Sintrom: qué es, indicaciones y efectos secundarios

El Sintrom es un medicamento anticoagulante, lo que significa que reduce la capacidad de la coagulación de la sangre, previniendo así la formación de trombos en los vasos sanguíneos.

Sintrom

Los trombos o coágulos sanguíneos están detrás de muchos casos de infartos, ictus y todo tipo de enfermedades cardiovasculares, las cuales son la principal causa de muerte en todo el mundo. De hecho, de las 56 millones de muertes registradas anualmente, 15 millones se atribuyen a patologías del corazón y los vasos sanguíneos.

En todas ellas, la tendencia a formar coágulos es uno de los factores de riesgo más importantes. Desde trastornos de origen genético hasta arritmias cardíacas, pasando por otras patologías sanguíneas o recuperaciones postquirúrgicas, hay muchas situaciones que pueden provocar la formación de trombos en las arterias y venas.

En este contexto, cuando hay riesgo de sufrir complicaciones debido a estos coágulos, los médicos pueden recetar medicamentos para disminuir la capacidad coagulante de la sangre, previniendo así la formación de trombos.

Y uno de los más prescritos es, sin duda, el Sintrom. Este medicamento, adecuado solo para casos muy concretos, puede ser la mejor opción para prevenir trombosis cuando hay un riesgo elevado de que se produzcan. En el artículo de hoy, pues, veremos qué es, cuándo está indicado (y cuándo no) y cuáles son sus efectos secundarios y ofreceremos una selección de preguntas y respuestas.

¿Qué es el Sintrom?

El Sintrom es un medicamento que se obtiene con receta médica y que, gracias a los cambios fisiológicos que su principio activo despierta en nuestro organismo, reduce la capacidad coagulante de la sangre, previniendo así la formación de trombos o coágulos en los vasos sanguíneos.

Los coágulos o trombos sanguíneos son masas de células (especialmente plaquetas) que se agregan formando un condensado sólido dentro de los vasos sanguíneos, cosa que puede venir impulsada por trastornos genéticos, problemas de tensión arterial, arritmias, hipercolesterolemia (niveles altos de colesterol), obesidad, enfermedades hepáticas...

Sea como sea, los coágulos sanguíneos pueden bloquear el flujo de sangre en un vaso sanguíneo. Y, dependiendo de su localización y del tamaño del trombo, esto puede derivar en problemas graves, que van desde hinchazón en la zona afectada hasta, en caso de que ocurra en el corazón o en el cerebro, la muerte.

En este contexto, el Sintrom puede ser la mejor opción para, en pacientes con riesgo de desarrollar coágulos, reducir la capacidad coagulante de la sangre. Pero, ¿cómo lo consigue? Veámoslo.

El Sintrom, que es un medicamento de la familia de los anticoagulantes, dispone de un principio activo conocido como Acenocumarol, el cual, una vez es administrado, fluye por nuestro sistema sanguíneo y se comporta como un antagonista de la vitamina K.

De forma muy resumida, la vitamina K es una molécula que interacciona con los factores de coagulación de nuestra sangre, que son unas sustancias que, cuando es necesario (ante un corte, por ejemplo), “llaman” a las plaquetas y otros elementos sanguíneos para que se condensen y formen un coágulo.

La coagulación de la sangre, que, como vemos, depende la unión de la vitamina K con estos factores, es muy importante para detener rápidamente los sangrados, pero en pacientes con los trastornos o enfermedades que hemos visto, puede jugar en su contra, ya sea porque su estado de salud es delicado o porque la tasa de coagulación es más alta de lo normal.

En este caso, el principio activo del Sintrom se une a los factores de coagulación, pues ellos tienen la misma afinidad por él que por la vitamina K. Haciendo esto, lo que consigue es bloquear la entrada de la vitamina K, impidiendo así que se inicie la cascada de reacciones que culminan con la formación de coágulos.

En otras palabras, el Sintrom se “disfraza” de vitamina K y secuestra a los factores de coagulación para que estos no puedan unirse a la vitamina en cuestión, cosa que se traduce directamente en una disminución en la tasa de coagulación sanguínea.

Acenocumarol
Estructura química del Acenocumarol, el principio activo del Sintrom.

¿Cuándo está indicado su uso?

El Sintrom solo puede obtenerse en farmacias con receta médica, así que no hay que preocuparse demasiado por esta cuestión, pues única y exclusivamente será un médico el que determine si hay que tomar o no este medicamento.

Como ya hemos comentado, se trata de un medicamento anticoagulante, por lo que solo está indicado en casos excepcionales en los que, debido a una situación de obesidad, arritmia, enfermedad hepática, trastornos en la coagulación de la sangre de origen genético, colesterol muy alto, etc, hay un riesgo muy elevado de que un paciente sufra una trombosis severa que ponga en peligro su vida.

Por lo tanto, el Sintrom, que, como se suele decir, “hace la sangre más líquida”, está indicado en personas con mucho riesgo de desarrollar trombos sanguíneos o que ya los presentan, en cuyo caso el medicamento puede corregir esta situación. Por lo tanto, el Sintrom previene y trata los coágulos en los vasos sanguíneos.

En este sentido, el Sintrom se receta en pacientes con arritmias, cardiopatías, trombosis venosa (para evitar que los coágulos pasen de las piernas a órganos vitales), hipercolesterolemia, obesidad grave, etc, siempre que, de acuerdo a los análisis sanguíneos, se observe que la coagulación sanguínea es más alta de lo normal.

¿Qué efectos secundarios puede generar?

El objetivo de este medicamento es reducir la capacidad coagulante de la sangre, algo que, aunque sea útil para reducir el riesgo de sufrir coágulos, trae consigo consecuencias negativas. Por lo tanto, el propio método de acción del Sintrom ya es un efecto adverso, pues perder la capacidad de coagular en la sangre hace que sea difícil detener las hemorragias ante lesiones o cortes.

Y, más allá de esto inevitable, el consumo de Sintrom, como sucede con todos los medicamentos, trae consigo distintos efectos secundarios que, aunque no los sufran todas las personas, es importante tenerlos en cuenta. Veámoslos.

  • Frecuentes: Aparecen en 1 de cada 10 pacientes y están relacionados básicamente con la pérdida de capacidad coagulante. En este sentido, el efecto adverso más frecuente (en casi todos los casos) son las hemorragias, las cuales no solo se relacionan con dificultades para cicatrizar heridas, sino también (de forma menos común pero todavía frecuente) sangrados nasales sin causa aparente, sangrado de encías al cepillarse los dientes, aparición de hematomas, sangrados inusualmente intensos después de cortes, sangre en orina, sangre al toser, vómitos con sangre (no aumenta el riesgo de vómitos, pero sí de que estos tengan sangre), heces con sangre, etc. Del mismo modo, también puede observarse frecuentemente dolor de cabeza.

  • Raros: Aparecen en 1 de cada 1.000 pacientes y suelen consistir en, además de un agravamiento de los síntomas anteriores, reacciones alérgicas en la piel, vómitos, náuseas, picor, pérdida de apetito y caída del cabello.

  • Muy raros: Aparecen en 1 de cada 10.000 pacientes y suelen consistir en complicaciones derivadas de las hemorragias, como hipoperfusión (disminución del flujo de sangre a los órganos), déficit de hierro, anemia, etc, aunque también pueden observarse lesiones hepáticas (se manifiestan con un amarillamiento de la piel), aparición de ampollas en la piel, hematomas internos, muerte de tejido epitelial (solo en personas con déficits congénitos de proteína C) y, en caso de pacientes con enfermedades renales crónicas, puede sufrirse una calcifilaxis, una enfermedad en la que se acumula calcio en los vasos sanguíneos de la piel, que provoca la aparición de erupciones dolorosas y que puede derivar en complicaciones potencialmente mortales.

Como vemos, el consumo de Sintrom está vinculado a muchos (y en ocasiones graves) efectos secundarios, por lo que solo debe recetarse cuando hay un riesgo muy elevado de que se formen coágulos sanguíneos que pongan en peligro la vida de la persona. De lo contrario, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

Preguntas y respuestas del Sintrom

Habiendo visto su método de acción, los casos en los que está indicado y sus efectos secundarios, ya lo sabemos prácticamente todo acerca del Sintrom. De todos modos, como es comprensible, quedarán dudas por responder. Por ello, hemos preparado una selección de las preguntas más frecuentes con sus respectivas respuestas.

Sintrom envase

1. ¿Cuál es la dosis que hay que tomar?

Solo el médico lo podrá decidir. El Sintrom suele venderse en pastillas de 1 mg o de 4 mg. En cualquier caso, será el médico el que determine la dosis. Esta será baja al principio hasta llegar a la dosis de mantenimiento. Hay que tener en cuenta, además, que periódicamente habrá que someterse a análisis de sangre para ver el estado de la coagulación sanguínea.

2. ¿Cuánto dura el tratamiento?

De nuevo, será el médico el que lo determine. Es muy importante que no se interrumpa el tratamiento antes de hora y que no se cambie la dosis sin antes consultarlo.

3. ¿Genera dependencia?

No hay ninguna evidencia que haga suponer que el Sintrom, incluso tomado durante largos períodos, genere dependencia física ni psicológica. No tiene poder adictivo.

4. ¿Puedo volverme tolerante a su efecto?

Del mismo modo, el Sintrom mantiene intacta su actividad a lo largo de todo el tratamiento. Es decir, el cuerpo no se acostumbra a su efecto.

5. ¿Puedo ser alérgico?

Aunque suceda en pocos casos, sí. Es posible ser alérgico al principio activo o a los otros compuestos, por lo que hay que estar atento a reacciones cutáneas, que suelen ser las primeras manifestaciones, y solicitar atención médica inmediatamente.

6. ¿Las personas mayores pueden tomarlo?

Sí, los mayores de 65 años pueden tomarlo, pero suelen ser más sensibles a sus efectos adversos. Por ello, siempre hay que hacer más controles de la coagulación y, en ocasiones, reducir la dosis respecto a la de los adultos.

7. ¿Los niños pueden tomarlo?

Son prácticamente anecdóticos los casos en los que los menores de 14 años deban tomar un anticoagulante. Y en caso de que así sea, será como último recurso, pues los estudios de su seguridad en la población infantil son muy limitados.

8. ¿En qué casos está contraindicado?

El Sintrom solo puede obtenerse con receta médica, por lo que en lo que a contraindicaciones se refiere, no hay de qué preocuparse, pues el médico antes analizará el historial clínico. Sea como sea, este medicamento está contraindicado en personas: con una hemorragia activa, a punto de someterse a una cirugía, que sufren caídas frecuentes, con dificultades para acudir a los controles periódicos, con enfermedades hepáticas crónicas graves, que quieran quedarse embarazadas o que estén en el primer trimestre de embarazo, que estén tomando fármacos con los que el Sintrom interacciona, con hipertensión grave, con úlceras estomacales y con riesgo alto de sangrado.

9. ¿Cómo y cuándo debe tomarse?

El Sintrom debe tomarse en una única dosis, es decir, solo una vez al día, intentando que sea siempre a la misma hora. Más allá de esto, no importa si se consume antes, durante o después de las comidas. En cualquier momento del día está bien, siempre que se procure respetar el horario.

Es importante recalcar que, si se está en tratamiento, habría que evitar los alimentos más ricos en vitamina K (recordemos que el Sintrom es un antagonista de esta), como por ejemplo espinacas, coles y otras verduras de hoja verde.

10. ¿Interacciona con otros medicamentos?

Sí, con muchos (desde el paracetamol hasta los anticonceptivos orales) y de formas muy distintas, tanto disminuyendo su actividad como incrementándola en exceso. Por ello, hay que avisar siempre al médico antes de combinar medicaciones.

11. ¿Puede consumirse durante el embarazo? ¿Y durante la lactancia?

Es mejor que no, pero esto se debe matizar. Durante el primer trimestre del embarazo, está contraindicado. A partir del segundo, siempre que sea absolutamente necesario, se puede tomar. Y en la época de lactancia se puede, pero quizás haya que hacer más controles, tanto a la madre como al niño. En definitiva, durante el embarazo (a partir del segundo trimestre) y la lactancia se puede tomar Sintrom siempre que sea totalmente imprescindible.

12. ¿Puedo conducir si estoy en tratamiento?

Sí. No hay pruebas que indiquen que el Sintrom afecte a las habilidades necesarias para conducir y manejar maquinaria pesada, más allá de los posibles mareos como efecto secundario. De todos modos, en caso de accidente, es importante llevar una tarjeta que indique que se está tomando un anticoagulante, pues los servicios sanitarios deben estar informados de ello.

13. ¿Las sobredosis son peligrosas?

Sí, las sobredosis, incluso en cantidades no muy excesivas, pueden provocar hemorragias. Por ello, si se ha tomado más Sintrom del indicado, hay que acudir inmediatamente al médico.

14. ¿Qué pasa si me olvido de una dosis?

Si se ha olvidado de tomar la dosis a la hora que tocaba, habría que tomarla en cuanto se recuerde, siempre que no sea casi hora de la siguiente. Eso sí, si quedan pocas horas para la siguiente o directamente ya es el momento de la otra, no hay que tomar una doble dosis para compensar la olvidada, pues eso puede conducir a una sobredosis. En tal caso, es mejor simplemente saltársela, pero en la siguiente visita, habría que indicarle al médico cuántas dosis se han olvidado.

15. ¿Puedo tomar alcohol si estoy en tratamiento?

Es mejor que no. Tanto el alcohol como el zumo de grosella pueden inhibir el metabolismo del Sintrom, es decir, su depuración, cosa que puede llevar a sufrir hemorragias. De todos modos, siempre que sea algo puntual y en cantidades bajas, no pasa nada.

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