogas, como la heroína o la cocaína. Además, hay personas que prueban antes estas drogas consideradas duras antes que la marihuana.
8. Existe la marihuana medicinal
La marihuana medicinal se refiere al uso de marihuana para tratar ciertas condiciones de salud. Por ejemplo, en Estados Unidos, el 60 % de los estados han legalizado la marihuana para su uso terapéutico. En la actualidad, esta se utiliza para aliviar el dolor, controlar las náuseas y los vómitos (comúnmente derivados del cáncer) y aumentar el apetito de ciertos pacientes cuya pérdida se deriva de la afección patológica, como en el caso del VIH.
9. La prohibición de la marihuana protege a los más jóvenes
Actualmente, los adolescentes fuman más hierba que tabaco: uno de cada 15 adolescentes varones fuma marihuana de forma habitual. Los defensores de la legalización de la marihuana afirman que la regulación y legalización de la droga evitaría el uso en menores de edad, ya que la prohibición no lo está consiguiendo.
10. La marihuana es de las drogas más peligrosas
Debido a ilegalidad, el cannabis a veces se relaciona con las drogas duras. Sin embargo, una gran cantidad de estudios demuestran que la marihuana es menos dañina que el alcohol, el tabaco y otras drogas legales. Asimismo, también es mucho menos peligrosa que las drogas duras como la heroína y la coca.
Sin embargo, pese a presentar riesgos menores, sus detractores argumentan que el cannabis es una droga de entrada (o de iniciación) al consumo de otras drogas ilegales. Sin embargo, esta planta difiere mucho de las drogas de entrada reales, como la heroína o la cocaína. A diferencia de estas sustancias, la marihuana no causa síntomas de abstinencia significativos y rara vez lleva a los usuarios a un ciclo de dependencia.
